BONES no me pertenece, le pertence a FOX, de no ser así, esta sería mi historia.
Sentada en el baño de su departamento, viendo esa rayita, esa pequeña y casi imperceptible rayita color azul, se dio cuenta que su vida jamás volvería a ser la misma, es decir, en teoría seguiría siendo la misma, Temperance Brennan, la mejor antropóloga forense, escritora de best sellers y excelente colaboradora del FBI, esa mujer entera, y capaz de arreglárselas por si misma sin importar cuál fuera la situación.
Sin embargo, algo había cambiado, ella ya lo sospechaba desde hacía varios días, sabía que las náuseas que le había provocado el olor a tabaco aquella noche en el Founding Fathers mientras compartía con Booth una copa después del pesado día laboral, no era normal, ella jamás había sido intolerante a cualquier olor – vamos Bones, ¿no te dan asco los cadáveres putrefactos que te dedicas a examinar, pero si lo hace un simple cigarrillo? – le dijo Booth al percatarse de las muecas que hacía su compañera,así como tampoco a Ángela le había parecido propio de su amiga el desmayo del cual fue protagonista la semana pasada en su oficina y el cuál argumentó que se debía a no haber desayunado ni comido nada ese día –Bren aquí solo le veo dos opciones- dijo Ángela –o lo que me estás diciendo es la verdad, y por tanto déjame regañarte y decirte que eso no está bien, que tu mente tal vez sea tan avanzada que puede trabajar sin consumir alimentos, pero tu cuerpo necesita nutrirse para mantenerse sano, o bien…- esbozó una pequeña y pícara sonrisa –esto es el primer síntoma de la consecuencia de haberte acostado con Booth, y en ese caso, no sé qué demonios estás esperando para ir a hacerte una prueba de embarazo cariño- y, para reafirmar sus sospechas, su período llevaba más de una semana de retraso, ese día, y sin importarle estar encubierta en una investigación, decidió ir a la farmacia a comprar una prueba de embarazo.
Aprovechó que Booth tenía que ir a interrogar a un sospechoso –mejor- pensó ella, - no sé cómo habría de sacármelo de encima de no ser por esa entrevista-. Lo último que necesitaba en ese momento, era a Booth, su muy protector Booth, haciéndole miles de preguntas sobre por qué debía de ausentarse en medio de un caso y por qué no lo dejaba acompañarla que ella no sabía realmente como responder.
Caminó hacia afuera de la bolera, tres cuadras a la derecha y una hacia el sur, para toparse con el establecimiento farmacéutico del barrio. Ahí estaba ella, asustada como una chiquilla por dentro, pero fuerte como un roble por fuera, no podía dejar que sus emociones desbordaran en ese momento. Nerviosa, se dirigió a la encargada, y, tratando de no flaquear dijo – Buenos días señorita, ¿podría darme un test de embarazo? El precio no importa, necesito que sea el más exacto posible-. La dependienta fue al fondo del pasillo y trajo consigo tres cajitas. –Ésta puede detectar el embarazo a partir de la tercera semana, ésta otra a partir de la cuarta, y ésta detecta la hormona en cualquier fase del embarazo. Todas tienen menos del uno por ciento de margen de error-. Temperance tomó las tres, las pagó y las guardó en su bolso. Sonó su celular. –Brennan- contestó –si Booth, sigo aquí. No, no te preocupes, puedo irme a mi casa sola, Max me llevará, segura no hay ningún problema, termina tus asuntos y nos vemos en el Jeffersonian mañana temprano… ommm… bueno está bien, pasas por mí a las siete treinta de la mañana, de acuerdo Booth, nos vemos-. Colgó. No planeaba regresar a la bolera, de todas maneras, Max se había marchado antes que ella, así que tomó un taxi y se dirigió a su departamento. Saludó al portero y subió. No quiso hacer más que entrar a su baño directamente, no podía postergarlo más. – Debí haber ido al laboratorio, una prueba de sangre es más efectiva- refunfuñó para sí misma.
Pasaron sólo quince minutos, pero ese pequeño lapso de tiempo, ella lo sintió como si tuviera horas en espera. Los tres palitos estaban alineados en su lavamanos. Al ver el primero, sintió como una sensación de alivio recorría todas y cada una de sus terminales nerviosas, miró el segundo y el resultado era el mismo, el tercero lo vio sólo por gusto, porque ella sabía lo que pasaba dentro de su cuerpo, lo sabía desde hacía mucho, sólo necesitaba confirmarlo.
Continuará... muy pronto...
Espero que les haya gustado, en realidad es mi primer fic. No sé muy bien como manejar esto. Estén pendientes. Gracias por tomarse el tiempo para leer. :D
