DISCLAIMER: The 7 Habits of Highly Effective Teens es un libro escrito por Sean Covey y distribuido por Frankiln Covey Co. Hameln no Violin Hiki es un manga de Watanabe Michiaki distribuido por Gangan Comics.

Este fic va dedicado a todos los anónimos fans de Hamel no Violin Hiki ocultos en las sombras. Y para mi estimada Sama, porque sus tiernos reproches lograron que me reencontrara con la inspiración para desatorarme en el proceso "escriturativo" XD. Y para todos los que han soportado mi Hamel-manía estoicamente. Y para el señor que vende campechanas.


(POV de Flute)

Fue casi un accidente, diría yo. Nadie podría imaginar que todo acabaría así sólo a causa de un libro de superación personal.

Claro que con Hamel, casi todo acaba siendo un desastre.

—¡Demonio! —gritó la aldeana, de armas tomar, arrojando varias cosas al tal "Héroe Legendario" que pretendía cobrarle una suma exorbitante por algo que ella misma podría haber hecho fácilmente (y con menos desastres) sin ayuda alguna.

El antecitado héroe legendario (Hamel) corría, acompañado de su cuervo regañón (Obo), su marioneta humana (Flute), su amigo de la infancia que debía matarlo (Raiel), y el príncipe huérfano que gustaba humillar a los demás sólo por sus derechos reales de nacimiento (Trom Bone).

Entonces fue cuando una mano anónima le alcanzó a la aldeana un libro de no mucha policontundencia física, que ella arrojó sin ver siquiera, molesta porque Hamel, el loco del violín tamaño contrabajo, atrapaba todo lo que ella le lanzaba y lo guardaba en un costal, aparentemente tomándolo a cuenta de la deuda.

Poco después, en el interior de un bosque cercano, Hamel se dispuso a revisar el botín.

¡Iiiiiiiiiig, no hay nada útil aquí!

¡Hamel, no deberías hacer esas cosas! —gritamos los demás por enésima ocasión. Nunca aprenderá. Entonces Hamel reparó en el libro.

¿Los 7 Hábitos de los Músicos Altamente Efectivos

¿Ah?

Y así fue como comenzó todo.

¿Quién soy?
Soy tu compañero constante.
Soy el polvo debajo de tu cama.
Soy tu peor pesadilla.
Soy lo que creo que tú quieres que sea.
Soy la catsup en tu papa.
Y aún así, tienes control total sobre mí.
Puedo darte todo lo que quieras,
y también arrebatarte todo lo que poseas.
Tú manda y yo obedezco, cariño.

Y aún así, nuestra vida en común es simple.
Sólo debes evitar que te quede grande la yegua
y a mí me falte jinete.
Toma las riendas con firmeza
e iré justo por el camino que tú dictes sin chistar.
A muchos los llevé lejos,
hasta la esquina.
A otros los arrojé a la coladera.

No soy una máquina.
No soy un genio concede-deseos.
No soy un padre multimillonario que compre tu afecto con dinero.

Condéname,
encadéname,
pégame pero no me dejes,
y pondré el mundo a tus pies.
Pórtate como un caballero ante una gentil dama,
y te reduciré a nimios pedazos de biomasa.

¿QUIÉN SOY?

Llegó a este punto y dio vuelta a la página.

Soy el hábito.

¡Ah, esto es muy raro!

¡Espera, Hamel! —lo detuvo Raiel antes de que arrojara el libro al río, le arrebató el libro y comenzó a leer.

Primera parte: los preparativos
Adquirir el hábito: te hace o te deshace.

¡Jelou! Me llamo Flint y escribí este libro. No sé como lo obtuviste. Tal vez tu madre te lo dio para encarrilarte. Tal vez tu padre te lo dio para descarrilarte. Tal vez lo robaste (mal hecho). O tal vez una aldeana furibunda te lo arrojó.

Eso suena sospechoso —murmuró Obo.

Sin importar cómo llegó a tus manos (cariño, no llamaré a la policía si eso te está preocupando), me alegro de que así fuera. Y juro que no tuve nada que ver con eso. Así que léelo con toda confianza, que las páginas no están envenenadas.

Muchos músicos leen libros, pero yo no soy uno de ellos. En parte, porque como músico apesto. Tal vez eso te haga pensar que no tengo idea de lo que estoy hablando (en parte tienes razón), y te dispongas a arrojarlo al río. Pero antes de eso, escúchame. Por piedad. No sólo no contaminarás el río y serás responsable de la muerte de varios peces, sino que además te prometo solemnemente que voy a entretenerte, cultivarte y/o divertirte. Tienes mi palabra de boy scout (y si alguien te dice que no soy boy scout… trata de pasarlo por alto). ¿Entonces, qué? .¿Me darás una oportunidad mínima? Oh, vamos, yo sé que quieres leer este libro.

¡Waaah, seguro lo escribió un psicópata!

¡Silencio, Hamel!

¿Ok? Alright, me matey!

Bueno, volvamos al tema del libro. Éste se basa en otro que un tipo genial, Sean Covey, escribió hace varios años; que a su vez se basa en otro que escribió su padre, Stephen R. Covey, varios años antes. Sorprendentemente, ambos se convirtieron en bestsellers (que esto no te haga sospechar de una táctica publicitaria de parte de una oscura editorial subversiva). ¿Por qué escribir otra versión más? Porque los músicos son una cosa aparte, sobre todo en este mundo en guerra contra los demonios y todo eso. La vida del trovador errante ya no es una vida libre que se toma por amor al arte. Es una lucha por la supervivencia propia y de los príncipes y princesas en riesgo y/o en desgracia.

Esto definitivamente… —comencé, aterrada.

¡Bueno, pues si tiene algo que decir, que lo diga de una vez! —bramó Hamel, y le arrancó de las manos el libro a Raiel.

Y si cumplo con mi misión (y generalmente lo hago), este libro puede ser una brújula para ayudarte a navegar —no como la del Capitán Sparrow, que apunta a donde se le da la gana, sino una que siempre señala el camino correcto. Además, fue escrito especialmente para músicos, y eso lo reviste de un interés especial para ti (a menos de que no seas un músico y le hayas robado este libro a uno. Malo, muy muy malo).

Aunque, repito, como músico apesto, sé bien lo que sería si fuera competente en esa área: tendría que ir por ahí luchando contra demonios y cosas así. Estos problemas son reales, y no podemos escapar de ellos, así que no los evadiré. En vez de eso, les daré métodos para lidiar con ellos. ¿Cuáles? Bueno, aparte de algunas armas de largo alcance y de destrucción masiva, están los 7 Hábitos de los Músicos Altamente Efectivos o, dicho de otro modo, las siete características que comparten los músicos jóvenes (al menos de espíritu), felices y exitosos de todo el mundo, salvo algunos drogadictos y algunos demasiado exitosos.

Sí, me encanta mantener el suspense. Ya debes estarte preguntando cuáles son esos dichosos hábitos. Quiero decir, aparte de los conocidos como cepillarte los dientes, lavarte las manos antes de comer y después de ir al baño, no pasar debajo de escaleras… Bueno, helos aquí:

Hábito 1: Ser Proactivo. ¡Madura ya, con un carajo!
Hábito 2: Comenzar con el fin en la mente. Define lo que necesitas.
Hábito 3: Poner Primero lo Primero. Algo autoexplicativo, .¿no?
Hábito 4: Pensar Ganar-Ganar. Éste es tan bueno que no te daré ningún adelanto.
Hábito 5: Busca primero Entender, luego Ser Entendido. Escuchar sinceramente a los demás.
Hábito 6: Sinergizar. Trabajar en conjunto para lograr más.
Hábito 7: Afinar el Instrumento. Renovarte con regularidad.

Es importante que comprendas, mi pequeño saltamontes, que los hábitos se forman uno sobre el otro. Los hábitos 1, 2 y 3 se refieren a ser dueños de nosotros mismos, y se denominan "victoria privada". Los hábitos 4, 5, y 6 se refieren a relaciones y a trabajar en equipo (como las cinco esperanzas de este mundo en caos, son fundamentales, así que tómenme en serio por una vez en la vida). Los llamaremos "victoria pública". Primero debes arreglar tus traumas internos, cornudito, y luego debes superar tus conflictos con los demás. No esperes que funcione al revés.

¡.¿Cornudito?.! —saltó Hamel, molesto, y se puso a gritar a su alrededor—. ¡Sal ahora mismo y dime eso en la cara!

¡Ha-chan! —lo contuvo Raiel—. ¡Cálmate! Aunque es evidente que está dirigido para ti, nada nos garantiza que nos esté escuchando ahora.

Todos comenzaron a discutir. Yo tomé el libro y seguí leyendo. Parece que eso los calmó, o al menos los distrajo.

El último hábito es el 7, el de renovación, que te da fuerzas para mantener los 6 anteriores. Porque, cariño, nadie está garantizando que será fácil. O al menos, no será fácil adquirir estos 7 hábitos. Tal vez, sin saberlo, ya tienes algunos. Tal vez practiques todo lo contrario. Como sea, y aunque suene como viejita regañona… es por tu bien. Juro que así es. Aunque a veces (o la mayor parte del tiempo) no lo parezca.

¿Qué son exactamente los hábitos?
Los hábitos son cosas que hacemos repetidamente, la mayoría de las veces de una manera inconsciente. Algunos son buenos, como hacer ejercicio, demostrar respeto, alimentarte con una dieta balanceada, o hacer yoga. Otros son malos, como culpar a los demás, fumar, tener sexo ocasional con desconocidos, escuchar reggaetón o no fijarse bien antes de cruzar caminos muy transitados. Y algunos no son muy importantes, como comer yogurt con un tenedor, dormir boca abajo, cantar canciones raras o comer palomas sin desplumar para el desayuno.

Así, nuestros hábitos pueden hacernos o jodernos. Como dijo el escritor Samuel Smiles:

Siembra un pensamiento, y cosecharás un acto;
siembra un acto, y cosecharás un hábito;
siembra un hábito, y cosecharás una personalidad;
siembra una personalidad, y cosecharás un destino.

Loado sea El Pollo, somos más fuertes que nuestros hábitos. Bueno, generalmente. Por tanto, puedes cambiarlos. No siempre será fácil, pero siempre es posible.

Y si puedes perdonar todas las incongruencias y contradicciones que has leído hasta ahora, espero que tendrás a bien seguir leyendo. Prometí que no te arrepentirías, y aunque eso no depende de mí haré lo metafísicocuánticamente imposible para lograrlo.

Próximas atracciones:
Hablaremos de las preferencias sexuales de Clari. ¡En serio!