No se por qué se me borraron los cuatro primeros capítulos de esta historia... En fin, vuelvo a subirlo aunque ya dije en su momento que es bastante probable que no termine esta historia... Pero bueno, no pierdo la esperanza y espero que vosotros tampoco! Disfrutad de lo que está escrito... Por cierto... tengo casi casi terminado el último capítulo de Impotencia, así que paciencia...que en cuanto vuelva mi musa, lo finiquito y lo subo! Lo prometo! =)

Capitulo 1. La proposición

Era una calurosa tarde de verano y Hermione Granger dormía profundamente. De repente, un golpe en la ventana hizo que se despertara sobresaltada. Ninguna persona del mundo mágico vivía tranquila en los peligrosos tiempos que ahora corrían. Voldemort andaba suelto de nuevo, y eso se dejaba notar en el ambiente. Nadie confiaba en nadie y cualquier cosa, por pequeña que fuera, hacía saltar todas las alarmas.

Sin embargo, tras el susto inicial, Hermione se tranquiló al observar a la pequeña lechuza que aún golpeaba el vidrio. Se levantó rápidamente y corrió hacia ella, pues no le había llevado más de dos segundos reconocer a Pigg, la pequeña lechuza de su amigo Ronald Weasley. Abrió la ventana y dejó entrar a Pigg, que empezó a revolotear como loca por toda la habitación. Hermione estaba empezando a ponerse nerviosa ya que no era habitual que Ron se molestara en escribirle una carta, por muy corta que fuera y no lograba que la lechuza se parara para coger el pequeño pergamino que portaba. Por fin logró que se estuviera quieta y con gran emoción le quitó el pequeño trozo de pergamino. Lo abrió con una gran sonrisa, que se mantuvo durante las dos primeras líneas de la carta, pero que se fue desvaneciendo según seguía leyendo y no precisamente por su contenido…

Hola Herm!

¿Qué tal va tu verano? El mío nada mal, dentro de todo lo malo, claro está. Aun así te he echado un montón de menos y no veo la hora de volver a verte. En parte por eso te escribo. Le he pedido prestada la lechuza a Ron porque Hedwig, aparte de que está cazando, llamaría demasiado la atención. Asique, como ya has debido suponer yo ya me encuentro en la madriguera y la señora Weasley nos pidió a Ron y a mí que te avisáramos para que vengas a pasar aquí el último día de vacaciones antes de volver al colegio. Manda a Pigg con lo que decidas ya que la señora Weasley quiere tener todo listo por si vienes. Por mi parte nada más. ¡Te esperamos!

Un fuerte abrazo

Harry Potter

Hermione acabó de leer la carta y se maldijo a sí misma:

-¡Estúpida Hermione!- se dijo- ¿Cómo se te ocurrió que ese idiota se iba a molestar en escribirte una triste carta en todo el verano?- arrugó la carta y la lanzó contra la pared, furiosa.

Su enfado iba en aumento y es que durante ese verano, había empezado a rondar por su cabeza que tal vez lo que sentía por su amigo no era precisamente cariño de amigos…no, creía que eso había empezado a ser otra cosa, por lo menos eso pensaba ella. Pero al parecer, él no opinaba lo mismo… Al principio del verano ella les había repetido una y mil veces, tanto a Harry como a Ron, que por favor le escribieran, aunque solo fuera una vez por semana. Por supuesto que Harry lo había cumplido, como cada verano desde que se habían conocido y aunque le encantaba saber que su amigo estaba bien, ella era de Ron de quien había esperado alguna noticia…pero nada…

-¡NADA! ¡Ni una triste nota en todo el verano!- seguía repitiendo Hermione, perdiendo los nervios mientras una pequeña lágrima corría por su rosada mejilla. Poco a poco dejó de maldecir y se seco la lágrima, dejándose caer en la cama.

Tras varios minutos, recordó el contenido de la carta y aunque lo último que le apetecía era ver la cara de Ron en lo que quedaba de verano, decidió aceptar la invitación. Le llevó un rato tomar la decisión, pero recordó que allí estaría Ginny y se moría de ganas de comentar con ella como había ido el verano.

Se levantó de la cama y salió de su habitación para pedir permiso a sus padres. Le llevó un rato convencerles, pero al final lo consiguió. Sin perder más tiempo subió de nuevo a su cuarto y se acercó al escritorio. Tomó un trozo de pergamino, una pluma y se dispuso a escribir.

Querido Harry

Mi verano también ha estado bastante bien. Cómo ya te conté en anteriores cartas, visité Punta Cana con mis padres y me encantó. Además hice un montón de nuevos amigos y curiosamente me encontré con Viktor Krum, que también se encontraba allí de vacaciones. Ya te contaré con más detalle cuando vaya a la madriguera. He hablado con mis padres y están de acuerdo con que vaya. Dile a la señora Weasley que llegaré después de comer. ¡Nos vemos pronto!

Un beso

Hermione Granger

Releyó varias veces la carta, satisfecha con el resultado. Desde su vuelta de Punta Cana, había decidido omitir en las cartas a Harry su encuentro casual con el buscador búlgaro, por razones obvias. Sin embargo, tras la gran desilusión que se había llevado aquel día, y con la esperanza de ver en Ron alguna reacción con la noticia, decidió incluirlo en la carta.

Dobló con cuidado el trozo de pergamino y se acercó a Pigg, que ahora dormitaba tranquila encima de su lámpara de mesa.

-¡Vamos Pigg! Tienes que llevarle esta carta a Harry Potter.- La lechuza dio un brinco ante las palabras de Hermione y estiró su pequeña pata para que ella colocara el trozo de pergamino. Tras asegurarse de que estaba bien sujeto, acercó a Pigg a la ventana y la dejó libre.

Se quedó observando a la pequeña lechuza durante unos minutos y después comenzó a preparar todo para su viaje, en apenas unas cuantas horas, a la madriguera. Por fin volvería a ver a sus amigos después de todo el verano. Con este pensamiento y sintiendo un leve pinchazo en su estomago al recordar a cierto pelirrojo, volvió a salir de su cuarto y se encaminó hacia la cocina, donde la cena ya estaba servida.