Los dos amigos se saludaban de muchas maneras. La mayoría de veces, tan sólo bastaba con una sonrisa acompañada de cualquier Ey, "Phebs", Ey, Joey. Otras, y dependiendo del día y de lo que significara encontrarse con el rostro del contrario, un leve roce y un beso plasmado sobre la mejilla era conciso y suficiente para electrizar parte de sendos rostros. Pero, desde el saludo de aquella tarde, Joey no podía creer que ninguna otra cosa que no fueran aquellos mismos labios sobre su boca, goteante de refresco de cola y que ahora aquel beso desencajado del lugar habitual humedecía, pudiera dejarlo más desestabilizado que cuando intentaba leer enciclopedias. Claro que las enciclopedias no le dejaban con ganas de más.
- Phoebe. – el actor se volvió hacia ella, mientras ésta dejaba su bolso sobre la mesa y le miraba con la misma alegría de siempre.- ¿Va a ser ésta la nueva manera de saludarnos? Porque me gusta…
- ¡Jajaja! ¡Joey, no le robes los chistes a Chanderl!
- ¡Ah! ¿Que eso fue un chiste?- inquirió, arrugando la frente, extrañado. Seguidamente, tosió junto a las carcajadas de la rubia.- ¡En fin, es igual! Hace tiempo que no me mandan el nuevo guión de la serie y ando escaso de ideas.
- ¿Tanto como para utilizar frases de Chandler? ¿Cuánto hace que no te lo envían? ¿Dos años?
- ¡Tres semanas! ¡Y no me deprimas más!
- Por supuesto que no ¿Quieres que te salude otra vez?- respondió ella, arrugando los labios como si le estuviese besando.
Joey se paseó la mano por alrededor del cuello, mirándola con una expresión que hablaba por sí misma junto al mítico "¿Cómo va eso?" compungido en la mirada. Aunque, acto seguido, volvió a un estado dubitativo.
- Oye, "Phebs".- inquirió.- Tú y yo…
- ¿Vas a volver con el "deberíamos enrollarnos"?
- No, no (Aunque deberíamos)- añadió, antes de seguir hablando.-Es sólo que me preguntaba…Me preguntaba si…Si yo…aún sigo…
- Por supuesto que continúas siendo mi suplente ¡Ya no puedo cambiarte!
- ¡Genial!- exclamó, al mismo tiempo que recuperaba los ánimos, suspiraba con alivio y caminaba después hacia la nevera.
- Hasta que encuentre a la reencarnación de Gary Grant, claro está…
- Es inútil.- ahora y con otra botella de cola en la mano, le devolvió el arrugue de labios.- No se lo digas a Hollywood, pero lo maté para poder estar contigo.
Acompañando las palabras con un dulce guiño soberbio del que se sintió orgulloso por lograr que Phoebe sonriera otra vez, algo ruborizada.
