La diversión de Plue.

Desde que Sting conoció a Lucy en aquel parque y la encontró jugando con su pequeño peluche "Plue", supo que algo estaba mal con él. Ese muñeco nunca le gusto, sentía que lo observaba cuando estaba cerca de él o que a veces se movía de sus sitios. Le pregunto a Lucy sobre ese extraño muñeco ella solo respondió que era un regalo de su madre y que nunca se separaba de él.

Una cosa que lo perturbaba un poco era el sonido que hacía. Era uno de esos muñecos de batería y cada vez que le apretaban la pata este comenzaba a vibrar y con una voz cantarina y temblorosa decía "Plue, plue", de ahí el nombre del peluche. Ese sonido no le agradaba a Sting siempre estaba solo en una habitación y el muñeco estaba en el lugar comenzaba a cantar y solo paraba cuando alguien más entraba a la habitación.

Por esa razón a Sting no le gustaba ese muñeco del demonio.

Y ahí se encontrar Sting, caminando solo por los pasillos de la mansión Heartfilia. Soló y buscando a Lucy, la había perdido de vista y ahora no sabía dónde se encontraba. Caminando por aquel pasillo noto algo extraño, no sabía si era su imaginación o algo más pero las paredes se hacían cada vez más estrechas y se tornaba más y más oscuro. Siguió caminando como el macho pecho peludo que era, pero por dentro estaba cagado de miedo. Llegando casi al final de pasillo noto algo, una extraña sombra se encontraba en el suelo, pequeña e inmóvil.

Se acercó más, intentando averiguar qué era eso. Un rayo de luz que entraba por la pequeña ventana lo ilumino... era Plue, el extraño muñeco de Lucy. Un escalofrió lo recorrió, dio un paso atrás, ese muñeco le daba muy mala espina. Pero tenía que llegar al otro lado del pasillo... Poco a poco y con cuidado se fue acercando más... estaba a un metro de distancia cuando, el muñeco levanto la cabeza y lo miro con sus ojos negros.

Sting dio un salto es su sitio y se detuvo de golpe, sin apartar la mirada del muñeco. Aquel muñeco extraño se levantó si aparta la mirada, se acercó a él a paso lento, con cada paso que daba Sting se ponía peor, no paraba de sudar pensando en lo peor. El muñeco alargo la mano intento tocarlo pero ahí fue cuando Sting como todo un hombre, soltó un grito de niña y salió corriendo.

No noto la sonrisa macabra del muñeco y tampoco cuando este desapareció en una nube de polvo.

—Plue, Plue. ¿Dónde estás, pequeño?— Cantaba la chica buscando a su preciado muñeco.

Miro sobre su cama y ahí estaba su pequeño Plue.

—Aquí estas.— Lo agarro y salió de la habitación— Vamos a buscar a Sting—. Feliz se encamino a la sala donde había escuchado al rubio.

Ella tampoco noto como el muñeco sonreía al oír ese nombre.

Y era que a Plue le gustaba mucho molestar a ese chico.

f..