Disclaimer: The lost canvas no me pertenece.
El otro día sentí cómo tu cosmos se apagaba, Shion. Fue algo inesperado; algo que me ha costado aceptar. Llevamos tanto tiempo en pie que empecé a creer que nada nos llevaría por delante, que la eternidad no era sólo un sueño. En el fondo siempre he sabido que huir indefinidamente de la muerte es una batalla perdida, pero supongo que tú no te fuiste sin dar guerra. Después de todo, ambos le hemos dado plantón en más de una ocasión. Aquellos sí que fueron buenos tiempos, viejo amigo.
¿Recuerdas cuando no estábamos solos tú y yo? Cuando no éramos los Supervivientes de la anterior Guerra Santa. Formábamos parte de los Caballeros de armadura dorada. Imagino que te habrás reunido con ellos. Espero que les saludes también de mi parte. No se te ocurra olvidarte de mí ahora que estás de nuevo con nuestros antiguos amigos. Casi puedo ver a Aldebarán de Tauro regañándote por llegar con las manos vacías.
Aldebarán. Hasgard. Si me escuchas, quiero que tengas presente que cuando me llegue la hora te llevaré el mejor alcohol con el que me pueda hacer. Sé que tú hubieras hecho lo mismo por mí, compañero. Sólo espero no quedarme corto; recuerdo que más de uno bebía como si no fuera a ver el mañana. En ocasiones como esta no puedo refrenar el impulso de brindar a vuestra salud bajo el cielo nocturno buscando vuestras constelaciones en el firmamento, pero no es lo mismo. Beber solo no tiene el encanto de beber con buenos amigos.
Hace muchísimo que no sé nada de vosotros, pero pronto me tendréis a vuestro lado. Se aproxima una nueva Guerra Santa y todos sabemos que estas cosas traen consigo muchas bajas. Imagino que me veréis luchar, así que más os vale animarme desde allí arriba, aunque no os pueda oír. Sinceramente, me entristece no poder pelear a tu lado Shion, pero ya tendremos tiempo para hacer lo que nos plazca cuando me llegue la hora.
En serio, chicos, os echo de menos. Mi relación con alguno de vosotros no fue espléndida, pero ahora que me faltáis se nota. Sí, eso te incluye a ti, Albafica-no-te-acerques-a-mí. Y a ti, Asmita, el señor Creo-en-otro-Dios-y-aun-así-lucho-por-Atenea. Incluso pienso en ti, Deuteros, el Ogro de Isla Kanon.
Recordad no tenerme esto último en cuenta y que os visitaré con un cargamento de alcohol, ¿eh?
Mientras tanto, esta botella va por vosotros. Dadle un buen recibimiento a Shion y preparadme una gran fiesta para cuando me llegue el momento.
A vuestra salud, allá donde estéis.
