Disclaimer: Hetalia NO me pertenece a mí sino a Hidekaz Himaruya.
Advertencias: CRACK
Pareja/Personajes: LietPol
Acotaciones:
¡Hola! :D
Les diré de inmediato que esto es crack, raro y random, de hecho ni siquiera tiene una trama, una enseñanza, smut, ni ninguna de esas cosas cool que tiene esto de leer.
Lo escribí un día de esos en que se me ocurrió regalar drabbles, para mi estimadísima que está de cumpleaños: Anita (Anya).
Polonia es el país con más planicies del mundo. Para mí, excusa suficiente para escribir. ¡Feliz Navidad!
El país con las mejores curvas del mundo
-¡Polonia! ¡Polonia! ¡Polonia!
Italia apareció de pronto, corriendo a su encuentro con un gruesísimo volumen que parecía de mentira acerca de los records mundiales por países. Está demás decir que Alemania le prestó la suerte de enciclopedia en cuestión para, de esa manera, mantener al italiano entretenido mientras él se encargaba de llevar a cabo la limpieza navideña en casa.
El polaco, por su parte, se encontraba en el pórtico de la propia, mirando el paisaje y pensando en pintar el pasto de su jardín de color rosa, con bombas de agua gigantes llenas de pintura que dejaría caer desde el cielo.
Italia se detuvo delante de él, mientras las palabras se le tropezaban de tanta prisa que traía.
-¡Polonia!-comenzó, con emoción-¡Aquí dice que tienes las mejores curvas del mundo!
Polonia se sorprendió en un principio, pero casi de inmediato recobró la compostura y sonrió.
-¡Pero claro! Oseas, tengo las curvas más curvilíneas de las curvas más curvilíneas del mundo así como que totalmente, no te creas-acotó, sin estar muy consciente de lo que estaba diciendo, ni menos a lo qué se refería en realidad el castaño con ese asunto de las curvas que, para ser sinceros, parecía más complejo de lo que en verdad era.
¡Él tenía cosas más importantes en qué pensar! El pasto prontamente rosado era una de ellas.
Lituania, quién terminaba de barrer el pórtico, se detuvo de golpe al escuchar el breve dialogo y permaneció con la mirada perdida por un par de segundos en un punto imaginario, completamente inmerso en sí mismo, en la conversación y en las curvas de Polonia. Lo siguiente que supo es que la escoba estaba rota en sus manos.
"Oh. Oh."
El lituano solamente suspiró, era una escoba un tanto vieja, después de todo, por lo que tomó su bolsa de compras con una mano y el cuello de la camisa (rosa) del polaco con la otra, excusándose en que tenían que reponer de inmediato el utensilio roto.
-Tipo, esto es un secuestro así como que totalmente.
Fue entonces que, por primera vez en mucho-mucho tiempo, Lituania no se sintió apesadumbrado de parecer mal educado enfrente de otro país.
Italia, por el contrario, pareció no caer en cuenta de lo que pasaba. Alemania le estaba llamando para almorzar y el libro terminó tirado en el pasto verdoso cuyo color arreglaría el polaco al volver.
