Los guardianes

Dos lobos, dos figuras que causaron mucha controversia en la Bahía hace ya unos ocho meses, tras haber defendido la ciudad de un ataque masivo por parte de Sweetie y sus máquinas basadas en los distintos prototipos de armadura que había diseñado Connor, quien era el líder y el que siguió con eso de las armaduras, junto a Clover, quien es la que, a pesar de una locura confirmada y diagnosticada, prefiere a veces usar la cabeza y hacer un plan inteligente antes que hacer algo que sería ''Muy de Connor'' para actuar

Pero ellos ya aparecerán en otro momento, lo que importa es que la ofensiva de Sweetie causó muchísimos problemas en la Bahía, reconstrucciones, mantenimiento, cambios en las fuerzas de seguridad...

Y esto incluía al ya maduro equipo de rescate canino de la ciudad, los Paw Patrol, que ahora gracias a las armaduras todo lo que hacían se había vuelto más sencillo, ahora solo volaban de aquí a allá y en cuestión de nada ya estaba todo solucionado

Pero eso es solo una parte del cuento, este equipo tenía un problema, y uno serio

La gente, los habitantes le tenían miedo a las armaduras, no estaban precisamente diseñadas para ser bonitas, pero cumplían el trabajo a costa de que algunos habitantes no lo aprobaran, cosa que estaba empezando a ser preocupante, teniendo en cuenta que la gente sí que estaba harta, así quela alcaldía quería que las armaduras fueran sacadas de circulación, y que el estado vea que hacer con ellas

Pero Connor no iba a dejar que el proyecto de su padre se fuera al garete por culpa de las decisiones de su ''tan querido estado'' así que ahora estaba hablando con Chase de lo tensa que se podía poner la situación

-¿Y entonces que harás?- Preguntó Chase, preocupado por lo que Connor le había contado acerca de lo que había dicho la alcaldía

-No las entregaré- Dijo Connor, serio y determinado a no dejar que las armaduras caigan en las manos equivocadas

-Pero Connor... te vas a meter en muchos problemas - Dijo Chase preocupado

-Bueno... más vale que uno se meta en problemas antes de que miles mueran por esto- Dijo Connor, Chase lo miró confundido pero no llegó a preguntar a que se refería Connor -A lo que voy es que si ellos les echan el guante las van a usar como armas o algo por el estilo… y no me hace gracia- Dijo Connor, un poco triste por la situación

-Veo que esto te afecta- Dijo Chase, mirando a su amigo, que ahora parecía un poco mejor al escuchar las palabras de Chase

-Si... es que todo esto es lo poco que me pudo dejar mi padre... y no quiero decepcionarlo- Dijo Connor, recordando a su padre y lo poco que tenían en aquel entonces, la partida de su única figura era algo devastador, pero ya lo había superado hace mucho

-Sigo sin entender como un lobo de lo más pobre pudo tener una armadura así- Dijo Chase confundido por saber de donde había salido la armadura

-Yo tampoco lo entiendo- Dijo Connor mirando su reloj -Pero me debo ir... ella me espera y es tarde, hablamos luego, me largo- Dijo Connor colocándose la armadura y preparado para irse a casa

La armadura, de color mayoritariamente grisáceo exceptuando partes negras en parte de las piernas y los ojos de color y luces azules, también hablaba, entonces era generalmente una molestia para los oídos el tener que escuchar a una inteligencia artificial preguntarte cosas obvias o despertarte a las horas menos convenientes para ofrecerte ayuda en lo que sea, pero era sostenible, Connor saludó a Chase y salió volando a su casa en la cueva, dada la hora, su esposa y sus hijos estarían durmiendo o cenando así que él se lo tomó con calma y voló suave

-Señor, recuerde que ella debe recibir la medicina a pesar de que no lo quiera, además, si está loca recomiendo una... Purga...- Dijo la armadura, con sus fallas de dialogo turbias o aterradoras habituales, pero luego se corrigió - Digo, ayudarla y protegerla, señor- Dijo la armadura, dándose cuenta que su Señor no la escuchaba

-Solo quiero que ella sea feliz, lo último que necesito es que vuelva a partir a la mitad a alguien- dijo Connor, preocupado al recordar lo que había hecho Clover con Sweetie

-¿Ha pensado en el divorcio, señor?- Sugirió la armadura sin preocuparse mucho por los sentimientos de su creador

-No... no digas eso, yo la amo- Dijo Connor, ahora más triste y sabiendo que debía controlar a Clover y su locura antes de que lo afectara a él también

-¿Entonces traerás más cosas pequeñas y peludas que corretean por toda la cueva? - Preguntó la armadura, molesta por las decisiones de vida de Connor y que esas ''Cosas pequeñas y peludas'' se le treparan encima durante el mantenimiento entre otras travesuras de los hijos de Connor

-Necesito pensar... apágate, Warden- Pidió Connor, apagando a su inteligencia artificial y quedando solo durante el vuelo hasta su hogar, pensando en que hacer con su esposa y su familia, pensando en como proteger a sus hijos y a su amada de lo que podría pasar

Y hundido en pensamientos llegó a su hogar, donde no había señal de movimiento así que Connor solo se quitó sutilmente la armadura y caminó con cautela a donde él y su amada dormían, sin querer despertar a nadie, pero se llevó una sorpresa al entrar

Clover, su esposa, estaba dormida abrazada con sus hijos, Piers, Nathan y Jill, que parecían estar muy felices bajo la protección y cuidado de su madre, que había querido llevarse a sus cachorros para que la acompañaran al dormir, últimamente Connor estaba muy atareado y ocupado, entonces no podía hacerle compañía a su amada, que realmente la necesitaba, dado que por su estado de locura había perdido muchos amigos y amigas, y ella ya se pensaba que su marido era el siguiente, dado que ya casi no tenían nada para ellos dos, entre cuidar a sus hijos y las obligaciones, no podían estar en paz ni un momento, lo que mas sorprendió a Connor de esta imagen fue que Clover parecía haber llorado, y mucho, por su cara húmeda y respiración un poco agitada, Connor solo se acurrucó con ella y ella comenzó a temblar, en señal de no reconocer a quien estaba detrás de ella

-Soy yo… - Susurró Connor, ella dejó de temblar, pero no quiso contestar ya que estaba enfadada, pero realmente necesitaba saber

-Connor… ¿Adonde fuiste? – Preguntó Clover, llorosa por lo que había extrañado a su marido, incluso cuando solo se había ido unas horas

-A hablar con Chase… ¿Ustedes están bien? – Preguntó Connor, acariciando a su amada

-¡No me toques!- Exclamó y gruñó Clover quitando la pata de Connor de su cuerpo– sabes que necesitan un padre presente… y yo necesito al Connor que elegí para casarme y al que amo.. No al que solo se dedica al trabajo y no… no está aquí… A mi lado – Lloró Clover, revelando lo que sus cachorros y ella necesitaban, Connor escuchó esto y comenzó a pensar en darse un tiempo, él también necesitaba un descanso

-Lo sé… y lo siento…. Tu eres muy especial para mí… - Dijo Connor, comenzando a acariciar de vuelta a Clover, que ahora si se dejaba tocar, disfrutando eso que hace tiempo no recibía – Y te tengo una propuesta… pero quiero que antes prometas que tomarás esa medicación – Dijo Connor, Clover solo volvió a cerrar sus ojos y solo pensó en que tomar eso era una molestia innecesaria para ella, pero ahora pensó lo que podría querer Connor asi que solo dijo

-Las tomaré…. Lo que sea para que estés con nosotros aunque no me guste tomarlas… solo quédate conmigo… te necesito – Susurró Clover, ahora mirando a la cara a su marido, Connor asintió y ambos se besaron, preparados para darle un poco de acción a la noche y amarse como hace mucho que no hacían

Se besaron, y empezaron a estimularse con caricias y toques que tanto les gustaban a ambos, ellos realmente querían y necesitaban llevar esto al siguiente nivel, pero Clover paró y le acarició la cabeza a Connor, pidiendo parar

-Espera… - Pidió Clover, que a pesar de querer seguir no podían hacer eso con los cachorros presentes

-¿Pasó algo? – Preguntó Connor, luego besó el cuello de Clover y ella solo gimió, pero realmente debían parar

-D-déjalo para otro momento, los cachorros están aquí – Pidió Clover, que estaba lista pero sabía que esto no estaba bien

-Podríamos probar algo menos movido- Dijo Connor poniendo su pata en el vientre de Clover, luego comenzando a bajar lentamente, pero Clover lo paró

-Intenta dormir- Dijo Clover dándose media vuelta, Connor comprendió y la abrazó, y así durmieron

Mientras tanto, en el cuartel de los Paw Patrol, Everest había pasado para hacer una visita, pero como ella no era demasiado pegada a los horarios y a la puntualidad, todos ya estaban durmiendo así que Everest solo fue a darle una visita nocturna a Chase, con quién había tenido una fuerte pelea hace unos días, así que ella quería disculparse antes de que las cosas empeoraran, estando dispuesta a cualquier cosa para que volver con Chase, que ahora dormía como tronco

-Bien... Everest... solo debes disculparte y a lo mejor te deja pasar, él está enojado y ya sabes que un macho enojado es muy bueno en la intimidad... ¿Desde cuándo soy así de zorra?- Pensó Everest, ya parada en la puerta de Chase, luego golpeó levemente

Chase escuchó unos repetidos golpes a su puerta, realmente no se quería mover pero los golpes no cesaban, así que se levantó y abrió la puerta bostezando

-Hola... ¿Everest?- Preguntó Chase confundido al ver a su ex en la puerta, pero ella parecía arrepentida por lo que había pasado y todas las cosas feas que se habían dicho, así que Chase no cerró la puerta -Ehh... ¿Necesitas algo?- Preguntó Chase, sintiendo frío por el extraño clima que había tenido la Bahía últimamente

-Necesito... te necesito a ti- Pidió Everest, un poco llorosa pero notando que Chase también la extrañaba luego de haber terminado, Chase se sorprendió al escuchar esto, ella había sido muy firme durante la pelea y era raro un cambio de postura así de grande, Chase se alegró inconscientemente y preguntó:

-¿Quieres hablar adentro?- Preguntó Chase intentando contener su sonrisa y sabiendo lo que pasaría

-Claro.. - Dijo Everest, entrando a la casita de Chase, también sabiendo lo que seguía cuando entraran a la casita de Chase

Pero dejemos estos romances de héroes por un momento y centrémonos en quién observaba el cuartel con recelo, viendo cómo eran felices y nada demasiado malo pasaba, este individuo, un Doberman en buena condición física, era nada más y nada menos que el resultado de una serie de incestos y líos reales que lo llevaron a desaparecer de la realeza de Barkingburg, ahora buscando a la loba de la que se rumoreaba que había matado a Sweetie, este Doberman quería vengar a su hermanastra, y no le importaba a quién debiera llevarse por delante