De rumores y segundas oportunidades
Sinopsis: Harry pensaba que tras la boda todo volvería a la normalidad para su familia. Desgraciadamente calló en la cuenta de cuan equivocado estaba al leer aquel artículo del El Profeta.
Disclaimer: para mi desgracia, ni el mundo de Harry Potter ni sus personajes me pertenecen, solo hago esta historia con el fin de entretener y sin ánimo de lucro.
Advertencias: se trata de un fanfic Harry/Draco, si no te gusta no lo leas.
Capítulos: fanfic abierto y en proceso.
I
Tres días más tarde de la celebración, y aún con algo de whisky de fuego inundando sus venas (había bebido demasiado), Harry se encontraba una vez más en su flamante despacho trazando su firma una y otra vez en cada uno de los pergaminos que aguardaban pacientes en su escritorio.
Había sido un día tranquilo (demasiado tranquilo para su gusto) sin persecuciones, robos, malhechores ni otra acción que necesitara del trabajo de Harry como auror. Después de años viviendo aquella vida rutinaria (y aunque el mago lo negaría a cualquiera que le preguntara) Harry se había comenzado a aburrir. No estaba diciendo que prefiriera los tiempos de la guerra, ni mucho menos, pero si un poco más de acción en su vida. Algún giro inesperado. Y aunque la reciente boda de su hijo con el heredero Malfoy se había considerado giro inesperado (eso nadie lo dudaba), no era el tipo de giro que su vida aventuras, unos amigos que lo respaldaran y el ansia de no saber qué iba a ocurrir al día siguiente.
Harry suspiró una vez más releyendo aquel pergamino que acababa de firmar casi sin saber de que se trataba, cuando la que era su secretaria (Rachel se hacía llamar) se asomó por el resquicio de la puerta con un leve carraspeo de garganta.
—Lamento molestarle señor Potter —dijo con una suave voz disculpándose por la intromisión—, pero el señor Malfoy aguarda en la sala de espera. Dice que no se irá hasta verlo.
Harry frunció el ceño acomodándose las gafas, algo caídas.
—Dile que pase —respondió respirando hondo (lo último que necesitaba aquel día era una visita de él), apartando los pergaminos y guardando su pluma en uno de los cajones de la mesa.
Segundos más tarde Draco Malfoy entraría al despacho de Harry Potter (con cara de pocos amigos) con su pelo repeinado y su túnica de alta calidad (importada desde París), avanzaría hasta el escritorio de este con paso decidido y dejaría caer sobre la superficie (no muy elegantemente) un ejemplar de El Profeta del día.
—¿Podrías decirme que es eso? —dijo con un tono frío de voz y aún sin tomar asiento.
—¿El Profeta? —respondió no de forma muy segura, aunque la frase tuviera matiz de pregunta.
Malfoy gruñó recogiendo el periódico, pasando rápidamente las páginas hasta encontrar el artículo que había logrado que su perfecta mañana se convirtiera en un completo caos. Una vez encontrado lo volvió a colocar sobre la mesa.
—Esto —dijo señalando un artículo donde Harry pudo observar como la foto en movimiento mostraba un beso entre sus dos hijos— ¿Qué es esto?
—Todos sabíamos que la prensa se iba a enterar tarde o temprano —respondió no muy impresionado.
—¿Has leído el artículo acaso, Potter?
—No —admitió.
—Parece una burla escrita por la mismísima Rita Skeeter para Corazón de Bruja —dijo, o mejor dicho, escupió.
Harry tomó aquel número del profeta y se dispuso a leer las palabras de aquel artículo mientras que un no muy tranquilo Draco Malfoy tomaba asiento en frente de él.
—¿Qué…? —comenzó a decir Harry con el ceño fruncido sin apartar la mirada del trozo de papel.
—Te lo resumo: dice que la historia se repite con nuestros hijos, y que al contrario que nosotros ellos si han tenido un final feliz. Nos describe como… —el mago pareció meditarlo durante un segundo— ¿Cuál era la palabra? ¿Frustrados? Sí, frustrados sexualmente en un matrimonio que no nos proporciona felicidad.
—Tiene que ser un error… —Harry aún no terminaba de creerse todo aquello.
—Pues no —Draco señaló un par de imágenes a pie de página—, también tienen fotos nuestras.
Harry abrió desmesuradamente los ojos al observar como las imágenes se movían y dejaban entrever a un ebrio Draco Malfoy y a sí mismo empapados y riendo por culpa del agua de la dichosa fuente de jardín (y del whisky de fuego).
Por un momento Harry soltó una pequeña risa al recordar la diferencia entre ebrio y borracho (producto de la familia Malfoy), pero paró casi al instante al notar como la mirada del rubio lo taladraba.
—¿Te hace gracia? —preguntó entre abochornado y defensivo.
—No —dijo recuperando la compostura.
—¡Más te vale que hagas algo con esto! —gruñó abandonando su asiento mientras señalaba con furia aquel ejemplar de El Profeta— No pienso permitir que mi familia se vea aún más humillada públicamente de lo que se ha visto ya con esa maldita boda.
Draco salió de la habitación con un sonoro portazo, no sin antes desearle buenos días.
Aquí está el primer capítulo de la continuación de "De giros inesperados y familias entrelazadas".
Espero que os haya gustado este comienzo, al contrario que el otro fic (que tenía solo dos capítulos y un epílogo) este será bastante más largo.
Como dije ya en el anterior fic estoy buscando un beta reader para que me aconseje con los capítulos antes de publicarlos, así que si quieres ayudar ponte en contacto conmigo.
¡Gracias por leer!
