Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen a mí sino a la mente de Masashi Kishimoto. La historia y las escenas están basadas en una obra de una gran autora de nombre Lee Wilkinson.

Advertencia: Es un universo alterno, por lo que puede que las personalidades de los personajes no sean las mismas a la de los reales. También en esta historia, Shikamaru tiene un hermanastro mayor, y resulta ser Kiba. ¿Algo loca la idea? Puede ser.


¿Venganza o Pasión?

Prólogo.

Había sido un viaje inútil. De nada había servido viajar tantos kilómetros con este tiempo ya que lo único que había hecho era perder el… ¿tiempo?

Valga la redundancia.

Había buscado por todas partes del sótano, pero no había encontrado nada exorbitante y de gran valor como le había prometido la señora Chiyo Aburame.

Ella, Ino Yamanaka, trabajaba en un anticuario en la ciudad de Konoha. Era una verdadera amante de las antigüedades y su anterior jefe le había enseñado mucho sobre el negocio. Era un campo de trabajo muy competitivo, ya que a veces tenía que pelear con muchas personas para que el negocio dónde trabajaba, Historic Konoha, tuviera las mejores reliquias.

Su anterior jefe, Hideki, la había contratado a pesar de no tener mucha experiencia en el campo. Hideki se había convertido en una persona muy importante para ella. Le había enseñado todo lo que sabía y la había tratado como a la hija que nunca tuvo.

Lamentablemente había fallecido hace poco más de seis meses. Le había dolido mucho su muerte y el negocio había pasado a manos de su hijo, Sai. Quién a pesar de conocerlo desde hacía tiempo, Ino todavía no confiaba en él. Pero hasta el momento de ese viaje no le había dado razones para renunciar. Y aun así, era algo que no se iba a repetir por que no viajaban juntos, así que no había problema, podía continuar tranquilamente con su trabajo.

Antes de la muerte de Hideki, era ella quién se encargaba de la búsqueda de reliquias para Hictoric Konoha. Desde que estaba Sai, era él quién se encargaba de la compra de la mercancía.

Hasta que un día- exactamente hace tres- recibieron la llamada de la señora Chiyo diciéndoles que tenía algunos objetos importantes que vender, pero que solo lo haría si Ino Yamanaka era quién iba a verlos.

Por eso a Sai, no le había quedado más que aceptar que Ino lo acompañara. Y el tozudo había querido aprovecharse de eso para seducirla.

*|*|*|*|*|*|*|* Flash Back|*|*|*|*|*|*

El viaje había sido realmente largo, ya que la propiedad de la señora Chiyo estaba en el país de las olas, bastante lejos de la ciudad de Konoha. Tenían reservaciones en el Hotel imperial, pero a pesar de que estaba en el centro del país de las olas, resultaba ser que aún así la casa de la señora Chiyo quedaba a una hora de ahí en carretera.

Sai no había consultado bien la localización de la casa, por que ahora Ino tenía que recorrer todavía más distancia para poder llegar a la casa de la señora Chiyo.

Estaba enfadada. Muy enfadada.

Cuando estaban en el hotel, Ino vio que su día iba de mal en peor.

-Buenas tardes señorita- saludo Ino a la recepcionista-. Tenemos reservaciones para esta noche. Creo que están a tu nombre ¿no Sai?

-Sí- se limito Sai a contestar con una sonrisa.

La recepcionista comenzó a buscar en su computadora.

-Oh si. Ya los encontré. Una habitación norma a nombre de Sai y su esposa.

La sonrisa de Ino murió en sus labios.

-No señorita, debe de haber un error, yo no soy la esposa de Sai y mucho menos compartiremos habitación.

La recepcionista la miro con sorpresa.

-Bueno, eso es lo que tengo registrado en la computadora, de hecho la reservación la hizo el mismo Sai, especificando como quería la habitación.

-Sai, ¿tuviste el calor de hacer algo como eso?- repuso Ino viéndolo con reproche-. Pues bien, no estoy dispuesta a compartir la misma habitación que tu- ahora se dirigió a la recepcionista-. Por favor, ¿sería tan amable de ver si queda alguna habitación libre para que pueda ocuparla yo? No me importa si hay un gasto extra por eso.

-Bien señorita, voy a buscar una habitación para usted, si es tan amable de esperar unos momentos.

-Claro- termino por decir Ino con una sonrisa en sus labios.

-Ino, no veo por que haces tanto drama, total si compartimos habitación sería más divertido para ambos. Vamos no seas santurrona.

Ino ni siquiera se digno a mirarlo.

-Velo por este lado, Sai. No tengo la más mínima intención de acostarme contigo, no me importa si me dices santurrona o me calificas con algún otro apodo de ese genero. No me agradas y si no fuera por el pedido de la señora Chiyo, ni siquiera me habría dignado a acompañarte. Si quieres tener "diversión". Búscala en otro lado.

*|*|*|*|*|*|*|*| Fin Flash Back*|*|*|*|*|*|*|*|*

Había pasado la noche en una habitación diferente a la de Sai, pero aún sentía mucho coraje al darse cuenta de lo que él había planeado hacer con ella. Se había levantado temprano y le había dejado un mensaje en la recepción a Sai informándole que ya había partido en busca de la casa de la señora Chiyo. En su auto partió en busca de las antigüedades prometidas.

Y el viaje había sido en vano. No había encontrado nada de valor.

Bueno, solo había visto unos pequeños saleros de plata y oro, pero nada comparado a lo que le habían prometido por lo que los dejo en el mismo lugar abandonando la búsqueda.

Y a pesar de todo, no se quejaba de nada. Le gustaba viajar, ya sea en auto o en avión, siempre lo veía como una nueva aventura en la cuál podía descubrir muchas cosas.

De hecho había sido en uno de sus amados viajes, dónde había conocido a su primer amor. Y por extraño que pareciera, no sabía su nombre.

¿Raro? Bueno, esas eran el tipo de cosas que solo le sucedían a Ino Yamanaka.

Había sucedido cuando tenía alrededor de 17 años. Acompaño a sus padres a un viaje a Suna y habían tenido que quedarse más días de lo esperado. Justamente el último día de su estancia en Suna, se ofrecía un concierto al aíre libre a unas dos cuadras de dónde ellos estaban hospedados así que tanto ella como sus padres habían decidido ir.

Había disfrutado enormemente de la música que tocaba un pianista, hasta que lo vio a él.

El hombre más guapo que había visto en mucho tiempo. Alto, de cuerpo atlético, ojos y cabello caoba, mirada penetrante aunque se veía algo fastidiado. Ese chico le hacía pensar en todo lo que le gustaba: Cajeta, chocolate, caramelo derretido…

Y él la había mirado. No le había quitado la vista de encima en todo lo que quedo del concierto.

La atracción había sido mutua.

Lastima que iba acompañado al parecer por los padres de él- llegaba a esa conclusión debido al parecido que presentaban los dos hombres-, y una chica como de su edad. Por el modo en el que la chica le hablaba, parecía ser su novia.

Oh, desilusión.

Y el concierto había acabado, y ella y el chico misterioso no habían intercambiado una sola palabra. Él se había marchado junto con sus padres y su novia- de la mano- y ella se había quedado con los suyos cargando con el peso de una oportunidad desperdiciada.

Habría dado cualquier cosa por conocerlo.

Por que a pesar de que no habían intercambiado palabras, había experimentado ¿amor a primera vista?

Y a pesar de que habían pasado ya casi seis años desde ese momento, Ino no podía olvidarse del chico. Su rostro todavía la perseguía y no la dejaba tranquila.

Cuando regreso a la realidad, se dio cuenta de que el camino se volvía más riesgoso. Estaba muy empinado y tenía curvas muy cerradas. Además, el sol estaba a punto de meterse y el camino requería su máxima concentración.

Continuó avanzando por unos minutos, hasta que se le presento un problema.

¡La llanta trasera del auto se le había ponchado, y ella no sabía cambiar llantas!

Se bajo del auto. La carretera estaba vacía, habían sido muy pocos los autos que había visto pasar y comenzaba a asustarse. Y por si eso fuera poco, pronto una tenue neblina comenzaba a hacer su aparición.

Pero al parecer, Kami había escuchado sus ruegos, por que a los como minutos de haberse detenido en contra de su voluntad, había aparecido un auto que iba en la misma dirección que ella.

Le hizo una señal y el auto se detuvo a un lado. Un hombre bajo dispuesto a acercarse. De lejos se le hacía levemente familiar. Cuando se acerco por completo, su sorpresa fue enorme.

¡El hombre que estaba en frente de ella era el mismo del que se había enamorado hace seis años!

¿Casualidad o destino?

No lo sabía, pero era afortunada. Muy afortunada.


Hola a todos, se que a lo mejor no soy buena escritora, pero me gustaría mucho poder unirme a la noble causa:

¡Por un mundo con más ShikaIno!

P.D: La frase no es mía ^^U

¿Merece un review?