"Todos me molestan". Se repetía siempre, como tratando de no olvidar el lugar que le correspondía en su patética vida. Pero se trataba de un chico ido, podía sobrevivir en un lugar como ese, sin importar las burlas de los demás.

"Algún día las cosas deben cambiar, ¿No?" …De esa manera, la esperanza se mantenía con vida. Al año siguiente, un ápice de esa singular esperanza se hizo presente con la llegada de una jovial y alegre pelirroja.

Cat, se hacía llamar; una chica de baja estatura con un concepto de la vida bastante extraño. Pronto Robbie tuvo sentimientos por ella, pero era lo suficientemente tímido como para intentar algo… Se conformó con su amistad.

Al poco tiempo Cat le presentó a la "banda", conformada por André, Jade y Beck… Este último, un chico guapo que no paso desapercibido ante la mirada de Robbie; lo conocía, muchas veces deseo tener su suerte con las mujeres.

No tardo mucho en integrarse al grupo, aunque esto a Jade le desagradará.

Durante el resto de ese año, intento sacar a flote su personalidad, como del mismo modo intento tener otro tipo de interacciones con Cat. Ella solo reía o comentaba "lo asqueroso que era Robbie", esto lo hacía sentir mal de momento, pero sabía como disimular. Y además, tenía a Beck, que luego de muchas suplicas, terminaba aceptando ayudarle.

— ¡Estoy harto! —Se quejaba mientras cerraba uno de sus puños con fuerza, sosteniendo su muñeco ventrílocuo con la otra mano.

—Perdedor —exclamó el muñeco, riendo con maldad.

— ¡Rex! Hm…

— ¿Y ahora qué? —Inquirió Beck que se acercaba hasta donde estaba su compañero.

—Las cosas nunca salen como esperó… —Se apoyó de espaldas a su casillero, y observó a Beck de reojo— a veces quisiera tener tu suerte —el canadiense sonrió de lado y le acompaño apoyándose en uno de los casilleros continuos.

—No digas tonterías, eres quien eres… Y aunque a veces eres un poco raro —dirigió su mirada a Robbie, quien ahora le observaba con el ceño fruncido. Beck dejo escapar una suave risita y prosiguió—, bueno, eres único.

"¿Único? A que se refería con eso… ¿Era algo bueno o malo?".

—No te burles de mí…

—¿Hm? —Beck lo observo incrédulo y negó lentamente— no lo hago, pero el problema no es que yo considere que eres único… Creo que se debe partir por casa —se alejo de los casilleros hasta quedar en perfecta posición erguida; posó su mano derecha en el hombro del chico afro y lo observo por algunos segundos—, debes considerar que eres único, debes quererte más para ser querido por los demás.

No dijo nada ante lo escuchado. Sus labios formaban un pequeño círculo, como sorprendido por las sabias palabras de su amigo. Pronto, comenzaba a balbucear algo, un débil 'tienes razón', acompañado de una tenue sonrisa… Beck sonrió con amabilidad, alejo la mano del hombro no propio, y dispuso la marcha hacía su próxima clase.

—Es un buen amigo… —Sonrió abiertamente con sus labios algo fruncidos. Rex desde su posición observaba la expresión extraña del chico, como embobado… ¿Qué pasaba por la mente de Robbie?

—Es un chico guapo, ¿No?

—Sí...

—¡Ha! —Grito el muñeco, logrando desencajar la mandíbula de Robbie solo por la sorpresa. Este se encogió de hombros, mientras Rex sonreía abiertamente—. Tranquilo, viejo... Mantendré el secreto, creo que nos conviene.

—No hay tal secreto... —Murmuró— Es un buen amigo, admiro eso, pero solo eso, vamos —torció sus labios en una pequeña mueca y abandono el lugar; no tendría ese tipo de pensamientos, solo era un amigo, claro... Ahora, solo lamentaba que Rex estuviese a su lado en aquel momento, seguramente no dejaría de molestarlo con el canadiense.