Accidentada relación.

-¡Lo bueno es que según tu tenías la situación controlada!

-¡Deja de gritar! ¡Me desconcentras!

- ¡Tu problema no es falta de concentración, si no de cerebro!

- ¡Deja de insultar mi inteligencia! - El piplour contra el que luchaba el domador puso uno de sus tentáculos en el suelo, provocando que este resbalara fuertemente.

- ¡Tienes razón, no puedo burlarme de algo que no tienes!

- ¡Sí no vas a ayudarme para que venías!

- ¡Tú casi me trajiste a la fuerza! ¡Tienes 25 años! ¿Cuándo vas a comportarte como un adulto?

El domador se puso de pie y comenzó a atacar al monstruo con todo su poder Dom.

-¡Ya verás sí soy un adulto!

- ¡Espera no lo hagas!

El monstruo creció diez veces su tamaño, el domador y la guardiana sólo se limitaban a mirar con terror frente al monstruo.

-Bueno… admito que no lo puedo saber todo, y ahora sólo sé que.. ¡Es hora de correr! – El peliazul tomo a la guardiana de la mano y salieron tan pronto de la cueva cómo les fue posible. Una vez que estuvieron lo suficientemente lejos, los dos se arrojaron al suelo. La luz de la luna ya comenzaba a verse entre las hojas de los árboles de aquel busque.

-No se… por que… siempre… tienes que… complicar todo. –Dijo la chica tratando de recobrar el aliento. -¿Qué intentabas probar?

- Yo no intentaba probar nada.

- Claro que sí… te conozco mejor que nadie en el mundo, para mi desgracia. ¡Es por que el otro día Te…!

- ¡Esto no tiene nada que ver con él!

- ¿No puedes con el hecho de que un Thaur te ganará no es así?

- ¡Eso no me importa!

- ¿Entonces qué es lo que te importa?

- Me importa que…

- ¿Qué cosa? – Dijo la chica poniéndose frente a frente con el domador.

- ¡Me importa cómo te mira, como te habla de un tiempo para acá! ¡No creas que no note que te invito a salir!

-¿Tú.. tú estás celoso?

- ¡Sí, sí estoy celoso de acuerdo! Greta… creo que tu… creo que estoy enamorado de ti.

- ¡Zob!

- No tienes que decirme nada. ¡Sé que esta mal! ¡Sé que soy el prisionero de tu familia y sé aun más que soy domador y tu humana pero no me importa yo…! – La rubia tomó al domador por la cintura y le dio un dulce beso en los labios.

- ¡Lo sé! ¡Ambos estamos locos! – Greta sonrió a Zob, mientras este la miraba atónito y con las mejillas ruborizadas.

- ¿Cómo crees que lo tomen nuestros padres?

- Pues yo creo que nuestro mayor problema será…- De pronto el piplour saltó sobre la pareja de lo alto de una montaña que estaba frente a ellos. - ¡Nuestro problema será escapar de este primero!

- ¡No te preocupes, déjamelo a mí! – Zob le sonrió mientras se lanzaba a pelear contra el enorme monstruo.

- ¡Algún día te matarás luchando con piplours Zob! - Greta suspiró resignada y tomo su mochila en busca de un dombox.