Bueno bueno que les digo? aquí una nueva historia, empiezo a explicar, se me ocurrió una vez pensando en la belleza y la violencia, también al escuchar una canción "el peso del alma" la canta José Andrea. quienes me han leído creo que se darán cuenta que adoro a Afrodita y por eso me aventure a hacer este Fic tratando con mi imaginación dar el porque de su comportamiento, de su afición a la belleza e inclusive su apego con Saga y Death Mask, después se explicara eso más, va a ser un fic Yaoi pero tendrá una explicación creo según yo a lo que esta en mi mente bastante razonable.

bueno espero les guste, es un fic del pasado de Afrodita basado lo que más pueda en al serie, si algo me falla por favor háganme saber, espero les guste y disfruten este primer capitulo.

Los personajes no me pertenecen, son del señor Masami Kuramada, si fueran míos... Afrodita seria el rey del mundo... y seria como Radamanthys de indestructible XD y los dorados nunca morirían XD o terminaría vivos de una u otra forma, en fin


DETRÁS DE LA ROSA

CAPITULO I: El inicio.

En cuanto el médico anuncio que la prueba era positiva Ariana sintió como el color de su rostro se esfumaba, apenas y pudo mantenerse de pie, se sujeto del escritorio y como pudo salió a enfrentar la vida ¿Cómo iba a decirle a Dao y a sus padres que estaba embarazada? Fuera como fuera debía decírselo a él y a sus futuros suegros. Así lo hizo y como era de esperarse el padre del pequeño lo negó al principio pero tras otro estudio para verificar el tiempo de embarazo, termino por convencerse y después se dispuso la boda y fue como inicio la aventura de aquellos dos. El matrimonio no inicio bien, de pronto comenzaban las discusiones sobre de quien era la culpa, o si el otro no lo evito, discusiones relativamente normales que sólo terminaban con la huida del hombre a algún bar y su retorno completamente ebrio a altas horas de la noche. Todo se mantuvo así, simples discusiones que terminaban del mismo modo, excepto aquel día imposible de olvidar.

Era la tarde del 9 de Marzo, como siempre una nueva discusión se avecinaba, ya era algo de costumbre después de 7 meses de casados y 8 meses de embarazo, por lo tanto no había nada de nuevo pero él ahora se había adelantado y tenía un par de copas encima, se aproximo el reclamo de las huidas masculinas y la falta de atención del mismo, pero ahora Dao ya no lo soporto más muestra de esto fue el como una bofetada por parte del hombre se hizo presente tirando a la mujer al suelo comenzando así su martirio y sintiendo en carne propia la furia de su esposo que parecía querer molerla a golpes pero se cansó antes de matarla, se dio la vuelta y estaba dispuesto a largarse como siempre.

-Dao… se me rompió la fuente –anuncio Ariana en posición fetal tirada en el suelo con un poco de sangre en su labio, el hombre al escuchar estas palabras rodo sus ojos.

-¡MALDITA SEA! Me vas a decir que al maldito niño se le ocurrió nacer ahora… -es lo último que dice Dao antes de levantar a su esposa y llevarla al hospital, donde paso la noche en labor de parto y con los doctores extremadamente preocupados por la salud de ella y en especial del niño, tenían la idea de que el pequeño llegaría con algún daño o lesión de cualquier tipo. Para la mañana del 10 de marzo, alrededor de las 10 a.m. un hermoso niño nació, su cabello ondulado y celeste como el de su madre haciendo juego con sus ojos del mismo color, por parte del abuelo materno saco un bello lunar debajo del ojo izquierdo, pero el rostro, las facciones e inclusive el color eran del padre, era su viva imagen. Para la 1 de la tarde ya la habían dado de alta, no sin antes bombardearla de información sobre la violencia familiar y de lo que podía ocasionar, pero ella se aferraba a la idea de que había sido por el alcohol y más aparte tras la llegada de su bebé todo cambiaria y así fue, en los primeros meses todo fue magnifico como debía haber sido, Dao atendía a su mujer en todo y trataba con tanto afecto a su primer hijo varón que el incidente ya casi se había borrado de la memoria de la pareja, para el segundo mes lo registraron con el nombre de Dao De La Rosa Alrisha.

El paraíso continuaba hasta alrededor de los 4 meses de edad del niño, cuando todo cambio en un solo día: Dao padre llego ebrio después de desaparecer todo el día y más aparte con el cuello de la camisa manchado de un labial, Ariana se le fue encima furiosa pero pronto Dao padre le recordó el momento antes de que naciera su hijo. La dejó tirada en posición fetal, la cual fue una pose a la que se fue acostumbrando, ya que desde ese día la sesión de golpes pasó a ser parte de la rutina que poco a poco capturo también al pequeño Dao.

-Mamá yo te ayudo –Ariana escucho la pequeña vocecita de su hijo que con animo intentaba ayudarla con una bolsa llena de verduras que ni siquiera podían ser levantadas por las manitas del chiquillo, y era algo normal con sus 5 años no tenía la fuerza suficiente como para levantar el cumulo de verduras.

-No Dao, mejor ten ayúdame con esta –responde Ariana dándole una bolsa que lleva una que otra gelatina, mantequilla y nuevos manteles para la mesa. Dao al tener en sus manitas la bolsa sonrió y comenzó a correr con la intensión de llegar a casa antes que mamá. Llegaron a casa y pronto comenzaron a hacer la comida. Cuando ya estaban apunto de terminar Ariana ordeno a su hijo que pusiera los cubiertos en la mesa y esto hizo el pequeño. La mirada de Ariana se dirigió a su pequeño, lo vio aún con los moretones en su rostro de la última vez, uno en su mejilla y otro en la comisura de sus labios; se acerco al pequeño y en cuanto este bajo de la silla en busca de los últimos cubiertos la mujer lo abrazo, primero llorando en silencio y después permitiéndose caer en el inconsolable llanto, Dao al sentir esto trato de consolar a su madre dando palmaditas en la espalda repitiendo que todo estaba bien. Se quedaron así un momento, los dos abrazándose hasta que un golpe anuncio que la puerta estaba abierta, y por lo tanto que el padre había llegado, ante esto se interrumpió el momento.

-llegó papá –anuncia el pequeño en un susurro como si fuese un secreto.

-si amor, corre para terminar de poner los cubiertos que te faltan –y tras estas palabras de la madre, el pequeño Dao tomo los cubiertos, subió a la silla y los puso quedándose sentado en la silla mientras que Ariana sirve la sopa lo mas rápido que puede. Dao padre entra y se sienta, Ariana acerca pan para acompañar la sopa y el hombre da el primer bocado:

-¡Maldita Sea! Esta caliente… ¡Eres una inútil! –tras estas palabras por parte del hombre el plato callo al suelo por su obra y con esto el pequeño bajo de la silla y pronto fue a esconderse detrás de un jarrón que era lo suficientemente ancho como para ocultar su menudo cuerpo temeroso y temblando, con sus manitas sobre sus oídos tratando de no escuchar el llanto de la madre y el estruendo de los golpes de los que era victima la mujer.

En Suecia, un par de hombres se abrían paso entre las calles del pueblo, hace tiempo el patriarca Shion había sentido un cosmos por esos rumbos y en compañía de su hermano Arles decidieron ir por él, y ahora volvían a sentir ese leve cosmos lo que ocasiono que el más anciano se detuviera.

-Shion…. ¿ocurre algo? –cuestiona Arles al observar como el patriarca se queda quieto de golpe.

-No pasa nada Arles, vamos en la dirección correcta… -se limita a decir Shion para después continuar con su caminar.

Con cada uno de los quejidos de la mujer, el infante cerraba sus ojos con más fuerza y derramaba más lagrimas, pero un aura dorada le rodeo sin que él se diese cuenta, esta aura era calidad le proporcionaba un poco de tranquilidad al grado de que su llanto no fuese inconsolable. Se armo de valor paso sus manitas por sus humedecidos ojos, los limpio y se aventuro a enfrentar a su padre.

-¡Deja a mi mamá! –exclama Dao golpeando parte de la pierna de su padre al ser el lugar que alcanzaba, el padre al sentir esto se molesto y con su puño quito de encima al niño tirándolo al suelo y alejándolo un par de metros de la situación.

-¡No! Déjalo –suplico la madre entre sollozos. Pero el padre no hizo caso, se limito a depositar toda su furia en el pequeño el cual sólo sentía sus lagrimas correr, el dolor en diversas partes de su cuerpo y escuchaba el estruendo de los golpes en el mismo.

-basta –logro susurrar el pequeño antes de quedar inconsciente, el aura que antes le había rodeado ahora volvió aparecer inundando el menudo cuerpo del infante del resplandor dorado asustando al padre y logrando que detuviera sus golpes, la mujer al observar este titubeo, como pudo se puso de pie, tomo al niño en brazos y lo llevo al hospital donde le atendieron y buscaron curar sus heridas. Para la suerte del pequeño no había ningún hueso roto, únicamente fue victima de hematomas demasiado grandes uno en su ojo izquierdo, uno pequeño en la comisura de sus labios y en diversas partes de su cuerpo y una que otra abertura en su piel, en una de sus cejas, brazo y manos. Los médicos en la noche que el niño se quedo internado se dedicaron a regañar a la madre del porque había permitido que esto pasara pero sin poder hacer más dieron de alta al pequeño implorando su supervivencia.

-Mamá…-llamo Dao en cuanto salieron del hospital alrededor de la 1 de la tarde, el pequeño solo llevaba algunas bandas que protegían sus heridas de infecciones.

-¿dime? –se limita a preguntar Ariana.

-no hay que regresar a casa… -aquellas palabras ocasionaron cierta molestia en la madre, se coloco en cuclillas para estar a su altura y comenzar a hablarle.

-¿Qué cosas dices? ¿Y a donde vamos a ir? Tu padre nos mantiene y si no esta él nos vamos a morir de hambre y de frio –exclama la madre dejando ver su molestia al tiempo que hace victima a Dao de movimientos bruscos que agitan su menudo cuerpecito.

-vamos con tu mamá… te prometo que me como todo, y que no diré que tengo hambre… mamá no hay que volver con papá –suplica el niño, pero la madre se molesta, levantándose y dando un pequeño jalón al niño para que camine. De pronto aparecen un par de hombres frente a la dama y su hijo.

-señora –se aventura a decir Arles logrando que Ariana les preste atención.

-¿Quiénes son ustedes? –cuestiona la mujer al observar a los recién llegados.

-mi nombre es Arles y él es mi hermano Shion, señora yo se que esto sonara extraño, pero su hijo es especial y tiene una energía que con entrenamiento podría llegar a hacer muchas cosas –explica Arles con entusiasmo pero pronto es interrumpido.

-¿Qué tonterías dice? Este mocoso no tiene nada de especial –anuncia el padre que decidió ir a recoger a su hijo y esposa al hospital. Shion al verlo frunció el ceño y se acerco a la familia.

-usted le hizo esto al niño ¿cierto? -cuestiona Shion al tiempo que recibe un levantamiento de ceja con un tinte de altanería por parte del padre en forma de respuesta, el patriarca eleva su cosmos dejando ver el aura dorada que la noche anterior lo había asustado –la cosa es así, ha visto esto antes ¿verdad? Bien pues esta aura esta controlada pero la de su hijo no, y si se queda con usted lo matara –Arles ante la acción de su hermano se permite mostrar sorpresa, si bien era cierto que el cosmos del pequeño no estaba controlado no creía que llegara a tal grado de matar al hombre, pero tampoco se atrevía a cuestionar a su hermano Shion, después de todo no por nada era el patriarca.

-Dales al mocoso… -ordena el padre, Ariana se coloca en cuclillas nuevamente para hablar con su hijo.

-Amor… todo estará bien ¿le das un beso a mamá? –Pregunta Ariana con lágrimas en los ojos, el niño niega con la cabeza con un gesto serio –anda amor, uno chiquito –vuelve a pedir pero Dao continua negándolo, da un par de paso alejándose de la madre, camina con dirección a Arles y le toma de la mano. Shion ante esto agradece por la cooperación y se dispone a caminar siendo seguido por Arles, el pequeño por su parte les sigue el paso sin volver la mirada atrás al tiempo que de sus ojitos brotan gruesas lágrimas frente a la situación: su madre no había negado que se fuera y tampoco lo había defendido, inclusive se preguntaba el motivo de su existencia si ni su madre ni su padre lo querían, tenia miedo quizá eso hombres le harían lo mismo que su padre, no lo sabia pero no podía hacer nada contra ellos, su padre lo había dejado en claro la noche anterior…un adulto era mas fuerte que un niño, mucho más fuerte. Al encontrarse ocultos entre los arboles, Arles carga al pequeño con mucho cuidado para no ocasionarle dolor, coloca la mano en el hombro de Shion el cual cierra los ojos y pronto los hace victimas de la trasportación característica de los provenientes de Lemuria, dejándolos frente a las grandes puertas del Santuario griego que lo separa del pueblo de Rodorio.

Dao simplemente observaba el paisaje, consistente en pilares, algunos cuarteados, otros rotos, otros completos, unos simplemente de pie pero sin estética alguna, observo diversos hombres que hacían reverencia al más anciano de los dos adultos. Por fin llegaron al coliseo donde el infante observo a tres jóvenes, no adultos ni niños de su edad, de unos 11 años, dos de ellos eran idénticos y el otro de cabellos castaños, por otro lado tres niños más que parecían de su edad estaban jugando entre ellos. Arles bajo al pequeño.

-bien Dao, hemos llegado, te dejo aquí pero ahora vendrán a conocerte tus compañeros, no temas todo estará bien –anuncia Arles obteniendo un simple asentimiento con la cabeza, en cuando Arles se aleja, un pequeño de cabellos azules y alborotados se acerca, ya que el otro de cabellera azabache se aferra al joven de cabellos castaños.

-¿te peleaste con alguien? –cuestiona el de cabello ultramar al observar los hematomas del recién llegado, que niega con la cabeza. –Mira –dice levantando su playera hasta las costillas –esta cicatriz me la hizo un niño…pero no se fue limpio… se arrepintió de haberme tocado –el relato asombro a Dao que pronto vio la cicatriz del niño.

-¿y como haces para pelearte? –pregunta Dao a lo que el otro pequeño contesta con una risita.

-sólo busco golpear donde más les duela –responde el de cabellos ultramar –soy Edgardo… ¿tu quien eres?

- me llamo Dao… y… ¿Cómo te defiendes de tu papá? –cuestiona Dao tomando un poco más de confianza.

-¿de papá? Mmm… pues no tengo papá… ¿eso te lo hizo tu papá? –cuestiona el pequeño Edgardo sorprendido. Dao se limita a asentir con la cabeza.

-veo que por fin socializas con alguien pacíficamente Edgardo –dice uno de los gemelos alborotando el cabello del mencionado que se permite fruncir el ceño.

-Déjame Kanon –pide Edgardo con molestia.

-bienvenido pequeño, soy Saga ¿y tu? –Comienza a decir otro gemelo al tiempo que se coloca a la altura de Dao el cual retrocede un paso –no temas, aquí estarás seguro.

-soy Dao –se limita a decir sin acercarse aún a Saga.

-Kanon, llévate a Edgardo, ahora los alcanzamos –pide Saga, Kanon asiente y carga a Edgardo en contra de su voluntad que pronto comienza a reír ante el jugueteo de Kanon -¿Quién te hizo eso? –cuestiona en cuanto esta solo con el pequeño.

-mi papá –responde Dao bajando la mirada, Saga sujeta la cara del pequeño con calidez para que lo mire a los ojos.

-escúchame pequeño, eres un pequeño muy hermoso, y no debes permitir que vuelvan a tocarte así, no dejes que jamás vuelvan a marcar tu rostro –dice Saga con una cálida sonrisa –vamos a hacer un trato ¿si?

-¿trato? ¿Qué trato? –cuestiona Dao sin quitar la mirada del gemelo mayor.

-te vamos a mandar a Groenlandia a que entrenes, te vas a hacer fuerte, muy fuerte, y cuando seas fuerte me vas a prometer que no dejaras que marquen tu rostro y yo te daré otro nombre, que significara que aceptas el trato y que prometes hacer fuerte ¿te parece? –anuncia Saga sin desvanecer la sonrisa de su rostro.

-¿Qué nombre me vas a dar? Ya no me gusta Dao, me recuerda a mi papá y no lo quiero recordar –responde Dao dando un pequeño paso hacia adelante.

-Afrodita –responde Saga sin esperar más.

-¿Afrodita? Pero es de niña –respinga Dao frunciendo el ceño.

-pero ¿sabes que significa? –Cuestiona Saga, Dao niega con la cabeza –bien, Afrodita es la diosa de la belleza y del amor, y tu eres muy hermoso como Afrodita sólo que en niño, Dao, tu siempre destacaras por tu belleza y nadie te volverá a golpear como lo hizo tu padre, ese nombre será un nuevo inicio…serás un niño nuevo, entonces ¿aceptas? –aquellas palabras dejaron pensativo al pequeño.

-si… desde ahora seré Afrodita…no… cuando regrese y sea muy fuerte seré Afrodita y nadie me reconocerá –responde Dao con una sonrisa, Saga correspondió a la sonrisa extendiendo sus brazos, Dao lo miro, estaba extrañado parecía que el mayor quería abrazarlo pero la única persona que lo había abrazado era su madre, aun así se aventuro y con diminutos paso se acerco a Saga que en cuanto estuvo lo suficientemente cerca lo abrazo, el pequeño al inicio se quedo desconcertado pero al sentir lo cálido de los brazos masculinos del mayor, se aferro a la camisa de este, era un sentimiento tan placentero, tan tranquilo, le transmitía tanta calma y bienestar, se sentía bien y seguro sentía… algo extraño, algo difícil de explicar, no sabia que era pero sabia dentro de él que este hombre no lo dañaría. Cariño, quizá eso era, su madre alguna vez lo menciono pero no la había entendido, pero ahora esa palabra fue la que se le vino a la mente con el abrazo de Saga, se soltó a llorar sin consuelo alguno, solo sintiendo los brazos del hombre que refugiaban su llanto, no lloraba por el desagrado del abrazo mas bien por esa calidez que sintió tan tarde y de otra persona que no fuera su madre, lloro por todos los golpes, por el miedo, por los llantos por los gritos, por el sufrimiento y por el odio mismo. Saga simplemente lo continuo abrazando, no sabia cuanto había sufrido el pequeño y quizá ese llanto le haría sentir mejor, posiblemente era necesario para el infante así que lo dejo llorar hasta el cansancio.

*******************CONTINUARÁ****************

Bueno Aquí esta el primer capitulo... tengo la esperanza de no tardar en actualizarlo, espero les guste, a mi me esta gustado jeje. bueno me despido, gracias por leer.

Atte:

Eros