Primera Acción
La tercera Ley del Movimiento de Newton es el principio de acción y reacción…
Todo comenzó con un apodo…
Era invierno.
Las calles estaban cubiertas de nieve y luces de brillantes colores. Misono corría alegremente tras el señor de barba blanca y gorro rojo mientras gritaba Mamá, papá… Miren, es Santa, es Santa…
Con sus manos sujeto tímidamente el traje de Santa y esbozo una sonrisa cuando este le miro. El hombre se agacho hasta quedar a la altura del pequeño Misono de cinco años y revolvió con cariño su cabello.
― ¿Dónde están tus padres, cariño?
Misono miro a su alrededor en busca de sus progenitores. Mamá y papá estaban hace unos minutos a su lado. ¿Habrán ido a buscar a la Señora Claus?
Pero ninguno apareció. Misono se sentía triste, ¿Papá y mamá no querían a Misono? ¿O es que acaso se perdieron?
― Papá y mamá seguro se perdieron. ¿Santa sabe dónde están?
El señor de barba negó con la cabeza.
― ¿Y si buscamos a tus padres? Mientras tanto, puedes quedarte con mi hijo, es también un niño, aunque no lo creas, es menor de lo que aparenta.― Santa le tendió una mano y llevo a un enorme lugar que tenía un letrero.
Sendagaya's Onsen
Y, aunque apenas tenía cinco años, Misono pudo leer ― con algo de dificultad ― las letras que adornaban el letrero de aquel establecimiento lleno de personas.
Las personas iban y venían alegremente, Misono se pregunto si sus padres le estarían buscando. Los extraña mucho y siente ganas de llorar. Se arrepiente de no haberle dado parte de sus galletas a Mikuni o haber escondido a su preciada muñeca Abel.
― Las niñas se ven feas llorando, Chibi. ― Misono observo al niño frente a él tendiéndole un pequeño pañuelo.
Era alto y tenía cara de indiferencia. Su aspecto parecía incluso intimidante, pero Santa dijo que era su hijo, ¿Ningún hijo de Santa debía ser malo, no?
― ¡No soy Chibi! ― Misono le arrebato el pañuelo y se limpio la cara rápidamente. Tenía frío y temía terminar con un resfriado, incluso su nariz empezaba a moquear.
― Mi papá dijo que iba a buscar a tus papas, así que no llores.
El pequeño Alicein asintió apretujando contra sí el pañuelo.
― ¡Misono! ¡Misono!
¿Eh? ¿Vinieron por mí?
Misono corrió con prisa a los reconfortadles brazos de sus padres y se acurruco cuanto pudo.
― No te pierdas así, Misono. ― Mikuni le reprocho mientras sujetaba su muñeca. ― Oh, ¿Has estado cuidando de Misono? Yo soy su hermano mayor y esta es Abel.
Tetsu asintió mientras miraba a la muñeca. ¿Desde cuándo los niños juegan con muñecas?
― ¡No la mires con ojos lujuriosos! ¡Es una muñeca! ¡Una muñeca! Mi pobre Abel, tranquila, no dejaré que nadie te vea…
Tetsu dejo de observar a Mikuni cuando este empezó a murmurar ―incoherencias― y se centro en el menor de los Alicein.
― Agradecemos que hayan cuidado a Misono. Realmente sentimos las molestias ocasionadas. ― la señora hizo una pequeña reverencia, mientras que su marido inclino levemente la cabeza.
Misono estaba profundamente dormido en los brazos del mayor.
Y al rubio le hubiese gustado despedirse de Chibi, apodo que cariñosamente le había puesto debido a su pequeño―y tierno― tamaño.
…
Misono se limpió la nariz con el pequeño pañuelo en sus manos. En ella estaban las palabras Sendagaya's Onsen
Aún recordaba a ese grandulón. Fue en la época de navidad, un día igual de frío que el de hoy mismo. Ese plebeyo había osado decirle Chibi sin pudor alguno, cuando Misono le había repetido muchas veces que le llamara por su apellido A-L-I-C-E-I-N.
Más este le ignoro con su cara estoica mientras el pequeño Alicein despotricaba sobre el frío, la gripe y lo maleducado que era ese niño grandulón.
― Estoy cansado. ― su vista se dirigió hacia un banquito en medio de la plaza.
Odiaba los ambientes tan llenos de personas, pero había decidido salir solo para compensar a Lilly, su fiel mayordomo, por todas las veces que le había cuidado. La idea era simple; Salir a comprar el regalo perfecto, llamar a Doudou para que le recogiese y listo. El plan perfecto.
Sin embargo, no contó con la facilidad en la que se agotaba. Era esos momentos donde más odiaba su salud tan delicada. Ni que fuera una princesa…
Al sentarse, se froto su nariz, sin embargo, no encontró su pañuelo. Aún no entendía cómo es que seguía usando ese viejo trapo desgastado, si podía comprar todos los paños que quería, de todos los colores, estilos y marcas por haber.
―Ah, ahí está. ― se levanto perezosamente de su asiento y se agacho para recoger el paño, ya mojado por la nieve. ― Que inútil.
Miro con fastidio el pañuelo, como si este fuera el causante de todas sus desgracias, y se levanto. A la altura de sus ojos, un paño similar al que tenía en las manos ―pero nuevo, limpio y seco― le era tendido por un chico alto, de contextura un tanto musculosa.
― Aquí, Chibi.
Sin decir más nada, el chico se retiro ante la mirada sorprendida de Misono.
― ¿¡Chibi!?
Sendagaya Tetsu seguía siendo el mismo chico que le sacaba de las casillas a los cinco años― y ahora a los quince ―aquel que le había dado un apodo negándose a llamarle por su nombre.
Y todo comenzó con un apodo…
Hi, hi... Es la primera vez que publico en este fandom. ~ Vi el anime y algunos fanart's al azar de esta ship y pensé ¿Por qué no? Misono es tan Chibi y Tetsu tan Titán, creo que hacen un dúo muy peculiar, sin contar la personalidad(?) ~ Además, por lo que veo no hay mucho de esta pareja.
Por cada review que reciba, Misono crece 1 cm de altura ― Jaja, claro ―(?)
Atte. Casti.~
