N/A: ¡Yay! Es el primer Fic de Ace Attorney que escribo^^. Bueno, me inspiré en un un doujinshi de Cursor para hacerlos ^__^. Espero que os guste, cualquier tipo de opinión será bien recibida ;).

Disclaimer: Phoenix Wright: Ace Attorney no me pertenece, es de Capcom.


HoldHands


—¡Uah! ¡Que frío!— Maya se miró las manos que se empezaban a poner rojas y la sopló mientras las frotaba en un vano intento de conseguir algo de calor. También se frotó los hombros, pero su ropa era demasiado ligera y seguía congelada.

Phoenix suspiró entre divertido y exasperado.

—¿Cómo no quieres tener frío con esa ropa que llevas?—preguntó con ironía. Él si iba bien abrigado y la verdad es que no soportaba ver a Maya pasar frío. Se quitó el abrigo de pana y se lo puso a ella por encima de los hombros.

Ésta sonrió feliz y le dirigió una alegre mirada a Phoenix.

—¡Gracias Nick! Al final va a resultar que tienes tu corazoncito— le dijo con sorna a lo que su amigo respondió rodando los ojos. Aún así, estaba agradecida. No era plan congelarse por haberse dejado el abrigo en casa.

Maya se puso a observar a Nick con detenimiento. El pelo pincho, que el llamaba "natural", los ojos serios y firmes, la nariz recta y las espaldas anchas…iba a seguir mirando hacía abajo, pero Phoenix se dio cuenta de que le estaban "estudiando".

—¿Qué miras?— preguntó Phoenix un poquito cansado de la revisión de Maya. ¿Tenía monos en la cara o qué?

—¡Nada, nada! Oye Nick, ¿no tienes las manos frías? ¡Yo las tengo congeladas!— comentó Maya bufándolas. Estaban ligeramente enrojecidas. Era especialmente habilidosea en cambiar de tema cuando le convenía.

Phoenix negó con la cabeza.

—La verdad es que no— replicó encogiéndose de hombros. Aunque se sobresaltó cuando notó las manos frías de Maya coger las suyas.

—¡Es cierto! ¡Están muy calentitas!— replicó ésta sonriendo. Entrelazó sus dedos con los de él y se acercó más. Phoenix enrojeció rápidamente, aunque no era a causa del frío.

—No pasa nada si nos cogemos de las manos, ¿verdad Nick?— preguntó Maya con su característica alegría. Phoenix se ruborizó más y desvió la vista. Ella era demasiado inocente.

—N..no, claro— contestó balbuceando. Aquel contacto frío pero cálido al mismo tiempo era suficiente para ponerlo de los nervios.

Maya sonrió con felicidad mientras le daba un apretón a Phoenix.

—¡Yay! ¡Ahora vamos a comer hamburguesas!— dijo alzando el puño que le quedaba libre hacía el cielo como si fuese algo de importancia nacional.

Antes de que Phoenix pudiera hacer o decir nada, se estaba viendo arrastrado por su amiga hacía el burguer de siempre. No opuso resistencia (tampoco es que pudiera), y la verdad es que aquel tipo de acciones le hacían sonreír.

Maya, era Maya al fin y al cabo. Y Phoenix era Phoenix. Y no había más que hablar, aunque quizás si comer.


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