Hola lector/a :D

No tengo mucho que decir más que agradecerte por el tiempo que te haz tomado para leer este fanfic/crossover. No he planeado casi nada para esta historia, ni siquiera se si la voy a seguir. La única manera de que la continúe es ver un comentario pidiéndolo, es lo que me motiva. Sin más que decir, te dejo con mi fanfic.

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El rubio se despertó debido al fuerte sol golpeándole la cara. Durante los primeros momentos no pudo ver demasiado, solo arena, un cielo azul y una espesa jungla justo delante de sus ojos.

-¿Que hago aquí? -se preguntó mientras se sentaba- Dios, que calor...

Se quitó su chamarra anaranjada, quedándose solo con su remera negra y su pantalón naranja. A duras penas se puso de pie, le dolía el cuerpo y su chacra estaba peligrosamente bajo. Logró ver que una de las palmeras producía una sombra suficiente como para resguardarse del sol, como pudo caminó hacia allí olvidándose de su chamarra en la arena, quiso sentarse pero por el cansancio cayó boca arriba.

-Carajo... moriré aquí... solo...

Cerró sus ojos, no sabía que hacer ni como había llegado allí, solo quería descansar.

Lo despertaron unos gritos de mujer, en un idioma que desconocía.

-¡Musghar inshta! ¡inshta! -era un voz poderosa pero delicada

Cuando abrió sus ojos, la punta de una lanza de metal apretaba su cuello levemente. La portadora de la lanza tapaba el sol, por lo que pudo ver un poco mejor a quien tenía en frente. La mujer con la lanza era un poco más alta que el, tenía el cabello gris y largo, sus ojos eran azules como zafiros y su piel era pálida, parecía tener unos 25 años o mas. El Uzumaki se quedó estático por la belleza de la mujer, pero lo que realmente le llamó la atención fue su forma de vestir. Parecía un vestido, pero en realidad era una armadura de batalla. De metal plateado y con lineas doradas (también de metal) que dibujaban símbolos extraños, el vestido dejaba sus muslos al descubierto y también sus brazos, pero estos eran protegidos por unas botas con tacón y unos brazaletes de metal con los mismos colores del vestido. Su cabello lo adornaba una tiara metálica con pequeñas alas en cada lado.

-Pero que...?!

-¡Musghar inshta!

Apenás pudo decir algo cuando la mujer lo golpeó en la cara con el extremo no filoso de su lanza, ese extremo tenía una esfera de metal dorado. El joven cerró su ojo izquierdo por dolor, y su frente comenzó a sangrar un poco.

-¡Sochin! -la mujer estaba furiosa- ¡Musghar sochin!

Lo hizo ponerse de pie, el rubio se sorprendió por la fuerza de la mujer. Una vez que estuvo de pie casí immediatamente la peligris le ató las manos con una soga.

-¿Adonde me llevas?

La mujer no contestó, solo lo obligó a caminar, ambos se adentraron en la jungla. Naruto intentaba planear una huída, pero le dolía la cabeza y el cuerpo. La jungla, a pesar de ser muy espesa, era agradable. Muy verde y con flores llamativas y exóticas. El rubio se detuvo en seco debido a un jalón de la cuerda.

-Inseibharir -le dijo la mujer de manera fría, sacó una botella de agua y una galleta- inshta...

Inshta, no le gustaba esa palabra por alguna razón. Tomó la botella y la galleta con miedo a que ella lo golpeara otra vez. Bebió un poco del agua y probó la galleta, tenía un sabor agradable. Naruto sintió como el cansancio y el hambre desaparecían a una velocidad increible.

-Gracias...!

Apenas abrió la boca la mujer lo golpeó otra vez con el extremo de la lanza que tenía la esfera de metal. El joven un poco harto se tocó la parte derecha de su frente, lugar donde la mujer lo había golpeado. Hizo una pequeña mueca de dolor y la mujer amagó a golpearlo de nuevo, se puso de pie y continuaron el camino.

Después de una larga caminata, Naruto, pudo divisar una especie de templo enorme con largas y anchas escaleras. Era increíble, y al parecer estaba construido con el mismo material de la lanza y la armadura que tenía la mujer que lo escoltaba. A penas puso un pie en los escalones, aparecieron dos mujeres más, vestidas con la misma armadura que tenía la peligrís. Una de ellas era rubia con ojos verdes, su cabello estaba suelto y tenía un rostro inocente, se notaba mucho más joven. La otra tenía el cabello azul y uno de sus mechones de adelante esta teñido de un color verde agua, lo traía corto y alborotado, sus ojos eran amarillos, parecía ser un poco mayor que la rubia pero menor que la mujer del cabello gris. A diferencia de la peligris, las recién llegadas no portaban una lanza, en su lugar traían escudos y espadas, se notaban que habían sido hechas por expertos. Las mujeres balbucearon entre ellas, Naruto estaba ahí sin entender una pizca de lo que decían, las mujeres recién llegadas miraron al joven y se rieron, pero la de cabello plateado seguía sería. Esta le dio un pequeño golpe en la espalda con su lanza, indicándole que caminara. "En cuanto recupere mi chacra, huiré" el Uzumaki planeaba su huida "Solo son mujeres, me capturaron porque estoy débil". Antes de darse cuenta, ya estaba parado frente a un increíble portón, era enorme y tenía el símbolo de un escudo con dos lanzas atravesadas. Miró el gran portón boquiabierto, luego se escuchó un fuerte ruido, y a continuación se oyeron unas poleas tirando de unas cadenas. La gran puerta se abrió frente a el.

-Gå -la de cabello plateado lo empujó otra vez con su lanza

El muchacho caminó con duda, mirando a su alrededor. El "templo" más bien parecía un castillo por dentro, el suelo y las paredes estaban hechos del mismo metal que las armaduras de las mujeres, lucía todo muy limpio. Naruto no tardó en darse cuenta que estaba en una gran sala principal, rodeado de mujeres. Algunas vestidas con armaduras y armas, ellas lo escoltaban, y había otras que vestían simples vestidos de color blanco, parecían camisones para dormir y estaban descalzas.

Sin entender nada siguió caminando y al fondo del gran salón había dos tronos, uno de ellos estaba vació y el otro estaba ocupado por una bella mujer. Los tronos eran dorados y estaban ubicados sobre unas escaleras, del lado izquierdo, podía verse una escalera que bajaba pero el rubio no podía ver hacia a donde, aunque pudo deducir que el lugar tenía niveles subterráneos. Del lado derecho, por el contrario, habían unas escaleras que subían. La mujer sentada en el trono tenía cabello rojo, un rojo muy intenso y sus ojos eran azules. Tenía puesto un vestido blanco, diferente al de las otras mujeres, este era muy llamativo. Parecía de unos 20 años y lo miraba con una sonrisa atenta, parecía algo emocionada. Le habló pero Naruto no entendió, su voz era suave pero inspiraba respeto.

-forstår fortsatt ikke -habló la mujer de cabello plateado, Naruto se exhaltó un poco al oírla

La mujer sentada en el trono dio una orden con su mano y la rubia y la de cabello azul alborotado que los habían interceptado en la entrada lo desataron. La peligrís aún lo miraba con seriedad.

-¿Por que...

La peligrís le dio un golpe en la cabeza con su mano abierta, indicándole que se callara. La mujer sentada en el trono soltó una pequeña risa, y el rubio se sonrojó, provocando que el resto de las mujeres también se rieran. La mujer del cabello plateado seguía sería pero con un leve sonrojo. Una niña de unos 10 años se le acerco, tenía el cabello negro y largo. Le entregó una pequeña copa dorada con una sustancia verde. El Uzumaki observó la copa, dio una rápida mirada a su alrededor y notó que todas lo miraban atentamente. Bebió rápidamente el contenido de la copa e hizo una pequeña mueca de asco, era viscoso y no sabía muy bien. Sintió un pequeño calor en su garganta, las más de 500 mujeres presentes lo miraban atentamente. Luego del calor en su boca, vino un leve mareó a su cabeza, la rubia y la mujer de cabello azul lo sujetaron con cuidado para que no se cayera.

-¿ahora, me dirás lo que quiero saber?

El rubio levantó la vista inmediatamente, sorprendido miró a la mujer pelirroja sentada frente a el. Lo miraba con su típica sonrisa.

-A juzgar por tu reacción, veo que el brebaje funcionó...

-¿Como es posible...?

Volvió a sentir un golpe a mano abierta en su cabeza, Naruto volteó a ver y la mujer de cabello plateado lo miraba seriamente.

-Solo hablaras si la matriarca te hace una pregunta -le dijo con frialdad

Las mujeres presentes sonrieron y algunas soltaron unas risitas. Naruto notó que el techo tenía unas especies de ventanas, dándole la forma de un gran panal de abejas.

-Soy Rias -se presentó- la mujer de la lanza es Rossweisse-San, la generala de mi ejercito ¿Cual es tu nombre, muchacho?

-Me llamo Naruto... Uzumaki

La mujer del cabello rojo sonrió levemente, como si esperara esa respuesta.

-Dime, Naruto-Kun... ¿recuerdas como llegaste aquí?

El joven trató de hacer memoria pero nada anterior a haberse levantado en la playa estaba claro, todo era negro.

-No -negó con la cabeza- no logro recordar nada...

Absolutamente todas las presentes se sorprendieron, incluyendo a Rossweisse, pero Rias se mantenía serena.

-Ya veo ¡Akeno, ya puedes venir! -alzó la voz

Una mujer con un kimono entró a la sala, la parte inferior del kimono era roja y la parte superior era de color blanco. Su cabello era negro y largo, estaba atado en una cola de caballo, y sus ojos eran de un color violeta. Parecía tener la misma edad que la mujer sentada en el trono.

-Dime, Naruto-Kun -la mujer tenía una gentil sonrisa- ¿reconoces este símbolo?

La mujer le mostró una banda ninja con el símbolo de Konoha, el Uzumaki sonrió, ese símbolo lo conocía muy bien.

-Es el símbolo del lugar donde nací -tomo la banda ninja y se la ató a la frente- ¿como la consiguieron?

Akeno se sonrojó e inmediatamente se arrodilló, se escucharon ruidos leves a sus espaldas. Cuando se volteó logró ver que todas las mujeres y chicas estaban arrodilladas, incluyendo a Rossweisse.

-Te hemos esperado por mucho tiempo -La pelirroja se puso de pie- tu... eres el hombre de la profecía -sonriendo tomó la mano del rubio- todo el templo, toda la isla, todo es tuyo

Naruto se sonrojó como un tomate.

-Te he esperado mucho... mi Rey -la pelirroja se arrodilló y apoyo su frente en la mano del joven

-Yo... eh... -no sabía que decir, su temperatura corporal aumentó y se sonrojó aún más

La pelirroja levantó la vista y acarició la mano del Uzumaki.

-¿Cual es su primer deseo, mi Rey? -Rossweisse, quien estaba detrás de el susurró en su oído

El joven Uzumaki no logró resistir todo y cayó inconsciente.

-¡¿Mi Rey?! -la mujer del cabello pelirrojo se le acercó algo asustada

-Descuide, majestad -Akeno trató de calmar a la pelirroja- solo está exhausto, debemos llevarlo a la habitación Real para que descanse...

Cuando despertó lo primero que vio fue el techo, color dorado y con las ilustración de un árbol enorme grabado en el. Miró a su alrededor un poco confundido, noto que estaba en una gran cama, de aproximadamente tres plazas. Las sabanas eran blancas y lucían muy limpias. Al lado derecho estaba la puerta, al lado izquierdo había un balcón sin puerta por el que entraba la luz de la luna, y justo frente a el había un gran ropero. Se levanto como pudo y no tardó en darse cuenta que estaba desnudo.

-Esas mujeres extrañas... ¿De que profecía hablaban? -buscó algo en el ropero,había varios atuendos dorados con capas y demás, propios de un rey- pero que...

La puerta se abrió y Naruto se tapó sus partes inmediatamente.

-Mi señor, le traje su pantalón y su remera que tanto le gustan -era la mujer de cabello azul y corto, tenía la ropa que Naruto traía consigo cuando llegó a la isla- también tengo un mensaje de la Reina Rias, dijo que en cuanto se vistiera fuera a verla al Comedor Real

Naruto la miró directo a los ojos y la mujer se la sostuvo, tenía una leve sonrisa. Ella no traía su armadura, en vez de eso traía uno de esos camisones blancos y reveladores que el rubio había visto antes.

-Aquí le dejo su ropa -la peliazul dejó el pantalón y la remera sobre la cama- si necesita algo más, puede llamarme, estoy a su disposición... mi nombre es Xenovia por cierto -le sonrió y dejó la habitación

El joven Uzumaki se quedó en el cuarto, pensativo mientras se vestía.

Mientras tanto en el Comedor privado, Rias estaba sentada en la punta de una larga mesa rectangular con espacio para 6 personas, traía puesto un camisón rosado largo y escotado.

-Ya le entregué el mensaje majestad -indicó Xenovia mientras ingresaba

De un lado de la mesa estaban Rossweisse vestida con su armadura, y la rubia de ojos verdes vestida con uno de los camisones blancos comunes, ella era las más joven de la mesa. Del otro lado estaban Xenovia y Akeno, está ultima estaba vestida con su kimono, el mismo que tenía cuando apareció por primera vez.

-Disculpe, Rias-sama -la tímida rubia habló- ¿quien le dirá lo de... -se detuvo antes de terminar

-Descuida Asia-chan -la mujer en la punta tenía una sonrisa confiada- yo le explicaré todo...

Naruto ingresó al comedor y se sorprendió al ver a las 5 mujeres ahí. Estas hicieron una leve reverencia.

-Nos alegra tenerlo aquí majestad -Akeno sonrió y le indico la silla- por favor, tome asiento

El Uzumaki tomó asiento, tenía un extraña sensación. Rias esperó a que estuviera sentado para hablarle estaba algo nerviosa.

-Naruto-kun, además de mi, estas mujeres son las más confiables a su disposición -orgullosa de sus subordinadas- si usted quiere algo, puede confiar plenamente en ellas. Rossweisse como ya dije, es la generala del ejercito, y esta muchachita tímida es Asia -la rubia se sonrojó al recibir la mirada atenta de Naruto- junto con Xenovia son unas de las mejores guerreras. Y por ultimo pero no menos importante, tenemos a Akeno, nuestra sacerdotisa y curandera -la pelinegra le sonrió al muchacho- sabe muchas cosas, puedes hablar con ella si tienes alguna duda sobre la profecía... o si quieres aprender cosas nuevas

Naruto tragó saliva.

-Rias-san, antes dijo que yo era el chico de la profecía ¿a que profecía se refiere?

La pelirroja hizo una seña y Akeno sacó un pergamino de sus mangas. Tenía unos dibujos muy extraños en el que se representaba a un joven naufrago hablando con una mujer con armadura, aparentemente esté chico tampoco recordaba nada. A Naruto le pareció extraño, ya que las letras del pergamino no las había visto jamás, pero aún así podía entenderlas.

-¿ese soy yo?

-Así es, Naruto-kun, tu eres el -Rossweisse le hablo seria- el muchacho que vino a la isla para ser nuestro Rey...

El rubio sonrió algo sonrojado ¿ser hokage? ¿para que ser hokage si puedes ser el Rey de toda una isla?

-Rias-San yo... tengo una duda ¿Como es que ustedes están aquí? digo... solo son mujeres, no creo que puedan reproducirse sin un hombre -estaba algo rojito

Las presentes soltaron unas risas mientras la pelirroja se sonrojaba y Rossweisse se tocaba la frente con la mano.

-La isla -la pelirroja lo miró a los ojos y trago saliva- el oxigeno que sus arboles sueltan mediante la fotosíntesis tiene unas propiedades mágicas que nos mantiene jóvenes, pero eso no nos hace invulnerables

Naruto intentaba procesar la información.

-Osea que no envejecen, pero si alguien les da un golpe mortal pueden morir...uhmm -el joven sonrió mientras lo asimilaba- ¿entonces ahora tendré 16 años para siempre?

-Si, majestad, así es -le contestó Akeno- pero, si usted sufriera un accidente o fuera herido mortalmente podría morir, ya que aún es vulnerable

-Interesante 7u7

Mientras Naruto preguntaba cosas unas siete mujeres entraron al comedor, traían bandejas de plata con copas con vino y platos de comida, les sirvieron de una manera muy elegante y ceremonial y después dejaron la habitación. Rossweisse miró la comida con una gran sonrisa, era la primera vez que Naruto la veía sonreír, le pareció bonita.

-Naruto-sama, después del almuerzo comenzará su mandato -Xenovia lo miró- ¿Cuales serán sus primeras ordenes?

El rubio se quedó pensativo ¿Que sería lo primero?

-No lo se, Xenovia-san -se rasco la nuca con una boba sonrisa- lo pensaré muy bien 7w7

El vino sabía muy bien y los platos tenían jugosos cortes de carne con ensaladas, Naruto se sentía cómodo en su nuevo "hogar". Luego del almuerzo, Naruto y Rias fueron a caminar por la playa a pedido del Uzumaki, quería hablar con ella sobre varias cosas.

-¿Que significa el emblema que vi en la puerta del castillo? -le hablaba con total confianza- el del escudo y las dos lanzas...

-Es el emblema del "Clan de las Valquirias" -le contestó sonriendo sin dejar de caminar- así nos hacemos llamar

-¿Hace cuanto tiempo están aquí?

-Años -la pelirroja ni siquiera titubeó- tantos que no recuerdo...

-¿Y que pasó con los hombres de la isla?

-Verás... había un...

-¡MAJESTAD, MAJESTAD!

Xenovia apareció corriendo.

-Es el dragón -recuperó el aliento- ¡está atacando nuestro castillo!

-No puede ser -Rias se tocó la frente y miro a Naruto- Naruto-kun, por favor debes ayudarnos, este dragón nos ataca cada dos meses... es muy fuerte

El rubio ni siquiera se lo pensó.

-Está bien -el joven sonrió y se tronó los dedos de las manos- ¡yo me encargaré el!

Cuando llegaron había un enorme dragón escupiendo fuego desde el techo del castillo. Sus escamas era oscuras y con un tono rojizo, varios cuernos negros con la punta roja coronaban su cabeza. Las habitantes del castillo habían conseguido salir con vida, algunas estaban escondidas entre los arboles mientras que las mujeres con armadura y con sus espadas buscaban la manera de contenerlo. Cuando llegaron al lugar, Rossweisse se le acercó corriendo:

-¡Mi Rey! -hizo una rápida reverencia y señalo hacia el animal que estaba en el techo del castillo- está totalmente furioso, no deja de arrojar fuego desde que llegó

-¿Como es que no ha derrumbado el castillo? -Naruto acarició su mentón

-Nuestro hogar está hecho de Oro y Plata, Akeno usó su magia para conseguir que fuera muy resistentes, igual que las armaduras de nuestras guerreras...

El joven analizó la situación, algunas mujeres (las más jóvenes) estaban muy asustadas. Mientras el ideaba un plan, Rossweisse apareció con un gran espadón. Tenía una larga serpiente grabada en la hoja con la boca abierta exhibiendo sus dientes y con la lengua fuera.

-Esta es la espada de "Jormugandr, la serpiente del mundo" -anunció Rias- fue hecha por Xenovia y Rossweisse, y Akeno la ha bendecido para usted...

El Uzumaki tomó la espada, a pesar de ser enorme era muy ligera. Hizo unos movimientos con ella, acostumbrándose a su nueva arma. Caminó hasta el pie de las escaleras mientras el resto se quedaba a cubierto detrás de los arboles que rodeaban el templo. La bestia poso sus brillantes ojos verdes sobre el chico que tenía en frente, una sonrisa se asomó en su gran hocico y dejó ver sus afilados dientes. La bestia inhaló con fuerza, para lanzar su flamante aliento pero antes de lograrlo el Uzumaki corrió hacia el con la espada, dio un salto y le atravesó el cráneo. Una muerte instantánea.

Todas las presentes se quedaron con cara de asombro, ellas sabían que el rey sería alguien poderoso, pero jamás se imaginaron que sería lo suficientemente fuerte como para vencer a un dragón con un solo ataque.

-Eso... fue... muy rápido -Rossweisse estaba petrificada

Naruto tomo la espada con ambas manos y comenzó a jalar hacia atrás, la carne se cortaba mientras el retiraba la espada de la cabeza de la bestia. Chorros de sangre saltaban hasta que finalmente, el joven retiró completamente la espada. Un incomodo silencio reinó durante unos segundos, cuando el rubio bajó del techo las mujeres presentes comenzaron a aplaudir y a gritar emocionadas.

-¡Ese es nuestro Rey!

-¡Es nuestro guardián!

-¡PREÑAME!

El joven sonreía como un niño en su cumpleaños mientras lo idolatraban, Rias y Rossweisse se le acercaron sonriendo.

-¡Eso fue increíble, mi Rey! -la mujer del cabello plateado estaba emocionada

-Sabía que lo harías... eres mucho más fuerte de lo que esperaba -Rias lo miraba como una joven enamorada

Xenovia, Asia y Akeno se acercaron hacia ellos.

-Realmente nos libraste de esa bestia -Xenovia tenía sus brazos en jarra

-Mi Rey, el clan de las Valquirias se lo agradece -Akeno sonrió e hizo una pequeña reverencia

El joven rubio se sonrojó y entonces vino a la mente su primera orden.

-Ejem ejem -tosió y se aclaró la garganta- Yo, como su Rey, les ordeno que...

-¡WUUU EL REY! -una fangirl loca gritó por ahí

-Como les decía -el joven sonrió después de oír a la mujer- como su Rey, les ordeno a ustedes 5 que me llamen solo por mi nombre

Las 500 habitantes se sonrojaron, y eso incluía a las 5 de confianza.

-Esta bien, Naruto-san -Akeno sonrió- se hará su voluntad

2 Días después.

El rubio se encontraba sentado en su trono rodeado de mujeres, vestido con su ropa característica. La ropa de rey no le parecía cómoda, así que había mandado a hacer más ropa como la que el usaba. Naruto veía a dos mujeres luchando en ropa interior con espadas de madera, más que una lucha era una coreografía, todo estaba planeado. Rias observaba fijamente al Uzumaki, no podía creer que ese jovencito diez años menor que ella había vencido al dragón que las había molestado por años.

Una de las chicas que estaba con el rubio era rubia, esta le daba aire con un gran abanico, otra que tenía el cabello corto y azulado sostenía una bandeja con comida y bebida, había una pelinegra de su edad sentada en su regazo y dos más arrodilladas en el suelo, las dos eran castañas y con cabello ondulado. Sin duda el joven sacaba el máximo provecho a su mandato.

-Rias -Naruto arrancó a la mujer de sus pensamientos mientras veía la lucha- antes Akeno las autodenomino como "El clan de las Valquirias" ¿A que se refería con eso?

-Oh ehm... así nos hacemos llamar -le contestó sonriendo- eso significa el emblema en la puerta del castillo... te lo dije ayer mientras caminábamos en playa

-Es verdad -Naruto suspiró- iré a caminar

-¿Quieres compañía, Naruto-kun? -Rias lo miró atenta

-No, está bien -se paró del trono- volveré luego...

Salió del castillo y fue a recorrer la isla. Llevaba ya un buen rato caminando, no había mucho que ver, solo arboles y algunos animales. Llegó a una parte muy peculiar de la isla. Había una laguna y una cascada un poco alta, el agua desprendía vapor.

-Es una especie de sauna natural -el joven sonrió

Estaba por desvestirse para entrar, ya se había quitado la remera y entonces vio un vestido blanco en la orilla de la laguna.

-Hay alguien aquí -un poco desconfiado se escondió y examinó el lugar con la vista

En el centro del agua, sentada en un roca como una sirena, se encontraba Asia, la niña rubia de antes.

-¿Que hace aquí?

La jovencita estaba desnuda, lavaba su cuerpo sin preocupación creyendo que estaba sola. El joven, preso de la tentación decidió mirar un poco más. Ella aún era muy joven, pero alegraba la vista del rubio con sus pechos medianos. El largo cabello cubría su espalda y parte de su trasero. El Uzumaki tragó saliva, el era su Rey, con una simple orden ella podría hacer lo que el quisiera. Pero, algo lo detenía. Un leve sentimiento de culpa, quizá se tratase de ese amor que dejó en Konoha, ese amor que quizás nunca volvería a ver.

-¿Que haces aquí, Naruto-san? 7u7

Una voz femenina susurró en su oído, al tiempo que sentía unos brazos firmes abrazándolo por el cuello.

-¿Estas espiando? 7u7

El joven sintió unos pechos apoyándose en su espalda.

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Y con esto concluyo este capitulo, en la mejor parte xD

Si ve comentarios pidiendo una continuación, la haré con gusto. Si no hay comentarios lamentablemente esto quedará aquí, lo cual sería bastante triste considerando lo mucho que me divertí escribiendo. Si tienes algún consejo o critica déjala en los comentarios, siempre y cuando sea con respeto :D

Nos leemos lml