Prólogo
28 de noviembre de 2011
Estaba consciente de las consecuencias, sabía que podía o no suceder algo a mi favor. ¿Pero qué podía perder? Joe tenía razón y yo debía hablar con TK cuanto antes, debía decirle lo que sentía por él y que pasara lo que tuviera que pasar…
Mi pregunta era: ¿cuándo y cómo? No podía decírselo en persona, sabía que los nervios no iban a dejarme y por internet… siempre estaba esa opción, aunque me haría quedar como una cobarde que no habla de frente.
Ugh, ¿por qué tenía que ser tan complicado? Estaba harta de las estúpidas reglas, que si el hombre da el primer paso, que si la mujer lo da, que si… lo único que quería era que él supiera cómo me siento ¡y ya! ¿Por qué hacer todo un drama de ello?
Con todo el valor que había dentro de mí agarré mi laptop y decidí hacerlo. Le dejaría un e-mail explicándole cómo me sentía y aclarándole que estaba bien si no correspondía, lo único que yo quería era que él lo supiera.
Y así, comencé a escribir…
"Hola TK…
Mira, sé que esto te puede parecer extraño y puedes pensar que estoy loca pero quiero que sepas que me gustas, y no me gusta sentir algo por alguien y que esa persona no se entere. Igual no quiero que te sientas comprometido con esto, no tienes que decir nada de hecho. Espero no te incomode y perdóname si te estoy molestando."
Leí el mail mil veces antes de enviárselo, era demasiado directo, pero con los hombres una debe ir directo al grano, ¿o no? Aunque a veces ni así comprenden… lo peor que podía pasar era que me dijera que yo no le gustaba y ese no ya lo tenía. Quizás tan sólo era una chica más que le confesaba aquello, bueno, definitivamente era una más, sólo que muy cobarde por no hablar de frente, en cualquier caso, creo que él ya sabe que me gusta, es bastante obvio, apenas lo veo y esa estúpida sonrisa aparece en mi rostro, mis ojos se fijan a él como imanes a un magneto y empiezo a hablar mucho. Qué idiota de mí.
Finalmente, fijé el puntero del mouse sobre "send", cerré los ojos y lo oprimí. Mi corazón empezó a latir con fuerza. Ahora sólo debía esperar a que él respondiera… o no.
Cogí mi celular y le marqué a Joe.
-Qué onda.- saludó.
-Acabo de hacerlo.
-¿Perdiste tu virginidad con un vago?- bromeó.
-¡No, tonto!- me reí, y sentí que mi cuerpo empezó a relajarse.- Le he dicho a TK lo que siento.
-¿Qué? ¿Cómo?... ¿Qué?
-Pues…
-¿Qué te ha dicho él? ¿Te ha besado?- solté una carcajada, para ser hombre, Joe a veces se comportaba como una adolescente.
-Le he escrito un e-mail.
-Ah…- noté un poco de decepción en su voz y me mordí el labio, temiendo haber cometido un error.- Bueno, ¿y qué te ha dicho?
-No ha respondido aún, ¿quieres que te lea lo que le envié?
-Sí.
Leer el mail en voz alta sólo me hizo sentir patéticamente estúpida y miserable. Hubo un breve silencio después Joe habló.
-No ha estado mal, un poco directo, pero es mejor que darle tantas vueltas al asunto, ¿no crees?
-Supongo.- respondí insegura.- Awww Joe, ¿qué crees que me diga?
-No lo sé, Kari. Pero si yo fuera él no me lo pensaría dos veces para estar contigo.- sonreí. Joe y yo nos conocíamos desde hace años y nos habíamos vuelto inseparables. Él era mi mejor amigo, casi como mi hermano y por nada del mundo cambiaría nuestra amistad.
De pronto una notificación en mi Inbox. Él respondió. Mi corazón se aceleró, mis piernas y brazos temblaron y me costó hablar. Era como si una especie de miedo mezclado con emoción se hubiera apoderado de mí y no podía controlar mi cuerpo.
-¿Joe? Te llamo luego, ¿vale?
-Claro… eh, ¿Kari?
-¿Si?
-Relájate, todo saldrá bien.- sonreí, impaciente por querer leer el e-mail.
-Claro.
Colgué la llamada y dejé el celular a un lado. Lentamente arrastré el puntero del mouse sobre la notificación y abrí el e-mail. Tomé una gran cantidad de aire antes de pegar mis ojos al monitor.
"Hola Kari.
Agradezco mucho tus palabras y sinceridad pero acabo de terminar con mi ex y aún sigo sintiendo algo por ella, ¿sabes? Pero no te preocupes, no dejaré de hablarte por esto y para nada me has molestado."
Y esa fue su respuesta.
Y así fue como comenzó todo.
Hola de nuevo, chicos!
Sé que el prólogo no habla mucho de lo que se tratará esta historia, a la que debo decir que le he invertido tiempo, primeramente porque no tenía la idea clara de cómo debía ir y después porque llegaron el montón de ideas y no me había hecho el tiempo de acomodarlas jajaja... ya la irán viendo.
También sé que he estado ausente en mis otras historias, sé que muchos esperan continuación de Enfrentando gigantes, sólo que no me he dado el tiempo de buscar el borrador donde tenía los avances... dirán que son excusas pero entre más se acerca el tiempo de terminar la carrera, más tiempo te consumen miles de trámites jajaja.
En fin, publicaré un capítulo por semana, así que espero recibir algunos reviews de aquí al otro domingo, ¿si? :D
