She (don't) want cocaine, pills and weed
Disclaimer:
Los personajes son de Stephenie Meyer, y algunos de mi propia imaginación, al igual que esta historia que espero que disfrutéis. AVISO: Esta historia no pretende ofender a nadie, si fumas me parece bien y si bebes también, solo intento contar mi historia a traves de los personajes. TODOS HUMANOS.
Capítulo 1: Trippy
Estaba cansada de la fiesta de Victoria.
Odiaba estas fiestas.
Bueno, odiaba todas las fiestas.
Odiaba el alcohol. Me parecía estúpido, odiaba el tabaco, odiaba la marihuana, odiaba las pastillas, odiaba todo.
Y me sentía como una maldita marginada.
¿No podía tener amistades que no me obligaran a beber? ¿O a fumar?
Pues no. Si querías ser alguien, tenias que fumar, o beber.
Yo no quería ser ''alguien''. Tenía personalidad. No tenía la necesidad de beber, y menos de fumar.
Mire a mi alrededor, todos estaban borrachos y fumados.
Era el cumpleaños de Victoria, y por no quedar mal había venido a la maldita fiesta. Y me estaba arrepintiendo.
''No te preocupes, no vamos a beber demasiado.'' Menuda mentira.
Observé a la gente tirada, seguramente al borde del coma etílico, y no podía parar de pensar que veían de divertido en eso.
''Beber hasta caer'' Parecía que ese era su lema.
Me levante dispuesta a irme. La fiesta para mí no había empezado bien, pero nada bien.
Se habían encerrado todos en la cocina para fumar, mientras yo estaba sola en el sofá. Completamente SOLA.
Miré el reloj, era pronto, las nueve. Pero no aguantaba aquí ni un minuto más.
Sin despedirme de nadie, ni darle el regalo a Victoria me fui de allí.
Sabía lo que me esperaba en casa.
En casa seguramente empezarían las preguntas, bueno, más bien el interrogatorio.
'' ¿Por qué has venido tan pronto?'' '' ¿Por qué no te has quedado con ellos?''
Siempre lo mismo.
''No me quiero quedar con ellos porque son unos malditos borrachos. Fin''
Cada vez que mis padres (Sobretodo Renné, mi madre que en sus tiempos era la reina de las fiestas) me veían llegar a casa temprano, me hacían el maldito interrogatorio.
Mis padres ''adoraban'' a mis amigos. Y yo, básicamente no quería decirle que mis amigos de toda la vida, se habían visto manipulados por el alcohol y el tabaco.
Llegue a casa y abrí la puerta sin ganas. Mis padres me saludaron y siguieron con lo suyo, y yo agradecí mentalmente que no empezaran con las preguntas.
Subí a mi cuarto y encendí el ordenador.
En esas cuatro paredes es donde me pasaba la gran parte del día. Odiaba estar afuera, este pueblo era aburrido, y los adolescentes que vivían en el, eran todos iguales.
'' ¿Dónde está el alcohol?'' '' ¿Cómo vamos a hacer una fiesta sin alcohol?''
Me dio tanta rabia que cerré el ordenador de golpe, quería dormir.
Mañana sería otro día.
Suspiré. Otro día siendo la maldita rara que no bebe ni fuma.
