DISCLAIMER: Todo lo reconocible pertenece a Suzanne Collins, el resto es mío.
AVISO: "Para el reto Felices por siempre del foro El Diente de León".
Wow, ha pasado tanto tiempo desde la última vez que escribí sobre estos dos, que ya había olvidado cuánto me gusta la pareja *_* Para vergüenza mía, tendría que haber escrito algo así hace meses, pero lo importante es que aquí estoy, así que... este fic es un regalo para MikoBicho-chan por haber seguido y comentado mi otro hayffie (Piezas que no encajan). Espero que te guste :)
Notas: 1. El fic constará de cinco capítulos de entre 370 y 500 palabras, más o menos. 2. Al final explicaré el porqué de este título tan raro jaja. 3. Como se me olvidó actualizar anoche, publicaré un capítulo ahora, uno esta noche, y uno en los próximos tres días.
Espero que os guste :)
CAIFÉ GAELACH
I.
Effie estaba tumbada en el estrecho camastro de la habitación (‹‹Ja, celda, más bien››) que le habían asignado, cuando llamaron a la puerta. Se levantó rápidamente y se sentó en la mesa de metal.
―Adelante ―dijo de forma casual.
Cogió el vestido que había estado cosiendo y fingió estar muy atareada con la aguja e hilo en vez de mostrar lo soberanamente aburrida e indignada que estaba en realidad.
Cuando la puerta se abrió, Effie observó de reojo que era Haymitch quien había ido a verla. Dejó sus labores a un lado y lo miró con una ceja enarcada.
―¿Vienes a pedirme que me una a la revolución? ¿Que me pinte la cara con carbón y suelte algún grito de guerra absurdo y chabacano? ―inquirió.
Haymitch soltó una carcajada.
―Vaya, veo que el Trece te ha vuelto más sarcástica. Bienvenida al mundo de los amargados. Katniss es la presidenta de honor, tú puedes quedarte con el cargo de secretaria general.
Effie entrecerró los ojos. Haymitch era tan incorregible como siempre. Y a juzgar por los temblores de sus manos, había dejado de beber, lo que lo volvía todavía más vulgar si cabía.
―Y tú eres lo más parecido a un dios, supongo ―contraatacó.
Haymitch sonrió ampliamente.
―Sabía que tenía razón cuando le dije a Plutarch que teníamos que traerte.
Effie abrió los ojos como platos.
―¿Que tú hiciste qué! ―Se levantó de un salto, totalmente indignada―. ¡Te exijo que…!
―¿Que qué? ―interrumpió él―. ¿Que te devolvamos al Capitolio, donde lo más probable es que primero te torturen y luego te maten? ―señaló.
Effie se quedó callada. No podía decir que no tuviera razón, y eso la desestabilizaba más que nada. No podía volver a su casa, porque la considerarían una traidora, pero tampoco creía en aquella revolución.
¿Verdad?
Cuadró los hombros y levantó el mentón, fingiendo serenidad. Se aproximó a la puerta y la abrió.
―Cuando te decidas a pedirme perdón y a dirigirte a mí de forma civilizada, vuelve. Mientras tanto, quiero estar sola ―ordenó, mirando al frente.
Haymitch soltó un suspiro, pero se levantó con un encogimiento de hombros y se dirigió a la puerta. Se detuvo a la altura de Effie y la miró con una sonrisa ladeada.
―Siempre es un placer hablar contigo, preciosa.
Cuando se quedó sola, Effie cerró la puerta y apoyó la frente en el duro metal. ¿Qué demonios se suponía que tenía que hacer ahora con su vida?
Veréis, el título es el nombre en gaélico del café irlandés (para quien no lo sepa, es café mezclado con whisky y nata por encima) y se me ha ocurrido poner este título por la mención de Effie del café en la cuarta peli y el alcoholismo de Haymitch (en mi canon mental, él bebe whisky más que vodka, así que me sirve jajaj).
Me he notado ligeramente oxidada al escribir esto, seguramente porque desde que terminé el long-fic Hayffie, me he dedicado casi por exclusiva a Harry Potter y ya lo tengo muy arraigado. Aun así, ¿qué os ha parecido? Miko, ¿te ha gustado?
¿Reviews?
MrsDarfoy
