On Line
Disclamer: Los personajes de Boku no Hero no son míos.
La mano aferrada al perillo se encuentra quieta, el joven de pie tras la puerta no sabe si abrirla o volver frente a la pantalla de su laptop. Traga saliva; observa las paredes adornadas de un tapiz que siempre creyó no reflejaban para nada su personalidad, el temor lo invade una vez más y escucha un leve sonido que lo obliga a regresar nuevamente a la silla.
"Mirio Togata ha comentado tu publicación en el grupo: "Hero life".
Su rostro se ilumina al ver de quién proviene la notificación.
"Las habilidades de tu OC son increíbles. :D".
Curva los labios en un intento por formar una sonrisa. No escribe una respuesta, pero demuestra agrado ofreciendo un simple "like".
Tamaki tiene amigos. Quizás ese término no define la relación que lo une a otros seres humanos, pero cada vez que acepta una solicitud, la red social hace uso de aquella palabra.
Dos años pasaron de la última vez que abandonó su casa; veinticuatro meses de haber caminado a la luz del sol, setecientos treinta días transcurrieron desde que decidió cerrarle las puertas al mundo y crear un universo propio dentro de su habitación.
Tamaki es en un Hikikomori.
….
Son las nueve. Tamaki abre los ojos con pereza y luego de observar su entorno vuelve a cerrarlos otra vez. No quiere levantarse, no quiere abandonar la comodidad en la que se encuentra, la calidez que le brinda la colcha con la cual se envuelve, deja escapar un suspiro, vuelve a dormir. Nada más simple, nada más rutinario, nada más ordinario.
Despierta media hora más tarde porque alguien toca la puerta, es su mamá, puntual. Ingresa sin encender la luz para dejar el desayuno sobre el escritorio. Lo observa desde el umbral el corazón le duele, quiere acercarse y depositar un beso en su frente pero las inseguridades la frenan. Queda inmóvil, en lugar de accionar se estanca añorando el deseo de lo que pudo ser.
¿En qué fallé?
¿En qué fallamos?
¿Qué hicimos mal?
La culpa hace eco en lo más profundo de su alma. Cierra ambos puños con fuerza. Reprime y se marcha en silencio. Constantemente se pregunta cómo es que llegaron a este punto, cuanto apaño tuvo, un millar de porqués. Baja las escaleras a paso lento aferrándose con fuerza a la baranda, casi en un intento de expresar la rabia por las propias falencias que ella misma se apunta.
Reprime, mas pinta una sonrisa para así, darle un beso a su esposo que se marcha al trabajo.
….
El labio inferior de Tamaki tiembla. Su boca es un cofre revestido de temores, cerrado, la llave está perdida. En el atesora palabras que quiere decir, sentimientos que quiere expresar. Tal vez un día llegue un aventurero, un pirata, que intente abrirlo y otorgarle libertad.
Una de las muchas cosas que ama Tamaki es apoyar los pies sobre la alfombra. La afelpada tela se cuela por las hendiduras de sus dedos, el color azul, aunque oscuro, le hace creer que es el mar. Imagina cómo será sentir las olas empujando su delgado cuerpo con potencia; el calor del sol, la arena, pero, las ganas se diluyen tan rápido como azúcar en agua tibia cuando piensa en el bullicio y las personas. Se siente sofocado sin siquiera haberlo vivido.
Su estómago gruñe. Con pesadez da cortos pasos hasta alcanzar el vaso con leche tibia, frente a los ojos tiene un delicioso hotcake, está bañando en demasiada miel. No le gusta, lo aparta y acaba saciando el hambre con una manzana. Enciende la laptop, el brillo artificial le ilumina el rostro. Parece más pálido de lo usual.
Lee notificaciones, los comentarios sobre el personaje que ha creado aumentaron en cantidad. "Suneater."
Ideado por Tamaki, pensándose a sí mismo como partícipe de un mundo alterno, ambientado en un manga particular, su favorito, dónde existen héroes y villanos contra los cuales luchar.
Habla a diario con distintas personas, es allí dónde deja de esconderse, ríe, imagina, cree. Tiene lo que no consigue en su realidad, verdadera comodidad, aunque sea una efímera fantasía. Sabe que algún día acabará, siente miedo que sea pronto. Entre tantos perfiles existe uno especial, el único que se muestra tal cual es, sin temores ni vergüenza: "Lemillion."
Incluso sin conocerlo personalmente, Mirio ha logrado lo que nadie pudo lograr; ha derribado muros virtuales, acuñado la confianza de una persona difícil, distante y reservada. Tamaki lo admira, se pregunta cómo será caminar a su lado hablando de temas triviales e incluso de lo extraño del clima, o hacer planes para otra salida a futuro.
Tamaki sonríe. En su pantalla aparece un punto verde. Mirio Togata está "on line."
….
Notas de autora
Drabble, viñeta, no sé cómo llamarlo. Simplemente surgió y me gustó el resultado, si alguien lo lee, lamento si suena bastante "poético" en algunos párrafos.
Adoro a Tamaki y la relación que tiene con Mirio, en este caso simplemente quise aludir a esa amistad tan bella que existe entre ambos.
