Capitulo 1: Mejor que tú.
El sol salía con todo su esplendor. Sus hermosos rayos de luz surcaban los cielos y pasaban por la ventana de las casas y edificios. Esto le daba cierto aire de seguridad a una coneja que se había levantado más temprano que el sol. Ella se encontraba preparada y lista para partir hacia su trabajo.
Segura, decidida y ansiosa por llegar a su trabajo, pero no saldría de su departamento sin antes darle una pequeña llamada a su compañero zorruno. Tomo su celular y marco su número, mas no contestaron. Como no obtuvo ninguna respuesta decidió pasar por su departamento. Se miró en el espejo y limpiaba su placa de policía para luego salir disparada del departamento. Fue al segundo piso del edificio. Como ella vivía en el tercer piso decidió usar las escaleras en vez del ascensor. Al llegar a la piso, busco la segunda habitación y al encontrarla tuco la puerta 3 veces, pero no obtuvo ninguna respuesta.
Toco la puerta otra vez, pero de igual forma no hubo respuesta. Preocupada decidió tocar la puerta por tercera vez pero...Nada. Para la cuarta vez, ya no estaba tocando la puerta, sino, golpeándola. Después de esperar unos segundos la puerta es abierta por un Zorro la cual ella conoce muy bien.
-¡Nick!-dijo ella enojada- ¡¿Acaso te quedaste dormido?!
-Tranquila Zanahorias- dijo el mencionado mientras levantabas sus dos manos en plan de detenerla- Solo fue un ligero contratiempo pero ya estoy listo, ¿Nos vamos?
-Torpe zorro- decía la coneja mientras arqueaba una ceja.
-¿Y ahora qué?
-¿Y tú placa?
Nick se puso la mano derecha en su pecho para después usar ambas para buscarla por todo su cuerpo. Para su buena suerte la placa estaba en uno de sus bolsillos.
-Pues aquí esta- dijo con una sonrisa triunfante.
-Apúrate, a tu paso vamos a llegar tarde.
-Relájate Zanahorias llegaremos con tiempo de sobra, eso te lo puedo asegurar.
Nick coloco su placa en su respectivo lugar y juntos salieron del edificio rumbo a la jefatura.
De camino, Nick pensó en aprovechar el momento para preguntarle unas cuantas cosas a la coneja
-Judy, entonces, ¿Cómo te va en el nuevo apartamento?- dijo con su tono habitual.
-Bien- dijo la mencionada mientras dibujaba una pequeña sonrisa en su rostro- Es muy espacioso y acogedor. y lo mejor de todo es que ya no me tengo que preocupar de mis ruidosos vecinos.
-Me alegro que te guste.
-Gracias por recomendarme el lugar.
-No hay de que- decía mientras se pasaba una mano por la nuca.
-Judy, ¿te sientes bien?- pregunto el zorro.
-Sí, ¿por?
-Bueno, has estado un poco distraída estos días.
-Tu tranquilo Nick, solo es que...
-Solo ¿qué?
-Bueno, quisiera un caso policial como el de los aulladores. Sé que nos han dado buenos casos, pero ninguno fue tan complejo como ese.
-Zanahorias, ten cuidado con lo que pides- decía Nick con seriedad.
-¡Oh!, espera un momento- dijo la coneja tomando un tono pícaro- ¿Acaso tienes miedo?
-¿Miedo? ¿Yo?- decía el zorro mientras se llevaba sus dos patas al pecho- Creo que te equivocaste de persona Zanahorias.
-Si, como tú digas zorro cobarde.
El resto del camino estuvo plagado de risas y cuando por fin llegaron todavía tenían tiempo de sobra. los recibió en el vestíbulo el simpático y divertido de Benjamín Garraza que se encontraba devorando una caja de donas.
-Hola chicos- decía el guepardo.
-Hola Garraza- dijo Judy.
-¿Cómo te va amigo?- respondió Nick.
-Bien, pero- decía el guepardo- no es por alarmarlos pero la junta empezara más temprano de lo normal, el Jefe tiene cosas importantes que decirles.
-No hay problema- dijeron ambos en unísono.
-je je je.
-¿De qué te ríes Garraza?
-Bueno, es que ustedes sé muy bien juntos.
Esas palabras del felino provoco un ligero sonrojo en la coneja mientras que el pelaje de Nick le facilitaba ocultar sus sonrojos.
-Bueno Garraza, nosotros ya tenemos que irnos- dijo Nick ocultando un poco su verguenza.
-Okay, suerte con el nuevo.
Ambos no pudieron escuchar bien lo que dijo el guepardo por lo apurados que estaban de salir de esa situación incómoda.
Cuando entraron en la sala de juntas, vieron que todos los animales que siempre estaban con un desorden estaban más tranquilos que unos perezosos. Algunos bebían café, otros revisaban documentos referentes a casos asignados y algunos simplemente hablaban tranquilamente y en vos baja.
Unos pocos minutos después apareció el jefe Bogo con sus lentes puestos y unos documentos en mano. Se sorprendió al ver el silencio que había, pero decidió ignorarlo se puso en el atril mientras todos fijamos la mirada en el.
-Bueno, tengo unas cuantas cosas que informarles- decía el gran búfalo- una de ellas es que hay un nuevo recluta el cual no lo presentara porque no me interesa.
-Usted nunca cambia jefe- dijo Nick en tono burlón.
-¡Cállate Wilde!
-Como seguía diciendo, lo segundo es que habrá un evento patrocinado por la nueva alcaldesa de Zootopia en la Sabana central.
-Justo de eso quería hablar- dijo una voz femenina.
Todos los policías dieron la vuelta en busca del origen de esa dulce voz y todos vieron a una mujer búfalo. Esta era igual a Bogo, pero con la diferencia de que tenía una melena de color negro la cual tapaba su parte de su cornamenta era menos robusta y un poco más pequeña. Ella estaba vestida formalmente y estaba acompañada de un gorila albino que también estaba formalmente vestido.
-Alcaldesa Janell- dijo el jefe Bogo con cara algo atemorizada.
-Deja las formalidades conmigo Bogo- decía la alcaldesa.
La Alcaldesa subió al atril y empezó a dictar las pautas de como tenían que estar vestidos y de cómo tenían que comportarse y después de unos minutos de sus palabras dijo.
-Grandes empresarios y políticos así como músicos famosos estarán, ¿Puedo contar con que me brindaran la mejor seguridad?
Todos en la junta respondieron con un "¡Si, señora!" en unísono.
-Pues eso sería todo, el jefe Bogo se encargara de darles más detalles, más adelante.
-Muchas gracias por ahorrarme el decir esto Janell- decía Bogo mientras volvía al atril.
-No hay de que- decía ella mientras se acercaba a Bogo y le daba un beso en su mejilla, provocando un mini shock en Bogo- Nos vemos en casa cariño- dijo esto último para irse.
Hubo silencio por un momento pero después el lugar estallo de risas y carcajadas, cosa que hizo despertar la furia de Bogo.
-¡CÁLLENSE TODOS USTEDES O LOS PONGO EN PARQUÍMETROS POR UN AÑO!,¡ ¿ME ENTENDIERON?!- grito Bogo molesto.
Todos hicieron silencio al instante, obviamente nadie quería estar en parquímetros por todo un año.
La mañana siguió su curso y al cabo de un rato Bogo empezó a asignar las tareas de ese día y después de muchos nombres por fin llego la tarea para Judy y Nick
-Hoops, Wilde- decía Bogo- Les toca patrullar las calles de Tundra Town.
-Entendido señor- dijo Judy.
-¡Ah!, si, lleven al nuevo. Desde hoy en adelante trabajara con ustedes.
-Espere, ¿qué?-dijo Nick.
-Lo que escuchaste Wilde, ahora retírense.
Nick y Judy salieron del lugar seguidos por un animal algo...peculiar. Media exactamente igual que Nick, su color de pelaje era de color negro. tenía una apariencia de felino con unos ojos color miel, pelo en las punta de la oreja derecha y su oreja izquierda que tenía un pequeño corte en la punta como si le hubieran acertado un zarpazo. Era un poco parecido a un Lince, pero tanto Nick como Judy nunca habían visto un Lince de color negro.
-Eee…Disculpen Judy Hopos y Nick Wilde ¿cierto?
Los mencionados se dieron la vuelta para ver al animal que caminaba detrás de ellos y ambos respondieron con un sí.
-B-bueno, yo solo quería agradecerles.
-Agradecernos ¿porque?- dijo Nick.
-Gracias a ustedes mi padre se encuentra bien.
-Disculpa que suene algo desorientada, pero ¿a qué te refieres?-dijo Judy.
-Bueno, en el caso de los aulladores mi padre salió afectado y ustedes lo ayudaron, muchas pero que muchas gracias.
-Bien novato, no nos agradezcas, es nuestro trabajo- decía Nick.
-¿Cuál es tu nombre?- dijo Judy.
-Soy Otto, Otto Felinez
-Chicos vámonos quiero ya mismo pisar ese acelerador- dijo Judy
Los tres animales fueron a la patrulla. Judy se sentó en el asiento del conductor, Otto extendió su mano para abrir la puerta del copiloto cuando una mano lo detuvo.
-Lo siento, pero tendrás que ir detrás novato-decía el zorro con cara victoriosa.
Otto solo acato las ordenes de Nick y se fue en el asiento trasero.
En cuestión de unos pocos minutos ya se encontraban en las frías calles de Tundra Town. El equipo miraba los alrededores pero no había rastro de posibles peligros por lo que Judy guiada por su estómago que rugía con la fuerza de 20 leones decidió parar en una cafetería. Los tres policías decidieron bajar, aunque Otto parecía algo desconfiado al entrar al lugar.
El equipo entro y fueron revividos por un alce el cual miraba algo extrañados a los policías.
-Disculpen señores, pero los híbridos no pueden pasar-dijo el alce.
Judy y Nick se miraron confusos y luego fijaron la vista en Otto quien se encontraba mirando al suelo.
-¿Híbrido?- dijo Judy.
-No se preocupen por mí, yo volveré a la patrulla, ¿sí?- dijo Otto con una cara algo triste.
El zorro y la coneja volvieron a mirarse confundidos sin decirse nada. Otto en cambio empezó a caminar fuera del establecimiento, pero luego unas manos lo detuvieron.
-Buscaremos otro lugar, ¿te parece?
-No hace falta, si quieren pueden ir, yo estaré bien.
-Oficial Felinez, ¿verdad?- decía Nick- la decisión está tomada, iremos a otro lugar.
Nick y Judy pusieron una sonrisa la cual alegro un poco la cara de Otto. Mientras caminaban a la patrulla un sonido alerto a los policías. El grito de una mujer. Judy supo inmediatamente de dónde provenía el grito gracias a su buen sentido del oído. Judy empezó a correr seguido de los dos animales, estaban a punto de cruzar la calle cuando vieron a una mujer armadillo que corría detrás de unos animales encapuchados. Uno de ellos con una cola anillada parecía ser un lémur, pero el otro era difícil reconocerlos.
La mujer armadillo se detuvo en el pavimento casi sin aliento y cuando vio a los policías les dijo que atraparan a los ladrones, esa palabra fue la que encendieron el espíritu de Judy. Los policías corrieron para atrapar a los asaltantes los cuales al ver que eran perseguidos aceleraron el paso. Nick y Judy corrieron tan rápido como pudieron, mas no pudieron atraparlos. Otto en cambio acelero el paso hasta tal punto de alcanzar al lémur, lo tiro de la cola provocando que el maleante parara. Otto posiciono sus manos sobre el cuello de lémur y le hizo la mencionada Llave del sueño. Mientras tanto Judy y Nick seguían corriendo para atrapar al otro animal.
Judy y Nick corrieron entre una multitud de animales para poder atrapar al otro asaltante, pero para su mala suerte el animal se había mezclado entre la multitud.
Buscaron pero no hubo éxito, así que decidieron volver con Otto. Para cuando regresaron el híbrido había dejado inconsciente y esposado al Lemur.
-Bien hecho Felinez- dijo Nick.
-No es la gran cosa, solo es mi trabajo- dijo el mencionado mientras dibujaba una corta pero muy expresiva sonrisa.
-¿Dónde aprendiste eso?-decía la coneja emocionada.
-Es algo sencillo que aprendí cuando me...Olviden lo que dije.
Ambos Judy y Nick vieron confusos al híbrido quien cambio su cara seria a una triste.
...
Después de unas horas el equipo volvió a la jefatura donde pusieron al lémur en la cárcel.
Otto no dijo nada más después de esas palabras tan confusas. Se dirijo hacia la salida después de hacer el reporte para Garraza. Otto caminaba hacia la salida con la mirada abajo, esto provoco que tropezara con un animal.
-Lo siento-decía Otto.
-¿A dónde vas Felinez?
El híbrido alzo la vista para ver a un zorro que lo miraba con intriga.
-Yo solo me iba a mi casa.
-Está bien, nos vemos mañana- el zorro dijo esto para salir del lugar.
Otto solo salió de la jefatura. Mientras caminaba por las calles todo el mundo lo veía extraño. El animal solo los ignoraba ya estaba acostumbrado a las miradas extrañas, aunque los híbridos no son tan comunes pero tampoco es una cosa del otro mundo.
Todos los oficiales volvieron a sus respectivos hogares excepto a los que les tocaba turno extra o el turno nocturno. la temperatura en la noche era agradable lo cual le gustaba a la coneja quien ya había dejado a Nick en su piso. Subió al tercer piso y abrió la quita puerta del pasillo. La coneja tomo una merecida ducha, se puso ropa limpia y decidió ir a la cocina para hacer algo de cenar.
Estaba a punto de darle un bocado a su ensalada de zanahorias cuando alguien toco su puerta. Ella maldijo por lo bajo y se fue a abrir la puerta y miro por el ojo mágico, cosa que hizo que su furia aumentara más.
-Pasa Nick- dijo la coneja que pedía a gritos un bocado de alimento.
-Buenas noches Zanahorias-decía el zorro con una gran sonrisa.
-Tenías que llegar justo cuando me iba a darle una mordida a mi cena.
-Bueno, si quieres me puedo ir.
-No, no, no, quédate.
-Eso pensé- decía con voz triunfante.
-Bueno, ¿a qué se debe tu visita?- dijo esto para ir a la cocina para buscar su ensalada.
-Quería hablarte sobre el día de hoy.
-¿Desde cuando eres tan atento?
-¿Desde cuando eres tan desconfiada?
-Bueno, el día de hoy estaba bien...supongo.
-¿Porque supones?
-La verdad, ese chico nuevo es bastante raro.
-Lo sé- dijo Nick bajando sus orejas- un híbrido, no son muy comunes.
-pero tampoco es que sea ilegal que dos parejas de diferentes especies se casen o ¿sí?
-Para nada.
-Luego tendremos el tiempo para preguntarle qué le pasa, por ahora déjame comer.
-Yo nunca dije que no podías hacerlo- dijo el zorro con una sonrisa pícara de las que el suele hacer a cada momento.
La noche siguió su rumbo natural. Ambos se pasaron la noche riendo y viendo películas, ambos disfrutaban cada momento y debían de hacerlo, porque no se sabe siendo policías, cuando atacara el peligro...
