Ante todo decir lo de siempre, que todos los personajes los he tomado prestados de las historias de la señora J.K. Rowling exceptuando el de Elizabeth Wrightman, que ha sido creado completamente por mí.

¡Espero reviews!


CHAPTER I: IN HER ROOM.-

Eran cerca de las cinco de la madrugada y en la habitación no se escuchaba ningún sonido, tan sólo el viento golpeando con fuerza las ventanas y el rasgueo de una pluma sobre el pergamino. Detrás del dosel de la cama, completamente cerrado, una joven de cabello negro, largo y rizado y ojos color ámbar escribía lo que parecía ser una historia mientras apoyaba su espalda en el cabecero de la cama.

Un extraño ruido sacó a la joven de su ensimismamiento, alguien había entrado en la habitación, pero ninguna de las otras chicas se había dado cuenta... Asomó la cabeza por una rendija del dosel de la cama, en medio de la habitación estaba...

¿Sirius? – susurró ella mirando hacia un joven de cabello oscuro y ojos azul grisáceo que se encontraba ahora caminando hacia ella.

Of course mi querida Lilybeth – dijo el joven con una sonrisa burlesca mientras se sentaba en la cama junto a ella.

No me vuelvas a llamar Lilybeth, porque te juro que como lo vuelvas a hacer no saldrás vivo de esta habitación – dijo ella, que había tomado la varita en su mano y ahora le apuntaba directamente al pecho - ¿Qué demonios haces aquí? ¿No te das cuenta de que si Lily despierta vas a armar una buena?

Tranquilízate Li... Perdón, Elizabeth... - dijo él subiendo sus piernas a la cama y cerrando el dosel por completo - ¿Ves? Ya no se va a dar cuenta...

Explícame cómo has logrado entrar a la habitación Sirius – dijo ella seriamente apuntando aún al pecho del joven – Sabes que no puedes entrar al dormitorio de las chicas...

Lo primero es que bajes esa varita – dijo él retirándola lentamente con la mano – Y... Bueno, eso de que no podemos entrar en vuestro dormitorio es pura teoría – dijo sonriendo pícaramente y guiñándole un ojo – Ya sabes que para los merodeadores no hay nada imposible...

¡Oh sí! Los grandes señores merodeadores – dijo ella con sarcasmo - ¿Qué es lo que quieres? – preguntó ella – Porque se supone que querrás algo para venir a importunarme a estas horas...

Es verdad – dijo él mientras alborotaba su cabello distraídamente – Yo... Había venido por algo pero... No me acuerdo – dijo Sirius y acto seguido comenzó a reír.

¡Cállate estúpido Black! – dijo Elizabeth intentando taparle la boca para ahogar sus risotadas – Sino me quieres para nada lárgate ahora mismo de la habitación.

No te enfades chica – dijo él todavía riendo – Además, no creo que te moleste mucho, tú también estabas despierta... Por cierto, te sienta muy bien ese pijama – dijo sonriendo –

Olvídame Sirius – dijo ella empujándole y haciendo que quedara tumbado en la cama.

No te enfades conmigo – dijo él incorporándose y acercándose a ella hasta quedar frente a frente – Dime qué estabas escribiendo... - dijo con ojos suplicantes, sin duda ese gesto era algo característico de cuando se transformaba en perro.

Nada, no estaba escribiendo nada – dijo ella ocultando tras de sí el trozo de pergamino que hasta la llegada de Black estaba escribiendo – Además, si estuviera escribiendo eso es algo que a ti no te incumbe.

Venga, sé buena chica y deja que tu querido Sirius lea lo que has escrito – dijo él acercándose a ella e intentando arrebatarle el papel de las manos –

¡Nunca!

¿Qué te cuesta dejármelo ver un poquito? – suplicó él.

Que no te lo dejo...

Está bien, está bien... Como quieras... - dijo él apartándose, pero al instante se volvió y se tiró encima de Elizabeth arrebatándole así el pergamino y sonriendo triunfante.

¡Ay Black! ¡Eres un bruto! – dijo ella enfadada mientras se frotaba la muñeca izquierda.

Oh, lo siento, no quería hacerte daño – dijo él tomando su mano – Ah, no es nada, créeme que soy un experto en lesiones – dijo sonriendo – Por cierto ¿ahora me dejarás leerlo?

Está bien, léelo, con tal de que te calles Sirius... - dijo ella resignada dibujando en su cara una pequeña sonrisa.

Sirius comenzó a leer el pergamino, y en verdad parece que le gustó, pues tardó un buen rato en levantar la vista de él.

No sabía que te gustara escribir. Está muy bien la historia... – dijo Sirius levantando la vista del pergamino hacia ella - ¡Hey! ¿Desde cuando usas gafas?

Sirius, permíteme que te aplauda – dijo ella dando pequeñas palmadas – Llevas cerca de media hora frente a mí y te acabas de dar cuenta de eso.

Pero... Si en clase tú no usas gafas – dijo él todavía despistado y pensativo.

¿Te suenan de algo las palabras "lentes de contacto"? – dijo Elizabeth con sarcasmo.

Ah sí – dijo él asintiendo con la cabeza – James las usaba hasta que... Jejejejeje.... ¿Hasta qué...? Hasta que yo hice que no las pudiera volver a usar – dijo él poniendo cara inocente – Pero esa historia ya te la contaré...

Prefiero no saberlo... - dijo ella mirando hacia el techo.

Pues que sepas que las aventuras de los merodeadores son muy divertidas... – dijo Sirius jugueteando con la pluma de Elizabeth haciéndola levitar.

Si algún día estoy tan desesperada por entretenerme que tengo que llamarte a ti te pediré que me las cuentes – dijo ella riendo, cosa que molestó un poco a Sirius.

Eres muy mala conmigo – dijo Sirius poniendo cara de carnero degollado – Me tratas muy mal...

Pobrecito animalito, que dice que lo trato mal – dijo Elizabeth alborotándole el pelo.

El pelo no se toca... - dijo él mirándola acusadoramente, pero en seguida mostró su más amplia sonrisa.

No es por fastidiarte Sirius... - comenzó a decir ella – Pero creo que deberías irte, no me gustaría que supieran que has entrado aquí...

Mujer, no seas aguafiestas. Déjame quedarme un ratito más, si lo estás pasando bien... - dijo tumbándose al lado de ella.

Está bien, pero sólo un rato más, sino te echo a patadas – dijo Elizabeth dejándose resbalar hasta quedar a la altura de Sirius.

Se hizo el silencio entre ellos dos, mientras ambos miraban hacia el techo (que Elizabeth había encantado con el mismo hechizo que el techo del Gran Comedor) sólo se escuchaban sus respiraciones pausadas y las de las demás compañeras de habitación de Elizabeth.

Ehm... Esto... Elizabeth – comenzó a decir Sirius rompiendo así el silencio que reinaba en la habitación - ¿Qué tal llevas el curso? ¿No crees que séptimo es complicado?

¡Qué va! – dijo ella sonriendo – Yo lo estoy disfrutando mucho, cada vez me gusta más Defensa contra las Artes Oscuras, y Transformaciones tampoco está mal... Además, he conseguido que Remus me enseñe algunos trucos – dijo sacándole la lengua al chico.

Qué peligro, ya se juntaron los dos cerebritos – dijo él riendo. ¡Hey! No te metas ni con Remus ni conmigo... Hay veces que no sé como te aguanta... - dijo ella haciéndose la ofendida intentando contener la risa.

Es que parece que sólo vivís para el estudio... ¿Tú no te diviertes con nada más? – preguntó él.

Pues sí – asintió ella - ...Aunque me cueste admitirlo, con quien más me divierto es con vosotros y vuestras bromas. Tenéis cada ocurrencia... - dijo sonriendo.

Vaya, me alegro de poder hacerte la vida más feliz – dijo él incorporándose un poco y mirándola fijamente mientras sonreía.

Oh, ¡venga ya Sirius! No seas tan payaso – dijo Elizabeth riendo y apartándole el pelo de la cara.

Créeme que no lo soy – dijo Sirius acercándose más a su cara lentamente hasta sentir su respiración.

Eh... Sirius – dijo ella lentamente.

¿Sí?

Apártate por favor – dijo intentando apartarle con su mano.

Oh sí... Perdona... Yo no... - dijo él sonrojándose hasta parecer un tomate.

No pasa nada – dijo ella riendo – Si quieres que continuemos hablando...

Por supuesto – dijo él animado - ¿Y el quidditch qué tal va...?

Ejem... Sirius... Te recuerdo que estamos en el mismo equipo, tú eres golpeador, yo cazadora... Si a mí me va mal, a ti evidentemente también - dijo ella mirándole divertida.

Oh vaya, está visto que esta no es mi noche - dijo él con un suspiro.

Continuaron hablando muy animados y de todo tipo de asuntos: los nuevos intentos desesperados y absurdos de James por captar la atención de Lily, sus planes para el futuro (NDA: Me refiero a los estudios y eso, espero que no haya malpensados ¬¬'), los ataques de Voldemort... Todo el resto de la noche hablando hasta que el sueño les venció y se quedaron dormidos uno junto al otro...