Notas de autor: los personajes de Kuroko no Basuke son propiedad de Fujimaki Tadatoshi, y esta historia participa en el reto: ¡Amor por el Crack!, del foro Kuroko no Basuke en Español. porque el destino ciertamente te pone a prueba y en el universo omagverse saber quiéne era tu pareja destino er pruba de ello ¿lo descuibrirá Kuroko? después de todo tu pareja destino será para toda la vida. OgiwaraXKuroko
Hola! Pues sí respondiendo al reto de Confeti-san me apunte para un OgiwaraXKuroko, después de todo no los considero crack pero aún no hay mucho escrito de ellos. Y cuando pensé sobre ello la idea de un omegaverse no me dejó en paz. Asi que si no saben que es omegaverse pues aquí unos detalles.
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El mundo en que se desarrolla esta historia es un semi Au un japon con las singularidades del omegaverse, pero eso sí aqui no es tan duro ni inflexible como ponen en elink de alla arriba sobre el omegaverse. Aquí los omegas son bastantes libres pero aun así enfrentan ciertos prejuicios. Sin embargo en estas historia me concentró más en el desarrollo como omega desde pequeño de Kuroko con respecto a lo que siente por Ogiwara y las personas que va conociendo. Bueno, espero que les guste si quieren probar lo nuevo o si secretamente adoran el OgiwaraXKuroko como me descubrí haciendolo cuando escribí este fic.
Un amor del destino
A veces el destino era simplemente caprichoso. No consultaba cuales eran tus metas, quienes eran tus rivales, a quienes te gustaría de amigos o compañeros. Un día simplemente puedes tener a la persona magnifica a tu lado, pero al otro perderla para siempre.
Kuroko Tetsuya era un omega que había pasado por tatas situaciones, pro tantos encuentros y desencuentros que se sentía esclavo del destino.
En este país en el que vivía los omega recibían casi todos los mismo derechos que los alfa y betas. Sin embargo, la división de trabajo seguía siendo una constante que los betas querían destruir pero que los alfas no estaban tan de acuerdo. Según ellos era su instinto sobreprotector con los alfas, pero para los beta era instinto salvaje de posesividad ¿Cuál sería la verdad? Eso era algo que a Tetsuya no importaba mucho. Al menos no cuando era niño pequeño.
Después de todo, siendo aún un cachorro, vivió protegido en los brazos de su madre omega y esta a su vez en los brazos del alfa de la familia. Testu no entendía de problemas sociales o divisiones raciales. Lo único que tenía sentido a su corta edad era que en el medio de los cuerpos de su padres estaría plenamente seguro y ninguna pesadilla podría llegar. Además que su madre desprendía un olor que le hacía sentirse confortado y que el cuerpo de su padre desprendía un olor que le hacía sentir que había una barrera impidiendo que a él y su mama llegara cualquier peligro. No entendía lo que ello indicaba ni muchos menos las feromonas que sus padres se enviaban mutuamente.
Para nada.
Eso al menos hasta que comenzó a hacerse un niño. Y aun así no importaba demasiado. Su familia provenía de una fina raza de lobos de alfas y omegas. Ni un beta se había cruzado por su línea familiar. Y aunque Tetsu no lo supiera estaban orgulloso de ello, su posición económica era la adecuada para que un alfa pudiera tener pareja y cachorros. La moda era no tener demasiados hijos por lo cual Tetsu no tendría hermanos.
Fue criado con tanto amor que cuando se topó con niños sin algún aroma no le importo y quiso ser su amigo. Y así jugó con ellos sin importar que su aroma fuera ligeramente dulce como el propio o de un matiz más como corteza de árbol o sin ninguno. Después de todo, de niños casi no había diferencia alguna en actividades físicas.
Sin embargo, todo cambió cuando divisó en su televisor un juego tan espectacular que su boquita se mantuvo abierta por todo lo que duró. Pidió a sus padres una pelota de ese juego y estos sin pensarlo demasiado se la regalaron.
Lo que no pensaron es que el vicio por ese juego no se le pasaría sino que "empeoraría"... aun así los buenos padres pensaron que dejarlo así estaría bien, después de todo, las hormonas se encargarían de arreglar cualquier problema durante la adolescencia.
El Basquetbol... desde aquel juego, se la paraba siguiendo a los niños que les interesaba seguir ese juego, practicarlo y verlo por televisión.
Hasta que le conoció en medio de un parque. Eran niños, a Tetsu le habían invitado a participar en uno de los juegos contra los niños del vecindario cercano... que importaba que Tetsu no sea la estrellad el básquet, solo necesitaba un niño más y Tetsu estaba disponible. Que les importaba a los otros niños si el pequeño niño se convertiría más adelante en un hermoso oemga o no… en ese momento era un niño que sudaba igual que ellos.
Ogiwara Shigehiro era un niño común... no tenía un cabello diferente al usual: era castaño oscuro con algunos matices más claros. , era también un poco más alto que Kuroko, pero nada espectacular, tenía una contextura normal de un niño que se divierte mucho jugando. Pero por alguna razón, cuando vio a Kuroko dejó de jugar y se acercó a este. Ni siquiera había escuchado que le decían que era uno de los niños a los que se enfrentaría por la cancha semanal. Simplemente sonrió y le tendió el balón a Tetsu, quien sin entenderlo lo tomó. Ambos despertaron por bramidos de sus compañeros.
Las semanas pasaban y Shigehiro mejoraba como Tetsu no lo hacía. Sus compañeros comenzaban a pensar que era porque tetsu era un omega. A esa edad lo niños comenzaban a pensar que los omegas eran muy inútiles.
Shigehiro no quiso seguir escuchando aquellas estúpidas palabras, así que un buen día se animó a hacerle conversación a Tetsu. Y solo pudo pensar que era un niño tímido pero adorable que en verdad le gustaba hacer amigos.
A partir de ese día se reunían aparte de todos los demás de su generación para practicar. Kuroko mejoró, pero aún no se daría cuenta de su verdadero potencial.
El tiempo pasó, ambos se dieron cuenta que iban a la misma escuela, así que Shigehiro se animó a ir a recogerlo para ir a clases y a dejarlo en su casa después de estas. Ninguno entendía el comportamiento diferente del otro, pero lo dejaban pasar pues les agradaba su dinámica.
Aunque ellos no lo notaran los padres de ambos niños comenzaron a prestar más atención en las acciones de sus hijos. Después de todo, si un omega se hacía amigo de otro igual o de un beta era una relación que solo florecería como amistad y compañerismo; pero una relación de alfa y omega a pesar del cambio social siempre era vista como algo con lo que tener cuidado, pues quizás podría tratarse del compañero de vida de tu hijo.
El instinto de alfa se encendió en el padre de Tetsu, un apuesto hombre de cabellos celestes. Su bello cachorro que su amada compañera le había dado podría estar tratando con su futuro compañero de vida. Eso era algo de lo que tenía que tener cuidado. No a cualquiera cedería a su cachorro. Sin darse cuenta una tensión se armó entre Shigehiro y el padre de Tetsu.
Con los meses, las visitas a casa de Tetsu de parte de Shigehiro se hicieron frecuentes y realmente los padres de Tetsu no vieron nada malo en el chico; además su pequeño hijo se veía muy cómodo a su lado. Pero el destino es caprichoso y finalmente se despidieron ambos amigos antes de que pudiese florecer algo más... una foto de graduación fue todo lo que tuvieron.
Se siguieron comunicando pero cada vez se hacía más lejano.
A Tetsu le dolía mucho aquello aunque trataba de no aparentar. Su familia había dejado el pueblo para situarse en la enorme ciudad de Tokyo. Tetsu, bajo la promesa lejana de su amigo, se enlistó en una de las mejores escuelas de la capital que era reconocida por su espectacular club de básquet. Sin embargo, su situación de omega se hizo más y más evidente.
Si bien el equipo era mixto, de algún modo los deportes de contacto seguían perteneciendo a los alfas. Sin embargo ese año sería la muestra y ejemplo de que los omega no eran vientres futuros con patas, que podían ser tan terribles o incluso más que los alfas.
Y ahí estaban, ante los ojos de Tetsu y de otros novatos un imponente omega pelirrojo se volvía una de los jugadores regulares de la primera sección junto a otros tres alfas con diferentes talentos.
Era increíble, aquel omega pelirrojo impactaba a todo quien se situara ante él.
Pero...si bien Tetsu admiraba a aquel omega por menospreciar su condición de omega (pues ya comenzaba a darse cuenta qué era ser uno) quien llamó mucho más su atención fue un alfa…. Su forma de disfrutar el juego era muy parecida a Shigehiro. Y tenían cierto aire en su fisonomía, pero sin duda el moreno que tenía ante sus ojos estaba a otro nivel. Por primera vez había sido deslumbrado por un alfa. Pero aún no había tanto cambio hormonal. Debido al pedido del otro omega que rápidamente ganaba un lugar firme en el equipo desplazando poco a poco al capitán alfa, se le concedió una oportunidad, pero para ello tuvo que cambiar. Si bien el aroma a omega podía ser utilizado como distracción durante el juego, en ese momento no interesaba. No tenía la fuerza ni el tamaño de un alfa, pero podía hacer algo al respecto al ocultar su presencia y su aroma. Descubrió gracias a aquel omega pelirrojo que tenía ese don.
Sin embargo su carácter se vio un poco cambiado, pero era feliz... de una manera extraña. Sin embargo en su corazón sentía que había algo que sin duda le faltaba.
Su primer beso vino pronto y para su sorpresa fue del alfa moreno que le gustaba... lo admitía le deslumbraba, agitaba su cuerpo y por ratos sentía que una especie de calor y nervios trepaba por su cuerpo, que algo quería aparecer sobre su cabeza y en una zona bastante vergonzosa.
Le hablo a su madre sobre ello; ella se lanzó a abrazarlo diciéndole "Mi bebe está creciendo" Le pidió que le contase todo sobre Aomine y se lo dijo. Según ella el alfa que comenzaba despertar en Aomine comenzaba a disparar feromonas que buscaban despertar a los omega su alrededor.
No entendió del todo, pero de igual manera se sintió avergonzado. Sin embargo cuando Aomine volvió a besarlo pensó que estaba bien, que quizá ese dolor podría ser calmado con la deslumbrante presencia del alfa estrella del equipo. Y al parecer Aomine le había escogido entre otros muchos para ser su futuro compañero.
Sin embargo, al siguiente año alguien ingresó al equipo: un omega rubio, todo un modelo y prodigio. Sintió celos, por primera vez en su vida sintió ganas de desprender todo su aroma, de abrazar a Aomine. El joven moreno que antes le prestaba mucha de su atención entre sonrisas y coqueteos, comenzaba a prestarle más atención al rubio.
Le dolió de alguna manera.
Sin embargo pronto comenzó a pasar. Y eso era extraño… su madre le contó que era porque no había ido más allá con el moreno. Y que al parecer el aroma del rubio había llamado mucho más su atención, por lo que ahora veía a Tetsu como un cachorro.
Por otro lado, Akashi le enseñó a cómo controlar su celo y sus sentimientos. Cuando el celo llegó, la paso mucho mejor de lo que sus padres le habían contado. Aquella decepción amorosa aparecía haber dañado el orgullo de su omega interno. No se sentía demasiado atractivo. Pero ello ayudó a mejorar su juego Si bien parecía que Kise Ryota tenía encandilado a Aomine con su figura y aroma que cada vez más volvían locos a los alfas , Kuroko seguía siendo el mejor compañero para Aomine.
El nombre de Shigehiro se había ido borrando un poco de su memoria, pero no del todo, pues Tetsu no notaba que en el fondo Aomine le gustaba porque le recordaba a Shigehiro y que no dolía tanto el desprecio de ese alfa más que a su orgullo porque no era Shigehiro.
Todos en el equipo se preguntaban cómo es que Akashi nunca parecía afectarse por las enormes feromonas que Aomine, Murasakibara y Midorima dejaban escapar inconscientemente, además de cómo estos obedecían a este, yendo en contra del instinto de dominio y liderazgo que tenía un alfa. Sin bien Aomine no adoraba a Akashi le tenía mucho respeto, y que decir de Midorima, le tenía en adoración. Y Murasakiabra se comportaba como si su madre omega fuese Akashi.
Akashi ya era todo el capitán que Teiko necesitaba. Compartió sus secretos de control con Kuroko y Kise y sus recetas. Y así el equipo entró en una especie de unión por ser el mejor… y lo lograron sin duda. Eran un equipo tan bien controlado y fijado en algo que Akashi ganó una enorme fama.
Al principio la victorias eran pretexto de reunión y charla. A pesar de que no había funcionado algo más con Aomine, Tetsu se sintió feliz de estar en aquel equipo y todos parecían estarlo. Además de que en ese tiempo Shigehiro volvió a contactarlo y pudo oír la voz que la naturaleza le había otorgado...era sin duda una que le hacía temblar, peor no entendía porqué.
Pero así como el tiempo pasaba, todo cambiaba. Los días oscuros de Teiko llegaron y solo sobrevivió por el uso de su celular con su lejano amigo… las preguntas de ¿Cómo sería ahora? llenaron su mente y la alegría se extendía pues pronto le vería. Sus sentimientos se concentraron solo en ello y no en el desastre en el que se había convertido Teiko.
El día de juego llegó y no pudo lamentar más no haber podido controlar bien su aroma, terminando en que un tipo del equipo anterior lo agrediera y terminara lesionado.
Cuando corrió hacia Shigehiro este parecía totalmente ido y… ¿cómo no? Su orgullo que la naturaleza le había regalado fue aniquilado por palabras hirientes y por los hechos del juego.
Pero había algo más, que Tetsu lo viera tan derrotado fue como el tiro de gracia. Aquel hermoso omega de pelaje celeste que ayudo a crecer tenía alfas territoriales que lo habían acabado. ¿Cómo podría siquiera pensar en acercársele? Eso fue lo que Shigehiro pensaba al verlo a lo lejos; sin embargo, Tetsu se sintió tan mal, tan avergonzado, su omega interior dios tres pasos hacia atrás, le obligó a agachar la cabeza ante él y salir corriendo con los ojos llorosos... había lastimado el orgullo de un alfa y no de cualquier alfa… eso era algo que merecía ser castigado, al menos así sentía su omega interno. Le decía que no tenía el derecho a contactar al alfa hasta que este se volviera acercársele... si lo hacía.
Shigehiro desapreció de la faz de la Tierra que el peli celeste conocía.
Tetsu abandonó aquella escuela y odio el básquet. Pero una vez más los recuerdos de Shigehiro le ayudaron a seguir. Después de todo... ¿cómo podría abandonar el juego que Shigehiro le había enseñado a jugar?
Pronto Seirin le abrió sus puertas. Pero esta vez por más que Kagami taiga tuviera un parecido. a su antiguo amigo no se dejó deslumbrar.. Aprendió a no hacerlo. Aun así termino ganándose su cariño y también el de sus padres. Pero simplemente la idea de emparejarse con el pelirrojo no le llenaba. Porque sí ahora tenía muy claro su condición de omega y como tal tarde a temprano necesitaría de un alfa. Y ahora que entendía todo ese gran peso se preguntaba cómo pensó que Aomine sería el indicado. Ser pareja de por vida era algo demasiado grande para compartirlo con Aomine, por más que de nuevo volvieran a llevarse bien. Tampoco Kagami era el indicado pues por más que fuera como un destello de luz, no sentía que pudiera iluminar totalmente sus días.
Y ahí estaban, luchando codo a codo por la victoria final. Toda la poca energía que les quedaba la drenaban a cada paso veloz en busca de la pelota. No quedaba más fuerza, más esperanza. No había nada... faltaba tan poco, pero a la vez faltaba demasiado.
Y de repente una voz masculina y segura le llamó.
No pudo creerlo, Shigehiro estaba parado en la esquina de la cancha animándolo. Con una sonrisa más confiada que la que alguna vez observó en el pasado.
Y fue todo lo que el peli celeste necesitó para quemar le último gramo de energía que le quedaba para seguir siendo el soporte de la estrella de su equipo. Y junto a él, todo el equipo se puso de pie y luchó hasta sangrar, dando como resultado la victoria.
Era simple... la voz de Shigehiro y su sonrisa le había llenado de una sensación desconocida. Alivio, alegría, calor… adrenalina… Shigehiro le había perdonado de tal agravio pasado. O quizá nunca le odio como su omega creyó. No importaba pues su sonrisa le daba la seguridad que necesitaba.
Cuando el partido terminó a su favor solo pudo correr hasta él y abrazarlo. No pudo articular palabra alguna. Su omega interno le obligó a lanzarse sobre él, en un contacto que no pensó sería tan necesitado.
Shigehiro le respondió igual. Le apretó tan fuerte que debió temer que le rompiera algo, pero todo lo contrario ansió más de ese contacto.
Y fue ahí que finalmente lograron verse... pero no al rostro sino a través de sus sentidos naturales. Una llama que había crecido lentamente se disparó como si le echaran gasolina.
Se separaron un poco, pero sus narices buscaron encontrar la esencia del aroma del otro. Y estas no pudieron estar más que satisfechas.
Kuroko sintió la nariz del otro hurgar en su cuello, se sintió avergonzado, pero a la vez ansioso. ¿Qué le diría acerca de su aroma? Estaba seguro que todo su autocontrol sobre su presencia y aroma en estos momentos había acabado. Mientras tanto, él se llenaba con el fuerte aroma que desprendía el castaño... era como el de la corteza de un árbol matizado con la presencia de un canino poderoso...un lobo quizás.
Sus miradas se encontraron y pronto los labios de Shigehiro se estrellaron contra los propios en un contacto que había desconocido. No pudo detenerlo. Más bien su omega interno se sintió halagado y satisfecho, pues al parecer el aroma que había encontrado el castaño en su cuerpo le había gustado.
Al fi esa sensación de que algo salía de su cabeza apreció… unas orejitas sobre cada lado de su cabeza habían aparecido.
¡Era su amigo! Pero estaba respondiendo a su beso inaudito... no se habían visto durante años, pero estaban ahí sin poder detener algo... su aroma escapaba se hacía potente… y tetsu pedía el control.
"Déjame olerte… déjame oler todo tu aroma"
Los ojos de Shigehiro brillaban como nunca pensó verlos y solo pudo romper lo poco que quedaba de su control sobre su celo. No era su época del año pero solo podía pensar en el alfa que tenía al frente. Y entendió... era porque Shigehiro era su alfa... nada estaba mal a su lado.
Cuando Kagami junto a otro compañero de Seirin se quisieron acercar, Kuroko le observó con cariño, pero a Shigehiro le importo poco que el otro fuese más alto, simplemente le gruño y apresó a Tetsu mas contra sí.
Tetsu le susurró un "llévame" y Shigehiro asintió aun gruñéndole a kagami quien sonrió a Tetsu, aunque aún tenía ganas de pelear por este, el cariño y ternura que les había creado le permitían hacer ello. Además porque a pesar que le encantaba el oler vainilla del peli celeste, estaba seguro que no era su pareja destino. Al menos se permitiría buscar la suya.
Corrieron sin parar, siendo fotografiados por los equipos de prensa que habían asistido a tan impactante final del campeonato de invierno. Pero para ambos no existía nadie. Tetsu comprendió lo que una vez su madre le dijo... "cuando veas a tu verdadero alfa sentirás que nada falta, que todo te lo dará él, que te protegerá, te sentirás pleno y seguro, con la confianza absoluta y queriendo ser solo suyo". ¿Cómo no lo había notad? Shigehiro había estado a su lado de manera lejana pero había estado… eso era lo que su cuerpo y corazón anhelaba desde antes, después de todo fue Shigehiro quien hizo crecer el amor por este juego brutal. Era por su recuerdo que no se dejó vencer y buscó una manera de seguir jugando e intentar cambiara los miembros de su equipo de Teiko, lográndolo finalmente.
Mientras el calor corporal del castaño era transmitido al peliceleste a través de sus manos entrelazadas, el omega se permitió sonreír con sinceridad. No le importaba donde fuera llevado, no solo su omega estaba seguro de ello, su yo consiente también estaba de acuerdo. Siempre fue Shigehiro y siempre lo será. Era el único que podría ser su compañero para la eternidad.
Cuando finalmente salieron del enorme estadio. El castaño se quitó el saco que portaba para cubrir a Tetsu, después de todo su aroma a omega punto de entrar en celo era fuerte. Y el instinto de alfa le mandaba a que nadie debía siquiera voltear a su pareja.
La prensa aún les seguía de cerca, bastante confundidos por cómo se había desarrollado. Aprovechando que aún se organizaban, Shigehiro detuvo un taxi y ambos aun con las manos entrelazadas ingresaron.
Los servicios como el taxi eran solo entregados a alfas u omegas emparejados o betas que no reaccionaban ante las feromonas de ninguno. Por lo que no hubo ningún problema ante la situación. Sino que el taxista se dedicó a seguir las instrucciones del castaño alfa.
Ambos se miraron y por eso minutos sus personalidades normales volvieron. Y ambos no pudieron evitar sonrojarse. El castaño no soltó la mano de su amigo de infancia, pero no pudo evitar girar su cabeza hacia otro lado, apretar más la mano de Tetsu para luego acercarse a juntar sus narices.
—te extrañe mucho. Lo siento. Siento haberte dejado tanto tiempo, peor no sabes cómo me rompí la cabeza pensando que no merecías a un alfa tan mediocre como yo… se decía que salías con la estrella de Teiko... ¿Cómo podría yo competir con un alfa como él?
—Yo tenía miedo de que tú me odiaras. Shigehiro-san, también te extrañe y no me importa nada. Tú eres mi alfa y vas a tener que hacerte responsable
Shigehiro rio.
—En verdad has cambiado un poco. Perdón por sacarte de esa manera del estadio.
— ¡No te disculpe más! Eres mi alfa porque así lo quiero.
—Porque siempre fue así. Desde pequeño sentí algo especial, debí notar que eras para mí. Naciste para ser mi omega, Tetsuya.
No se dijeron más. Sabían que había mucho que contar, peor por ahora solo necesitaban como el aire, sentir la presencia y el aroma del otro. Sentirse muy cerca, traspasarse su calor.
Llegaron al departamento del castaño. Al parecer iba a una escuela cercana este.
Sin embargo, en el momento en que entraron, el peli celeste se embutió con el concentrado afrodisiaco que era el aroma de Shigehiro. Su cuerpo le pidió estar cerca de su alfa, lo más que pudiera con urgencia.
Shigehiro le abrazó, Tetsu entrelazó sus brazos alrededor de su cuello. Y sus bocas empezaron a probarse con todos sus sentidos alertas: gusto que sentía el sabor de sus labios y demás, nariz que no dejaba de intoxicarse con el celo de cada uno y tacto, con manos y piel contra piel se perdieron en un mar de necesidades que se consumaron.
Después de tal perdida de sentidos en medio de todo lo que hicieron en la noche, despertaron aun cansados. Ambos avergonzados. Se habían reencontrado en una situación difícil. Shigehiro le explicó que había decidido que de todas maneras le vería después del partido, pero que al ver como se ponía el juego en su contra decidió hacer presencia, intentando de esa manera transmitirle que todo estaba bien y que estaría a su lado.
Sus cuerpos aun permanecían juntos piel contra piel, pero ahora solo sentían que era reconfortante, ya no tenían esa hombre pro tocarse a ir más allá. No salían debajo de las abanas pues el solo verificar que habían hecho cosas que antes les hubiera parecía imposibles, les hacía hervir de vergüenza.
—Tetsu…te amo... sé que no te he visto en mucho tiempo, pero he seguido tu carrera. Y no sabes cómo he querido volver a estar cerca de ti. Pero tenía que hacer algo con mi vida. Y porque negarlo, con mi orgullo de alfa.
—Shigehiro-san
—Llámame por mi nombre... de ahora en adelante soy tu compañero de vida.
Tetsu sonrió cuando su alfa toco la mordedura que le había hecho en la noche. La marca, la que la naturaleza mandaba al omega a ser solo de un alfa.
—Shigehiro
—Voy a estudiar rehabilitación, Tetsu.
—Se escucha interesante. Yo decidí estudiar educación. No es por mi naturaleza, solo quiero hacerlo
Shigehiro, despeinó aún más los cabellos de Tetsu, solo para que ambos rieran. Para finalmente acercarse a juntar sus labios.
El timbre del departamento sonó de manera insistente. Shigehiro, pensó que se trataría de los padres de su ahora pareja, así que se vistió rápido y salió a abrir, pero grande fue su sorpresa de encontrar enfrente suyo a tres alfas bastantes populares.
—No te hagas ideas, Shigehiro.
Un omega pelirrojo se abrió paso entre ellos. Otro rubio se puso a su lado. Shigehiro los conocía bastante bien. Eran la generación milagrosa.
— ¿Quién es?
Tesu salió apenas vestido con una bata de baño.
Los tres alfas arrugaron el entrecejo, por lo que Shigehiro se puso a la defensiva.
—Akashi ya te dijo que no malinterpretes.
Aomine se acercó a Shigehiro y dejó que sus centímetros de más hiciesen su trabajo antes de retomar la palabra.
—Cada uno de estos dos- se refirió a Midorima y Murasakibara—Y me incluyo, tenemos omegas, pero Tetsu es uno de los nuestros así que más te vale tener cuidado con él. Aun podemos reclamarlo.
—Daiki, nunca has tenido mayor razón.
—Y aunque yo sea un omega, Kuorkocchi siempre ha sido nuestro. Así que oye bien: La humillación de aquella vez será nada a comparación de lo que te pasará si Kurokocchi sale lastimado.
Sin duda Shigehiro estaba feliz de haberse enamorado y finalmente apareado a un omega como Tetsu pues el pelirrojo y el rubio imponían un temor poco vistos en un omega. Los otros tres alfas no se quedaban tras.
—Cuidaré perfectamente de Tetsuya. Pueden confiármelo.
Al parecer, a pesar de los antiguos problemas la kiseki no sedai seguía siendo parte de su pareja y así estaba bien. Teniéndolos al asecho, Shigehiro estaba decidido a demostrar su valía como alfa.
Tetsuya se puso al lado de su pareja y tímidamente le pasó sus brazos alrededor en forma de un abrazo de apoyo. Shigehiro sonrió de forma destellante a los de la generación, quienes solo devolvieron una sonrisa en su forma peculiar de ser.
El destino finalmente había devuelto a Tetsu a quien siempre le perteneció. Porque desde que se vieron en aquel parque estuvieron destinados a conocer como era ser alfa y omega solo para volver a encontrarse y comprobar que su sentimiento finalmente había sobrevivido.
Tetsu y Shigehiro finalmente irían a la misma universidad que tenía tanto facultad de letras como de ciencias y así labrarían su destino, juntos, como pareja de vida.
Notas finales: Gracias por leer y animate dejamr eque te pareció este experimento. Aun me quedan dos retos por responder ..ejem umm NijimuraXtatsuya ..anda que ese tampoco es tan crak y un AomineX Himuro que es sí es bien crack haber que sale... Nos vemos!
