Capítulo 1.

Amanecía un nuevo día en la Academia de Duelos. Ese mismo día comenzaba el nuevo año, y todo el mundo estaba nervioso por la ceremonia de apertura, tanto antiguos alumnos como nuevos. Jaden Yuki, Tyrano Hassleberry y el pequeño Syrus Truesdale desayunaban en el comedor del dormitorio rojo, Slifer Red, mientras conversaban, recordando las cosas que habían ocurrido el año anterior, y sobre todo rememorando lo ocurrido con Sartorius semanas atrás.

- Como vuelva a oír las palabras "destino" y "futuro" me dará un ataque -Decía Syrus, sintiendo que cada vez que recordaba todo eso le dolía la cabeza.

- A ti te dan ataques por cualquier cosa -Dijo Tyrano, mientras se metía una gamba rebozada en la boca y Jaden se reía animado-. Aunque espero que este año sea más tranquilo.

- No lo digas tan alto, nunca es tarde para que se estropeen las cosas -Dijo el castaño con buen humor, terminando de comer.

- Hablando de estropicios, ¿Donde está el señorito Princeton? -Preguntó el chico de piel morena.

- Creo que está haciendo algo en la residencia azul. Tenía ganas de irse de aquí.

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Chazz estaba justo debajo del gran edificio Obelisk Blue -la residencia masculina-, observando de lo más serio como otros integrantes del dormitorio intentaban mantener el equilibrio para pintar el tejado de azul.

- ¡Sois una panda de ineptos! Es muy fácil, sólo tenéis que pintar de arriba a abajo, suavemente -Dijo totalmente exasperada con un megáfono en la mano, como si fuera a desesperarse.

- ¡Si tan experto eres, hazlo tú! -Le gritaron todos, mientras se enfadaban.

- Idiotas. Ni en sueños me dejaré las manos en algo tan simple como pintar un tejado. ¡Soy el mejor duelista de la academia!

- Por el amor de dios, Chazz, ¿puedes dejar de gritar mientras tienes esa cosa? -Exclamó alguien a su espalda, haciendo que el chico se diera la vuelta.

Vio a las dos chicas que caminaban tranquilamente hacia él, mientras reían entre ellas. La chica rubia iba con el uniforme azul y blanco de la academia, mientras que la chica de pelo plateado iba con una camiseta de color morado y pantalones blancos.

- Buenos días, Alexis, Ellie. ¿Qué hacéis aquí?

La chica llamada Ellie le sonrió con tranquilidad, mientras se llevaba una mano a su pelo grisáceo casi blanquecino para colocarlo tras su oreja derecha. Era un rasgo típico de ella.

- Íbamos a ir a ver a Jaden y a los demás -Explicó Alexis Rhodes, algo distraída mientras colocaba bien uno de sus guantes azules-. Además, Ellie está intentando encontrar a Blair.

- No tengo ni idea de donde está y tengo que ayudarla con el papeleo de la academia -Añadió Ellie, alzando la carpeta que llevaba en la mano.

- Qué niña tan molesta. En fin, tengo que volver al trabajo.

- ¿No crees que te lo pasarías mejor si ayudaras un poco a tus nuevos compañeros a pintar? -Preguntó la rubia, obviamente bromeando.

- Siempre tienes grandes ideas, Alexis -Rió el chico, irónico-. Pero un profesional como yo no puede rebajarse a tal actividad. Soy Chazz Princeton, yo me limito a observar y a dirigir.

- Nunca cambiarás.

Las dos chicas comenzaron a reír, y mientras Chazz suspiraba exasperado, se dio cuenta de que alguien gritaba desde el tejado. Vio como un bote de pintura azul caía rápidamente, y parecía que iba directo a...

- ¡Alexis! ¡Cuidado! -Gritó desesperado.

Como si la vida le fuera en ello, corrió hasta Alexis y la apartó rápidamente, recibiendo de lleno el golpe del bote de pintura, y por supuesto manchándose por completo. Las chicas se asustaron en un principio, pero en cuanto vieron a Chazz levantarse con el pelo negro totalmente teñido de azul comenzaron a reír, junto con los demás. Chazz miró a sus compañeros, e hizo ademán de perseguirlos furioso. Ellie suspiró, y sonrió con tranquilidad mientras se giraba hacia Alexis.

- Yo me ocuparé de él. Puedes ir con Jaden y los demás.

- ¿Estás segura, Ellie? No me gustaría tener que aguantarlo después de esto -Rió Alexis, aunque luego decidió rectificar-. Bueno, si hay alguien capaz de controlarlo cuando está así, esa eres tú. De verdad que no entiendo por qué siempre le cuidas tanto.

- Alguien tiene que quererle -Sonrió alegre, de pronto recordando algo mientras su amiga se alejaba- ¡Si ves a Blair, dile que la estoy buscando!

- ¡Descuida!

Mientras Alexis desaparecía en la lejanía, la chica se quedó quieta, pensando. Chazz la miró al acercarse de nuevo a ella, mientras intentaba disimular un poco las manchas de pintura, por supuesto, sin resultado.

Ellie Lune Pegasus, la hija del gran Maximillion Pegasus. Prácticamente se habían criado juntos, y la conocía bastante bien. Por eso sabía que en esos momentos, en los que bajaba la cabeza y apenas pestañeaba, se encontraba preocupada. Y sabía perfectamente el motivo.

- Deja de pensar en lo que te dijo ese tarado -Dijo sorprendiéndola.

- No puedo evitarlo -Reconoció algo avergonzada, retorciéndose un mechón de pelo-. Sigo sin entenderlo.

- No hay nada que entender. ese pirado decía muchas cosas raras.

- No me refiero a eso, Chazz. Recuerda lo que dijo. Hay algo dentro de ti, algo poderoso, pero sólo lo verás cuando el arco iris te encuentre. ¿Qué crees que puede significar?

- Creo que solo son las tonterías de un chalado. Además, eso del arco iris suena muy cursi. No debes hacer caso a esas cosas, Lune -Siempre la llamaba por su segundo nombre cuando estaban a solas-. De momento, solo tienes que concentrarte en el año que se acerca, y en que por fin estás solucionando tu problema con los duelos. Que por cierto, me debes uno. Siempre he querido medir a mis Ojama con tus monstruos lunares.

Ellie le sonrió cariñosa. Él siempre era igual con ella. Se preocupaba mucho por como estaba, y la trataba bien, pero a su manera. En el fondo, le gustaba esa forma tan seria y malhumorada de ser que caracterizaba a su amigo. También ella esperaba poder enfrentarse a él algún día.

- Sí, tienes razón -Susurró con calma, aunque dándose cuenta de algo-. Oye, Chazz...

- ¿Si?

- Se te está secando la pintura.

- ¡Uagh! ¡Necesito bañarme! -Exclamó el chico de pelo negro, comenzando a correr y a rascarse alarmado.

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El canciller Sheppard estaba en su despacho, repasando los expedientes de los nuevos estudiantes. Alguien llamó a su puerta, y se levantó para abrir. Se sorprendió un poco cuando abrió la puerta y se encontró de frente con el hombre de pelo plateado, con un mechón tapándole el ojo izquierdo.

- Señor Pegasus -Dijo comenzando a asombrarse.

- Buenos días, señor Sheppard -Le saludó Pegasus, con su tranquilidad refinada de siempre.

- Hola, buenos días. Pase, por favor. ¿Qué le trae por aquí?

- Oh, nada en especial. He venido a ver a mi querida hija, no quería perderme su primer día del nuevo año. Y de paso, también me gustaría poder conocer sus progresos.

- Claro, como no.

El hombre se volvió a levantar, se dirigió a un armario de metal empotrado en la pared, e inspeccionó los expedientes hasta que encontró el que buscaba: Ellie Lune Pegasus.

Volvió junto a la mesa, y se sentó frente a Pegasus mientras leía los informes de la chica.

- Veamos... La señorita Pegasus ha obtenido muy buenas notas en todas las asignaturas, destacando especialmente la estrategia de duelos y el conocimiento de las cartas. Siempre que puede ayuda a sus compañeros, ya sean del Obelisk Blue, Ra Yellow o Slifer Red...

- Eso está muy bien, pero no es lo que quiero saber. Como padre conozco sus resultados académicos de sobra. Lo que a mí me interesa es saber si por fin ha empezado a tener duelos de verdad. Quiero saber si por fin se ha convertido en una duelista real.

- Verá, eso es más complicado... He podido comprobar lo que me ha contado, la señorita Pegasus le resulta casi imposible enfrentarse a alguien. Pero tengo buenas noticias para usted. ¿Conoce a Jaden Yuki?

- Yuki... ¿Ese chico tan extravagante?

- Eh... Sí, el mismo -Que alguien como Pegasus llamara extravagante a alguien era realmente irónico-. Bueno, ese chico es una buena influencia, a pesar de ser de Slifer. No sé como ha surgido, pero está ayudando a la señorita Ellie a enfrentarse a sus miedos, e incluso ha tenido algún que otro duelo contra él.

- ¿Ha luchado en un duelo de verdad? ¿Con un chico de Slifer?

El canciller se asustó un poco al ver la mirada ansiosa de Pegasus. Esperaba que no le insultara que su única hija se relacionara con chicos que no eran de Obelisk.

- Pues sí, pero... de momento apenas ha obtenido muchos resultados. A Jaden le llevará su tiempo ayudarla. Si usted no se opone por los rangos que los distinguen...

- ¡Eso es fantástico!

- ¿Perdón?

- Mi hija, por fin, mi única hija comienza en los duelos. Ya estaba perdiendo toda esperanza de que la pasión de su padre por los duelos no residiera en ella.

Sheppard miraba atentamente al hombre, que se había levantado y comenzaba a caminar por el despacho, tal y como si bailara solo.

- Entonces... ¿le parece bien?

- ¿Pero cómo no me va a parecer bien? ¡Es magnífico! Mi hermosa hija por fin se interesa en los duelos de verdad. Ese es el mejor regalo que un padre duelista puede obtener. Escúcheme bien, felicite a Jaden Yuki de mi parte, y dígale que siga ayudando a Ellie Lune -Comentó de lo más contento, comenzando a abrir la puerta.

- Oiga, pero ¿adónde va? -Preguntó Sheppard, terminando de extrañarse

- Tengo llamadas que hacer. Hay una persona con la que tengo que hablar. Además, seguro que le gustará lo que la academia ha planeado.

- ¿Lo que hemos planeado?

- Confío en que los chicos de intercambio lleguen preparados para enfrentarse con mi hija, porque siento que por fin se convertirá en la duelista profesional que siempre quise que fuera -Dijo mientras abría la puerta y salía-. ¡Ellie Lune! ¡Qué feliz ha hecho a su padre!

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- Que raro, siento escalofríos... -Dijo Ellie, casi temblando.

- Si, yo también. La pintura se seca muy rápido, y me cuesta moverme.

- Exagerado...

Los dos caminaban rumbo a los dormitorios rojos, para ir a la habitación de Chazz y que este pudiera bañarse.

- Oye, ¿No se suponía que la habitación ya no era tuya? Ahora que eres de Obelisk...

- No voy a dejar mi habitación libre para que entre un pardillo de Slifer. Ahora que soy el campeón tengo derecho a tener las habitaciones que quiera. Además, la nueva aun no está reformada del todo, y en esta tengo todas mis cosas. Aparte el baño aquí está mejor compuesto.

- Reconoce que no quieres marcharte de Slifer. No quieress dejar de ver a Jaden y a los demás.

- ¿Qué? Por favor, no digas tonterías, Lune. Slifer me da lo mismo, a mí solo me importa mi habitación.

- Si tú lo dices...

Chazz sacó la llave, y abrieron la puerta de la habitación, para luego entrar.

- En fin, quédate en el salón, yo iré a darme un baño. A ver si puedo quitarme esta maldita pintura de encima.

- Suerte. Creo que esa pintura es resistente al agua.

- ¡No me pongas más nervioso!

Ellie sonrió mientras su amigo entraba en el dormitorio y cerraba la puerta. Se sentó en uno de los sillones, después de coger su mazo de cartas del bolsillo, comenzando a mirar las cartas con calma, y recordando lo que le había dicho Jaden.

No estás en sintonía con tus cartas. Te gustan, pero nunca has intentado comprenderlas. Tienes unos monstruos únicos, solo tú los tienes, y ellos te quieren y te necesitan. Pero tú no podrás hacer nada por ellos si no dejas que ellos hagan algo por ti. Debes luchar con ellos.

Sabía que tenía razón. Pero le costaba asimilar sus palabras. No lo entendía. ¿Cómo podían sus monstruos quererla? ¿Cómo podían necesitarla?

Jaden podía ver los espíritus de los monstruos... ¿Habría visto alguno de los suyos? Aun le costaba incluso sacar a sus monstruos en el campo. Era un miedo irracional, pero que estaba ahí.

Estaba pensando en eso distraída, cuando de repente escuchó un grito, que provenía de la habitación, sobre todo del baño.

- ¿Chazz? -Preguntó extrañada, mientras se levantaba del sillón y guardaba sus cartas.

Caminó con cuidado hasta la puerta del dormitorio. Estaba a punto de abrir, peor no le hizo falta, porque el chico salía corriendo, solo con una toalla enrollada a la cintura. Justo en ese momento, tropezó y cayó encima de Ellie, que al verlo de ese modo, enrojeció de golpe y se tapó los ojos con las manos.

- ¡¿Se puede saber que haces?!

- ¡Yo nada! ¡Díselo a la ocupa de mi baño!

- ¿Pero qué ocupa? ¡Haz el favor de quitarte de encima!

Chazz se quitaba de encima de su amiga, y mientras los dos se incorporaban miraban fijamente a la chica que salía de la habitación, enrojecida.

- Hola, chicos...

- ¡Blair! ¿Qué haces aquí? -Dijo Ellie, poniéndose en pie-. Te he buscado por todas partes.

- ¡Tú, niña! ¿Qué haces en mi cuarto? ¿Qué hacías en mi baño?

Blair le miró mal.

- Me dijeron que esta habitación ahora estaba vacía, y como ahora voy a formar parte de Slifer red, y soy la única chica, era mejor que tuviera un cuarto para mí sola.

- Pues sigue soñando. No pienso dejarte mi habitación. Este es mi palacio.

- Me parece que ya tienes una princesa, Chazz -Dijo Ellie entre risas.

- Vamos, Chazz... tienes mucho espacio en tu habitación... No irás a dejar a una chica durmiendo en la intemperie...

- ¡He dicho que no y es que no!

- ¡Vale! ¡Pero esto recaerá sobre tu conciencia! -Dijo la pequeña, mientras abría la puerta y se iba.

- Chazz...

- ¡No quiero que esa niña me siga acosando!

Ellie suspiró. Siempre tenía que hacerlo todo.

- Yo me ocuparé...

Y salió de la habitación, siguiendo a Blair.

- No te lo tomes a mal, está cabreado porque le tiraron un bote de pintura encima.

- De verdad, no entiendo como me pudo gustar. Será idiota.

- ¿En serio no tienes donde dormir? Puedes quedarte conmigo hasta que arreglen una habitación para ti.

- ¿Qué? Claro que no, no hace falta. Ya me han hecho una habitación para mí sola.

- Entonces... ¿Por qué quieres la habitación de Chazz?

- ¡Tiene un baño termal! ¡Cualquier chica quiere un baño termal!

Las dos rieron animadas, y siguieron caminando, mientras Ellie le explicaba los documentos que le quedaban por completar.

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El canciller Sheppard observaba la academia por la ventana, mientras hablaba por teléfono.

- ¿Cuanto tiempo les llevará llegar, Profesor?

- No mucho, espero. Los alumnos están impacientes, y eso hace que no haya disciplina.

- Entiendo... Les estaremos esperando. Nos conviene que los alumnos de la academia se enfrenten a alguien que no esté impresionado por los grandes duelos que han tenido, alguien que no conoce sus puntos fuertes, ni sus debilidades...

- Faltaría más. En cuanto llegue ahí, haré que esos chicos sepan lo que es la disciplina en los duelos.

- Muy bien, profesor. Avísenos en cuanto lleguen, para la ceremonia inicial.

- De acuerdo.

Colgó el teléfono, y volvió a mirar por la ventana.

- Jaden... chicos... pronto conoceréis a las personas que harán que os superéis a vosotros mismos.

Continuará

Yu gi oh GX y sus personajes no han sido creados por mí, sino por Naoyuki Kageyama ^^

Ellie Lune Pegasus es un personaje original creado por mí.