Prologo.

Sinfonía de lamentos.

La ciudad de Hokaido.

El concierto fue un éxito y todos los miembros de St«rish, partian en la camioneta del staff. El chofer, Shiranui Koudai, había dejado a Otoya manejar por primera vez. En el asiento del copiloto iba él y en el de atrás dos miembros del staff, los demás chicos de St«rish y Nanami Haruka, la compositora de los chicos. Entre bromas y juegos las risas no paraban dentro.

- ¡Es una lástima! – Lloriqueo Natsuki – Me hubiera encantado mostrarles mi cuidad….

- De hecho, Satsuki san nos mostró mucho – añadió Masato mirando con desaprobación como Ren seguía twiteando desde el celular sin parar- ¿Puedes dejar de hacer eso?

- Vamos, Masa. Que tú lista de seguidores en twitter solo sea de Otoya y Nat chan no quiere decir que yo no tenga a muchas Ladies detrás de mí en las redes sociales – comento jocoso –

- ¡Eres un…! –

- Masa kun, no dejes que Ren te moleste –

- Tú mejor fíjate en el camino, Otoya! – dijeron todos al mismo tiempo –

- ¡No manejo tan mal! – se quejó –

- No, claro que no – añadió Tokiya – solo te has llevado tres topes y no frenaste en el último alto –

- Eres muy malo, Tokiya – chillo –

Estaban felices y ella los miraba con ternura. ¿Cómo era posible que esos chicos tan distintos se llevaran tan bien? De pronto levanto la vista justo cuando se detuvieran en el semáforo cuando, miro algo que ninguno previo….

- Ittoki kun! – Fue el grito desaforo que salió de sus labios antes de levantarse de su asiento y tratar de jalar al pelirrojo –

Un camión de carga los embistió de golpe justo de la parte donde el chico estaba. El golpe fue brutal. Pronto las sirena de la ambulancias habían llenado el lugar, y los medios se aglomeraban al saber que los miembros de la popular banda St«rish habían tenido un accidente.

- Soy Naoko Takayama para el noticiero de las 6, aún no sabemos que causo el accidente pero nos han informado que un miembro de la agrupación era quien conducía la SUV. Los miembros del Staff no han dicho palabra aluna y… aquí viene el mismo Shining Saotome…. – corre mientras que el camarógrafo la sigue –Míster Saotome, ¿Es cierto que el miembro de St«rish conducía ebrio?

- I´m sorry, but no contestare sus estúpidas preguntas – contesto de mala gana –

- Pero, puede que su hijo el ahora famoso Ittoki Otoya esté involucrado y…. – una mirada fría fue la única respuesta para la mujer mientras que el presidente de Shining Records pasaba por su lado… -

Nada lo prepararía para lo que vendría.

- Señor… - le dijo el manager – es una tragedia son 3 muertos y… -

- ¿Dónde está mi hijo? –

- Ésta en la ambulancia camino al hospital esta malherido….

- ¿y los demás?

- Los demás traían el cinturón de seguridad eso los salvo, tienen golpes y rasguños pero…

- ¿pero?

- La señorita Nanami…ella….

Querida abuela…. No sé qué ocurrió…. De pronto siento voces a mi alrededor… son los chicos…. Minna…. Estoy bien… los escucho….

¿Qué está ocurriendo?

- My princess…. Haru…ka…. – es Cecil… ¿Por qué llora mientras sostiene mi mano?

- Cesshi… lo mejor es irnos…. – Camus san…. ¿pueden decirme que pasa?

Miro todo borroso y… oh dios mio! Estoy fuera de mi cuerpo…. Puedo verme en esa cama, mi boca está cubierta de zondas y mi cuello de tubos y mangueras. ¡No, por favor! Corro por los pasillos pero, todo es claridad y…. una bella luz…. Que hermosa es….

- ¡No, my princess! –

- Cecil san…. –

- Puedo verte…. Por la gracia de Muse puedo verte… -

Un año después.

Mansión Shining

El año fue el más difícil para todos. Desde aquel día los chicos no fueron los mismos, principalmente Otoya, el golpe que recibió gracias a ese conductor ebrio, le había destrozado algunos tendones y aun cuando su padre, lo había llevado con los mejores especialistas su mano no había quedado bien, por lo cual le era imposible tocar la guitara. Eso le había cambiado un poco el carácter y su forma de ser comenzó a apagarse para quedar como un chico solitario y sin ganas de salir.

Cada mañana me siento a su lado y lo observo dormir, se culpa por lo que me paso…. Pobre Ittoki kun….

Los demás habían dejado un de lado el grupo para incursionar en proyectos en solitario, aunque eso les estaba costando mucho.

Ninguno me escucha, más cuando intento detenerlos de hacer algo que no deben… solo dos pueden escucharme….

Cecil… quien cree que sueña conmigo…

Y…

….Ren.

No puedo perder más el tiempo, esa luz de colores hermosos me ha dicho que me perderé para siempre si no logro conseguir que sus voces se unan…. Y no las de los chicos sino… más bien las voces que tendrán sus corazones.

De nuevo las luces se apagan y no me queda otra más que seguirlos…. Tokiya de nuevo, apaga la luz para meterse en la cama, hace lo mismo cada noche, no se recuesta solo saca una cajita y mira una fotografía rota.

Con solo ver su rostro, ´sé que le duele….. Me gustaría saber quién es.

Otoya, masajea su muñeca y cierra sus ojos fuertemente, como quisiera ayudarlo, su mano no es el problema…. Él perdió la fe en la música y su sonría se borró. Es tan triste….

Pero, quien más me preocupa es….

Desde mi partida, los chicos estaban mal, por más que intentaba unirlos ellos hacían los necesario para apartarse los unos de los otros. Sin embargo, Syo kun estaba muy mal…

Había ganado mucha fama debido a ser el nuevo protagonista del príncipe de las peleas. Dejando a Ryuuha sensei de lado. Aun así no era bueno lo que hacía, diariamente bebía de dos a cuatro botellas de ron, whisky y todo aquello que contuviera suficiente alcohol.

Pero, esta noche traspaso los limites.

El estridente sonido de un jarrón al romperse contra el suelo, me hizo dar un respingo. Pase por los lugares hasta toparme con él, estaba en el suelo sin soltar la botella, y sumamente abatido.

- ¿De nuevo, Ochibi? – Shinomiya san lo tomo por detrás e intento levantarlo –

- ¡Suéltame, Natsuki! – lo empujo –

- Basta, Syo ya es demasiado que… -

- ¡Tú no me vengas con sermones Ren! ¡Déjenme solo! – Se curio el rostro con sus manos y paso las mismas por su cabello despeinado - ¡Ninguno lo entiende!

- Syo kun yo sé que nadie me cree pero, ella despertara y cuando lo haga…

- Y cuando lo haga Piyo chan bailara! – Comento con tono sarcástico – Aijima, ¿Cuándo dejaras de ser un tonto? – Sonrió con tristeza – Nanami, no volverá…. Ella murió pero Shining la mantiene con vida artificial para darnos "esperanza" una jodida esperanza que jamás vendrá, ella sabía cómo mantenernos unidos y… ya no está…

Subió las escaleras dando tumbos y se encerró en su habitación, escurriendo por la puerta hasta abrazar sus piernas y llorar como un niño, no podía hacer nada, solo lo abrace queriéndole dar un poco de cariño y mostrarle que yo estaba ahí… con él…

Muse….

Abuela…

¡Por favor que se acabe esta sinfonía de lamentos!

- Si realmente quieres volver… sus voces debes de unir…. –

- ¿Quién eres?

- Tú me has invocado – frente a mi estaba una luz hermosa que con cada palabra cambiaba de color – Cecil es el príncipe de mi pueblo, pero tú serás la princesa y por eso puedes escucharme…. Reúne a las 7 y volverás junto a ellos…. Si fallas… te perderás para siempre…. –

Capitulo primero:

Palabras mudas

Querida abuela: Hoy se cumple justamente un año desde que todo paso, me siento mal al ver en los rostro de los chicos el dolor que paso ese día. Ittoki kun se ha encerrado en su habitación estoy a su lado y puedo ver como la tristeza lo está acabando.

- Nanami…. Yo…. Gomenasai – sus palabras me hieren, sigue culpándose y eso me destroza –

Acaricio sus cabellos pero, él no puede verme.

- Perdóname –

Ittoki kun, eres tú quien debe perdonarme! El daño tan grande que te he hecho y…. levanto el rostro y veo a Cecil kun, está mirándome y tiene lágrimas en los ojos….

- Otoya…. Hermano… -

- Ahora no Cesshi, ahora no…. –

- ¿Es que acaso no la sientes? – sus ojos verdes destellas de una manera hermosa – Haruka, my princess. está a tu lado y sé que ella volverá de ese mundo de sombras donde esta –

- Cecil san, Ittoki kun no puede oírme o verme…

- Lo sé, pero pronto lo hará, Muse ha venido a mí en un sueño y…

- Detente – la voz de Otoya nos hace callar - ¡Detente, Cecil! Ella ya no está y no volverá entiéndelo –

Sale de la habitación molesto y azoa la puerta, Cesshi tiene algo en sus manos es….

- Cecil san, que es eso? – le pregunto esperando su respuesta –

- Esto, Haruka, es lo que regresara a la vida – sonríe ampliamente – Muse vino a mí en sueños… -

De pronto todo a nuestro alrededor cambia. El piso deja de ser de madera y pronto estamos frente a Muse, ella es tan hermosa.

- Bienvenidos, mis pequeños – es…ohhh una mujer tan bella! –

- Mi señora – Cecil san se arrodilla ante ella, es como ver a un príncipe de cuento de hadas frente a una reina –

- Mi dulce Haruka, al fin estas frente a mí – se acerca y pone sus manos en mi mejilla, es muy cálida esa sensación – has dormido durante mucho tiempo, pero, tranquila…

La mujer camina, su cabello oscuro ondea y cada vez que el viento lo mece este cambia de color, al igual que sus ojos…

- Este es mi regalo, Haruka…. – de su pecho nace una bella flor… no, un capullo de siete colores, tan brillantes como el arcoíris. – Vengan a mí, mis bellas musas…

- ¿Las musas?

- Así es mi pequeño príncipe, tal como lo dice la mitología… 9 bellas musas vendrán a la princesa y solo con sus voces podrán despertarla del sueño que no es un sueño –

Un fulgor enorme brota de ella mientras siento mi cuerpo flotar y caer entre muchas voces, veo a 9 chicas pero, no puedo hablarles solo están ahí.

¿Qué pasa….?

Mi voz….

. Se apaga.

¿Dónde estoy?

El fulgor se detiene y Cecil está sosteniendo mi mano con fuerza.

- Cecil, san… ¿Quiénes eran las musas?

- Clío, Euterpe, Thalía, Melpómene, Terpsícore, Erato, Polimnia, Urania, Calíope… pero, también se decía que existía una décima musa, aquella que podía ver más allá de todo… El mismo Oráculo fue llamado en la antigüedad como una de las musas…. Y sé dónde encontrarla.

Capitulo primero:

Nebbia, el oráculo de hielo.

3 meses después

(Cambio de narración)

La suave brisa de primavera soplaba con gracia y hacia que el cabello de una bella chica de cabello, morado ondeara sin control. Bufo molesta por un par de calles mientras que los papeles que llevaba en sus manos parecían no querer acompañarla todo el camino, ya que apenas llego a su destino, estos escaparon de sus manos con el viento.

- ¡Ay no! – trato de alcanzarlos pero estos dieron un par de giros apartándose más de ella –

Corrió tanto como pudo pero, le fue inútil alcanzarlos.

- ¡No es justo! – suspiro con pesar – todo lo malo me pasa a mí –

- No, estés tan segura K-chan – la chica de ojos violetas giro para ver al dueño de tan melodiosa voz –

- Rin chan, pero…. ¿Qué haces sin….?

Frente a ella estaba uno de los profesores de la academia Saotome, Ringo Tsukimiya, quien era afamado por su vestimenta femenina. Ahora el joven de cabello rosado estaba impecablemente vestido con unos pantalones que caían graciosamente por sus caderas, una camisa negra con un chaleco marfil que le daban un toque elegante y varonil. Para Kanon Koizumi, Ringo era algo así como un hermano mayor, alguien en quien podía confiar siempre.

- Sin mi ropa de chica – sonrió forzadamente – no podía ir así al hospital – comento con un ligero dolor en la voz –

- Gomen…. Yo… no…

- No te preocupes – le entrego la misma hoja de papel que minutos antes escapo de sus manos – Es algo natural, pero, siempre es difícil decir adiós –

- ¿Murió? – quería no sonar mal al preguntarlo pero, igual no podía evitarlo –

- Aun no pero, le falta muy poco. La enfermedad – prosiguió el hombre de centellantes ojos celestes y hermosa sonrisa – ha progresado de una forma increíble, los médicos lo han dejado en casa para esperar el momento….

- Eso es tan triste….

- Es por eso que mande por mi sobrina

- ¿Sobrina? – abrió los ojos como platos - ¡¿Tienes una sobrina y no me lo habías dicho?! –le pego en el antebrazo con el puño cerrado –

- ¡Ah! ¡Salvaje! – se sobo – creí que lo sabias, es hija de la – inflo las mejillas – de la buena para nada de mi hermana, Mikami, solo que tiene un poco más de tres años que no está en Japón.

- Vaya, es bastante tiempo…. ¿Cuántos años tiene?

- Déjame ver… - se rasco el cuello un segundo para luego tornar sus gemas que tenía por ojos a Kanon – tiene 19 años.

- Vaya, un año menos que yo – sonrió – creo que nos llevaremos bien.

- Eso creo y…

Estaba por decir algo más cuando, la puerta de la casa se abrió de golpe dejando salir a uno de integrantes del grupo Quartet Night.

- ¡¿Qué demonios creen que hacen los dos ahí?! – era un hombre alto de semblante molesto, y por la forma que los señalaba se notaba que era de poca paciencia – Kanon se supone que le llevarías a Ai las composiciones de Aijima hace una hora.

- Tch! Pues se supone – dijo en tono irónico – que mandarían un chofer para que me trajera, pero no paso, Ranmaru – la chica lo reto cara a cara

- Niña molesta, te he dicho que mi nombre es Kurosaki senpai para ti –

- El único que es mi senpai es Rin chan y no acepo a nadie más! –

- Ya, ya, por favor no tenemos que iniciar una guerra aquí o si – el peli rosado se puso en medio de ellos para separarlos - ¿Saben que es bueno para romper con la tención así?- sonrió ampliamente mientras que jugaba con sus manos y los tomaba a ambos de la nuca

- ¡un beso! – una cuarta voz se les unió –

- Urasai, Kotobuki! – aunque Ranmaru no lo quisiera aceptar, sentía que las piernas dejaban de serle útiles y comenzaban a sentirse como si fueran hechas de gelatina –

- Oí, Ran-Ran un beso siempre rompe con todas las tensiones

- Entonces bésala tú – lo empujó hacia la chica –

- Ni se te ocurra – señalo con el índice la chica al castaño -

- K- chan sabes que yo jamás me atrevería, además eres demasiado mayor para mí – le soltó el broma -

Todo eso era observado por unos ojos bicolores entre los arbustos, el mismo Reiji lo noto pero cuando volvió a entornar los ojos hacia los arbustos, estos ya se habían marchado.

- Escúchame bien, Kotobuki – le dijo molesto el albino – Que sea la última vez que…

- ¿vieron eso? – pregunto el castaño sin prestarle atención al otro-

- Tch! Maldita sea, Reiji te estoy hablando! – furico aventó al mayor de los senpai hasta lo más alto que pudo – no puedo, perder mi tiempo contigo.

Kanon miro la escena algo molesta, odiaba que el temperamento de Kurosaki fuera así, se giró algo entristecida hacia Ringo.

- Vaya, vaya…. así que este es el lugar que Muse eligió, es lindo

Pensó una jovencita de hermoso cabello celeste, quien entraba a la mansión sin importar nada, en su camino noto 6 puertas semi abiertas, cada una perteneciente a los chicos de Starish.

- ¿Es por ello que estoy aquí? Ya veo… cada uno de ellos necesita un pétalo de la flor de melodía….

Entonces al final del pasillo encontró lo que buscaba, la habitación de Nanami Haruka, ahora convertida en una sala clínica donde el cuerpo de la compositora yacía entre zondas y aparatos de vida artificial. Aun con todo eso, el espíritu de la joven pelirroja estaba en el lugar. Apenas vio entrar a la peli celeste dio un respingo.

- Bonassera , Haru chan – extrañamente la chica de ojos ambarinos se dirigió a ella, no a su cuerpo, dejando a Haruka completamente extrañada

- ¿Puedes verme? –

- Por supuesto, mi nombre es Nebbia…. Soy aquella cuyos pueden ver más allá de lo evidente - al decirlo un brillo extraño cruzo por su ojo derecho haciéndolo más hermoso de los que ya era

- Pero… como es que…

- Los elegidos pueden ver a los espíritus errantes, en esta casa hay otros dos que pueden verte… un joven cuyo fin en esta vida es acatar las órdenes de Muse y aquel que ha sufrido con la muerte de su gran amor.

- Muse ella es quien…

- ¿es que aún no lo sabes? – se sentó en la silla al costado derecho de Haruka – cada determinado tiempo, Muse usa el cuerpo y la sensibilidad de una chica, una joven nacida bajo 7 estrellas distintas, esa que será capaz con sus melodías de hechizar a todos aquellos que la escuchen, esa joven será el avatar de Muse en la tierra, su esencia, su fuerza su corazón.

- ¿Qué me tratas de decir?

- Con tu accidente has puesto a la misma diosa en peligro, tú ocupaste el lugar de aquel joven en el segundo que lo apartaste el golpe fatal y es por eso que estas suspendida en un sueño que no es sueño, para despertarte el compás de 7 colores ya no es suficiente – explico sacando de su pecho una carta marcada con un as de espadas, misma que empezó a girar frente a ellas mostrándoles algo por demás revelador – cada parte del arcoíris se representa por no 7 sino 14 colores, 7 pares de colores guales pero, con una diferencia.-

- El ying y el yang

- Así es, no podrás despertar hasta que el arcoíris este completo.

- Demo… que debemos hacer?

- Nosotros? Nada – sonrió de medio lado – ellas vendrán solas aquí cada una a un ritmo distinto pero todas vendrá a…-

- ¿Quién eres tú y como entraste aquí?- una voz estridente sonó al tiempo que la puerta se abría de par en par

- Un placer conocerte, Kurusu Syo

- No me importa que quieras pero – la trato de tomar del brazo – este lugar está prohibido y… - en un ademan por demás elegante, Nebbia se despojó de su saco y quedo mirando al rubio

- Así que es cierto…. Veo que el no tener a Nanami ha afectado por demás a los miembros de Starish.

- ¡¿Qué diablos?! –

- Tranquilo estoy aquí para ver a Aijima Cecil – solo por eso –

- Aun así, - apretó los puños y contuvo la rabia que sentía – No tienes derecho a entrar a la habitación de Nanami como si nada y… -

- Habitación? Esto… te parece una habitación? – comento pasando por el costado de Syo – para mí esto más luce como una prisión peor, bueno ese es mi punto de vista.-

La peli celeste salió de la habitación, sin darle importancia al mohín que hacia el chico, quien ni tardo ni perezoso salió de tras de ella para encontrarse con que la chica había desaparecido. El rubio miro a ambos lados para ver por donde se encontraría peor por más que busco no la encontró.

Nebbia había entrado a la segunda habitación donde Aijima estaba tocando la flauta, su mirada esmeraldina estaba clavada a la nada, mirando por la ventana y recordando las muchas veces que Haruka le llamaba con su bella voz.

- El príncipe heredero de Agnapolis… ¿o me equivoco? –

Como respuesta, el moreno la miro de arriba abajo examinando a la joven de amplia sonrisa. Bajo la flauta e hizo una reverencia ante la chica.

- Es un placer conocer al oráculo de hielo –

- Ji, prefiero que me llames Nebbia –

- Así será Nebbia sama –

La chica de pronto sintió como la magia dentro de ella quería salir a flote, trato de contenerla pero como la misma naturaleza, incontenible la escarcha comenzó a cubrir todo el lugar.

- Nebbia sama…. –

- Es ahora, convoca a todos los que estén en este lugar, debemos cumplir la voluntad de Muse…. –

Cecil corrió por toda la casa, gritando en cada puerta que encontró para que los demás chicos salieran, de hecho el grito fue tal que hasta los senpais dejaron su discusión en el patio y entraron a la sala. Pronto todos los miembros de Starish y Quartet Night se encontraban en la sala, cuando el hielo se hizo más y más denso.

- ¡¿Qué demonios…?! – Ranmaru miraba todo el lugar con ganas de a acabar con el que lo hubiera hecho

- ¿Qué es todo esto, Aijima? – Tokiya estaba tan molesto como los demás, pero nada se comparaba con lo que pasaría.

- ¡Aijima…! No sé cómo lo hiciste pero esto es tú culpa y solo tú culpa!

- Myu senpai, esto no ha sido mi culpa –contesto rascándose la base de la nuca –

- Urasai! Todo lo malo que pasa en esta casa es tu culpa y…

- Pueden dejar de ser unos niños malcriados y prestarme atención

La voz de Nebbia resonó por todos los rincones, imposible de saber de dónde provenía realmente la voz, pronto los chicos se giraban para ver donde se encontraba hasta que por fin, ataviada en sus ropas que la hacían parecer una muñeca la joven bajo por las escaleras.

- ¡Esa es la chica que estaba en la habitación de Nanami!-

- Señores, jóvenes, permítanme presentarme, mi nombre es Nebbia, fui enviada por la señora Muse para ayudarlos a despertar a su amada, Haruka – les dijo para luego embozar una sonrisa

Al decir esas palabras todos guardaron silencio por un segundo para luego dar paso a las interrogantes.

- ¿Cómo se supone que lo harás? – pregunto reacio Masato –

- ¿Yo? No, mi querido comedor de pan de melón – sonrió haciendo que Masato diera un respingo – Serán ustedes mismos quien lo harán.-

- ¿Y cómo se supone que lo haremos? – Syo de cruzo de brazos

- Pues, bebiendo como cosacos no será. Más bien es algo sencillo.

- No creo en cosas como estas y creo que estamos perdiendo el tiempo – Ichinose se levantó de su asiento

- Esa actitud tan patética de tu parte no ayudara mucho, es por eso que nunca más volviste a sentir el aroma de una rosa blanca, ¿no es así? -

Aquella frase le congelo la sangre a Tokiya obligándolo a volver.

- Bien, ahora que tengo su atención les diré que pasara, en cuestión de menos de un mes a este lugar vendrán 6 chicas, cada una siguiendo, sin saber, la voluntad de Muse. -

- Tch! Traer chicas aquí no es el problema – Ranmaru sonrió de medio lado –

- Claro el chiste es que se marchen – secundo Reiji –

- Hablo de chicas con talento para la música, no para una noche de pasión para todos ustedes –

- Dejen que la chica termine – comento Otoya sintiendo esa esperanza crecer en su corazón

- Todos ustedes conocen a esas chicas, han crecido con ellas o las han visto crecer… quiero que en menos de dos semanas vayan por ellas y sin excusas -

- Menuda estupidez – de nuevo el albino volvió a quejarse - ¿en serio van a creer las estupideces de esta chica? Que viene y con sus trucos baratos de magia hace aparecer un poco de hielo en algunas partes de la casa y por eso ya le creen? -

Nebbia le lanzo una mirada de inconformidad al peli gris, para luego chasquear los dedos y escuchar el celular del rockero sonar estridentemente

- Moshimoshi, Kurosaki…. Eh? Quieres decir que quieres que me haga cargo de Maeko por…?! Tch – chaqueo la lengua para luego fruncir el ceño – está bien, iré por esa molesta mocosa pero solo por el tiempo que estés fuera si, aja lo hare – colgó ante la mirada atónita de todos

- Y así llegara la primera –

- Tch! No…es decir no… -

- Ran-Ran ella acaba de usar sus trucos baratos en ti – sonrió ampliamente Reiji

- Urasai, Kotobuki!-

- Y así una a una irán llegando, ya que ellas son su contraparte para que la luz del arcoíris completo haga renacer la vida en Haruka

La chica soltó una carcajada sonora antes de que el mismo Camus se le quedara mirando con determinación, había algo en esa joven que le era muy familiar. No entendía hasta qué punto pero cada fibra de sus ser clamaba por hablarle.

Pasaron más de dos horas para que los demás intentaran encontrare algo de lógica a lo que estaba pasando, pero dicho por Ren y Cecil aquello no era más que un esfuerzo por recuperar a su preciada Haruka.

Y esta última, estaba frente a ellos deseosa de gritarles cuanto los amaba sin poder hacerlo.

Continuara….