Primero que nada, obvio los personajes no me pertenecen, ni los países.

Bien, esta es la primera entrega de una serie que planeo hacer conforme los sucesos se den en el mundo con las naciones. (Hay tantos recursos y herramientas para escribir y Hetalia tiene la capacidad de guardar cada elemento para su desarrollo) mientras ocurran cosas en el mundo con las naciones yo trataré de escribir las cosas desde el punto de vista de cada nación, es decir, narrarlo en voz de cada protagonista. Espero se entendiera. Así que empiezo con el conflicto de la Revolución del Jazmín, como es que se le llama a los que sucede en Medio Oriente con las revueltas sociales. Cualquier cosa, detalle, me lo hacen saber, espero no ofender sensibilidades. El mundo es un caos y parece que olvidamos que somos mortales.

La saga se llama: "La Historia también debería ser un Arte"

Empiezo por Egipto, narrado en primera persona su punto de vista de lo que ocurrió en su casa.

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El desierto al fin será libre

¿Por qué? Todos se preguntan ¿por qué?, ¿cómo?, ¿a qué hora fue…? ¿De dónde sacaste esas ideas? ¿Compraste fuerzas? ¿Quién te dio ese valor? ¿Fueron los gatos? ¿Ra tuvo algo que ver? ¿Las pirámides son oráculos de Mahoma? De qué serviría responder. Todos hablan de mí, ahora sus ojos se fijan en mí. Qué triste que sólo una revolución te dé a conocer al mundo que te tenía olvidado y sólo recordaba de tu pasado. Así de importante soy ahora como para que sus ojos sigan cada uno de mis pasos, a cada uno de mis pequeñitos hermanos que nadie tomaba importancia.

No, no fue mi idea, le dije a Ludwig, que de un tiempo a la fecha se convirtió en el líder de Europa. Si debía darle explicaciones a alguien en definitiva no era a él. Aquella entrevista me resulto absurda.

— Estas revelándote― afirmó. El aire del mediterráneo se colaba por la ventana y lo mire a los ojos. Ambos nos conocíamos, más por compromiso y resignación que por gusto. Hace muchos años él invadió mi casa pro ordenes de su loco jefe, seguramente ya lo olvido.

— No― aseguré— yo no pertenezco más a mi jefe ni a ninguno político. A diferencia de ti, soy de mi pueblo, es agente que oyes gritando consignas, esa gente que piensa en un cambio, esa gente que busca libertad y están hartos de tanta injusticia. Soy y pertenezco ahora a ellos. Una nación se debe a su pueblo no a sus líderes. Sí fuera así, Ludwig, tú estarías condenado a ser odiado eternamente como tu jefe.

El rubio agacho la mirada. Ninguna nación de occidente entiende nuestra mentalidad. Yo busco una democracia diferente no basada en sus doctrinas, por eso no puede comprender que buscamos hacer revolución con el pueblo, en nombre de eso que le da vida a un país. Todos hablan sin conocer la verdad. Culpan a mi religión, culpan mi idioma, culpan mis creencias, pero jamás se atreverían a criticar mi pasado que tanto admiran. Olvidan que ese Egipto Faraónico, mi madre, ya no existen, ahora soy… una nueva era con el Islam.

Mi gente seguía exigiendo, pidiendo ser libre. El paisaje mostraba las pirámides, mi pasado. Los gatos observaban desde la azotea y trate de explicarle a Ludwig lo que pasaba, pero su mente obtusa occidental no va entender. Ahora comprendo a Turquía. "No se puede tener una conversación racional con los europeos porque no conocen más de lo que han vivido y tienen de experiencia su propia historia"

― Alfred se siente culpable— dijo el alemán― no quiere que nada malo pase y espera que todo salga bien, si esa ha sido tu decisión el aceptara.

— No tiene otra opción, estoy cansado de tener que recibir órdenes de un jefe que sucumbe a un extranjero, como el jefe de Estados Unidos. ¡Ya no más! Mis hermanos y yo estamos cansados, ustedes no entienden.

Empezó de nuevo Ludwig hablando de democracia, cada que lo oía hablar a él y los otros europeos me daba cuenta que se parecían a sus jefes con forme pasaban los años. ¿Se hacían humanos?

Me resigne, me aguante hasta la risa así que le dije que observara como me lanzaría al vacio y ellos, allá abajo me atraparían, tal como los dioses lo hicieron una vez. Únicamente para demostrarle de lo que hablaba. El pueblo es la nación, de la gente es el país no de un líder.

Subí a la orilla de la barda en el balcón. Ludwig se levantó, sus ojos azules se abrieron de par en par al verme extender los brazos. El sol golpeaba nuestras cabezas, oí una canción de protesta de mi gente y supe que era el momento.

Cerré los ojos y me deje caer. En ese lapso las imágenes de un pasado glorioso aparecieron. De mi madre, de las invasiones de Persia y como se cobijo en sus brazos… De los ojos soñolientos de Olimpia al presentarse ante mamá con la que forjó una hermosa amistad. Y ese viejo Roma con esa reputación que le precedía que enamoró a mi madre. Luego llegaron los hombres arables y todo se fue a un nivel de espiritualidad que no cambiaré. El día que Inglaterra llegó como dueño y señor de mí casa y que saqueó todo hasta dejarme sin nada más que con mi orgullo herido y mi dignidad arrastrada con las tormentas de arena. A Alemania y sus armas, mostrándome como se debe tirar de un rifle. A Turquía riendo desesperado desde su cómoda casa. "De qué te ríes Saquid, a ti no te consideran europeo, por más que quieras serlo tu sangre y tus raíces están con medio oriente tal como la mitad de la tierra" pensé.

En cierto modo estaba un poco cansado de haber estado en tantas partes compartiendo mi casa con tantos que al final… ninguno se quedo. Ahora entendía a esta gente contemporánea que quería y buscaba ser libre. En el fondo siempre desee eso, mas nunca pensé que ellos tuvieran tanto valor. Algo que muchos occidentales desconocen.

La voz de Ludwig se perdió entre las risas y las palabras de amor de mi gente. Yo debo ser fuerte por ellos, debo vivir por ellos. Abrí los ojos, en cada uno de ellos me vi reflejado. Yo era todo. Me miran con sus ojos marrones, su piel bronceada, siento como si estuviera en un mundo distinto, como si hubiera muerto. No era así, las manos de toda esa gente pasaron por mi cuerpo, me arrastraban como una ola sobre sus cabezas. Iba yo sumergido en un sueño. Es una pena que muy pocos sepamos lo que se siente ser amado con tanta devoción por un pueblo y renunciar a obedecer a los jefes que no siempre resultan ser los mejores guías.

Ludwig se fue, probablemente a hacer un informe de lo que vio, lo que oyó. Los ojos del mundo ya no están al pendiente de mí, me tranquiliza un poco porque no me gusta llamar la atención. Ahora mis hermanos los más pequeñitos son los que tienen que soportar las críticas, las burlas y las quejas. Lo que ninguno de esos que nos observan saben, es que nosotros cambiaremos el mundo, no por destino ni por mitos, si no porque el mundo lo necesita. O eso fue lo que escuché decir a Turquía hace tres años.

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Nota: Trato de explicar mi punto de vista del significado y existencia de una nación, que no depende de los jefes de estado, si no del pueblo. Una nación existe sólo por la gente, cuando está deje de creer en su nacionalismo, entonces se puede decir que un país ya no existe. Esto lo tomo de una onda filosófica. No voy a explicar de más porque vale la pena más leer.

La parte donde cae Gupta y recuerda el pasado, trate de mostrar parte de su historia.

Ok, ya saben, cualquier detalle será bien recibido. Toda esta saga no tendrá nada que ver con la serie de hetalia, más que con sus personajes que trataré de manejar lo más IC posible.

Gracias por leer ^_^