CAPITULO 1: Extraña Normalidad
Era una tarde extraña en Ciudad Domino y no solo por el hecho de que los inseparables amigos, (en pocas palabras) Yugi Mouto, Joey Wheeler, Tristan Taylor, Tea Gardner y el ahora conocido como Yami Atem Mouto, que luego del duelo ceremonial había decidido quedarse en esa época, se encontraban juntos. Si no por hecho de que junto a ellos se encontraban los hermanos Kaiba, Seto Kaiba y Mokuba Kaiba. Y extraño en especial por el hecho de que todos se encontraban en la oficina del CEO.
A el cual por alguna extraña razón esto no le molestaba en lo absoluto, de hecho, aunque no lo expresara a causa de su orgullo, le agradaba la compañía de todos ellos; ya que de alguna forma al conocer el pasado o "las ridículas alucinaciones provocadas por el calor del desierto" como él llama al viaje en el tiempo que experimentaron. Se había sentido un poco más unido a ellos. Aunque tenía que admitir que el hecho de los "dos Yugi", la aparente vida pasada como consejero del faraón y posteriormente como faraón de Egipto. No fueron cosas fáciles de digerir o aceptar. De hecho aun en este punto una parte de su "razonamiento lógico" no estaba convencido del todo.
Para Seto Kaiba todo había cambiado, tenía más amigos, su hermano estaba feliz, su compañía prosperaba y aunque no lo demostrara todo esto le daba una sensación grata casi como lo que el imaginaba, se sentía un hogar.
Por lo cual de vez en cuando, mientras trabajaba en su computadora, dejaba escapar una que otra imperceptible sonrisa propiciada en mayor medida por las absurdas discusiones-peleas de Tristan y "el cachorro Wheeler".
Por todos estos motivos esta se consideraba una tarde extraña en Domino City. Aunque considerando todo lo que había pasado antes de llegar a este punto, no lo parecía tanto.
Los demás comenzaban a ver esto de forma normal. Tea conversaba con Yugi, Joey y Tristan peleaban por tonterías, Mokuba organizaba unos papeles y Yami leía un libro.
Pues desde que decidió quedarse, surgió un deseo en el de saber qué fue lo que paso en sus tierras, su amado Egipto, por lo cual por recomendación de Tea principalmente; decidió leer libros, para así aprender y conocer más sobre los cambios del pasado y como era la vida en esta época moderna.
Reconoció que el mundo había cambiado y ahora que no estaba compartiendo cuerpo con Yugi, sus pensamientos estaban más claros.
Paro un momento su lectura para contemplar a sus amigos.
Yugi reía, y eso le hizo pensar, que aun cuando compartían cuerpo reconocía lo diferente que era de él más que todo en el sentido emocional; ya que en la calle más de alguno los confundía pensando que eran hermanos por su gran parecido físico. Yugi era amable, alegre, valiente, listo y con una presencia propia que lograba sacar lo bueno de las personas sin importar nada. Su más grande amigo, en quien no dudaría en confiar su vida si era necesario. Una persona muy buena a la cual sentía la necesidad de proteger como si de su hermano menor se tratara, ya que por más inteligente y fuerte que fuera, era inocente, por lo cual muchos podrían aprovecharse de sus buenas intenciones. Algo que el como "hermano mayor" no permitiría nunca.
También estaba Joey, siempre lleno de energía, haciendo reír a los demás, siempre ahí cuando lo necesitas, algo impulsivo y bocón* a veces, pero siempre dispuesto a darle una mano a quien lo necesita. Al igual que Tristan, un poco más prudente y relajado que Joey, pero igual de divertido e ingenioso; siempre dispuesto a enfrentarse a quien sea necesario para ayudar a sus amigos.
El ex faraón sonrió al ver las acciones de estos últimos, ya que en ese momento se encontraban compitiendo en piedra, papel o tijeras para averiguar quien obtenía el ultimo chocolate del tazón que Seto siempre mantenía en su oficina para su hermano menor. Luego de ver como Tristan devoraba el dulce y como Joey lloraba a cascadas en un rincón por esto, desvió su vista hacia la única mujer en el lugar.
Tea, una persona gentil y perseverante, quien se preocupaba, ayudaba y aconsejaba hasta que lograras tu objetivo; le tenía muchísimo aprecio y cariño tanto por su forma de ser como por el hecho que le recordaba a su vieja amiga Mana. Después de ver como Tristan se unía a la plática de Tea y Yugi, y posteriormente también Joey, desvió su mirada hacia su más gruñón amigo.
Seto Kaiba, a pesar de haber tenido ciertos mal entendidos en el pasado, ahora podía ver que Seto había cambiado, ya casi no trataba con desprecio y superioridad a los demás o bueno no total mente al estilo "Seto Kaiba multimillonario dueño de Kaiba Corp y duelista excepcional". (XD)
Pero a comparación, podía apreciarse un antes y un después en Seto algo de lo que estaba muy complacido. Ya que ahora se abría un poco más con las demás personas, (personas que no fueran su hermanito Mokuba) y esto a palabras de Joey lo hacían ver más "Humano" y no tan "robot de negocios" como él le dice.
Atem despego la vista de su amigo y la fijo a su lado derecho, que estaba contrariamente ubicado a la puerta de acceso. A través de esos cristales ligeramente oscurecidos podía ver como el dios Ra se comenzaba a marchar por el horizonte montado sobre su carroza, según la posición serían las tres de la tarde; el reloj detrás del CEO confirmaría su sospecha.
Faltaba una hora para que Kaiba Corp cerrara, ya que después de que lo hiciera, como era costumbre todos los viernes. El grupo entero saldría a la Plaza Domino a comer algo de pizza con amigos o jugar uno que otro duelo amistoso con los duelistas de la ciudad.
Era una tarde de viernes normal, normalmente extraña, ya que aunque nadie lo comentara; todos tenían un sentimiento de que algo sucedería, algo no necesariamente malo; pero que talvez podría despertar una fuerza sellada y olvidada en una parte remota del desierto egipcio…
