— ¡Te dije que no debías haber bebido tanto!— exclamó una molesta Kimiko.
La noche anterior, a Raimundo se le había ocurrido la, muy entre comillas, gran idea de ir a un club nocturno a probar unos tragos. Obviamente, Kimiko sabía que el brasileño estando ebrio y rodeado de un montón de mujeres con vestidos muy cortos, no era lo ideal si deseabas no tener antecedentes penales. Por tal motivo, decidió acompañarlo ¡y vaya que fue una gran idea! Fueron dos horas de ver a Raimundo tragar una tras otra margarita.
Ahora, debía aguantar la resaca que venía en proporciones inmensas. Sonoros quejidos salían de la habitación del Pedrosa, quejidos que Omi malinterpretó—Más de una vez— como otra cosa…
Kim se encontraba junto a Raimundo, esperando a que el castaño tomase todo el café que le preparó para aliviar la resaca. Mientras tanto, ojeaba una revista, pero tuvo que dejar la lectura cuando escuchó al brasilero largar un quejido.
— ¡Está muy caliente!— chilló sacando la lengua.
—Duh, te lo dije— mencionó recogiendo la bandeja.
Cuando Raimundo se calmó, se recostó en su cama y dijo:
—Ese café tenía sabor a Kimiko— dijo, hundiéndose entre sus cobijas.
Kimiko se dio vuelta lentamente, ¿Sabor a ella? ¿Qué mosca le había picado?
— ¿Cómo que sabor a mí?— cuestionó. El brasileño se sentó en la cama y cruzó las piernas. Se mantuvo pensativo, meditando en la mejor explicación que le podía dar.
—Sí. Sabor a ti; anoche cuando me trajiste mi cuarto accidentalmente te besé, el café tenía el mismo sabor a tus labios— explicó con una sonrisa inocente.
La japonesa, estaba roja como un tomate. Ella no recordaba tal beso, si, hubo un roce, pero no creyó que él lo tomaría como tal.
—Y debo decir, que tus labios saben mejores que el café.
Kim sonrió, ¿desde cuándo Raimundo decía tales cosas?
...
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¡Hola mi gente bonita! Este es mi tercer relato RaiKim publicado por aquí :3 Espero les haya gustado, está muy corto, pero creo que es lindo [?].
Nos vemos ^-^
