Nota: Bueno pues aquí estoy yo otra vez con una nueva historia, está me parece muy interesante (será porque la escribí yo ¿No?) jaja bueno como sea espero que les guste
Disclaimer: Los personajes de esta historia son propiedad intelectual de Masashi Kishimoto, sin embargo la historia es mía bajo el seudónimo de Lilith's angel
*+ ¡Ordena tus sentimientos!+*
¿Le decía o no le decía? Mmm si tan sólo hubiera una forma fácil para saberlo, y si le decía… ¿Qué le contestaría él? O mejor dicho ¿Qué respuesta era la que esperaba ella?
Tomó algunos minutos para relajarse y mirar un ave atravesar el maravilloso cielo azul, inhaló el desvergonzado aire de Konoha en la cumbre de la montaña Hokage (justo donde estaba ahora), Y lo dejó ir en un esperanzado suspiro.
Se dirigió al único lugar en el que quería estar, dejó que sus pies la guiaran sin razonarlo demasiado, porque si lo hacía, si racionaba cabalmente, probablemente… terminaría perdiendo.
Incluso, cada vez que lo pensaba más y más, caía en la misma conclusión: No era una buena idea. Era una autentica ironía cuanto había cambiado su vida recientemente al grado de querer tomar esta decisión. A su mente venían tosas esas imágenes, se recordaba así misma que tan sólo hacía apenas unos meses que el renegado Uchiha había vuelvo a la aldea, y se había tornado más amable con ella, al grado de permitirle vivir en los terrenos Uchiha.
¡Ella, en los terrenos Uchiha! No podía creer todavía semejante disparate
Su estadía en los terrenos del peli negro, era del todo un disparate, la manera en la que llego… mm más bien poco ortodoxa, ahora se alegraba de vivir ahí, era casi como su hogar en esos momentos difíciles, pero aún le entristecía el hecho de cómo su propia y dulce casa se había visto envuelta en llamas después de los ataques a la aldea, su único y preciado hogar; vuelto cenizas. Se sentía triste, había podido quedarse un tiempo con Ino, pero sabía perfectamente que ella necesitaba su propia privacidad, para ser exactos; ella y Shikamaru necesitaban su propia privacidad. Así que decidió empacar.
***Flashback***
Sentada a mitad del bosque, sin saber a donde dirigirse, no podía imaginar ningún otro lugar más que una posada. Sí, se quedaría ahí al menos hasta el fin de las reparaciones, pero antes de emprender el paso hacia sus planes, una sombra silente se sentó al lado suyo.
-Quédate en los terrenos Uchiha- pareció más una orden que una propuesta de ayuda
-Sasu…ke-kun- Abrió en sorpresa sus orbes color jade por aquellas palabras de quien menos lo espero
-Hay bastante espacio- se excusó, pero al ver que no obtenía respuesta- … Haz lo que quieras- le restó importancia. Antes de partir, ella lo haló del brazo, y con una delicada sonrisa dijo…
-Arigatou, Sasuke-kun- Incluso creyó verlo sonriendo también, pero eso seguro era una fantasía suya
+++ End Flashback+++
Tres meses, sí, llevaba tres meses viviendo en los terrenos Uchiha, al lado de Sasuke, y este era cada vez más diligente, más humilde, más…humano, parecía que cada día lidiaba con sus demonios internos y conseguía llegar a una tregua.
¡Incluso comenzó a portarse casi amable con ella! ¿Quién lo diría?
Con pequeños gestos si bien no le demostraba afecto, al menos si conmiseración sincera, de vez en cuando incluso parecía sonreírle, la ayudaba sin fastidio; y cuando debía, la corregía –casi- cordialmente ¿Qué ocurría? Su vida se había tornado en una jungla borrosa de sucesos que corrían alrededor de ella sin darle pausa a respirar.
Pero ahora, sólo había una sola cosa que se mantenía constante, ahora sólo había una persona que ocupaba sus pensamientos: él…
Para cuando se dio cuenta, ya estaba frente a una imponente puerta de madera tallada, sus piernas comenzaron a temblar y se sintió de 15 años otra vez.
Inner: ¡Vamos!
.-.-Toc toc-.-.
La puerta rechinó para abrirse y dejar al descubierto a un desaliñado pero apuesto hombre que la recibió con una linda y oculta sonrisa. Con un gesto la invitó a pasar
-Sakura-chan ¿Qué haces aquí? Hoy no tenemos que entrenar- ella se removía inquieta en el sillón en el que había elegido sentarse, jugueteaba con sus manos ahora sudadas, y su sonrojo la delataba sin lugar a dudas, y si no, de seguro ya la había manifestado ese acusador corazón con sus ensordecedoras notas subiendo y subiendo ¡Tocando la melodía de su vida!
-¿Sakura?... ¿Estás bien?- Se acercó precavidamente, tocando la pequeña frente de la chica para cerciorarse si es que no tenía fiebre
Inner: ¡Suéltalo ya!
-¡Estoy enamorada de usted!- espetó por fin, sin tapujos, avergonzada hasta la médula, las palabras salieron atropelladas de su garganta produciendo un sonido certero. Dudó por un momento, pero temblorosa y con coraje se levantó y preguntó- ¿Qué… opina usted?- Remató esperanzada…curiosa.
Ante la primera frase Kakashi había abierto los ojos en son de sorpresa, y casi al instante de recuperarse, su gesto se tornó frío con desprecio
-¿Qué sabes tú del amor?- Preguntó con veneno en las palabras, y en ese momento el hombre tierno y dulce que se preocupara antes por su bienestar, había desaparecido, dejando a esta imitación que ahora huía de ella y rechazaba su más mínimo contacto. Esas palabras salieron oprimidas en ponzoña y quizá verdadera inquisición - Vete a casa… con él- ordenó agresivo, con reproche-… por favor- casi pidió regresando a su roll de maestro, y giró sus pasos sin tomarle importancia a la sincera confesión
Ahhh no, Sakura ya había llegado demasiado lejos como para acobardarse, esto era un todo o nada, así que le siguió los pasos para encararlo nuevamente. Sin embargo Kakashi sólo se dedicaba a darle la espalda
-Sólo pienso en usted, he querido ignorar este sentimiento- le dijo culpable-Pero cuando esta de misión a veces lo extraño tanto que imagino que está al lado mío, sonriéndome y reconfortándome igual que siempre lo hace- le decía tan embelesada, con esa preciosa sonrisa en su cara, casi como si estuviera hablando más para sí misma que para él.
- Yo…- titubeó- usted…no…sotros - simuló en un imaginario abrazo, lo mismo que viera en sus sueños- podemos…podríamos
Kakashi volteó furioso, era la primera vez que ella lo veía tan consumido por sus emociones, la sujetó furioso de ambos brazos zarandeándola con fuerza y asustándola de paso.
-¡No sigas!- la miró directo, pero al ver el miedo reflejado en su inocente rostro, la soltó de tajo y fue al otro extremo de la habitación. Nervioso, arrepentido, firme
-Será mejor que te vayas… ahora mismo- Palabras que a la chica le sonaron como advertencia
-Pero…estoy enamorada de USTED, no quiero regresar- terminó por confesar, jamás se sintió tan fuerte como para incluso en esas circunstancias enfrentarlo a él
-Para mí solo eres una niña…- volteó para por fin verla a la cara, y fríamente le dijo – Tú nunca podrías hacerme feliz
Aquello cayó como balde de agua fría en el corazón de la kunoichi. Era cierto, ella representaba muchos problemas para él, problemas que él no necesitaba, él simplemente no la necesitaba a una niña, había sido tan egoísta como para no haberlo pensado antes. Sintió sus ojos llenarse de lágrimas y sus piernas temblar. Esa valentía, esa bravía que había mostrado, justo ahora había abandonado su cuerpo, pero con los pocos impulsos sinceros que le quedaban decidió tomar del piso su ofendida autoestima, y con lágrimas en los ojos le dijo
-Está bien- le sonrió- Yo… sabía que esto pasaría, usted nunca podría amarme- dio la vuelta con la cabeza gacha y cubrió su rostro con las cortinas de su cabello-Yo… sólo quería que usted lo supiera. No volveré a molestarlo- Y corrió al único lugar en el que se podría sentir segura, al único lugar más parecido a un hogar que tenía. Debía visitar su antigua casa, ese lugar lleno de confort que a pesar de estar en ruinas, quedaba como escenario perfecto para un corazón también vuelto trizas
Se sentía sola, triste, desgarrada, ni siquiera el dolor de perder a Sasuke fue tan… ¿Punzante? Al menos Sasuke sólo había herido su amor, pero Kakashi había herido su orgullo, su autoestima, su ser, al no considerarla suficientemente mujer. Sentía que le faltaba el aire, nada parecía real, todo era difuso, vago. Corría sin cesar, y la lluvia se desató imprevistamente sobre Konoha, no veía muy bien hacia donde se dirigía
"Me rechazó, jamás podré verlo a la cara nuevamente"
Había requerido mucho valor para ella el atreverse a confesar sus sentimientos por su profesor, las palpitaciones se escuchaban cada vez más fuertes, pero tenían un ritmo diferente al que experimentara en casa de Kakashi, era como si ahora le estuvieran gritando "Duele"
Resbaló debido al fango producido por la reciente lluvia, sólo entonces se dio cuenta que había tomado el camino opuesto, no se estaba dirigiendo a casa sino a la entrada del bosque prohibido. Su cuerpo empezaba a calentarse de vergüenza por la confesión
"¿Cómo podré verlo a la cara otra vez? Me rechazó, sólo soy una ridícula niña para él"
La lluvia no la dejaba ver, tenía el rostro cubierto de barro, vislumbraba… ¿Una sombra? ¿Era eso de verdad una sombra de cabello desordenado?
-Ka…kashi-sens…- Casi preguntó antes de abandonarse a la inconsciencia.
…
Tenía los brazos adormecidos y un ligero hormigueo detrás de la nuca, esa sedante sensación de haber dormido de más, le ardían los ojos, pero no había demasiada luz a su alrededor, eso era bueno. Hizo amago de querer levantarse pero le hormigueaba demasiado el cuerpo, abrió por fin los ojos y al voltear a un lado, pudo adivinar por fin donde se encontraba.
-¿Sasuke?- Sí, estaba en los terrenos Uchiha, pero está no era una habitación que ella reconociera
-No trates de levantarte, estás demasiado débil- le informó, con tono monótono pero amable, le acercó un pequeño plato con caliente sopa preparada. -El bosque prohibido está cerrado- le informó, pero aquello en términos de Sasuke era una pregunta que en realidad le decía "¿Qué demonios hacías tú en el bosque prohibido?"
-Jajaja- se burló de él
Sasuke bufó un poco incomodo, no era común en él expresar sus sentimientos, y lo que menos esperaba cuando ocurría el milagro de externarlos era: Que se burlaran de él, a pesar de eso no reprochó; más bien le entregó la sopa y permaneció callado
Ella notó su error y miró hacia el tazón de sopa que tenía entre las manos justo ahora que había logrado levantarse, notó cuando le había costado al azabache ese gesto de amabilidad, era claro que esa sopa era casera, incluso presumía que la había hecho él. Se sintió avergonzada y enseguida se disculpó
-Lo siento, no ha sido intencional burlarme de ti, más bien me burlaba de mi misma, de… lo torpe que soy- confesó
-Hmp- Escuchó como respuesta ¿Era aquella su forma de decirle que todo estaba bien?
-Verás, mi intención era ir a mi casa, no al bosque prohibido, me reía por lo lerda que fui al terminar inconsciente por algo insignificante-
Él pareció aceptar su disculpa pues tomó el plato en sus manos y ayudando a Sakura a incorporarse del todo, la acompañó mientras merendaba.
-Y… ¿Tú que hacías por esos lugares?- preguntó la chica fingiendo interés, con la boca llena
-Entrenaba- se limitó a decir
-Y ¿Cómo fue que me viste?- automatizó
-Casualidad-
-No eres de los que hablan mucho ¿Cierto?-
-Lo siento, no estoy acostumbrado- Parecía sincero
La kunoichi casi escupió lo que había ingerido, miro entre sorpresa y susto al heredero Uchiha
- ¿Qué sucede?- preguntó verdaderamente preocupado
-¿Quién eres y que le hiciste a Sasuke?- preguntó interrogante, se acercó a él y le tocó la frente, intento recostarlo en el futón donde anteriormente estuviera ella
-¿Qué haces?- Preguntó ahora desconcertado y un poco preocupado por la salud mental de la kunoichi
-El Sasuke que yo conozco jamás se disculparía- Lo miró entrecerrando los ojos, como con mirada interrogante
De repente el gesto del peli negro se torno serio, grave, y la kunoichi creyó haberse excedido con ese comentario, pero contra todo pronóstico, el pelinegro dejó asomar una sonrisa sincera, de esas genuinas que sólo logran arrancarte tus amigos
-Baka- se burló de la chica, no tardó demasiado para que ella se uniera a él
Sin siquiera pensarlo, Sakura había olvidado por un momento su incidente con Kakashi, Sasuke recientemente era…amable, después de tantos padecimientos, el azabache había encontrado su corazón, y aunque no era muy bueno sabiendo utilizarlo, era quizá como un niño, queriéndolo descubrir todo, queriendo desesperadamente encajar en un mundo de adultos y sentimientos complejos.
Tan pérdida entre risas y sorpresas inesperadas, tal como aquella disculpa la chica de los cabellos rosados no se dio cuenta que una sombra huía de los terrenos Uchiha…
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-¡Maldición!- entró sin necesidad de anunciarse, rompiendo todo a su paso, llevando al suelo el mueble de madera que fungía como cajonera, volcándose furioso contra la estantería de libros, pero sobre todo especialmente receloso contra las paredes, no se cansaba de asestarle golpes a los muros, hasta que consiguió sangrarse las manos y así cansarse un poco para solo así ceder.
-Sabía que ella quería al renegado todavía ¡Todo es mentira!- gritó furioso- mentira…- susurró cansado, está vez de espaldas a la pared, sentado en el suelo con las piernas flexionadas.
Sin poder evitarlo se pasó las manos por el alborotado cabello platino, ja cómo si eso fuera a calmar su desesperación.
Pero de pronto con mirada entre determinada y recelosa, se levanto del suelo
-¿A mí porque demonios me importa? Nada, exacto, ella no me importa nada en absoluto, es simplemente una niña enamoradiza que se confundió- trato de sonreír con suficiencia.
De nueva cuenta un golpe improvisto se escuchó en la pared de estar, logrando definitivamente quebrarla.
-¡Demonios! - dijo desesperado tocándose el cabello- ¿Qué es lo que voy a hacer?- Giro dando la cara a un espejo pequeño colocado en la sala de estar, quizá buscando alguna respuesta en ese joven de mirada angustiada con el cabello platino que lo miraba fijamente.
- "El legendario ninja que copia" encaprichado de una mocosa que ama al renegado- se quejó para sí terminando nuevamente quieto en aquel frío suelo
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Continuará
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