Me costaba mantener el equilibrio y caminar correctamente, habían pasado casi 100 años desde que tuve que sostener tanto peso sobre mis pies, los cuales ahora eran enormes comparados con los que antes tenía, pero mínimos en comparación con el resto de mi cuerpo… Era extraño.
Ya que caminaba lentamente y con la vista al suelo no me percataba de cualquier obstáculo que pudiese tener al frente, estaba muy ocupado intentando no caerme y tropezar como un infante en sus primeros años de vida, no me percaté de cuando Taxidermo detuvo su caminata, apenas y noté cuando mi rostro se encontró con su larga espalda cubierta con ese lúgubre y negro traje suyo, muy similar al mío.
—Lo lamento…— dije dando un torpe paso atrás, no quería avergonzarme enfrente de nadie, especialmente enfrente de la persona que hizo posible el que pudiera tener mi cuerpo devuelta.
—No tiene porque, señor Ragamuffin, ha pasado mucho tiempo siendo un muñeco de poca estatura, es completamente normal que le cueste un poco acostumbrarse a un cambio tan drástico. — Su voz suave y su tono educado hacían que cualquiera se sintiera seguro, era un buen amigo. No paso mucho tiempo para que nuestra caminata de regreso a la mansión Lynchfast* continuara.
Podría haber volado hasta ahí o correr muy rápido mientras cargaba a Taxidermo y podíamos haber llegado hace horas pero acababa de obtener mi cuerpo y me había recomendado que no utilizara ninguno de mis "poderes" vampíricos hasta que me acostumbrara a manejarlos otra vez.
—Le recuerdo que es temporal.
Suspiré, quisiera poder evitar ese pensamiento y tan solo disfrutar el tiempo que pueda con mi cuerpo. —Estoy consciente de ello. — Respondí sarcásticamente ¡Soy Ragamuffin! ¡El Eterno Vampiro, maldita sea! No necesito advertencias tontas.
—Se lo recuerdo por su propio bien, señor vampiro, no quiero que lo tome por sorpresa o que luego me culpe a mí.
—Yo jamás haría eso, hiciste todo lo que pudiste para darme esta oportunidad y estaré eternamente agradecido, quería tener mi cuerpo de regreso más que a nada en este mundo y no sé cómo pagarte este favor.— Dije alzando un poco el tono de mi voz, el hecho de que pensara por siquiera un segundo que yo era como cualquier idiota oportunista no me parecía nada bien.
Rió suavemente —No se lo tome como un favor, para mí siempre es un placer servir a un amigo tan querido, sobre todo si puedo complacer a dos realizando la misma acción.
Fruncí el ceño — ¿A qué te refieres? — pregunte sin mirarlo a los ojos, debía concentrarme en caminar.
—A decir verdad, ya me estoy imaginando la cara de la señorita Lenore al verlo en esta forma, de seguro estará encantada de tener a un caballero vampiro que la proteja de los monstruos.
Ambos reímos al imaginar una situaciones como esa, aunque a decir verdad nunca me paso por la mente como reaccionaría Lenore cuando tomé la decisión de recuperar mi cuerpo.
—Supongo que por eso me contactó, para poder atraerla con sus encantos vampíricos ¿cierto? — Note cierta hostilidad en su voz, casi odio.
— ¿Qué? ¡Por supuesto que no! Esto no fue por ella… además, no soy esa clase de vampiro. — Intente tomarme por alto lo que estaba seguro acababa de insinuar, no quería hacer la caminata mas incomoda y extraña de lo que ya era.
— ¿Entonces cuál fue la razón?
Trague saliva, teniendo cuidado de no cortarme la lengua con mis afilados colmillos, decidí mirarlo a esas enormes ojos negros suyos, intentando hacerle entender que iba enserio, que no era alguna jugarreta vampírica para hacerle bajar la guardia y después atacarlo —Últimamente me he sentido muy deprimido e inconforme con mi persona— Tuve que devolver la mirada al piso cuando casi tropiezo con mis propios pies, suspirando al recordar las largas noches llenas de angustia y lagrimas que pasé pensando en mi cuerpo —Me sentía más inútil y más patético con cada día que pasaba encerrado en ese maldito cuerpo de muñeco, llegue a un punto en el que ya no podía ni dormir y temía que esto molestara a Lenore, lo que menos quería era representar una carga para ella…— guarde silencio por un minuto, de repente había comenzado a pensar mucho en esa niña con olor a trapo mojado y lo que me había costado a acostumbrarme a ese putrefacto olor.
— ¿Y acaso cree que cambiando su físico resolverá sus problemas? — Ese tono hostil no se iba, pero ya me sentía más protegido pues habíamos llegado a nuestro destino.
—Bueno, no tener mi cuerpo originó el problema, es lógico que tenerlo devuelta los resolverá. — Me puse algo nervioso, quería entrar y dormir un poco pero no podía dejar a Taxidermo con la palabra en la boca.
Se mantuvo en silencio por un momento, sentía que me observaba detenidamente pero la "condición de la piel" que había originado la deformidad de su rostro me impedía distinguirlo en su totalidad. —Tenga cuidado, señor Ragamuffin… No vaya a ser que su cuerpo de vampiro termine empeorando sus problemas o creando nuevos…
—No tengo idea de a que se refiere. — Fruncí el entrecejo mientras entraba a la mansión, sabía que él no se quedaría.
—O las dos cosas. — Dijo en un susurro, yo estaba bastante cansado y confundido, por un lado no entendía que quería decir y por el otro no quería entenderlo, me ofendía su tono y las cosas que insinuaba, no quería pensar que un amigo tan querido como él estaba comenzando a verme como un monstruo desalmado. Que ironía, pasé tanto tiempo extrañando como la gente me temía y odiaba, y ahora que parecía estar experimentando eso mismo pero a través de un amigo... Me parecía una mierda.
Esa cantidad de pensamientos originaron algo de nerviosismo en mi persona, y antes de que pudiera darme cuenta le había cerrado la puerta a Taxidermo en la cara sin siquiera decir buenas noches.
Y antes de que pudiera darme cuenta ya me estaba arrepintiendo.
*Lynchfast es el apellido de Lenore y el de su familia a la cual le pertenece la mansión en la que se desarrolla la serie/comic original y este fic, como la familia de Lenore esta probablemente muerta esta propiedad ahora le pertenece a ella.
**Lenore y Ragamuffin duermen juntos, pero no de manera sexual, sino de la manera en la que duerme una niña pequeña con su muñeco de felpa favorito.
