La primera vez que fue traído a ese lugar se encontraba en la misma penumbra que ahora. Las linternas que descansaban en la fuente como los faroles que le rodeaban estaban sin la llama que hacía mágico ese lugar. Comprobando que no hubiera nadie cerca, hizo que la magia volviera. El fuego parecía lamer el agua de la fuente. Se dejó caer en el borde de esta. Deslizó la yema de los dedos sobre la superficie ondeante y unas gotas se le ocurrieron entre sus dedos. Escuchó las risillas de una pareja que se aproximaba hacia donde se encontraba él desde una de las callejuelas aledañas.
Ese era un lugar mágico para momentos mágicos. Algo que no quería arruinarle a nadie. Pero cuando quizo escabullirse, la pareja se había percatado de su presencia y decidieron retirarse de allí. Con sus antebrazos apoyado sobre sus piernas, dejó caer su cabeza en sus manos. Sentía un gran peso sobre sus hombros y la distancia no hacía desaparecer sus responsabilidades. Aclarar su mente, devolver con gratitud las bondades y ayudas que le brindaron eran algunas de las razones por las que había iniciado aquel viaje. Pero ya llevaba cerca de tres semanas, todas las noches asistiendo aquél lugar y no había señales de aquella joven. Jin.
Pasaron unos minutos para cuando se percató de que alguien se había sentado al borde de la fuente cerca de él.
- Me llevó un buen tiempo encontrarte Zuzu. -Zuko había hecho una mueca. Hace tiempo que ese apodo no le molestaba. Seguía inclinado sobre sus piernas, pero ahora tenía la mirada perdida hacia el frente.- De todos los lugares, por qué decidiste regresar a Ba Sing Se?- Para Zuko no había necesidad de darse vuelta ver quién le hablaba. Era su mejor amiga, quién mejor lo entendía y conocía después de su tío y aún más que Aang. Un pequeño hilo de agua chocó contra su rostro. Su ojo marcado se cerró. Su sonrisa se amplió.-A caso no piensas decirme nada?
- Es bueno verte Katara.- Tomando un poco de aire se puso de pie dando la espalda a su amiga.
-Bueno verme? Pero si ni me miraste aún!- El muchacho seguía dandole la espalda pero ahora se estiraba para desontracturar los músculos.
-Katara, te acuerdas de tu primer beso? La primera vez que besaste alguien?
- El hecho que estés aquí tiene algo que ver con eso?
Zuko se volteó a verla. Le regaló una de sus mejores sonrisas. Y ahí estaba todas las respuesta que la maestra agua buscaba. Por lo menos, para sus dos preguntas.
-Viniste a buscar a esa persona, tu primer beso?
-En realidad vine para agradecerle. Me brindó uno de los mejores momentos mientras viví aquí.- Una mano se posó sobre su hombro y encontró la comprensión reflejada en unos ojos azules.- Como me encontraste?
-Ah! Eso… pues hace una semana Aang y yo fuimos a verte y nos encontramos con un Señor del Fuego interino que estaba celebrando "El día nacional de la apreciación del Té". Supongo que sabes de quién estoy hablando, cierto?- Instintivamente, Zuko empezó a masajearse el entrecejo. La primera vez que dejó a su tío encargado de la nación había instaurado ese día. Tres semanas, solamente tres semanas y podría haber instaurado el día oficial de celebración de las masitas que acompañan al té, por lo que a él le competía. Su viaje se acortaría drásticamente después de esto. Katara dejó escapar una risita al verle tan acongojado- No te preocupes, todo está bien. Cuando pregunté por tí, Iroh solo me dijo que buscara a un tal Lee que se estaba encargando de su casa de té el Dragón Jazmín. Espero haberlo encontrado.
-Si, eso… Aquí soy Lee, no me llames por mi nombre en público. Aún hay cierto recelo entre nuestra gente y…- Katara lo interrumpió.
-Tranquilo, vine a ver como estabas y de paso despejarme también. No revelaré tu identidad.
-Viniste con Aang?- La chica negó con un gesto de cabeza.
-Él se quedó con Iroh. Necesitaba hablar de planes y estrategias para lograr una mayor aceptación en ciertas comunidades. Vine sola, Appa se quedó con Aang, por si estabas en la duda.
-De hecho, iba hacerte esa pregunta.- sin darse cuenta habían emprendido marcha por una de las callejuelas de la ciudad mientras dejaban atrás la fuente iluminada.- Tienes donde pasar la noche? Por que veo que traes todo para armar un campamento.- colgado del hombro de la muchacha, se podría ver la bolsa de dormir enrollada y alguna que otra manta.
-En realidad, iba a buscar alojamiento si no te encontraba antes del anochecer. Acampar era mi otra opción.
-Puedes quedarte conmigo. Cuando vivíamos aquí, rentábamos un departamento. Yo estoy ocupando el dormitorio de mi tío, mi cuarto está disponible para que lo uses.
-Eso estaría muy bien.
-Entonces todo arreglado. Yo te llevo eso, debes estar cansada del viaje.- Había algo extraño en el hecho de que ella dejara a su pareja solamente para venir a verle y saber como estaba- Por cierto, tus cosas bien con Aang? -Katara automáticamente desvió la mirada para otro lado.
-Tus cosas con Mai?- Zuko entendió el mensaje. Era prudente abstenerse de entrar en ese terreno.
-Es una larga historia…- Zuko liberó un suspiro y luego tomó las cosa que llevaba la muchacha y se les puso en el hombro.
Caminaron en silencio hasta que estuvieron parados delante de un portal. Zuko extrajo la llave para ingresar. Pasaron un pequeño zaguán desde donde era visible unas escaleras. Cuando justo empezaban a subir un hombre se hizo presente.
- Joven Lee, que bueno que lo…-El hombre enmudeció cuando vio a Katara a espaldas de Zuko- Oh! perdón, joven Lee. No sabía que su novia se estaba quedando aquí también.- Katara se sonrojo violentamente.
- Ella no es mi novia señor Shuu!…-Zuko intentó corregir el error del dueño del complejo habitacional- Ella es una prima lejana. Si!- La mirada incrédula del Señor Shuu, forzó a Zuko de hacer más creíble la historia.- Es por parte de madre. Son parientes del norte.
-Ah! No sabía que tenían una familia numerosa.
-Claro, es que no es muy frecuente que nos visiten.- Zuko se rascaba la nuca nervioso- Lo que sucede es que…ella…
-Fue una agradable coincidencia que me encontrara con mi primo Lee. Vine por unos negocios de la familia. Realmente no me esperaba verlo aquí.- Katara salió rápidamente al rescate de Zuko.
-Ciertamente señorita. Hacia mucho tiempo que no lo veía al joven Lee. Me costó mucho reconocerlo. Está más alto y fornido que antes. Si no fuera por la cicatriz, nunca lo habría reconocido semanas atrás.
-Ahora que lo dice señor Shuu, Lee ha cambiado mucho, incluso se dejó crecer la barba- Había una chispa de diversión en los ojos de Katara. Ud. que opina?
-Un gran cambio en realidad! Mucho más adulto. Supongo que ya con una hermosa esposa y brillantes hijos en casa. Aunque este viaje en reemplazo de su tío espero que sea breve, joven Lee. No es bueno dejar a su esposa sola tanto tiempo- Por alguna razón, la discusión sobre la ficta vida nupcial de Zuko divertía de sobremanera a Katara.- Oh! mi torpeza señorita, nunca le pregunte su nombre…- Katara estuvo a punto de presentarse cuando…
-Jin- Zuko se adelantó- Su nombre es Jin. Y creo que ella está bastante cansada de su largo viaje, en especial teniendo en cuenta que mañana deberá iniciar la jornada temprano si quiere terminar a tiempo esos negocios de la familia- el tono de voz de Zuko era bastante sugerente. Sugerente de una terrible venganza después de haberlo convertido en blanco de opiniones ajenas sobre su vida paralela.
-Lee tiene razón señor Shuu. Un gusto conocerle.
-Oh, el gusto fue mío señorita Jun. Que descansen, buenas noches a los dos- el hombre los despedía con un gesto de mano desde el pié de la escalera mientras los dos amigos subían los escalones hacia último destino del día. No pasó mucho en que el señor Shuu perdió de vista a los jóvenes. Rascándose la barbilla intentaba recordad de qué quería hablar con el joven Lee antes de que toda la conversación tomara rumbo autónomo- Mushi!- exasperado se llevó torpemente una mano hacia la frente- Mañana le preguntaré por él.- dicho ello, el casero se fue a descansar.
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Al ingresar al departamento, Katara pudo observar que todo estaba en orden. No había nada fuera de lugar. Zuko cerró la puerta tras de sí y se encaminó hacia una habitación llevando consigo las pertenencias de la joven y dejándolas allí.
-Tienes hambre? Tengo unos embutidos, algo de queso y unas piezas de pan. Aunque creo que podría preparar una sopa.- Katara negó con la cabeza.- Ah! aquél es tu cuarto, siéntete como en casa.
-Descuida, antes de encontrarte, comí algo que compre en uno de esos puestos de comidas ambulantes. Estoy satisfecha. Gracias. - Katara se encaminó al cuarto que le ofrecieron ocupar. Allí se cambió por ropas más cómodas. Pero aún no podía dormir, por lo que salí de su habitación y buscó a Zuko. Este estaba en el cuarto contiguo. Llevaba solo unos pantalones holgados. -Por que Jin?- Katara se recargó contra el marco de la puerta.
-Jin fue lo primero que se me ocurrió y segundo, si estás conmigo, también debes pasar de incógnito. Todo el mundo sabe quién es la Maestra Agua de las Tribus del Sur Katara. Es un nombre único y poco común.- Dicho esto, Zuko reanudó su tarea de ponerse cómodo para ir a dormir. Mientras, luchaba con las cintas que sostenían su cabello.
Unas manos más habilidosas deshicieron el nudo de las cintas, permitiendo la libre caída del cabello renegrido del joven. Zuko había crecido mucho en los últimos años. Su cabello eran notablemente largo. Ahora le caía rebelde por toda la cara. Su cuerpo había ganado volumen y mayor definición por el entrenamiento. Su temperamento era mucho más controlado, pero aún tenía cierto problema para manejar momentos incómodos. Y ahora se estaba dejando crecer la barba. Por unos instantes se miraron para luego fundirse en un abrazo.
-Gracias por venir a buscarme-
-Gracias por dejarte encontrar.- Zuko sonrió cuando se alejó un poco de ella.
-Creo que es hora de que vayamos a dormir. Que descanses Katara.
-Buenas noches, Zuzu.
