Prólogo

Caíste en un sueño profundo, sin realmente sentir dolor. Las alas cortando tu cuerpo, largas plumas negras desenterrándose de la vieja forma que solías ser. Libre. Eres libre de las voces en tu cabeza, de las decepciones, del dolor celestial. Pero ahora sangras, ahora lloras, y también amas. ¿En qué te has convertido, Castiel? ¿Por qué ya no brillan tus ojos? ¿Por qué los abandonaste?

¿Estás seguro de que quieres hacer ésto?

Hazlo.

No te recordarán.

Ese es el punto.

¿Qué eres ahora, Castiel? ¿Quién eres ahora?