Capítulo uno. El inicio.
—Haruno Sakura, 21 años, estudiante de universidad; virgen, sin pareja y sin necesidad de una_meditaba la chica de cabello rosado mientras cepillaba su largo cabellera sentada frente al espejo de su habitación —Primer día de clases de mi tercer año_poniéndose de pie y soltando el cepillo sobre el mueble del espejo.
—Sakura, cariño_ gritó Mebuki, su madre, ama de casa, fiel esposa y madre a tiempo completo —Se te hará tarde, jamás has llegado tarde a clases y no comenzarás ahora, señorita.
—Ya voy, madre_ comentó la joven agarrando su mochila dispuesta a salir de su habitación. Descendió por las escaleras hasta la planta baja y se encaminó con rumbo al comedor, donde su madre la esperaba con una bolsa conteniendo su almuerzo —Haruno Sakura, 21 años, sigo viviendo con mis padres_ pensó tomando esa bolsa y guardándola en su mochila.
—No puedes vivir a base de café, hija_ comentó su padre llegando al comedor y viendo a Mebuki tenderle a Sakura un termo lleno de café.
—No vivo a base de café_repuso Sakura —Esto me ayuda a rendir en las mañanas, de no hacerlo cabecearía en las clases como lo hace Naruto_mofó; Naruto, amigo de la infancia de Sakura, es un muchacho cabeza dura al que temas respecto a las materias de la escuela no le entran ni a patadas, pero un gran a humano a lo que respecta en ética y moral. —Ya me voy, se me hace tarde, los quiero_dijo despidiéndose de ellos con un beso en la mejilla, como lo había hecho por 19 años.
—Que tengas un gran día_respondieron ambos padres a unísono.
—Ay querido, 21 años y jamás nos ha presentado un novio_ dijo Mebuki llevando sus manos a su rostro con la intención de cubrir sus ojos.
—No hay necesidad de apresurarla, es joven y está construyendo su futuro, déjala que avance a su paso, Meb_ comentó Kizashi, padre de Sakura —Además, no todos tenemos la suerte de conocer a nuestra media naranja a los 15 años_ prosiguió con una voz profunda y mirada pícara.
—Ay, de veras contigo_ repuso Mebuki cubriendo con sus manos el rubor que esas palabras le provocaron.
Entre tanto, Sakura llegaba a la universidad, Sakura, una chica de rutinas estrictas, siempre salía de su casa a la misma hora, tomaba el camión a la misma hora, llegaba a clases a la misma hora, llegaba al salón y, como siempre, era la primera. «Nadie se ha muerto por madrugar» era su lema. Todo proseguía según el plan, en la mañana llevaba clases en su facultad y en la tarde llevaba las clases en el Departamento Físico Matemático, clases estrictamente relacionadas con física y matemáticas, como es obvio; ella cursaba allí matemáticas aplicadas —Qué dolor de cabeza_ quejó Sakura mientras veía su horario ya instalada en su salón de clases—Tengo mates aplicadas de 14-15 horas_ Sakura, a pesar de ser una estudiante ejemplar, odiaba las matemáticas con todo su corazón, no las entendía a la primera, tenía que sentarse en su escritorio y tratar de resolver los problemas, así fueran las tres de la mañana, ella no se movía, persistente y decidida.
—Son las dos de la mañana, es obvio que Sakura ya está en el salón_ se burló Naruto entrando al mismo salón que ella.
—Ajajá_ se burló Sakura falsamente— qué graciosito.
A pesar de llevar años de conocerse, no había interés romántico entre ellos, era un "no interés amoroso" genuino, no como esos amigos que dicen no gustarse pero uno está perdidamente enamorado de el otro; su relación no era así, Naruto veía a Sakura como una hermanita y Sakura lo respetaba como un hermano.
—¿Cómo quedó tu horario entonces?_preguntó Naruto sentándose a un lado de Sakura.
—Admito que no me quedó tan bonito como veces anteriores, o sea, no me quedó todo seguido_respondió Sakura entregándole el horario.
—Metiste mates aplicadas con Yamato_ peló los ojos Naruto, ante su respuesta, Sakura abrió los ojos grandemente, con cierta mirada de preocupación.
—¿E-eso es malo?_ decidió preguntar.
—Es un maestro muy serio, casi todo mundo reprueba con él, las clases las da... raras, creo que sólo se él se entiende.
—Percebes_ dijo Sakura inclinando su cabeza y tapando su rostro con las manos, ya se había resignado a reprobar también. —No, no puedo reprobar_ pensó —Dije que terminaría la carrera sin reprobar y eso haré, así tenga que desvelarme siempre, aprobaré todas las materias, incluso la de ese tal Yamato_ se animó.
El día avanzó de acuerdo al horario, aunque sólo una clase concordaba con Naruto, no se sentía mal, vivian cerca y él siempre estaba al tanto de su teléfono por si algo se le ofrecía a Sakura, lo mismo era Sakura con Naruto.
Todo iba bien hasta que llegó la clase de Matemáticas Aplicadas, su némesis en este semestre. Como siempre, llegó temprano, debido a que era el primer día de clases, no tenía algún tema que repasar, así que se sentó en una banca afuera del salón y se quedo viendo a la nada. Y entonces lo vio, alto, tez clara, mandíbulas fuertes, cejas un tanto pobladas, cabello oscuro, hombros anchos, con unos profundos y atrayentes ojos negros, era la primera vez que Sakura veía a ese chico, toda su presencia provocaba un rubor en ella, —espero que estemos en la misma clase_ se sorprendió pensando eso, pero seguía sin quitarle los ojos de encima. El muchacho sintió la mirada de Sakura y elevó la vista, ambos se miraron a los ojos, el encuentro visual no duró más de tres segundos, pero sólo un segundo bastó para que a Sakura se le coloreara el rostro de rojo, ella desvió la mirada y se cubrió el rostro con las manos.
La hora de la clase llegó y Sakura entró al salón, vio a sus compañeros ingresar, se quedó mirando fijamente a la puerta rogando ver entrar a ese chico, pero no lo hizo —Sólo fue un encuentro_ pensó Sakura con tristeza —Tampoco es como si yo le hubiese gustado y comenzáramos entablando una conversación_ intentó darse ánimos.
Llegó el maestro y se presentó con los alumnos, recalcó que el 80% de sus estudiantes no pasa el curso con él, señaló que no deja trabajos extra ni da "décimas", así le lleven al papa pidiéndole que les ayude, no lo hará. La puerta se abrió y un chico se asomó —¿Puedo pasar?_ preguntó, el maestro asintió y siguió hablando —Las impuntualidades no son toleradas en este salón de clases, lo dejaré pasar esta vez, joven, sólo porque es el primer día; si ven la puerta cerrada, ni toquen, no los dejaré pasar.
Y allí estaba, él entró, su presencia le cortó el aliento a Sakura, su mirada lo siguió hasta que se sentó —No, Sakura_ pensó —Tú veniste a estudiar y sólo eso harás.
Acabó la clase y salió del salón, era hora de volver a casa. Salió de la faciltad e hizo la parada al camión, milagrosamente había asientos libres, se sentó, y otra vez estaba allí, ese chico de mirada provocativa y cuerpo deseable, estaba entrando al camión, al mismo camión que ella —¿qué probabilidades de esto tenía?_ se preguntó Sakura mientras se sonrojaba, pero él no la vio, se sentó unos lugares más atrás de ella. Cuando llegó la parada de Sakura, ya no estaba el muchacho en el camión, pero poco le importó, estaban en el mismo salón, se daría el gustito de verlo todos los días. Observarlo en silencio, eso no era ser acosador, ¿o sí?E
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Es mi primer fan fic, espero que les guste, trataré de actualizar una vez a la semana ^^
