Queridos lectores! Hey! Como han estado? Espero que muy bien :D Primero que nada quiero darles la bienvenida a esta nueva historia. Algunos quizás me conozcan por mis fics "Elsanna" que tengo, que aún sigo escribiendo (lentamente pero sigo escribiéndolos xD)
Sin embargo, otros quizás sepan que cuando entre a este mundo de Fanfiction y al fandom de Frozen en general. Empece una historia que no "pertenecía" a ninguno de los ships, ustedes saben, Elsanna, Helsa, etc. Una historia sacada de mi cabeza que llego a coincidir con la de otro usuario (que eso ya se a explicado ;) ).
Una historia donde Elsa y Anna que por alguna extraña razón llegan a parar a nuestra época. No se a mi siempre me a gustado ver a personajes, sobre todo de Disney, en nuestra época, interactuando y demás cosas así. Yo se que esa historia no tiene muchos seguidores que digamos, pero fue mi primera historia :´). Una que pensé de principio a fin como terminarla y pues bueno... ya es hora de continuarla.
De antemano te digo que si tu eres nuevo, te invito a que leas "Entre el pasado y el futuro" Para que sigas con la linea de la historia y así puedas disfrutar de esta :D.
Ahora para todos aquellas que ya saben de lo que hablo. Les quiero decir que esta historia comienza casi dos meses despues de los sucesos ocurridos en Arendal. Así sin mas... espero que apoyen esta historia :D... Les mando un abrazo y un saludo :D Los quiero!
Aclaraciones:
—Esta historia no pertenece a ningún ship (Elsanna, Helsa, Jelsa, etc)
—La personalidad de Elsa y Anna puede variar con respecto a su forma de ser original.
—Personajes OC (o sea personajes originales creados por mi)
—Elsa si tiene poderes.
Capitulo 1: Un gran cambio.
Un trabajo, nueva imagen, nuevos nombres, falsas historias, algunas presiones, nuevas amistades y por qué no, un fuerte romance. Tantas y tantas cosas por las que tuvieron que pasar, buenas y no tan buenas y todo durante el transcurso de medio año. Quien diría que esas chicas que a principio de año, eran las monarcas de un antiguo reino y ahora pertenecían al siglo XXI bajo los nombres de Elsa Arendelle y Anna Arendelle, en si sus nombres originales, solo.
Crear unas nuevas identidades era mucho más fácil de lo que parecía. Había que hacer algunas llamadas por aquí, firmar algunas cosas por acá y en menos de lo cantaba un gallo, Elsa y Anna por fin se habían convertido en miembros de la sociedad actual. Era impresionante todo eso, teniendo en cuenta de que todo los movimientos lo empezaron a hacer justo después de volver de Arendal. Algunos otros asuntos, como el problema del departamento donde las chicas vivían, se soluciono de una manera un tanto extraña o por ejemplo también de cómo Elsa y Anna habían con conseguido sus nuevos empleos.
Por otro lado, en Arendelle, las cosas estaban llevando un rumbo algo diferente. Luego de la decisión que Anna había tomado y de la orden que había dado, el reino ahora estaba bajo las ordenes del príncipe Hans de las Islas del Sur, aunque no gobernaba como el rey de Arendelle. A pesar de que muchos en el pueblo estaban aún agradecidos por lo que Hans perfección lo que en verdad había sucedido. Así que Hans siendo el único miembro de la "realeza" disponible para ocupar el cargo, se le decidió otorgárselo.
En la mente de un joven repartidor de hielo, vivía aún la esperanza de que su adoraba princesa llegará a cambiar de opinión, que otra vez la volvería a ver corriendo por los pasillos del enorme castillo.
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Londres 2014
El frio invernal por fin había llegado a Londres. Las calles se comenzaban a iluminar y a decorar entorno a las fiestas navideñas. Para Elsa y Anna, está era sin duda la mejor época del año, no había otra que se le comparara. Era de esperarse que la forma en como las personas celebraban la navidad en el siglo XXI, era muy diferente a como ellas solían celebrarlas. Aunque aquella sensación de desconcierto por la que antes las hermanas pasaban, al encontrar o descubrir algo nuevo, parecía que se había esfumado. Las cosas ya eran tomadas de otra manera.
—Elsa y tú tienen planes esta noche, Jack.
—Tendremos un pequeño maratón de películas. Supongo que terminaremos la saga de Harry Potter.
— Jeje creo que nunca debí dejarla con Tobías todo un fin de semana. Ahora tiene gustos muy… como decirlo…
—¿Frikis?
—Sí creo que esa es la palabra — Ambos chicos rieron, recordando los ahora gustos de Elsa.
Luego de regresar de Arendal, Jack logro conseguirle a Anna un trabajo de mesera en "Jazz Café" debido a que había una vacante. Al principio la pelirroja no tuvo un buen arranque en su trabajo, pero solo fue cuestión de algunos días para que se convirtiera en toda una "experta" en esa área. Anna solo trabajaba medio turno, aunque en algunas ocasiones ella y Jack coincidían en su hora de salida y ambos regresaban al departamento, esto claro que le encantaba a su hermana.
—Jack necesito dos martinis, un cosmo y una cerveza para la mesa 5 — dijo Anna llegando con algo de prisa.
—Trabajando enseguida.
—Jack ¿puedo hacerte otra pregunta?
—Claro que si, Anna — respondió Jack mientras preparaba las bebidas.
—Elsa no te a… bueno no te a mencionado nada sobre Arendelle… y esas cosas — Anna se escuchaba muy cautelosa.
Jack freno por un instante sus tareas. Esa clase de temas procuraba no hablarlos frente a Elsa o frente a la hermanas en general, era como una especie de tabú. Desde que regresaron a Londres, luego de su pequeña aventura, Elsa trataba de no recordar Arendelle o el simple hecho de que ella fue en un momento una reina. Ella simplemente quería ser la persona más normal posible y lo mismo se podría decir de Anna.
—Anna… no suelo hablar de esas cosas frente a Elsa, tu sabes por… su pasado.
—Si lo entiendo… era solo una curiosidad.
La risa nerviosa de la pelirroja tenía un pequeño trasfondo. La culpa por no haberle dicho toda la verdad a su hermana seguía regente en ella y eso es algo que no se puede olvidar tan fácilmente.
Mientras tanto, a unos cuantos kilómetros de "Jazz Café". Una rubia platinada caminaba de regreso a su casa mientras se maravillaba con las hermosas decoraciones navideñas de la ciudad. Al igual que su hermana, Elsa había logrado conseguir un trabajo de medio tiempo, trabajando en un biblioteca en el distrito de Chelsea. Aunque su trabajo estaba algo lejos del departamento, Elsa se podía dar un momento para conocer un poco más de la hermosa ciudad de Londres. El clima frio era su preferido, combinado con la navidad, eso simplemente era perfecto. En la mente de Elsa rondaban los recuerdos de las navidades pasadas, aquellas en las que permaneció encerrada en su habitación y alejada de Anna.
Esta tenia que ser diferente, tenia que ser especial. Seria su primera navidad juntas después de casi 13 años de ausencia. Pero también no solo pasaría la navidad con Anna, si no también con otra persona especial para ella.
La relación con Jack iba cada vez mejor conforme avanzaban las semanas. Elsa se había abierto lo suficiente con él como para llegar a tenerle la confianza que ella le tenía a Anna, tanto así era ya su confianza. Ella jamás pensó que encontraría a alguien así. Cada vez que Elsa estaba a su lado, todos sus antiguos miedos, su aparente timidez o incluso sus dudas sobre si era lo correcto en seguir viviendo en esa época, quedaban atrás.
—¿Hola? — dijo Elsa respondiendo su teléfono.
—¿Elsa? Soy Anna.
—¿Anna? No reconocí este numero. Pensé que era otra persona.
—Si bueno, es que estoy llamando desde el trabajo…
—Anna ya te eh dicho que no divagues en el trabajo. Debes de concentrarte.
—Pero que dices, si soy la mejor de este lugar — dijo Anna con cierto reproche hacia su hermana — En fin, quería decirte que me quedaré unas cuantas horas más, una de las chicas no vino a trabajar y pues tengo que suplirla.
Elsa escuchaba atentamente el resto de las indicaciones de su hermana. Mas que nada eran excusas de porque no quería quedarse más tiempo en "Jazz Café". A demás de también decirle que Jack iba hacia el departamento para la noche de películas. Luego de la conversación con su hermana, Elsa acelero el paso para llegar lo más pronto posible al departamento.
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—Sabes una cosa… me pregunto que pensaría la autora si te conociera.
—Quizás nunca lo sabremos.
El maratón de películas de Harry Potter que Elsa y Jack había planeado estaba casi por terminar. Luego de la sexta película, decidieron tomar un breve descanso antes de continuar con las dos ultimas películas. Todos en el departamento habían decido salir, incluyendo a Anna, a una fiesta de fin de curso de la universidad de April.
Mientras Jack preparaba algo de botana y unas bebidas para continuar con el maratón. Elsa estaba muy nerviosa. No era la primera que ella y su novio se quedaban solos en el departamento, pero esta era la primera vez que ocurría de noche. Su relación había avanzando mucho y también "el contacto" entre ellos. Los besos eran muchos más largos y con un poco más de pasión que antes. De vez en cuando, algunas caricias hacían acto de presencia. Aunque nunca se llegaba a mas. Jack era demasiado respetuoso con Elsa como para intentar algo así, aunque la rubia no era del todo un hielo. Quizás solo era cuestión de tiempo o de momento para que entre ellos empezaran a pasar algo mas.
—¿Estas bien? — preguntó Jack al notar unos copos de nieve alrededor de Elsa.
—¿Qué? Ah esto… —Elsa noto rápidamente los pequeños copos y con un rápido movimiento de su mano, los hizo desaparecer —Es solo que… estoy ansiosa por saber que pasa después con...
Un beso repentino de aquel chico que tanto la hacia enloquecer, fue lo que pon fin hizo que la rubia platino dejará sus nervios atrás.
El sofá donde ambos se encontraban viendo las películas, se convirtió en cuestión de segundos, en el perfecto lugar para una guerra de besos y caricias al por mayor. Como si fuera hielo derritiéndose por el sol, Elsa podía escuchar los latidos de su corazón con toda claridad. Jack sabía perfectamente que era lo más le fascinaba a la reina, a su reina. Pronto aquellos los labios del joven ingles, pasaron a cambiar de posición. Los dedos de Elsa se enterraban con fuerza en el sofá al sentir aquellos labios sobre posarse sobre delgado y fino cuello. La respiración de ambos se empezó a agitar, ambos estaban perdiendo la noción del tiempo.
Sus labios, su cuello, sus hombros, esa era el recorrido que Jack seguía con delicadeza. Elsa se estaba dejando llevar por aquel coctel de sensaciones dentro de su cuerpo. No le importo que de su boca empezaran a salir unos leves gemidos, que poco a poco fueron intensificándose, conforme su novio bajaba más y más. La reina sintió la necesidad de "devolver" el favor. Pronto la chaqueta que Jack llevaba consigo voló por la sala. Elsa estaba pisando terrenos desconocidos para ella. El joven ingles tuvo que frenarse un poco y observar como esa chica con poderes de hielo, desabotonaba su camisa. Las mejillas de la rubia estaban más rojas que nunca y su respiración era tan agitada que incluso tenía ciertos problemas para respirar. Por fin el ultimo botón era desabrochado y con esto, Elsa podía notar, por primera vez, el torso bien trabajado de su novio, ella sabía que él hacía ejercicio pero nunca imagino algo así.
—Jack… puedo pedirte algo — dijo Elsa casi murmurando.
—Claro…
—Puedes… ¿besar un poco más abajo de mi cuello?
No pasaron ni cinco segundos, cuando Jack ya había empezado con su nueva tarea. Elsa cerros su ojos y simplemente se dejó llevar por el ritmo lento que el joven ingles estaba llevando, era claro que él tenía el control. Y así como había sucedió unos minutos antes. Diminutos copos de nieves empezaron a invadir la sala. Estos caían lentamente sobre el cuerpo de ambos.
El pecho de Elsa subía y bajaba con cierta rapidez. Ella podía sentir el cálido aliento de aquel chico que la había logrado conquistar, ese que había descongelado su corazón de una vez por todas. Y tal y como Elsa había desabotonado su camisa, Jack estaba haciendo lo mismo, aunque mucho más lento. Elsa se estaba convierto en una olla de presión, una que estaba apunto de estallar.
—Te digo que yo no tuve la culpa de nada, fue ella la que insistió en ir — se escuchó una voz femenina.
—Bueno pudo ser peor — respondió otra vez, pero masculina.
Aquellas voces hicieron que la pareja reaccionaran de inmediato. Y en unos cuantos parpadeos, ambos había regresado a una postura más normal y tratando de lucir de igual manera. Anna, Sara y Tobías estaban de regreso, habían regresado antes de lo previsto.
—Seguramente pudo haber… — Anna fue la ultima en entrar al departamento. Percatándose de la situación que estaba frente a ella — ¿Qué esta pasando aquí?
—¡Anna!... Regresaron antes de lo esperado… — Jamás en su vida, Elsa había sentido tanto vergüenza y menos frente a su hermana.
—Creo que interrumpimos… algo — dijo Sara al notar como lucía Jack y Elsa.
La mirada de Anna hacía su hermana no era la más amigable. Elsa seguía con las mejillas rojas, aunque ahora era más por la vergüenza y la pena que por otra cosa. Esta se intensifico más al notar los gestos que Sara le hacia. Ella logro descifrar rápidamente lo que la chica trataba de decirle "Tu blusa" Fue todo lo que Elsa tuvo que saber.
—Creo que es mejor que me vaya a dormir. Mañana tengo clases — dijo Tobías haciéndose el desentendido.
—Lo mismo digo, buenas noches a todos.
Anna seguía de frente a la pareja. Jack solo hizo un pequeño gesto para despedirse del resto, él tampoco podía ver a los ojos a la pelirroja. Anna resoplo un par de veces, rodó los ojos y con un gesto que ambos pudieron entender, se despidió indicando que ella también se iría a dormir. No sin antes dejarle un mensaje a su hermana "Tu y yo tenemos que hablar"
—Creo que me tengo que ir… tengo turno en la mañana.
—Ah… sí por supuesto. Te acompaño a la puerta.
Camisa abotonada, chaqueta puesta y Jack estaba tal y como había llegado. Aunque no se podía decir lo mismo de Elsa, que aun lucia "huellas" de la batalla que se libro en el sofá. Mientras bajaban las escaleras hacía la salida del edificio, ambos no pudieron aguantarse las risas nerviosas. Vaya que si había metido la pata.
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El ambiente en la habitación de las hermanas era un poco tenso. Elsa estaba quitándose su maquillaje mientras Anna ya hacía en parte arriba de la litera, ya con su pijama puesta, mirando su celular. Los nervios de la rubia aún no desaparecían, en cualquier momento Anna empezaría con el incomodo interrogatorio.
—Elsa…
—¡No paso nada! ¡Lo juro!
—¿Espera, qué? Elsa no pienso preguntarte por lo que paso.
Elsa no comprendía nada de lo que pasaba. Ella estaba segura que Anna no dejaría pasar esta oportunidad para preguntar sobre lo que había pasado, además, su cara cuando los vio a ella y a Jack en la sala, no parecía nada amigable.
—Tengo que admitir que si me puso un poco enojada y creo que celosa. Después de todo eres mi hermana.
—Ah si… entiendo. Pero descuida Anna, créeme que no pasa nada de lo que tú crees.
—No te juzgaré Elsa. Ahora vivimos en el siglo XXI y hasta donde yo se, es normal que las parejas hagan ese tipo de cosas cuando…
—¡Anna! También recuerda que soy una reina y…
—Querrás decir, que eras una reina.
—Eso no importa. El que ya no sea reina, no significa que no deba de dejar de actuar como tal.
Anna reía por la bajo al ver como su hermana trataba de justificar su comportamiento. Las dos tenían razón en cierta. Por un lado era dejar atrás todos esos tabús o viejas costumbres en el pasado y por otro lado, no perder ese porte de la realeza que llevaban en la sangre.
La pelirroja no quiso indagar más en el tema, por lo que decidió que ya era hora de dormir. Elsa de igual forma le parecía buena idea, vaya que si había sido un día agitado.
Casi siempre antes de irse por completo a dormir. Anna leía algunas noticias y chismes a través de Twitter, red social a la que la pelirroja se había vuelto casi adicta. Elsa se dedicaba a escuchar a su hermana, ya que ella no era muy fan de las llamadas "redes sociales" pero nunca estaba de más estar enterada de lo que pasaba en el mundo.
—Mira aquí hay un dato interesante — dijo Anna mientras leía un tweet.
—¿Qué dice?
—Dice que una persona tiene al menos tres secretos que jamás llega a contar en su vida.
—¿Crees que sea verdad eso?
—Bueno… tú eres mi hermana, no me gusta tenerte secretos pero… supongo que hay cosas que nunca te eh dicho.
—Creo que digo lo mismo. Pero bueno, estoy muy cansada… buenas noches Anna.
—Sí… descansa Elsa.
Justo antes de dormir, luego de apagar su celular. Anna reflexiono un poco sobre esa ultima frase que había leído. Era cierto que entre Elsa y ella no había secreto, jamás los hubo, pero quizás si había un secreto que aún guardaba celosamente. Que tal vez si Elsa lo supiera podría cambiar su relación para siempre.
Su mirada estaba puesta sobre aquel buro frente a ella. Específicamente hacía uno de los cajos que Anna usaba. En él, ya hacía un valioso objeto. Una piedra. Una que las podía hacer regresar a su tiempo, a su verdadera casa.
"Recuerda… lo hiciste por ella… por ella"
