Disclaimer: Todos los personajes son propiedad de JK Rowling. Este fic participa en el reto "Mañana será otro día" del Escorpión Que Coleccionaba Rosas"
Yo escogí la B y 2, me toco escribir sobre Narcissa Malfoy y la varita de Rose
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~ Hay cosas que no queremos que sucedan, pero que tenemos que aceptar; cosas que no queremos saber, pero que tenemos que aprender; y gente sin la que no podemos vivir, pero que debemos dejar ir ~
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Scorpius/ A veces el amor no es suficiente
-¡Rose, Rose, vuelve, Vuelve!- Grito desesperadamente, pero ya era demasiado tarde.
Rose estaba muy lejos y no era capaz de alcanzar a escuchar las suplicas de Scorpius.
Ella había salido corriendo de la casa y atravesó el largo patio sin detenerse. Subió a su camioneta y maniobro en ella dando marcha atrás para luego girar las ruedas del auto en dirección contraria.
Scorpius se quedó parado en el marco de la puerta como sí se tratara de una escultura griega, mientras contemplaba como su Rose se marchaba.
Pero ahora ya no era más su Rose...
Y tal vez jamás volvería a ser suya...
Scorpius Malfoy despertó de su pesadilla sobresaltado. Abrió sus ojos grises y los volvió a cerrar de nuevo, experimentando una sensación de debilidad.
Al abrirlos nuevamente, se sentó en el colchón y miro a su alrededor con súbito desaliento.
Del otro lado de su cama estaba vacío; Rose no estaba recostada en ese espacio que era especialmente para ella, aún le dolía creer que ya no iba a volver a tener esa sensación que lo embargaba, cada vez que observaba a la pequeña pelirroja desesperarse entre sus brazos.
Apretó los labios formando una mueca de dolor.
Se incorporó y vio el despertador en la mesita de noche, eran las once de la mañana.
Estaba tan acostumbrado a la presencia de aquella mujer. Y ahora que estaba sin ella, se sentía tan perdido y tristemente desvalido.
Porque Rose había sido la única persona que estuvo junto a el cuando más la necesitaba, y la prueba claro de ello fue un día de verano, cuando sus padres habían decido pasar sus vacaciones con la familia de su madre, el no pudo asistir por que aún tenía materias que cursar. La mañana del 16 de Agosto una llamada telefónica le había informado que toda su familia había fallecido a causa de una explosión.
Tenia la breve sospecha de que en su anterior vida había sido un desgraciado, puesto que el destino decidió castigarlo con su actual vida, ya que estar era una total bazofia.
Porque las personas que más quería en el mundo, eran las primeras en irse de su lado.
Desde aquel día que Rose decidió marcharse de la casa e irse a su antiguo departamento, no supo en ese instante de que todo iba a cambiar.
Porque su pelea no había sido una simple discusión, se habían dicho muchas cosas hirientes. Dañando así el amor que sentía uno por el otro.
-¡Lárgate! Sí es lo que mas deseas- dijo el enfurecido, siendo presa del enojo.
-Es lo que haré- respondió fríamente Rose, tratando de no encontrarse con la mirada de Scorpius, no quería que el se diera cuenta de que sus ojos azules se encontraban bañados en lágrimas, las agresivas palabras del rubio, la habían herido demasiado más de lo que ella quisiera admitir.
No se mostraría débil ante Scorpius, su orgullo ya estaba hecho pedazos como para volver a ser lastimada por el.
Así que salió disparada de la habitación para dirigirse a la puerta principal.
Scorpius cuando se dio cuenta de que la joven estaba hablando enserio al decir que se marchaba. Corrió hacia donde estaba ella mientras gritaba -¡No!, Rose, espera, ¡Vuelve!-
Ella se volteó hacía Scorpius y le comentó entre sollozos.
-¿Qué demonios quieres Malfoy?, acaso haberme hecho llorar no te ha dejado satisfecho-
-Rose... Yo no quería lastimarte- se disculpo el, dándose cuenta del verdadero significado de las palabras que le había dicho.
-Los haz hecho y está vez no abra marcha atrás- respondió ella tajantemente.
-¿Qué es lo estas tratando de decir?- pregunto
-De que tú abuelo tenía razón, fue una equivocación estar juntos. Es que acaso no lo ves, somos tan diferentes Scorpius-
-¿Estas tratando de terminar conmigo, Rose? No querrás tirar por la borda todos estos años juntos. ¿Acaso está metido en todo esto ese tal Scamander?- cuando Scorpius termino de hablar ya se le había formado un nudo en la garganta pero aun así mantenía firme sus palabras.
-¡No metas a Lorcan en esto!- grito ella indignada, defendiendo a Lorcan Scamander, hijo de uno de los mejores amigos de sus padres.
-Que no tiene nada que ver ese tipo en esto, no seas hipócrita Rose, no es acaso que por ese estúpido gemelo iniciamos con la discusión-
-¿Iniciamos? No querrás decir iniciaste-
-Como sea, ¿Es que acaso ya no me amas?- pregunto con la expresión de dolor reflejada en su rostro mientras miraba fijamente a Rose.
-Que estupideces dices, claro que te amo. Pero parece ser que el amor que te tengo, ya no es suficiente- dijo eso último para sí misma que para el –Se acabo Scorpius-
~ Pero parece ser que el amor que te tengo, ya no es suficiente...~
Esas trece palabras aún resonaban en su mente y no podía creer que le lastimaran tanto.
Un sonido proveniente de la entrada de su casa, hizo que el saliera de sus recuerdos.
Esperanzado de que fuera su amada pelirroja la que tocaba la puerta, corrió a abrir, pero se llevó una grata sorpresa al saber quien era.
-¿Tú? ¿Qué haces aquí?- pregunto el, sin poder evitar que su voz sonara algo molesta.
-Yo también me alegro de verte de nuevo cariño- dijo sarcásticamente Narcissa Malfoy
-Te hice una pregunta- respondió seriamente.
Sabía que su abuela no tenía la culpa de su rompimiento con Rose, pero aún así tenía un cierto resentimiento hacia ella.
Porque cuando presento a Rose como oficialmente su novia, sus abuelos se habían enojado tanto diciendo que una Weasley y un Malfoy nunca se llevarían bien. Pero el no tenía la culpa de que su padre se haya portado terrible con los padres de su novia, cuando estos habían estudiado juntos en Oxford.
Había defendido a Rose de sus abuelos cuando estos le hacían comentarios mordaces respecto a su familia.
Y desde ese día no le volvió a dirigir la palabra a la única familia que le quedaba. Bueno hasta es día.
-Te hice una pregunta- repitió
-Tu abuelo murió hace una semana- respondió Narcissa mientras con un pañuelo blanco se limpiaba las lágrimas que salían de sus ojos azules.
Azules como los de Rose, sólo que ha diferencia de ella, los de su abuela reflejaban indiferencia y en cambio en los de la joven pelirroja, sus ojos celestes derrochaban amor.
Pero la inesperada noticia no pareció afectarle en absoluto
-¿Eso era todo lo querías decirme? Sí no es mucha molestia tengo cosas que hacer- dijo mientras pretendía cerrar el portón, pero una pregunta de su abuela hizo que desistiera en lo que iba a ser. Carraspeo su garganta y respondió con solemnidad.
-Terminamos-
El rostro de Narcissa se contrajo y comentó -Lastima, esa chica me caía bien-
La perplejidad adornó el rostro de Scorpius. Acaso había escuchado bien, su abuela había dicho que le agradaba Rose Weasley.
-¿Cual fue el motivo de su ruptura?- y ahí estaba otra vez Narcissa Malfoy dejándole sin palabras. Era invención suya o su abuela se preocupaba por el.
-Le dije cosas que no debí de haber dicho - respondió el rubio
-Oh cariño, la chica Weasley se ve que te ama, no te preocupes. Dale tiempo, ella regresara a tú lado tarde o temprano-
-A veces el amor no es suficiente- repitió las mismas palabras que Rose le había dicho antes de marcharse.
Y está vez sí cerro la puerta y se hecho a llorar, no había llorado desde que entero de la muerte de sus familiares.
Las personas piensan que la felicidad es difícil de encontrar, el la había hallado, pero por su culpa, esa felicidad se había esfumado...
Porque ahora realmente se daba cuenta de que iba ser difícil poder vivir sin Rose...
Porque sabía que ella tenía siempre tiene la razón...
Porque a veces el amor no es suficiente...
