Disclaimer: Pertenece a JK Rowling todo lo que puedan reconocer.
Advertencia: Contiene spoilers y escenas del libro.
Después de releer el libro de El cáliz de fuego, mi mente se puso a divagar sobre qué ocurriría si Draco Malfoy se hubiera ido a estudiar a Durmstrang como al principio quería Lucius Malfoy. Empezaré con el prólogo que tratará sobre Lucius intentando convencer a Narcisa de dejarlo ir.
Espero actualizar pronto. Es un dramione, es que pasaría si Draco fuese a Hogwarts al ser el Torneo de los Tres Magos y conocería a Hermione Granger.
Espero que les agrade ...
—¡Narcisa! Es la mejor opción para un Malfoy, querida...
—¡He dicho que no, Lucius! Y no seguiré discutiendo por esto, Lucius.
Narcisa Malfoy miraba a su esposo con un entrecejo fruncido. Desde hace varios meses, Lucius se había propuesto el mandar a su pequeño Draco a Durmstrang, una escuela en el extranjero. A Narcisa no le cabía en la cabeza despegarse de su pequeño bebé, su heredero; Draco.
—Mira Narcisa, he sido tolerante con todo lo referente a Draco, pero esto es mi decisión. Draco irá a Durmstrang, y es mi última palabra.
Narcisa frunció los labios y salió de la elegante habitación con una rabia apoderándose de ella. Se apresuró a llegar a su habitación para que Draco no la viera llorar.
Al entrar a la enorme habitación que compartía con Lucius, Narcisa se deshizo en llanto. No podía creer como Lucius pudiera mandar a su pequeño hijo a Noruega. ¡Sólo tenía diez años! Se tapo la cara con sus finas manos al oír como unas pisadas, que reconoció como las de Lucius, entraba a la habitación y se acercaba a ella.
—Narcisa, querida—La voz de Lucius era un murmullo, como si temiera poder romperla si alzaba la voz. —No llores, Narcisa. —Y la aludida sintió como le apartaban las manos de su cara.
Miró la cara de su esposo, sintiéndose ridícula al estar en semejante situación. Una Malfoy, y más si procedía de los Black, no debía ofrecer semejante espectáculo a su esposo.
—Todo va a salir bien, te lo prometo. —Lucius apretó su mano e intento consolarla.
—¡No! No, y no...—Narcisa se levantó e intento imponer su decisión.— Dime al menos porque quieres enviarlo hasta allá... ¿Por qué no Hogwarts?
Lucius hizo un gesto desdeñoso con su mano.
—Hogwarts esta cayendo cada vez más de nivel con ese adorador de muggles como director. ¿Y si Malfoy termina siendo amigo de un sangre sucia?
Narcisa se estremeció ante semejante pensamiento, pero se encogió de hombros.
— Entiendo,pero... ¿por qué a Durmstrang?
—Karkaroff jamás permitiría que un sangre sucia entrará a Durmstrang, aparte de que Draco necesita estar preparado para lo que le depara.
—¿Depara? Sólo tiene diez años, Lucius... Entiendo tus razones, pero no permitiré que mandes a mi hijo a un país extranjero sin sus papás a su lado.
—Te recuerdo que también es mi hijo, y que esta decisión esta ya tomada, Draco irá a Durmstrang. Y referente a su destino, corren rumores de que...
—¿De que, qué?
—De que el Señor Tenebroso volverá, y ambos sabemos de que no fuimos tan devotos como tu Bella o Rodolphus.
—¡Draco no necesita sufrir todo lo que tu sufriste! ¡No permitiré que Draco regrese a medianoche con magulladuras en su cuerpo!
—¿No has pensado que si Draco esta en el extranjero, podremos mantenerlo a salvo?
—Es tu decisión, Lucius. —Respondió Narcisa con voz monocorde. —Tú sabrás lo que es mejor para nosotros.
Narcisa salió de la habitación, intentando mantener la compostura.
—Mamá, ¿qué sucede?—Una voz infantil la sobresalto. Era Draco, que sostenía una escoba de juguete en una mano.
—Nada, querido. Pronto irás a una escuela de magia.—Narcisa hizo una mueca, cosa que la caracterizaría en el futuro.
—¿Hogwarts?—Pregunto con una sonrisa.
—No—Negó Narcisa con la cabeza—: Durmstrang.
—¿Durmstrang?—Draco hizo un gesto confundido—: ¿Dónde esta eso?
—En Noruega, querido.
—¿Y por qué tendré que ir allá?
—Es lo mejor, Draco. Necesitas ser educado como un Malfoy merece y Hogwarts no es la mejor opción.—Contesto la voz de Lucius Malfoy.
—Tu padre tiene razón, será lo mejor para tí—afirmó Narcisa, intentando creer con todo su corazón en eso. En que Draco estuviera a salvo a miles de kilómetros de distancia.
Draco Malfoy se subió al barco que lo llevaría a Durmstrang, y sus padres lo vieron alejarse con sentimientos diferentes en ambos casos. Narcisa con dolor y Lucius aliviado de que Draco estuviera a salvo.
A miles de kilómetros, Harry Potter y Ron Weasley salvaban la vida de Hermione Granger. Los tres se harían amigos inseparables y no sabían que su destino se cruzaría con el de Draco Malfoy cuatro años más tarde.
En aquellos cuatro años, Draco Malfoy se granjeaba la amistad de chicos provenientes de familias de sangre limpia. Estudiaba todos los días magia oscura e iba en vacaciones a Inglaterra para visitar a sus padres.
Aquél verano, sus padres lo llevarían al Mundial de Quidditch, donde su compañero Víktor Krum jugaría en el equipo de Bulgaria. Ese chico no le caía precisamente bien, pero debía llevarse bien con él para obtener ciertos beneficios, entre ellos, granjearse la simpatía de Igor Karkaroff.
Draco iba con sus padres e intentaba mostrarse lo más parecido a su padre en aquél momento. Fingía sonreír con simpatía al oír los comentarios jocosos del Ministro de Magia, Cornelius Fudge.
—¡Arthur!—Exclamó Fudge al ver a un mago bonachón pelirrojo.
Draco volteó a ver inmediatamente a donde se dirigía el Ministro. Se encontró con el un mago pelirrojo de aspecto pobre. Detrás de él lo acompañaban unos adolescentes pelirrojos del mismo aspecto que el primero. Y detrás de estos, se encontraba un chico flacucho con gafas y pelo negro revuelto; y una chica con una trenza larga, de cabello castaño. Draco se encontró con sus ojos marrones, pero los apartó al oír como su padre le decía un comentario hiriente a éste.
Al parecer el tal Arthur Weasley sí era pobre, como lo había supuesto, y escuchó con sorpresa que Harry Potter era amigo de uno de los hijos de Weasley. Entonces, Draco volteó a mirar al chico flacucho de gafas que antes le había pasado desapercibido. Parecía increíble que alguien con esa pinta hubiera podido destruir al Señor Tenebroso.
Los Weasley mas Potter y la Castaña (como Draco la había apodado) se dirigieron a sus asientos, mientras él se sentaba en medio de sus padres. Su padre presumía que él era amigo del fantástico y famoso buscador Víktor Krum. Él sonreía y asentía en cada momento, pero no escuchaba la conversación.
Solo pensaba en la máscara que su papá guardaba en la tienda de campaña, que parecía mas un palacio que nada. Aquella noche, Draco vió como su padre volaba a los muggles de aquél lugar. Su madre Narcisa se empeñada en cenar tranquilamente sin mostrar atención a los gritos que provenían de afuera.
Draco volvió a su casa con desánimo, después de que al final de la Copa Mundial de Quidditch apareciera la Marca Tenebrosa. Su padre se mostraba mas recio a hablar y se encerraba más en su despacho. Su madre también actuaba de modo más extraño, no mostraba en interés en preguntarle todo acerca de Durmstrang.
Pero en la última noche, al sentarse para cenar, Lucius se dirigió a él con frialdad.
—He hablado con Karkaroff y hemos acordado que irás a Hogwarts como ayudante para el campeón del Torneo de los Tres Magos.
—¿El Torneo de los Tres Magos?—repitió Draco, sin comprender.
—Sí, este año lo celebrarán en Hogwarts, y como Karkaroff me debe un favor, podrás ir a pesar de tu corta edad.
—Iré a Hogwarts.
¡Heeeeeeeeeeeeeey! Aquí estoy con otra idea loca, espero que les guste y déjenme su review.
Un beso,
Mariana Masen
