Alternative Universes

Por: Ariadna.

Era un día normal en el planeta Tierra, hasta que a una escritora se le ocurrió la gran idea de no fuera tan normal…

Y todo se volvió negro para los niños elegidos…

Daisuke: ¿¿qué rayos pasó??

Ken: una escritora se sintió con el poder suficiente para eliminar el mundo como lo conocíamos…

Todos: ¿¿QUÉ??

Iori: ummm… no es de extrañar si se sabe que la sequía de inspiración está afectando a todos en el último tiempo…

Miyako: ¿¿y acabar con nuestro mundo es la solución??

Jou: algo así, supongo. Crear un mundo desde cero a veces resulta relajante, porque pueden hacer todo a su pinta…

Mimi: o sea… ¿hasta cambiar nuestra apariencia y personalidad?

Koushirou: no para tanto, sino los personajes dejan de ser personajes, y más le valdría a ella escribir una novela propia.

Hikari: ¿y entonces?

Yamato: calma, esta loca sólo se dedicará a mezclar un par de mundos, nada complicado… se supone que después nos deja volver a casa…

Taichi: si es que decide acabar el fic, claro… ya saben cómo es…

Sora: por eso mismo no hay que pensarlo demasiado, ella es bien básica con sus ideas…

Takeru: ¿por qué permitirá que hablemos mal de ella cuando sabe que puede censurarnos?

Koushirou: nos deja esa libertad, porque es la única que tenemos…

**********

Primer Archivo (1/2): Weiß Kreuz.

En una gran oficina de paredes blancas, bosteza un chico de ojos oscuros como la noche y corto cabello pelirrojo, poco antes de volver su mirada al computador que usaba su acompañante.

-¿y qué está haciendo Fujiyama ahora? – pregunta, desperezándose.

El muchacho a su lado, de grandes ojos verdes, lanza un respingo.

-ah… está de vacaciones en su casa de verano… - frunce el ceño, mientras lee la información de su ordenador. – rayos, ¿por qué tiene que ser tan obvio? Dejando los cuerpos tirados por ahí… podríamos acomodarlo con todas las mujeres que pudiera necesitar…

El pelirrojo no parece sorprendido por el comentario.

-le gusta escoger a sus chicas personalmente… - encorva una sonrisa. – la mente de un "artista" nunca la comprenderé… - se pone de pie. – pero con sus "muñecas" en el mercado es otro asunto completamente distinto. Sin dejar de mencionar que tiene gran cantidad de fans entre los políticos, así que si no mantiene el buen trabajo…

Se enciende una señal de alarma en la pantalla del computador. El pelirrojo se inclina hacia delante, igualmente curioso que el de ojos verdes.

-¿qué pasa? – le pregunta.

-no lo sé… - comenzó a presionar varios botones en su teclado.

Una nueva imagen se muestra, y entre la estática se revela un gran incendio, y cuatro sombras misteriosas. En eso, dando un portazo entra un hombre de lentes y cabellera azul por la puerta principal.

-¿alguno de ustedes ha oído hablar de Weiß? – interrogó, con expresión cansada.

Los otros dos chicos cruzan miradas, ven la pantalla y luego vuelven al hombre.

-puede ser…

**********

Está estático frente al cuerpo destrozado… mira sus manos, su espada, afilada… llena de sangre… la sangre del hombre que asesinó, aquél en el suelo frente suyo…

De golpe entraron dos personas más a la escena.

-¡Taichi! – grita uno. Se gira a quien lo acompaña. – Takeru, adelántate y busca a Yamato, yo iré con Taichi.

-¿uh? Daisuke-kun… - el otro duda, pero finalmente asiente. – está bien, nos vemos.

El ensangrentado continua inmóvil, envuelto en sus pensamientos…

Hikari…

Sigue mirando su mano y su arma…

Tiembla.

¿Por qué… tiemblo?… ¿Es por la sangre que corre por mis dedos, por todo mi cuerpo?… ¿Por esta sangre… que no es mía…?

**********

Weiß:

Los ejecutores de la oscuridad, llevando justicia contra los brutales criminales que con habilidad evaden la ley cubriéndose a ellos mismos en el mundo de la noche.

"… Los mataré a todos.

Tus padres, tus hermanos, tus seres queridos,

Todo ser humano que te conozca…

Los mataré a todos…"

**********

Una tarde de fin de semana, un restaurante a medio llenar. Él iba y venía con platos, por su trabajo de camarero… era increíble que con ese abundante cabello castaño no impidiera el paso de la gente a su alrededor. Tenía la cara cansada, pero sonrió al sentir un nuevo cliente llegar…

-¡bienveni…!

-¡Hikari-chan está aquí! – exclama una niña de unos dieciséis años, vestida aún en uniforme de escuela.

El otro chico, dos o tres años mayor que ella, cambia su sonrisa por una mirada desaprobadora.

-Hikari… ¿qué fue lo que te dije respecto a venir a verme al restaurante? – la acusó el chico, muy serio.

La niña baja la vista, avergonzada.

-pero… - murmura. – pero hoy es sábado. ¿No podríamos, al menos, almorzar juntos?

Él la sigue mirando seriamente, pero ante el puchero de ella, se rinde y le sonríe.

-anda y siéntate en alguna mesa desocupada. – dijo, indicando el comedor. – me demoraré un poco.

Ella aplaude de felicidad.

-YAY! ¡Te quiero! – lo abraza. - ¿puedes darme un jugo de naranja también?

Rápidamente el muchacho vuelve a la cocina y se encuentra con uno de sus compañeros de trabajo.

-lo siento… esto es importante, ¿podrías encargarte de mi turno hoy?

El otro chico lo mira de pies a cabeza, y sonríe.

-claro… ¿es por esa chica de nuevo? - al verlo sonrojado, el compañero le guiña un ojo. –no hay problema. Yagami, estás trabajando por ella, ¿verdad?

-um, si… - levanta la vista. - ¿y tú cómo lo sabes?

-ella me lo dijo. También me dijo que había hablado con sus padres, para estudiar fuera… algo de enfermería, ¿no?

Yagami asiente, mientras se saca el uniforme.

-es muy testaruda, y se le metió esa idea en la cabeza, por lo que la voy a ayudar…

-sé bueno con ella. – le recomendó su compañero, a la vez que se encaminaba al comedor. – ah, apaga la TV ¿sí? – y, antes de desaparecer por la puerta, agrega. - ¡y que esta vez tengan una cita decente!

El muchacho que se quedó dentro se ruborizó aún más.

-¡hey, no es lo que piensas!

Terminó de cambiarse y se acercó a la TV para apagarla, pero…

Estamos presentes en el lugar de los hechos, frente la entrada de la compañía Yagami, donde se han encontrado gran cantidad de narcóticos hace tan solo unas horas. Esta compañía es una de las tantas afiliadas a la multiempresa nacional Oikawa, pero en recientes entrevistas con los directores de la empresa protestaron no saber nada del asunto. Los dueños de la compañía, el matrimonio Yagami, deberán ser juzgados en la corte por tráfico de drogas, aunque aún no se les ha visto salir del edificio…

-¡Hikari!

El chico sale corriendo con expresión de confusión. La chica estaba donde había decidido esperarlo, tomando su jugo, y al verlo preocupado, se asustó.

-¿qué pasa?

-papá… no sé… ellos…

Al rato después, el par se bajaba de un taxi y se encontraron frente al edifico mostrado en la televisión. Estaba lleno de medios de comunicación y gente curiosa, y oficiales de la policía entraban y salían impidiendo el paso.

El chico de cabello castaño veía con miedo hacia la entrada, esperando que alguna cara conocida le explicara lo que pasaba, pero…

Se sintió observado.

Dos oscuras figuras miraban el escenario desde el tercer piso del edificio.

No alcanzó fijarse mejor en ellos, el gentío se comenzó a acumular a su alrededor, y fue separado de Hikari a empujones…

-¡Hikari!

-ay… ¡Taichi!

La chica calló de golpe en el suelo, Taichi muy lejos de ella. Una de las oscuras figuras sonrió… y apretó un botón…

BOOOM!!

El edificio explotó, y todo fue cubierto por polvo. La gran arquitectura se cayó a pedazos sobre la gente. Taichi logró salvarse apenas de la destrucción. Sangraba de una mejilla, nada más grave… pero…

-que… ¿qué fue lo que pasó…? - cuando por fin puso en su lugar sus ideas, se alarmó. - ¡¡Hikari!!

La susodicha se hallaba bajo las rocas, sin conocimiento…

Eso no se veía nada bien.

-¡Hikari! ¡Responde, Hikari! – comenzó a mirar a su alrededor y a gritar. - ¡Alguien! ¡¡Ayuda!!

Y las oscuras figuras volvieron a aparecer… frente a él, a plena luz…

Uno de ellos tenía el cabello de un rojo fuerte, y unos profundos ojos color negro. Su acompañante era un poco menor, su pelo castaño, grandes ojos verdes, y mirada seria, manteniendo la distancia, no como el otro, que se acercó despreocupadamente a Taichi.

-vaya… así que todavía estás vivo… - murmuró el pelirrojo, con tono de sorpresa pero expresión de que en realidad no le importaba mucho. – si tus viejos no hubieran estado molestando, entonces esto no hubiera pasado, pero… con esto tienes la oportunidad de sentir el pecado de sobrevivir, ne? Yagami-chan…

Taichi se sentía demasiado desconsolado para poder hacer nada… las lágrimas caían por sus ojos… su vida como la conocía había desaparecido en el transcurso de un par de segundos… y ese chico, probablemente no mayor que él, le decía la completa verdad…

-buena suerte… - fue lo último que dijo el de ojos negros, y desapareció entre los destrozos con su compañero.

**********

La pareja extraña entra a una oficina de paredes blancas. Es amplia y en la parte más lejana se encuentra otro hombre, joven pero mayor que los otros dos, de cabellera azulada y anteojos, ojos profundamente negros, y un aire de superioridad.

-yo! – lo saludó el pelirrojo.

El hombre lo ve con el ceño fruncido, luego vuelve al computador donde trabajaba.

-¿qué? ¿No vas a preguntar como nos fue a Iori y a mí en la misión, Kido?

-¿para qué? Todo salió como debía, ¿no?

-¡pero adivina quién fue dejado solo en medio de la explosión!

El hombre de anteojos lo mira irritado. Mientras hablaba el chico pelirrojo se había apoyado sobre él, para molestarlo e impedir que siguiera trabajando.

-ve al grano, Koushirou…

-el hijo mayor de los Yagami. Sobrevivió el derrumbe… yo tampoco creo que supiera que venía, así que fue realmente suertudo… - se echó para atrás, cuando supo que tenía la completa atención del otro, sin necesidad de molestar. – si recuerdo bien, esa compañía servía de ruta encubierta para nues… para la empresa de Oikawa, pero nadie sabía nada de eso, ni siquiera los dueños. – se encogió de hombros. – tal vez hubiese sido mejor poner a "dormir" a Yagami Hijo para que se le sequen las lágrimas, ¿qué se podría hacer con este afortunado sobreviviente?

Kido lanza un respingo, observando a su compañero sin siquiera intentar entender.

-si así piensas, ¿por qué no lo mataste? – lo interrogó.

-pues… - Koushirou volvió a encogerse de hombros, y le dio la espalda. – si alguna información sobre la empresa Oikawa saliera a la luz, quiero que la gente no se interese. A la gente le gusta crear rumores, así es fácil mantener las cosas bajo control. Y nosotros nunca nos encargamos de lo insignificante… eso es lo que pienso…

-en otras palabras, – interrumpió Kido. – no pudiste decidirte.

Koushirou rió.

-algo así.

-ok. Me encargaré de editar el reporte.

-¡gracias! – hizo un gesto de despedida y comenzó a caminar a la salida. – por cierto, Jou, Ken se ha sentido algo mal, lo llevaré a la siguiente misión.

Jou asintió con la cabeza e insistió en que Koushirou se fuera para volver a su computador.

-le encantan los problemas… - pensó para sí.

Afuera, en lo que parecía un largo pasillo interminable, el moreno puso las manos sobre su nuca, con expresión frustrada.

-uh… aún pensando en eso… esta clase de cosas jamás nos han molestado antes… pero… - cerró sus ojos, recordando la escena antes de la explosión. – él nos vio… no, fue sólo una coincidencia… hay miles de ellas… - agitó su cabeza, y comenzó a caminar. - ¿pero por qué me preocupo tanto? Así no soy yo. Bah, no importa…

**********

Una nueva escena, un hospital…

-Yagami-san, logramos salvar su vida, pero… no podemos hacer nada más por ella. Lo siento, pero… tendrá que sobrellevar esto.

Hikari está recostada sobre una cama en un cuarto silencioso y oscuro, aparentemente dormida… rodeada de cables y aparatos médicos. Taichi apareció y se dirigió a la ventana para correr la cortina y dejar entrar la luz, su mirada llena de tristeza…

-es un lindo día, Hikari… pero no abriré la ventana, porque puedes resfriarte, ne?…

La chica no respondió.

Taichi suspiró, y bajó la vista.

El grupo de rescate que acudió al accidente informó que mis padres murieron en la explosión, como todos en el edificio y alrededores… Hikari y yo… sobrevivimos juntos, pero ella quedó en coma…

Nunca se hizo público cuanta gente murió ahí… sé que fueron unos asesinos… pero la policía no quiere creer mis palabras…

El chico tomó asiento junto a su hermana y sacó de su abrigo una vieja tarjeta de felicitaciones.

"¡Feliz cumpleaños, Taichi! Los aros que te regalé son para que se los des a tu novia ¡cuando tengas una!"

Tomó en sus manos el par de aretes… largos y finos, hechos de plata… los estrujó junto a la tarjeta contra sí… apoyando la cabeza en sus manos…

-ese tipo… sabía quien soy…

**********

En la oscuridad de la noche, poco podía distinguirse más que las sombras de quienes se movían por allí, en un gran edificio de alguna empresa especializada…

-¡vamos! – se escuchó una voz.

-Red Light. – dijo otra voz, anunciando a través de alguna clase de código su situación dentro del edificio.

-Green Light. – respondió una tercera persona en escena.

-¿está todo bien? – preguntó la segunda voz, que parecía comunicarse con las otras por un transmisor, pues no estaba con ellos. - ¿todo en su lugar?

-si tú lo dices… - murmuró la tercera, con disgusto. – no sé nada de explosivos…

-no es tiempo de quejarse. – insistió el otro. – ahora, Daisuke-kun, toma la ruta A, y que Yamato-kun te siga treinta segundos después. Yo iré por la ruta B. Estamos aquí sólo por información, así que manténganse a salvo.

-entendido. – anunció el llamado Yamato.

-ok. ok… - continuó murmurando el llamado Daisuke.

-¡los veré en el cuarto de sistemas en dos minutos!

Daisuke, un chico de cabello rojizo y piel morena, se movió con agilidad por los pasillos del edificio hasta dar en una azotea, y corrió hacia la salida más fácil. Su semblante era nostálgico, se sentía incómodo, aunque parecía acostumbrado a esa situación tan extraña…

¿Recopilar información?… Esto es estúpido, pero supongo que está bien… aunque esta clase de trabajos no me vienen para nada… de todas formas, ¿qué más podría hacer?

Se agarró de la baranda del balcón, y saltó.

La caída era larga, pero se las arreglaba bien, aunque…

Abajo vio con total claridad una escena horrorosa…

Un chico, un poco mayor que él, bañado en sangre… que no era de él… un cuerpo tirado en el suelo. el chico, portando una larga katana, lo había descuartizado causándole muerte inmediata… y su mirada, que no mostraba una expresión clara, lo observó caer frente a él…

-¿quién es éste? – lo miró detenidamente, su pose, su cabello castaño revuelto, su… "trabajo"… - un asesino…

¿Estará de nuestro lado? No, no puede ser… pero no se supone que tenga que pelear esta vez…

Sus miradas heladas se cruzaron. Daisuke no sabía que hacer…

-tú… - murmuró el extraño.

Y atacó. Daisuke alcanzó a moverse con suerte para contener el ataque de su contrincante, y detener la espada con unas extrañas garras que traía como parte de sus guantes.

El otro, aún encima suyo, volvió a hablar.

-¿conoces el nombre "Yagami"?…

Daisuke dudó.

¿No era ese el nombre de la compañía que fue destruida y…?

El tipo pareció reconocer su expresión. Empujó al de pelo rojizo con violencia, y éste cayó al suelo.

-entonces SI sabes…

Después retrocedió, preparando su golpe final…

-¡los mataré a todos! – exclamó el de pelo café. - ¡padres, hermanos y seres queridos! ¡Todo ser humano que te conozca! ¡Los mataré a todos!

Dio un salto, para desgarrarlo con su arma desde el cielo…

-rayos… - Daisuke estaba en pésima posición de defenderse…

-SHINE!!

Pero, por suerte…

Una tercera persona entró en escena, por sobre la cabeza del castaño, preparando su propio ataque…

-¡Takeru!

-¡Daisuke-kun, no te muevas!

El chico, que se veía claramente menor que el enemigo, de cabello rubio y ojos color océano, lanzó con fuerza unos dardos contra el extraño, haciendo su caída brusca y su intento de acabar con el moreno frustrada.

Cuando el hombre desconocido trata de ponerse en pie, no puede moverse. Está atrapado en una especie de red… un delgado y casi invisible hilo lo ató…

El tercero del equipo, aún escondido, sostiene firme los bordes de los hilos, haciendo presión si es que su víctima trataba de escapar…

-al final todo tienen que dejarlo en mis manos, ¿no?

El de pelo rojizo busca con la mirada la otra cabellera rubia, como la de Takeru, y asiente agradecido, para después desaparecer en sombras como sus compañeros, dejando aparentemente sólo a su inesperado enemigo.

-mierda… - maldice éste.

-deberías haberte dado cuenta que de nada te sirve moverte… - le dijo quién lo tenía atrapado. – y lo siento, pero no podía rechazar el pedido de una linda chica… - y se ríe.

-¿qué…?

El extraño ya se sentía rodeado, pues una quinta figura entra al escenario… esta vez es una mujer, vestida en ropa ajustada y escotada, y tacos altos, con su cabellera larga castaña jugando con el viento.

-es un gusto conocerte, Yagami Taichi.

-¿cómo es que sabes…? ¡¿Quién rayos eres tú?!

Él, atrapado aún, no pudo hacer nada cuando la mujer se le acercó y se puso frente a él, con seriedad, pero sonriendo.

-sé que es un poco abrupto, pero necesito una respuesta rápida… ¿deseas morir aquí… o prefieres convertirte en mi perro? Decide.

-¿qué? ¿Convertirme en tu perro…? – Taichi se enfurece. - ¡no juegues conmigo! ¡Te mataré si alguna vez me encuentro contigo a solas!

Ella ni se inmutó.

-tu meta es acabar con Oikawa, ¿no es así?

Él abrió la boca para replicar, pero no pudo decir nada…

-tus ojos dicen que di en el clavo… - comentó ella, sin dejar de sonreír. – no serás capaz de destruir a Oikawa tú solo.

Taichi giró la vista, tratando de captar los espacios donde se escondían aún los tres hombres que lo atacaron…

Quiere decir, ¿qué ellos no son aliados de Oikawa…?

Mientras, la mujer continuaba hablando…

-debo decir que has hecho un buen trabajo hasta ahora, desde el incidente. Pero tus… actividades… son demasiado peligrosas. Las autoridades no serán tan amables contigo como yo…

Se puso de pie, y le apuntó un revolver en la cabeza.

-pues bien, respóndeme.

Él no dice nada. La castaña lanza un suspiro frustrado, y levanta el arma.

-¿realmente quieres dejar a Hikari-san sola?

Los ojos de Taichi se abrieron en sorpresa.

-¿qué… qué estás diciendo?

-eres terrible dando respuestas directas… - ella lanza otro suspiro, negando con la cabeza. – y completamente difícil de tratar… - guardó su arma. - es la misión de Weiß la de lidiar con los criminales, cual sea su clase o poder, quien se escapa de las manos de la ley. Desde aquí, donde has llegado tú, no hay vuelta atrás. La recompensa de este trabajo es tu deseo más codiciado. Si te nos unes, te garantizamos la seguridad de Hikari-san. Y ya que tienes un objetivo humano, espera a que te demos la oportunidad. Porque… si llegas a acercarte a Oikawa ahora, Hikari no vivirá un mes más…

Taichi bajó la vista, se notaba su confusión, su tristeza, su deseo de venganza…

-bien, nos volveremos a ver. – finalizó la mujer.

Él volvió a levantar la mirada.

-estaré esperando en la florería llamada "Koneko no Sumu Ie". – informó, alejándose poco a poco del chico. – ah, y una cosa más. – se dio vuelta. – Hikari-san tiene un sueño maravilloso… me gustaría conversar con ella algún día.

-no he dicho que he aceptado… - insistió el castaño.

Ella sólo hizo un gesto de despedida y desapareció. Los hilos que lo tenían atrapado se soltaron, y todo fue completo silencio…

Taichi se toca la oreja, donde usa uno de los aros que le había regalado su hermana…

-Hikari…

**********

En un nuevo día, a Taichi le cae una gota de sudor cuando ve la entrada de una inocente florería…

-¡Muchas gracias por comprar! – escucha la voz de un niño rubio, sonriendo inocentemente, mientras despedía a unos clientes. - ¡regresen pronto!

Se queda un rato frente a la tienda, sin saber qué hacer…

-¿en serio es éste el lugar?…

Recuerdo al niño, pero… ¿trabaja ahí?

A sus espaldas una chica de larga cabellera castaña tomada en una cola se le acercó.

-Yagami-kun. – lo saludó.

Él la mira, con confusión…

Claramente no la reconoció.

-que terrible de tu parte… ¿no me recuerdas? – insistió la chica.

Taichi negó con la cabeza, avergonzado. ¿Quién era ella?

La chica se le acercó más, y le sonrió misteriosamente.

-¿deseas morir aquí… o prefieres convertirte en mi perro? – citó ella, tal como había dicho aquella noche.

Taichi retrocedió. Realmente se veía distinta a la luz del día, incluso menor…

Ella frunció el ceño, y se cruzó de brazos haciendo un puchero.

-cuando conoces a una chica, tienes que recordar siempre su rostro. ¡O sino no le gustarás a nadie! – indicó la florería. – Cómo sea, ¿vamos allá?

-no, espera un poco… - la detuvo, dudando. – Hikari… ¿qué pasará con Hikari…?

La chica lo mira detenidamente.

-¿a qué viniste?

Él se sonroja, de los nervios…

-decidí que… por Hikari, yo…

Ella asintió.

-daré lo mejor de mí por ella.

-si…

Al cruzar la calle, se dieron cuenta que la florería estaba cerrando, por lo que apuraron el paso.

La reja de protección estaba semi cerrada, y cuando Taichi entró, después de la chica, el niño que estuvo atendiendo hace un rato le pidió que la terminara de cerrar.

-¡gracias!

Taichi levantó la vista, y vio con claridad los mismos ojos océano y la cabellera rubia oscura y desordenada que lo había atacado desde el cielo con dardos…

-¿me recuerdas? – interrogó el chico al sentirse observado.

-fuiste tú, el de los dardos…

El rubio sonrió.

-si, ese era yo. – le extendió la mano. – por ahora puedes llamarme Takaishi Takeru.

Taichi se extrañó.

-¿por ahora?

Takeru asintió, con ganas.

-así es. Perdí mi memoria, así que no recuerdo nada de mi pasado antes de unirme a Weiß. No sé mi nombre real, pero creo que tengo dieciséis…

El castaño siguió mirándolo con extrañeza… era sólo un niño…

En eso, la chica interrumpió.

-bueno, aquí es donde le doy al equipo la información de sus misiones. – anunció, indicando el interior del inocente local lleno de flores. – Takeru puede explicarte el resto.

De pronto, la expresión de la chica cambió, volviéndose más como la mujer que recordaba Taichi de la otra noche.

-y ahora. – cambió el tema, indicando un video que traía en mano. – esto es de parte de Persia. Es su siguiente misión. La paga es la usual, sólo recuerden que estarán muertos si piensan en fallar esta misión o abandonarla. Por favor, sean cuidadosos y no dejen que eso pase. – finalizó.

Takeru la miró seriamente, incluso con algo de molestia.

Hemos crecido rodeados de figuras que nos tientan a seguir el camino a la muerte… pero incluso si mis huesos decidieran descansar y no moverse más, no tengo intenciones de llegar a ese punto todavía, al final del camino…

La castaña le entregó el video al rubio, y Taichi, aún no muy seguro de en qué se estaba metiendo, la quedó mirando con una pregunta en la garganta…

-… um, disculpa, pero… tu nombre, no me lo has dicho…

La chica le guiñó un ojo, y con un dedo hizo gestos de negación.

-no estás en derecho de saber mi verdadero nombre, Yagami-kun, pero puedes llamarme Birman.

Birman, eh?… como un gato…

En eso, se escucha una serie de golpes desde afuera del local.

-¡hey, Takeru! ¿Estás adentro? Soy yo, Daisuke, ¡OI! ¡Ábreme!

El niño sonríe a pesar de que la voz sonaba molesta e irritante. Levanta la reja y el chico de cabello rojizo lo saluda con una gran sonrisa.

-llegaste justo a tiempo, Daisuke-kun. Acaba de llegar un nuevo miembro al equipo…

-¿uh? ¿Un nuevo miembro…?

Taichi reconoce de inmediato al moreno, y éste a él, y ambos fruncen el ceño.

-¡tú! – lo indicó Daisuke con el dedo.

-si, pero ahora él… - comenzó a explicar Takeru, pero…

Daisuke no esperó y en un movimiento rápido golpeó a Taichi en la cara tan fuerte que lo lanzó al suelo.

-eso fue por haberme atacado sin avisar la otra noche. – informó, luego hace crujir sus dedos y asombrosamente le ofrece su mano al caído. – mi nombre es Motomiya Daisuke, y ahora puedo decir que es un gusto conocerte.

Takeru se golpeó la cara con la palma de su mano, murmurando un "gimme a break", mientras Birman lanzaba un suspiro.

-ahora que estamos en el mismo equipo, es bueno mantener al día lo que nos debemos, ¿no es así?

El Yagami no parecía ser de aquellos que hicieran las pases tan fácil, e instintivamente trató de tomar la katana que traía escondida bajo un manto. Se sorprendió al notar que Birman le había colocado un pie encima.

-¡sale de ahí!

-¿por qué? – cuestionó ella. - Daisuke no es ni tú objetivo ni tu problema. No necesitas tu katana, ¿no habías decidido eso antes de venir aquí? Que no podrás vencer a tu objetivo sólo con tus habilidades. – lo miró con seriedad. – piénsalo. Necesitas la ayuda de amigos para combatir a tu enemigo.

Taichi miró hacia Daisuke. Su cara se llenó de rabia.

-¡¿qué mierda es un amigo?! – exclamó, y de improviso el moreno recibió un duro golpe en el estómago de parte de Taichi. - incluso si tenemos el mismo objetivo, ¡no hay manera de que pueda cooperar con estos tipos!

Mientras, Daisuke se echó para atrás, adolorido.

-¡¿qué rayos te pasa?! – gritó. - ¡ni siquiera tuve tiempo de ponerme en guardia!

-eh… chicos… - Birman trató de interrumpir.

-¿¿y es mejor llegar y golpear a alguien en la cara?? – devolvió Taichi, igual de furioso.

-¡¡cállate!! ¡Fue para igualar cuentas!

La única chica presente se giró al niño rubio, que miraba incrédulo las maldiciones que se gritaban sus compañeros…

-Takeru, ¿los puedes detener?

-¿y cómo? – interrogó el otro, con una gota de sudor.

-como sea… - ella lanzó otro suspiro. – recuerden que tienen pendiente el video…

-claro.

Birman se encaminó a la salida.

-dale mis saludos a Yamato. – mira la pelea que continuaba dentro, ahora con objetos y plantas involucrados. – no quiero escuchar que la misión falló porque el equipo se descompuso, ¿entendido?

-¿uh? – Takeru le sonrió. - ¿desde cuando te preocupa que fallemos, Mimi?

Ella simplemente indicó al nuevo miembro, que acababa de evitar un macetero que pasó por sobre su cabeza.

-tiene un carácter difícil… me aseguraré de comunicarle eso a Persia…

**********

Varias horas más tarde, un chico de cuidada cabellera rubia, lentes oscuros (a pesar de ser de noche), vestido con pantalones ajustados y fumando tranquilamente un cigarro pasa por las fueras de la tienda.

Vio por debajo de la reja que la luz aún estaba encendida, y alzó una ceja.

¿Por qué está la luz encendida a esta hora? ¿Hay alguien aún aquí? Eso es raro…

Saca un gran llavero de su bolsillo, sonriendo, y levanta finalmente la reja.

-¡hey, Yamato el favorito de todos está aquí! – se anunció a sí mismo, bromeando. - ¿uh?

Se le cae una gota de sudor por la frente al ver el completo desorden del local, y dos cuerpos tirados sobre el suelo… uno lo reconoció como Daisuke…

Y el otro…

Yamato lo pateó levemente en las costillas para ver si aún estaba vivo…

Mientras, el chico de cabello castaño sólo pensaba en una cosa…

-Hikari…

Tsutzuku…

**********

Iori: um, ok…

Ken: eso fue extraño…

Daisuke: no entendí…

Jou: ¿somos asesinos a suelo?

Hikari: ¡estoy en coma!

Taichi: ¡Hikari está en coma! ¡Voy a matar a la autora! Grrrr…

Yamato: no está tan mal, al menos apareciste, yo apenas salgo al final…

Sora: ¡al menos tú saliste!

Miyako: ¡Sí! las únicas chicas que salen son Hikari-san y Mimi-san…

Mimi: ¿por qué "Birman"?

Koushirou: porque es regla no saber los nombres ni de Birman ni de Manx. Y la verdad… según averigüé, es mejor que al menos tú, Sora-san, no salgas…

Sora: ¿por qué?

El pelirrojo indica una página de Internet que revisaba en su portátil.

Sus once amigos se asoman a leer.

Sora: ¡¿qué?! ¡No, yo no soy Asuka!

Takeru: Kamisama… 'Shirou, dime que la loca de la escritora no piensa hacer la serie de TV…

Koushirou: parece que no, pero es mejor ni mencionarlo…

Ujum! Y es aquí donde interrumpo yo, sólo para decirles que las explicaciones vendrán en el siguiente cap, espero éste les haya gustado, ¡aunque esté confuso!