Todos los personajes del mundo Harry Potter le pertenecen a JK Rowling. Aquí expresó una historia de mi entera imaginación.

Hola a todos! Les trajé una nueva historia, mi segundo fic. Es enteramente diferente a lo que tenía planeado, pero surgió en un dia de inspiración. La historia transcurre en nuestro mundo, sin magia. Dos mejores amigos de la infancia, que descubren sus verdaderos sentimientos por el otro, mientras deben enfrentar las complicaciones que la vida trae. Un fic protagonizado por Hermione Granger y Cedric Diggory.3 3

El titulo esta basado en la canción de Pat Benatar "We belong", sino la conocen, escuchenla, es hermosa. Y sin más retrazos, aqui va xD ...

We belong

Pertenecemos

Chapter 1: " 12 Años antes"

Ellos iban a asistir al cumpleaños de la hija pequeña de los vecinos de enfrente. Si hace un año atras los hubieran invitado, se habrían negado rotundamente. Pero ahora que por fin tenían un niño, harían todo porque tuviera amigos y se divirtiera, más cuando su hijo había sufrido tanto.

-¡Cariño! -llamó la mujer a su marido que se encontraba ayudando a su hijo a atar los cordones de sus zapatillas.

-¿Si, cielo? -respondió su esposo, desde la cocina.

-¿Estan listos? ¡Ya empezo la fiesta, debemos irnos!

La joven mujer estaba muy nerviosa, impaciente. Jamas habia llegado tarde a una de sus reuniones de trabajo, ni a ningun otro sitio. Pero era consciente que su hijo era su prioridad, y que tendrian que tomar la forma de sus vidas con más calma para poder lograr que abriera su corazón a ellos.

-¿Listo, campeón? -escuchó ella decir a su esposo- ¿Preparado para irnos?

No se escuchó respuesta alguna, pero el sonido de sus pisadas acercandosé fue suficiente.

La mujer suspiró. Desde el día de la llegada de su hijo deseaban escuchar su voz, la voz que tanto necesitaba esa casa, pero no había sucedido aún. Sabían por el trauma que el niño había pasado, y sin embargo, tenían la esperanza que de a poco lograría superarlo. Su preocupación creció cuando la asistente social les informó que hacía un año no pronunciaba ni una palabra, pero eso no había importado en ese entonces, porque se habian enamorado de él, y al finalizar la adopción, aún asi, lo llevaron a su casa, a su nuevo hogar enseguida, pensando que con su amor mejoraría.

Cinco meses despues, seguía sin decir nada. Sus asentamientos o negaciones con la cabeza eran su única respuesta para con ellos y todo el mundo. Y comenzaron a preguntarse si estaban haciendo bien su trabajo como padres, si alguna vez él llegaría a quererlos como tales. Esos eran sus grandes temores.

Al cabo de unos segundos, un hombre y un niño, agarrados de la mano, aparecieron por el corredor que daba a la puerta de entrada. El hombre, alto y de cabello castaño, le dedico una sonrisa de apoyo al niño que era muy diferente a él y a su esposa. Con pequeños ojos grises, cabello castaño claro, y sus mejillas de porcelana levemente rosadas, no se parecía a ninguno de los dos. La mujer, por su parte, que los esperaba con la puerta de entrada de su casa ya abierta, era igual de diferente. Su cabellera oscura como el petroléo, caía en cascada por su espalda, dueña de unos ojos azules electricos, y una piel pálida y tan delicada igual que una modelo de revista. Para ellos no importaba sus diferencias fisicas, él era su hijo ante todas las leyes, y no podían ser más felices por ello. Años tratando de concebir una familia propía, y nunca se les dió por realizado ese milagro. Hasta que una noche, esa noche, lo conocieron a él en el hospital, llorando y corriendo sin rumbo por los pasillos, tropezandosé de lleno contra su esposo. Asi lo conocieron, y no pudieron volver a alejarse de él.

El hombre, le dirigió una mirada de complicidad a su mujer, demostrandole silenciosamente su emoción porque su hijo socializará con otros niños.

- Estamos listos -afirmó esté.

- Bien, porque ya empezo -les regañó dulcemente con una sonrisa.

Ella se agacho, hasta quedar a la altura del niño, y le entrego una pequeña bolsa celeste con mariposas azules y un moño rojo. El niño la miró, dudando.

- Tomá -le ordenó ella-. Es un regalo para la cumpleañera, y como eres su invitado, tú debes darselo.

El niño observó unos segundos la bolsa, y luego la tomó, asintiendo con la cabeza. La mujer sonrió complacida.

- Vamonos -dijo el hombre, todavia agarrado de su hijo.

Y asi lo hicieron, solo debían cruzar la calle para llegar a la casa de la fiesta. A unos pasos de la puerta blanca, se escuchaban las risas y corridas de niños.

El hombre, que sostenía la pequeña mano de su hijo, sintió de repente el agarre mucho más fuerte, y él hizo lo mismo para infundirle coraje. Obviamente el niño se puso nervioso al escuchar tanto ajetreo, pero mantuvo su cabeza en alto, esperando que la puerta se abriera cuando su madre adoptiva tocó el timbre.

Pasado un momento, una mujer con cara acalorada y coleta algo desarreglada, les abrio.

- ¡Hola! ¡Lena, Rick! -los saludó ella con un abrazo y una gran sonrisa- ¡Que gusto que hayan venido!

- El gusto es nuestro, Emma -respondió la mujer, Lena.

-¡Ah! Y tu debes ser Cedric, ¿verdad? -dijo la mujer llamada Emma, y viendo como el niño, Cedric, asentía con la cabeza- Pues, estoy, no que digo, "estamos" muy contentos que hayas venido a la fiesta de mi hija. Pero... por favor, pasen, pasen.

Emma, les abrió enteramente la puerta para entrar, al hacerlo las risas, corridas y gritos de chicos se escuchó más fuerte. El niño, Cedric, estaba realmente nervioso, él no conocía a nadie allí, ni siquiera a la niña del cumpleaños, hija de Emma. Por eso no quería soltar la mano del hombre, su padre. En los únicos que confiaba era en ellos, sus padres adoptivos, Lena y Rick.

- Disculpen por mi torpeza -iba diciendo la mujer, Emma-, no pensaba que organizar un cumpleaños llevaría mucho trabajo.

-¿Este es el primer cumpleaños que hacen? -preguntó Lena con sorpresa.

- Si, todos estos años viajabamos para esta fecha -explico Emma, mientras se dirigían por una sala con los muebles corridos para dejar paso a los invitados- , y como falta poco para que Hermione comiencé la escuela, pensamos con Alex que sería mejor que hiciera algunos amigos, ¿saben?

Lena y Rick asintieron ante esa explicación, la entendían a la perfección. Pues era lo mismo que querían para su hijo, que hiciera amigos.

-¿Y tú hija? ¿Dondé esta Hermione? -inquirió Rick.

- Está con Alex -respondió, dirigiéndolos por otro pasillo y a la cocina-, ahi fuera. No quiere despegarse de él.

Emma les abrió una puerta de corrediza, que daba al patio trasero. Allí estaba todo el bullicio. Niños corriendo, otros saltando, muchos otros en pequeños grupos hablando y riendo, tantos como adultos, los padres, distribuidos por el lugar. A lo largo había mesas con manteles rosas y jarrones con flores de todos colores como adorno, los globos rosas y blancos colgados ordenadamente sobre sus cabezas junto con finas y largas guirnaldas del mismo color, le daban un aspecto mágico al sitio, cálido, con el sol en plena magnitud.

-¡Alex! -llamó Emma a la multitud, y un hombre rubio, con anteojos e igual de alto que Rick, se volteó a verla- ¡Los Diggory llegaron!

Ese hombre, Alex, les sonrió, y se fue acercando hacia ellos, a medida que sorteaba a los chicos correteando, y unos cuantos adultos hablando.

-¡Sean bienvenidos! -los saludo esté, con abrazo a Lena, y un apreton de manos con Rick.

Cuando fue a darle un apreton de manos a Cedric, el niño dudo, pero observó el rostro de Alex sonriendo, y se soltó del agarre de su padre Rick, saludandolo con un pequeño y corto apreton de manos, como dos hombres. Lena y Rick sonrieron orgullosos y sorprendidos ante esa acción de su pequeño hijo, pensando que no respondería al esposo de Emma. Era una de las pocas veces que habían visto a Cedric perder la timidez con alguien que no conocía.

-Vengan, encontremos mesa en este tumulto -los invitó Alex.

-¡Espera! -le pidió su esposa- ¿Y Hermione?

- La convencí de que fuera a jugar con la hija de los Weasley, y ahora debe estar en un grupito porr ... allí.

Alex que había estirado la cabeza para observar el destino de su hija, señalando un grupo de niñas, todas con vestidos de colores rojos, rosas y amarillos casi similares, hablando y riendo. Ninguno de los Diggory pudo distinguir cual era la cumpleañera, pero Emma habia quedado más que encantada por ver a su hija relacionarse con sus invitados.

-Esta bien, en un rato los veo. Iré a buscar más comida y esperar a que la atracción llegué -dijo Emma, y fue de nuevo hacia la casa.

-De acuerdo, amor -respondió Alex, casi al aire- Entonces, vamonos.

La fiesta había sido muy concurrida y la mayoria de los presentes eran sus vecinos y conocidos con hijos. Los Diggory se habían sentado en una de las mesas acompañados por Alex, el padre de la cumpleañera, charlando de sus trabajos y como a Emma se le habia ocurrido hacer esa fiesta. Sin embargo, su hijo Cedric se quedó todo el tiempo con ellos, y en ningun momento quiso abandonar su lado a pesar de las insistencias de Lena. Fue su esposo, Rick quien le pidio que lo dejará en paz, él sabía como se ponía a veces su mujer y no quería presionar más de la cuenta a Cedric.

Cuando llego el momento de la atracción, un show de magia, Alex le había ofrecido al niño que se acercará con él a verlo, ya que todos los chicos se habían apiñado delante de los adultos para observar en primera fila al mago y su asistente realizar varios trucos muy interesantes, pero Cedric nego con la cabeza y se aferró al brazo de su padre Rick.

Lena no volvió a insistir a su hijo, no porque se rindiera, sino por su esposo. Rick y Cedric eran muy unidos. Desde la primera vez que se habían conocido con el niño, su esposo había estado trabajando para protegerlo de cualquier cosa. Desde sus visitas al orfanato una vez por semana, y las luchas por los papeleos de la adopción, sus nuevos horarios de trabajo para pasar más tiempo con él, hasta de las presiones de su esposa. Sin duda su unión era algo unico.

De esa forma continuo pasando la fiesta. Lena, al ver que Emma necesitaba ayuda en la cocina fue a acompañarla, dejando a su marido e hijo tranquilos. Sabían que faltaba poco para que terminará el cumpleaños, y que todavía no habían saludado a la hija de Emma y Alex. Y lo más llamativo para Rick, era que su hijo no había soltado la bolsa con el regalo para la niña. Al sugerirle que la dejará no lo hizo, pero no quiso presionarlo más, de eso ya se había encargado su mujer.

Para el momento en que Rick dejó a su hijo sentado en la mesa solo, por ir en busca de algo de beber y volvio hacia él con la bebida, fue cuando se produzco el cambio que tanto estaban esperando.

Una niña con un vestido de color crema, que estaba caminando cerca de su mesa, se tropezó y cayó de rodillas al suelo. Al cabo de un instante, Cedric estuvó enfrente de ella, aún sujetando la bolsa en una mano y la otra extendida para ayudar a la niña a levantarse.

La niña, colorada por la vergüenza de la caída, miro sorprendida al niño parado que no conocía, ofreciendolé ayuda. Ella acepto su mano y se puso en pie. Sin quererlo, se había manchado su vestido nuevo y raspado las rodillas.

-¿Estas.. bien? -le preguntó timidamente Cedric.

- Si, gracias -le respondió ella, con una sonrisa.

Rick, que habia visto a Cedric ir decidido en ayuda de la niña, estaba muy cerca de ellos cuando lo escuchó. Había escuchado a su hijo hablar por primera vez, y se quedó petrificado con una bebida de naranja entre sus manos, observandolo a él y a la niña sin poderlo creer. Su hijo habló.

-No te conozco -afirmó la niña, perdiendo la timidez-. ¿Como te llamas?

-Yo.. yo me llamo Cedric -dijo él con sus mejillas encendidas.

La niña, asintió, tocandosé el final de su coleta de caballo, nerviosa.

-Tú vives en frente de aquí, ¿no? -le preguntó ella mirando a los ojos del niño fijamente y poniéndolo incomodo.

-Si -contestó mirando hacia el suelo.

-Mi nombre es Hermione -informó ella, sonriendolé al entender su incomodidad-. Somos vecinos.

Cedric, levantó enseguida la vista para mirar a la chica, ruborizada. Había escuchado a la señora Emma decir el nombre de su hija, Hermione. Y esa niña, la cumpleañera, era ella.

- Feliz cumpleaños -dijo Cedric, entregandolé la bolsa de regalo con cierta torpeza.

Hermione, que se sorprendió por su sincera felicitación y no sintiéndola como una obligación, tomó la bolsa en sus manos, y sintió una calidez absoluta dentro de ella. La gran sonrisa, que apareció en el rostro de la niña, fue una de las más genuinas en ese día.

- Gracias, Cedric..

-¡Hija! -la llamó Alex, su padre, caminando hacia ellos.

-¿Ella es tu hija? -apareció ante los niños Rick, el padre de Cedric, que había escuchado y observado todo.

Los niños se asustaron por la llegada sorpresiva de Rick Diggory, y Cedric volvio a dirigir su mirada hacia el suelo, esta vez sin pretender apartarla de allí.

-Si -afirmó Alex orgulloso, poniendo una mano en el pequeño hombro de su hija-. Hermione, te presentó al señor Diggory, nuestro vecino de enfrente. Y veo que ya conoces a su hijo, Cedric.

-Mucho gusto, Hermione, y feliz cumpleaños -la felicitó Rick, mucho más feliz de saber el nombre de esa personita que logro lo que su esposa y él no habían podido.

-Gracias señor -respondió con verguenza, estrechandolé la mano del hombre suavemente.

-Vamos, es hora del pastel pequeña -anunció el padre de Hermione.

-Sii -accedió enseguida la niña, pero antes de marchar con su padre, miró a Cedric, y no lo pensó, le aferró una de sus manos y tiró de él- ¡Vamos! ¡Partiremos el pastel!

Cedric, sin salir de su asombro, no tuvo más remedio que seguirla, ya que ella aferraba con fuerza su mano para que la siguiera.

Rick se quedó en donde estaba, sonriendo sin poder creerlo, y los siguío segundos después. Ambos chicos pasaron velozmente por toda las personas que ya se amontonaban alrededor de una mesa rectangular con un pastel gigante de colores en el centro. Los niños y niñas se empujaban para estar más cerca pero se comportaron al regaño de sus padres. Cedric habia quedado al lado de Hermione, frente a su pastel con la vela del numero cinco prendida y todo el mundo cantandolé un feliz cumpleaños. Lo que lo mantuvo allí, en ese lugar, fue la mano de ella sosteniendo la suya. No lo soltó, ni cuando él intento safarse de tanta atención.

Cuando terminaron de cantar la canción, todos miraban expectantes a Hermione y le ordenaban que pidiera un deseo. Ella con una seguridad intacta, teniendo en cuenta el numero de miradas pendientes en su persona, se acercó más a Cedric, para que solo escuchará él, y le pidió: "-¿La apagas conmigo?¿Por favor?".

Cedric, la observó y se dio cuenta que estaba nerviosa igual que él, asi que apreto su mano, y respondió con un pequeño "si".

La niña sonrió abiertamente.

-A la cuenta de tres -le avisó ella.

Rick, en medio de la multitud de padres, miró con ojos cristalinos a Cedric, durante toda la canción, junto a la hija de Emma y Alex, sintiendo un par de brazos cerrandose fuertemente alrededor de él. Su esposa, Lena, había visto a su hijo y se acercó rapidamente a Rick. Los dos abrazados, miraban a los niños con lágrimas en los ojos.

-Habló -confirmó Rick a su mujer- Por fin habló, Lena.

Su mujer, derramando por fin sus lágrimas, hipo no pudiendo contener su emoción. Rick la sostuvó con fuerza, sonriendo al darse cuenta del intercambio de palabras de los niños, y viendo como contaban para apagar la llama de la vela.

-Uno... -contó Hermione- Dos... ¡Tres!

Cedric y Hermione soplaron con fuerza al mismo tiempo, cumpliendo asi el deseo que la niña habia pedido, y apagaron la llama de la vela.

Todos los presentes irrumpieron en aplausos y sonrisas de alegría, pero para Cedric, los rostros más felices de allí eran los de Lena y Rick, sus padres y de la niña a su lado sosteniendolé la mano, Hermione, su vecina.


Primer capitulo presentado 3 3 Les gusto? Espero que si! Dejen comentarios xD

Hasta la proxima, besos!