Prompt 17:00 - Recuperándose de una caída, tabla 24 Horas, comunidad 30vicios.

Notas:

Corto. Goddammit. Aunque en realidad quiero intentar que ninguno de los prompts de esta tabla sobrepase las mil palabras (cosa que seguramente no consiga).


Por una vez, Oikawa está en silencio. Es incómodo, porque tiene que escuchar los sollozos de Iwaizumi mientras caminan de vuelta. O quizá incómodo no es la palabra. Angustiante. Doloroso incluso.

Sí.

Es un dolor físico, en la boca del estómago, que se extiende hacia arriba por todo su pecho y llega a su garganta, oprimiéndola y dificultándole la respiración. Quiere detenerlo, quiere que Iwaizumi deje de llorar a toda costa, pero sería hipócrita por su parte pedirle que parara, o incluso intentar reconfortarle con palabras, porque él sabe lo que se siente y sabe lo inútiles que resultan esas palabras en estos casos. De hecho, Oikawa siente algo parecido, pero sabe que la carga resulta más pesada en los hombros de Iwaizumi. Todo lo que puede hacer es abrazarle y guiarle a casa.

[...]

La casa de Oikawa es tan silenciosa como de costumbre, y por una vez prefiere que sea así. Lleva a Iwaizumi de la mano hasta su habitación y deja que se meta en su cama mientras Oikawa baja las persianas bloqueando la luz del día.

A penas son las cinco de la tarde, y solo han pasado cuatro horas escasas desde el partido, pero Oikawa siente el cansancio de semanas aparecer de golpe. Se quita la ropa y se entierra bajo las mantas, demasiado gruesas para la época pero no lo suficiente para ocultarles de la realidad.

Busca con manos inseguras el rostro de Iwaizumi y limpia sus lágrimas con los pulgares.

Es tan difícil, piensa, verle así. Iwaizumi es el que siempre limpia sus lágrimas, así que no esta acostumbrado a verle de este modo. Da miedo saber que Iwaizumi, siempre fuerte, su pilar, también puede derrumbarse, también puede caer.

Y lo entiende, entiende que se sienta culpable y terrible. No logró rematar el balón ni una sola vez durante el último set, a pesar de que los pases del colocador fueron limpios y certeros. Oikawa observó el partido desde el banquillo debido a una lesión, pero pudo sentir la misma desesperación que sus compañeros al ver que por mucho que mantenían el balón en juego no eran capaces de terminar una jugada. Y pudo ver como punto tras punto la confianza y estabilidad que caracterizaba a Iwaizumi se iba resquebrajando.

Si hubiera podido estar en la pista junto a él quizá Iwaizumi no habría tenido que aguantar la presión de una derrota inminente por sí mismo. Quizá podrían haber compartido la culpa, y ahora el chico que más le importaba en el mundo no estaría llorando entre sus brazos como si hubieran retrocedido diez años en el tiempo, y Oikawa no se sentiría tan inútil e incapaz de susurrar una sola palabra de consolación.

Solo puede acariciar su cuello y pasar los dedos por su pelo, tal y como Iwaizumi suele hacer con él. Cuando sus ojos negros le buscan, Oikawa sonríe con sinceridad, se acerca y le besa en la frente. Sabe que eso no cambiará lo que Iwaizumi está sintiendo, pero es suficiente para detener sus lágrimas y acompasar su respiración.

—Está bien.

Iwaizumi no le mira, pero se aferra a su espalda y asiente.


He leído varios fanfics en los que Iwaizumi consola a Oikawa tras perder, pero nunca al contrario! En realidad, creo que Oikawa sería bueno reconfortando a los que quiere, si bien un poco raro al principio...