Prologo

La guerra había acabado. Voldemort había sido vencido por el-niño-que-vivió. Alumnos, profesores y demás, lloraban la muerte de amigos o familiares. La familia Weasley, por ejemplo, estaba destrozada por la pérdida del gemelo, Fred. Remus Lupin fue asesinado por Dolohov y Nymphadora Tonks, por su tía, Bellatrix.

Harry Potter, sentía un alivio al saber que todo había acabado, pero el dolor de ver a Hogwarts destruido, era demasiado. Después de ver los recuerdos de Snape, se dio cuenta de miles de cosas, pudo comprender que porque Dumbledore confiaba en él, y lo de su madre, no sabía que pensar, se sentía confuso, deseaba con toda su alma que la vida le diera la segunda oportunidad que se merecía. Y también quería eso para Fred, Remus, y Tonks.

Hermione, pensaba como estarían sus padres, estaba muy preocupada por ellos. Cuando las cosas se calmaran en el Mundo Mágico, los iría a buscar, y devolverle sus memorias.

El trio dorado estaban sentados, en silencio, en unos escombros, causa de la batalla. Hasta que una luz blanca les llamo la atención, una voz provenía de ella, no la reconocieron hasta que una figura se presentó ante ellos, un hombre mayor, con una barba larga de color blanco, Albus Dumbledore, estaba de pie frente al trio de amigos con una gran sonrisa.

- Les tengo una sorpresa.- Dijo, y sin más, extendió el brazo en dirección a la luz, como si estuviera llamando a alguien… Y paso, cuatro figuras empezaron a caminar hacia donde estaban, cuando estuvieron al lado de Dumbledore, Harry, Hermione, y Ron, estaban paralizados y con la boca abierta del asombro… Fred Weasley, Severus Snape, Remus, y Tonks, estaban vivos.

-¿Pero…? ¿Cómo…? – Hermione no sabía que decir, en realidad ninguno de los tres sabía.

-Digamos que, como nuestro querido Harry había pensado, todos merecemos otra oportunidad.- Y dicho eso, le guiño un ojo.- Sera mejor que entremos, habrá personas que les querrá ver, ¿No es cierto señor Weasley?- Mirando al gemelo, que pasados unos segundos, agarro el brazo de su hermano y salió corriendo hacia el castillo, seguido de Ron.

Los demás, fueron caminando tranquilamente, cada uno metido en sus pensamientos. O la mayoría, ya que Remus y Tonks estaban abrazados, y hablaban en voz baja.

Hasta que llegaron al Gran Comedor.