Aunque no ha aparecido Beauxbatons, por si acaso... Beauxbatons como institución pertenece a J. K. Rowling. Esta visión de la sociedad mágica francesa y belga, sus instituciones y sus personajes me pertenecen.


El reino de las dos Francias.

Verano del 855. Francia Media. (Actual Bélgica)

Largo había sido el viaje desde Francia hasta aquella zona. El Tratado de Prüm* llevaba en en funcionamiento varios meses, y por las cartas que habían llegado de la Conferencia de Greef las cosas entre los magos belgas no eran del todo agradable.

La Conferencia de Greef, que recibía su nombre por Matthijs de Greef, un mago que se había encargado de reunir a todas las familias de magos a fin de unirse bajo unas propias leyes, en contra de las normas dadas por los no magos* haría unas décadas y que cambiaban constantemente. El nombrado Matthijs ya había muerto, y la Conferencia había quedado a manos de Ewoot Deloof. Sin embargo no parecía ser tan capaz como su predecesor de mantener orden entre las distintas familias.

Yves Celice, uno de los miembros de la alta cuna mágica francesa, pretendía aprovechar aquel momento para extender su poder, y había respondido aquella carta pidiendo una audiencia con el hombre.

Desesperados deberían estar los belgas, o al menos Deloof, si le habían respondido tan rápidos. Mejor, porque seguro que podría aprovecharse de las circunstancias para su propio beneficio. Yves iba acompañado de dos amigos con los que había crecido, y en los que más confiaba para poder llevar a cabo aquella tarea, por si acaso algo no iba bien en aquel viaje.

El lugar de reunión era el centro de la Conferencia de Greef, un edificio macizo sin ornamentaciones que se encontraba en Lovaina.

—Buscaba a Ewoot Deloof. —Pidió Yves a la primera persona con la que se encontró en aquel lugar. Un hombre alto con una profunda barba castaña que trasladaba una cesta con diversas plantas posiblemente destinadas a la investigación.

—Imagino que son los galos.

El término no fue el que Yves le hubiera gustado escuchar, pero lo dejó pasar en aquel momento, no deseaba empezar con mal pie. Galos le sonaba a bárbaros y ellos hacía tiempo que habían dejado aquel mundo atrás.

Los franceses siguieron al belga por el edificio escuchándole hablar acerca de las funciones de aquel lugar. Al parecer no sólo servía para reunirse, había distintas salas en las que los magos podían acudir para investigar sobre algún área concreta de la magia: Pociones, herbología, astrología...

Además, algunos habían empezado a llevar a sus hijos para meterles en el mundo de la magia cuánto antes y que pudieran dedicarse a aquellas tareas, para lograr mejores resultados y avanzar más rápido en los estudios.

— ¿Tienen ustedes algo semejante? —Preguntó el barbudo, Jeroen Vawneste.

—Hay un orfanato que se encarga de los niños mágicos que han sido abandonados por los no magos. —Explicó, aunque en su tono se podía vislumbrar cierta burla.

¿Quién podía encargarse de huérfanos? Huérfanos magos, gente condenada a vivir siempre en el último escalón de la sociedad, a vivir escondida, a ser personas solo con un nombre, sin apellido, lo que indicaba que no tenían pasado, no tenían historia. Parias sociales.

Los magos franceses, los que poseían linaje, preferían educar a sus hijos en casa con los valores que se habían inculcado en el transcurso de las distintas generaciones, antes que con unos conocimientos que bien podían aprenderse en cualquier libro, por lo que a Yves también le causaba gracia el método belga. ¿Dejar que la comunidad se hiciese cargo de la educación de un hijo? ¿Qué eran? ¿Una tribu? Ellos deberían tener el nombre de galos y no ellos.

—Hemos llegado. —Anunció Jeroen abriendo la puerta de una de las salas en la que Ewoot se encontraba.

La relación entre Yves e Ewoot había empezado con el Tratado de Prüm. Ambos habían estado presente, y pronto se reconocieron como magos. Ewoot le había hablado bien temprano de la Conferencia de Greef, y al francés le había parecido interesante tal unión entre magos belgas.

—¡Yves! ¡Amigo!

La cordialidad que siempre mostraba Ewoot hacía sentir a Yves que todo iba a ser más sencillo.

—Ewoot, recibí tus cartas. ¿Problemas?

—Bueno, ya sabes. —Le hizo tomar asiento en una de las sillas de alto respaldos y forradas en tela de brocados que había en la sala. —Tenías razón, estamos teniendo problemas para mantener este reino. Estamos en medio de dos grandes estados, siendo uno de ellos vuestra Francia.

—Ya veo, por eso he deseado venir cuanto antes y proponeros algo. —El francés era conocido por ir al grano, y en aquella ocasión no iba a ser menos. Una vez parecía que tenía ganada su atención, prosiguió. — Casar a mi hijo con vuestra hija. Unir la Conferencia de Greef con Francia. Podemos ser de mucha ayuda a vuestro reino.

Ewoot no había imaginado ni por asomo tal proposición, y se quedó pensando durante unos instantes, algo que Yves le permitió a causa de la importancia que tenía lo que había dicho.

—Debería consultarlo con el resto de la Conferencia.

—Está bien, no puedo pedir que te decidas ahora, ni lo hagas tú sólo. Comprendo que sois una unión. Pero, quién sabe qué sucederá mañana. Estoy escuchando que quieren atacar pronto.

No era una amenaza, sino algo cierto. Francia occidental se estaba preparando para ocupar aquella Francia Media antes de que el lado oriental lo hiciera, pues la soberanía de Lotario II no parecía ser ni muy firme ni con muchas perspectiva de poder mantenerse en el tiempo, a causa de no tener herederos legítimos. Era un juego de estrategia, saber cuándo actuar era importante.

La cara del belga denotaba que había vuelto a pensar bien aquello que le había propuesto su amigo. Estaba en su mano el que la Conferencia se mantuviera a salvo, mas... ¿desposar a su hija?

La joven ya era una adolescente y acudía habitualmente a aquel edificio para aprender acerca de las pociones, pues comenzaban a perfeccionarse recetarios y nuevos remedios. Era algo tradicional, pero que siempre había estado en mano de una persona en las comunidades, por lo que ellos buscaban crear una compilación de conocimientos que pudieran pasar a las sucesivas generaciones.

Sin embargo, de lejos le parecía que la seguridad de la Conferencia era más importante.

—Acepto eso.

Tras esas palabras, se firmaba el primer acuerdo con el que Francia y Bélgica quedaban unidas. Pese a que todavía no se hubiera formalizado aquel acto, Yves ya tenía en mente muchos planes pensados, mientras estrechaba la mano de Ewoot. El primero de ellos era lograr que su hijo se convirtiese en el jefe de aquella Conferencia.


*El tratado de Prüm es un tratado que existe de verdad. En este caso es el Tratado del año 855, el que dividía el reino de Lotario I entre sus tres hijos. Existe uno más contemporáneo.

*En historias anteriores dejo claro que a los muggles, los franceses los denominan réeleur, sin embargo el término aparece durante la época moderna, presumiblemente tras Descartes, es por eso que en este momento de la historia no había manera de llamar a los muggles. Sólo "personas no mágicas".

Por si acaso, dejar claro que el orfanato al que se refiere Yves es la futura Academia de Beauxbatons. Mientras que el lugar que es Centro de la Conferencia de Greef es la futura Academia de Magia Ancestral o Magia Tradicional que aparece en algunos otros fics.