RELACIONES
-¿Por qué no puedes ir?, es sólo una misión de un par de días- Sasuke estaba en la habitación de Sakura y la tenía contra una de las paredes.
-Te lo dije ya, debo seguir con mi entrenamiento…- no pudo seguir hablando pues el ninja la besó. La joven ya estaba más que acostumbrada a lo frío de sus labios e incluso de sus manos, así que aceptó las caricias que dejaba por todo su cuerpo, comenzaba a levantarle la falda hasta que lo detuvo. –Deberías irte o llegarás tarde- le sugirió contra su oído.
-Tienes razón- se separó de ella tan rápido que la dejó sorprendida. La ninja no había hablado en serio, quería seguir con lo que estaban haciendo pero él no pareció entender su juego. –Deberías ser un poco más intrépida, no te haría mal- le sugirió él a modo de reproche.
-Cuando tú logres ser más tierno, quizá yo pueda ser más intrépida-
-¡De nuevo con eso!, es mejor que me vaya. No sacaré nada de aquí- la dejó con la palabra en la boca y se marchó sin una despedida.
Sakura estaba frustrada, parecía que jamás podría entenderla ni ella a él. Se dejó caer en el suelo y suspiró cansada, intentaba no sentirse como el problema en la relación; cada ninja en la Aldea la veía como si fuese la más suertuda y por muchos meses así se sintió ella, pero ahora no estaba tan segura. Sólo quedaba el orgullo de ser la compañera de un Uchiha pero sospechaba que ese orgullo solo iba en una dirección, él jamás se mostraba enorgullecido de tenerla a su lado.
De todos modos no había mucho que hacer, no estando sola y con miles de palabras en la boca.
…
Sakura paseaba por la Aldea, no había mucho que hacer por esos días. Naruto estaba en su entrenamiento con Jiraya y Sasuke estaba fuera por misión, así que pasaba las horas con Ino cuando Tsunade se lo permitía, pues le había insistido en aprender el jutsu médico y ella había aceptado. Incluso Kakashi estaba ausente, no le veía con tanta frecuencia como en el pasado.
La ninja se alegraba de que Naruto tardara un semana más en volver. Por supuesto que también esperaba a Sasuke, había sido pareja durante los últimos dos años, pero con los problemas que tenían últimamente era preferible mantener cierta distancia.
-Sakura- su rubia amiga se encontraba con ella en medio de la calle.
-¿Qué sucede Ino?-
-Me he enterado que Sasuke ha vuelto, pensé que querrías saberlo- ningún rencor había entre ellas por el ninja, ambas había aceptado la situación que sucedió.
-Vaya, supongo que lo veré después-
-¿Siguen los problemas?- la tomó del brazo cariñosamente.
-Sabes cuan diferentes somos, quizá demasiado- era la única con quien hablaba sobre su turbulenta relación.
-Solo necesitan tiempo. Todo se solucionará, siempre quisiste estar con él, no deberías rendirte así de fácil-
-Tienes razón, siempre quise esto- le ofreció una sonrisa intentando darle más valor a sus palabras. – Me tengo que ir, te veré después- se despidió y fue directo hasta su casa y se encerró en su habitación.
Se tiró en la cama resuelta a no ver a Sasuke inmediatamente, antes de su partida habían discutido y no estaba lista para ceder, ni siquiera estaba segura de querer hacerlo. No es que quisiera cambiarlo pero ansiaba que fuera un poco más atento con ella, ni siquiera romance, sólo atención de su parte, que no tuviera que enterarse por otros de su salida o llegada de misiones, que tuviera la decencia de preocuparse por ella. No consideraba que pidiese mucho de su parte así que no quería olvidar ese asunto, ya lo había hecho por mucho tiempo, dos años para ser precisos, y sinceramente se comenzaba a hartar de la situación.
Seguía recostada en la cama cuando sintió que el colchón se hundía bajo el peso de alguien más.
-¿Qué tal ha ido la misión?- las manos de Sasuke llegaron a su cintura y comenzaron a subir su blusa.
-¿Realmente quieres hablar de eso?- se había recostado sobre ella y la besaba por el cuello.
-No, supongo que no- se dejó llevar por las frías manos que recorrían su cuerpo, así era como solucionaban los problemas, al principio no era una molestia, por el contrario; pero últimamente, le hubiera encantado controlar las reacciones de su cuerpo.
Sakura estaba acostada en la cama semidesnuda, era mitad de la noche y, junto a ella, Sasuke quien dormía plácidamente dándole la espalda. No lo había invitado a quedarse, pero allí estaba él. Se quedó un largo rato observándolo, hacía dos años que estaban juntos. Todo había comenzado el mismo día que Naruto se había marchado, Sasuke encontrándola sola la besó, no había dicho palabra alguna, solo un beso, no muy tierno, fue todo lo que bastó, y todo lo que Sakura necesitaba, aún recordaba lo enamorada que se sentía, lo embelesada por estar entre sus brazos o el hormigueo que la invadía cuando la tocaba. ¿A dónde habían ido todas esas sensaciones?, porque estaba segura de que en su pecho no seguían. Era una monotonía en la que había caído, quizá era el mayor castigo, ver cumplido su más grande deseo, tener a Sasuke junto a ella. No es que fuera un mal tipo, la cuidaba y respetaba pero algo faltaba.
La ninja le dio la espalda a su compañero e intentó dormir. Los días juntos estaban contados.
/
-Saldrás a misión Sakura- Tsunade estaba frente a ella, sólo estaban las dos. –Es una misión simple, deberán cuidar a un comerciarte muy importante hasta la entrada de la Arena, no debería haber mayor problema ni retraso-
-¿Deberán, quiénes? ¿Iré con Sasuke?- desde el comienzo de su relación, la Hokage por consideración a ambos, solía enviarlos juntos para completar misiones sencillas, pero esta vez la ninja no quería esa consideración.
-No, esta vez no. Irás con Kakashi- eso la sorprendió, hacía meses que no salían juntos.
-¿Cuándo saldremos?-
-Hoy por la noche, los esperaré al amanecer del segundo día. Puedes irte- La ninja se despidió y se dirigió hasta su casa, debía arreglar todo para la misión de esa noche, seguramente le vendría bien un descanso de la Aldea, aunque solo fueran dos días, y, como su sensei jamás había sido un gran conversador, no tenía que preocuparse por preguntas incómodas.
Pasó el resto de la tarde preparando todo, no había mucho que hacer pero por lo menos intentaba mantener su mente ocupada.
Faltaba poco para la hora convenida, así que la ninja se dirigió hasta la entrada para encontrarse con su sensei y el comerciante que custodiarían.
-¿Pensabas irte sin despedirte?-
-Lo lamento Sasuke-kun, no creí que fuera importante-
-¿Qué pasa contigo?- habían llegado a la entrada y tanto como el comerciante como su sensei, que milagrosamente había llegado puntual, estaban ahí.
-¿Conmigo, desde cuándo te importa a donde vaya?- no le gustaba el tono tan autoritario que había usado con ella.
-Eres mía- la acercó y la besó.
-No lo soy- protestó separándose –No vuelvas a hacer eso- le advirtió alejándose, tan molesta con él, como jamás lo había estado.
-¿Todo está bien Sakura?- Kakashi estaba frente a ella, claramente estaba incómodo por lo que había presenciado.
-Sí, pero es mejor que nos concentremos en la misión- su sensei solo asintió y, dejando a su compañero atrás, comenzaron a avanzar en pleno silencio.
El camino se completó en pleno silencio, no hubo mayores complicaciones, ningún contratiempo, nada que pudiese retrasar la misión y así llegaron al atardecer del siguiente día a los límites de la Arena, sanos y salvos. La mente de Sakura seguía totalmente confundida, sabía que se negaba a rendirse con Sasuke porque no podía creer que todo resultara tan mal; que el mayor de sus anhelos fuera tan insípido. Los primeros meses juntos la embargaba un emoción que la mantuvo a flote cuando mostraba su indiferencia, quería creer que cambiaría, que sólo necesitaba tiempo para acostumbrarse a ella, pero siguió repitiéndose lo mismo durante los años venideros, incluso cuando la tocaba a penas y parecía interesado en ella, era más bien como si la utilizara para él, para tener un buen rato, no como las primeras veces, y aún así estaba segura de no haber mucha diferencia.
-Gracias por traernos a salvo- el comerciante les agradecía efusivamente.
-Será mejor que siga su camino antes de que anochezca- le sugirió el ninja. El comerciante les agradeció de nuevo y se marchó. -¿Continuamos?-
-Claro-
La noche los había alcanzado pero ninguno tenía protesta de seguir avanzando en la oscuridad. Kakashi parecía sumido en sus propios pensamientos y ocasionalmente le dirigía una furtiva mirada a su alumna, como queriendo decirle algo, pero continuaba en silencio. Por su parte Sakura seguía absorta en sus pensamientos, trataba de llenarse de valor para terminar todo lo que pudiera tener con Sasuke, incluso con toda la evidencia no era tan fácil, le costaba admitir que se había acostumbrado a él, y por más tonto que sonara no se imaginaba sola. Estaba aterrada de arrepentirse con el tiempo, echarlo de menos o de desperdiciar la única oportunidad de estar juntos.
Sakura estaba demasiado desconcentrada de lo que pasaba por su entorno, por lo que no le fue difícil dar un mal salto y caer desde un árbol. Se lo tenía merecido por boba.
-¿Estas bien?- Kakashi estaba frente a ella y le ofrecía una mano para ayudarla.
-Sí, será mejor que continuemos- se levantó un poco avergonzada de su torpeza pero su sensei no la siguió.
-Debemos tomar un descanso, tienes una herida en la espalda- se puso frente a ella con una actitud bastante autoritaria, la ninja se sintió un poco intimidada y dio un paso hacía atrás.
-De acuerdo- bajó la cabeza asombrada del poder que tenía sobre ella, no se atrevió a replicar.
-Quédate aquí, iré por un poco de leña para prender fuego- Sakura esperaba que sólo revisara su herida, no era necesario tanto alboroto, pero la mirada de sus sensei la intimidó de nuevo y la dejó en silencio.
La ninja se sentó sobre el suelo en medio de la oscuridad, se sentía con una niña pequeña que fue regañada. Intentó dar un vistazo a la herida en su espalda, pero estaba tan al centro que no pudo ver nada, solo sentía un líquido tibio que bajaba, suponía que era sangre, no era tan doloroso así no que era nada grave.
-No te muevas, te revisaré en un minuto- Kakashi llegaba por su espalda, dejó la leña sobre el suelo, hizo un par de sello y una llamarada de fuego salió de su garganta pendiendo el montón de troncos.
-Que conveniente- la joven parecía impresionada a pesar de haber visto a Sasuke hacer lo mismo un sinfín de veces. Podría ser que su sensei tuviera más estilo.
-Y soy mejor en otras cosas- una sonrisa traviesa apareció en el rostro de él al notar la confusión de su alumna, no había captado su comentario. –Ven aquí- le señaló el suelo frente suyo y la kunoichi obedeció, para su sorpresa, sin protestar.
Se sentó donde le indicó y dio un respingo cuando las manos de su sensei subieron su blusa para ver la herida.
-Lo siento, tiene las manos frías- mintió, de hecho sus manos eran cálidas, sintió que su piel se erizaba, no la había tocado alguien que no fuera Sasuke, y la suavidad con la que lo hacía su sensei la ponía nerviosa.
-Parece que no ha sido nada grave- Kakashi observaba fijamente la herida, la limpió un par de veces antes de que dejara de sangrar. Le era inevitable no sentir lo suave que era su piel, parecía de seda y era blanca como la porcelana cubierta por pequeños lunares que eran muy tentadores. Notaba lo erizada que se encontraba su blanca piel, detestaba ver a una mujer tan valiosa desperdiciada. No había pasado desapercibido el posesivo beso que Sasuke le había dado, había sido gracioso, no tenía ni idea de lo que hacía y lo más gracioso de la situación era que Sakura pudiera considerarlo un buen beso.
-¿Todo está bien?- la ninja estaba inquieta, si sólo era una pequeña herida no entendía por qué sus manos seguían en su espalda desnuda.
-Sí, pero necesitaré cubrirte la herida- claro que no era necesario, pero sin duda que era divertido verla nerviosa.
-Creo que tengo algunas vendas en mi bolsillo-
-Déjalo, yo lo hago- la detuvo Kakashi cuando intentó girarse para abrir su bolsillo trasero. El ninja hurgó en la pequeña bolsa hasta que dio con una pequeña venda, un par de tijeras y cinta, sacó todo y se tomó su tiempo cortando la venda y la cinta. Cuando todo estuvo listo, volvió a subir la blusa de la chica y como no podía mantenerla arriba mientras la curaba, la enganchó al sostén de la joven, quien dio un respingo nerviosa.
-Intento ser médico y no puedo curarme a mi misma. Vaya que seré buena- Sakura estaba molesta con ella misma, de haber estado concentrada no estaría en esa situación.
-Todos necesitamos un poco de ayuda, en especial tú. Pronto serás una ninja médico y entonces dependeremos de ti, es importante que estés a salvo- la voz de su sensei era ronca.
-Supongo que si- Sakura se mantenía hundida en sus propios pensamientos, había dejado de pensar en las cálidas manos sobre su espalda. Kakashi se estaba tomado más tiempo del necesario, había cubierto la herida con una venda asegurándola con cinta y aún cuando no era nada difícil lo había repetido ya dos veces.
-Terminé- anunció, por fin bajó su blusa y aunque ella no le veía le ofreció una sonrisa.
-Gracias- la joven no tenía muchos ánimos de seguir andando, aunque su herida estaba bien y no había sido nada grave su ánimo estaba un poco decaído.
-Podemos descansar un rato, no hace falta que continuemos ahora- el ninja veía lo frustrada que estaba.
-¿De verdad no le molesta?- Sakura se giró para verlo a los ojos, estaba agradecida de la sugerencia que había hecho.
-En absoluto, te hará bien descansar- le gustaba verla de esa forma, complacida. Había notado que eso no pasaba frecuentemente, cuando la veía pasear su mente parecía estar tan lejos de ella.
Sakura se dejó caer de espaldas pero un grito de dolor inundó el silencio que compartía. Seguramente se había lastimado la herida de la espalda.
-Ven aquí- Kakashi revisó de nuevo la herida y tuvo que cambiar la venda, no le molestaba hacerlo. Cuando terminó la acomodó del lado y logró recostarla sobre sus piernas. Era una posición un tanto íntima, jamás lo había hecho durante una misión, pero ocasionalmente era satisfactorio cruzar los límites.
-Gracias sensei- Sakura se acomodó mejor, tenía su rostro de frente a su estómago, se abrazó más a él, cerró los ojos y pareció tranquilizarse.
Kakashi no tardó en arrepentirse de lo que había hecho, la tenía muy cerca y no podía hacer otra cosa que verla. No podía negar lo atraído que se sentía hacía ella, no lo suficiente para hacer algo al respecto, pero no podía dejar de notar lo preciosa que era, la había visto madurar y con el tiempo descubrió que le gustaba en lo que se convirtió, por eso mismo era desesperante verla amarrada a su compañero. Cuando se enteró de su relación no pudo evitar enfadarse con ella, era absurdo que quisiera estar con él, cuando apenas y se interesaba por ella, con el tiempo se había acostumbrado a verlos juntos pero siempre albergaba un desazón cuando los veía. Era demasiado obvio para todos lo mal que iba su relación, sentía compasión por su joven alumna, verla desperdiciada en brazos de Sasuke, tantos años perdidos y lo peor era que seguramente terminarían juntos, sin darle opción a Sakura de probar algo mejor, de experimentar cosas de las que seguramente Sasuke no tenía ni idea. Durante los primeros meses pensó que la relación entre sus alumnos no dudaría mucho, Sakura no podía aceptar lo poco que recibía, pero se resignó con el paso de los meses.
De todas maneras ya no importaba, aunque fuera una pieza sumamente bella y valiosa, hacía tiempo pertenecía a otro y él odiaba compartir.
-Creo que es mejor que continuemos sensei, ya estoy mucho mejor- Sakura había logrado aclarar muchas de sus duda y su estado de ánimo mejoró considerablemente.
-Es media noche, es mejor que continuemos por la mañana-
-Sí- aún así se levantó y se sentó cerca de la fogata, tenía frío y esa era la única fuente de calor. Notó como su sensei se acercaba a ella y sentaba a su lado, se quitó el chaleco y se lo colocó sobre los hombros, la ninja sintió un alivio instantáneo. –Le dará frío- observó culpable de verlo sacrificarse por ella.
-Estaré bien- la ninja no estaba muy segura, así que intentado compartir un poco de su calor lo abrazó por el estómago, era muy pequeña comparada con él así que cupo perfectamente. Sintió que quizás había sido demasiado pero Kakashi no pareció incomodarse.
No transcurrieron muchos minutos hasta que Sakura se arrepintió de lo que había hecho, el aroma de su sensei estaba en su nariz, y olía terriblemente sexy, no podía dejar de sentirse atraída por ese aroma, que lejos de tranquilizarla despertaban sus sentidos. Inspiró fuertemente y se llenó de él. Sabía que se estaba metiendo en graves problemas, su cuerpo comenzaba a sentirse necesitado y ese aroma solo la estimulaba.
No podía permitir que algo pasara y la principal razón era él, su sensei, que seguramente no estaba ni remotamente experimentando lo mismo que ella, así que utilizó todo su auto control y obligó a sus pensamientos a volar muy lejos de ahí.
Pasaron así el resto de la noche, hasta que el frio pareció ceder ante el inminente amanecer. Sakura se despertó un poco entumida pero feliz de haber superado esa prueba exitosamente, notó que su sensei ya estaba despierto pero aún la abrazaba cariñosamente, con mucho cuidado se separó y se puso de pie.
-Gracias- le devolvió su chaleco y le ofreció una sonrisa de agradecimiento. –Será mejor que continuemos, Tsunade –sama debe estar esperándonos-
-¿Cómo esta tu herida?- le preguntó poniéndose de pie y estirando los brazos. Había sido una noche de lo más complicada para él, no había sido fácil rechazar la tentación tan grande que tuvo entre sus brazos.
-Creo que está bien- intentó girarse para verla, pero como la noche anterior, no pudo verla.
-Ven aquí- ella lo obedeció sorprendida de la autoridad que tenía sobre ella y un poco aturdida de ver la facilidad con la que lo obedecía. Solía ser muy terca pero sucumbía ante sus órdenes. Kakashi levantó su blusa y revisó el pequeño corte, claro que no hacía falta revisarlo pero no se negaría el pequeño placer de sentirla nerviosa ante su toque. Le intrigaba la manera en la que reaccionaba y ansiaba saber hasta dónde llegaba el poder que tenía sobre ella.
Fingió revisar cuidosamente el corte, como el día anterior se tomó su tiempo, observó su espalda y después colocó de nuevo el pequeño parche
-Parece que no hay ningún problema- le anunció satisfecho.
-Entonces podemos avanzar-
Así comenzaron el regreso, no había mucha diferencia, Kakashi seguía viendo furtivamente a Sakura, intentaba saber que pasaba por su mente pero se mantenía en absoluto silencio. Por su parte, la ninja seguía confundida, pero no precisamente por Sasuke, sino porque aún estaba llena del aroma de sus sensei, su ropa había quedado impregnada y parecía tenerlo muy cerca de ella, era un poco abrumador, trataba mantener su imaginación a raya. Ni siquiera sabía de donde venía esa atracción, jamás había pensado en él de esa forma, claro que sabía lo atractivo que era, lo notó desde que fue nombrado su sensei pero era demasiado imposible, además estaba Sasuke, que sólo complicaba las cosas un poco más.
La ninja estaba más que cansada del embrollo que tenía en la mente. Decidió darle fin a sus volátiles pensamientos, de ninguna forma su sensei se sentía atraído hacia ella y seguramente lo que había experimentado anoche no era más que la sensación de tener a un hombre como él a su lado, y en relación a Sasuke estaba más que decidida a terminar con eso.
-Estamos cerca de la Aldea, deberíamos tomarnos las cosas con calma-
-Claro- la ninja no entendía muy bien la razón para detenerse, pero de nuevo lo obedecía sin chistar. Ambos comenzaron a caminar tranquilamente.
-Cuando lleguemos tendrás que hacer que revisen esa herida- le sugirió el ninja.
-Lo haré- ¿Desde cuando era tan complaciente con alguien?, comenzaba a preocuparle.
-Eres muy complaciente conmigo Sakura por eso siempre fuiste mi favorita- si Kakashi hubiera podido le habría tomado una foto al rostro de Sakura, estaba rojo cual tomate y se había quedado sin palabras. Había sido divertido verla tan expuesta. –Pero ese es nuestro secreto- le giñó un ojo y si la ninja antes estaba sorprendida ahora estaba estupefacta. No estaba segura de entender la situación en la que estaba.
-No creo que alguien pueda negarle algo, sensei- empezaba a dudar de su propio autocontrol.-Excepto Tsunade-sama, ella sí que sabe decir no- intentó bromear pero por alguna razón el ambiente no era nada gracioso. Cuando se dio cuenta que caminaba en reversa supo que estaba en problemas, el ninja caminaba frente a ella y mostraba, atreves de la máscara, una sonrisa.
-Es lo que voy a averiguar- Antes de que algo más pasara Sakura cerró los ojos, debía ser un sueño, no había otra opción. Pero transcurridos unos segundos sin que nada pasara abrió los ojos, él estaba frente a ella y la veía con una expresión divertida y eso le molestó, no le gustaba que jugaran de ese modo con ella y más se molestó con ella misma por haber deseado que pasara algo. De pronto se dio cuenta de que no estaban solos.
-Hola Sasuke-kun- lo saludó caminando hacía él, que no pareció notar lo que sucedía. Y para castigar a su sensei se tomó la libertad de abrazarlo.
-Estaba preocupado, La Hokage dijo que llegarían hace horas- un pinchazo de culpa la atravesó, quizás lo estaba juzgando mal, además había estado en brazos de su sensei y eso no había sido una buena idea.
-Tuve un pequeño accidente así que nos tomamos un pequeño descanso- le dirigió una mirada a su sensei que parecía furioso con lo que veía.
-Espero que estés bien- le tomó la mano con afecto y sólo eso bastó para que la seguridad de la ninja flaqueara, parecía que realmente se estaba esforzando.
-Lo estoy- ahora estaba confundida y se negaba a volverse para ver a su sensei.
-Bueno, vamos entonces- la llevó de la mano durante todo el camino, Kakashi los seguía a la par y Sasuke era el encargado de establecer una conversación muy pobre, eran preguntas rutinarias y las respuestas más aún.
Kakashi agradeció que la Aldea no estuviera lejos. No sabía si era gracioso o desesperante verla tomada de la mano de su compañero, antes de que Sasuke apareciera, ella estaba más que embobada con él pero al segundo de ver a su compañero era como si nada más existiera, lo veía como si fuera el mejor y más grande de los hombres. Que ganas tenía de demostrarle a esa mujer lo que verdaderamente necesitaba, no es que Sasuke fuera un mal tipo pero no era para ella, no le daba el respeto que se merecía ante los demás, ocasionalmente admiraba la belleza de otras ninjas cuando tenía enfrente a una más preciosa, naturalmente que la galantería de Sasuke no pasaba de unas cuantas miradas pero le enfurecía que no apreciara la suerte que tenía.
Sobre todo estaba molesto con Sakura, por ser tan ciega y conformista con su situación, por no ver más allá de su nariz y ser tan injusta con ella misma. Cómo podía estar conforme con caricias insípidas y actitud fría cuando estaba seguro de lo cálida que ella era. Si tan solo hubieran tenido un momento más a solas, después de haber terminado con el pequeño juego la habría besado, no había sido para molestarla era para que se diera cuenta de que había mucho más que un simple y llano beso, que aprendiera a disfrutar de la seducción, pero estaba claro que eso no pasaría.
Por fortuna habían llegado a la Aldea y su sufrimiento podría llegar a su fin.
-Es mejor que vayas al hospital para que te revisen esa herida, Sakura, yo daré el reporte-
-Quizás más tarde- ahora sí que se mostraba rebelde.
-Vamos Sakura, necesitas descansar- de nuevo Sasuke la tomó de la mano y la condujo lejos de él. Menuda pareja.
Los vio alejarse y se marchó a la torre Hokage, tenía que dar el reporte de la misión, esperaba que fuera la última que compartía a solas con su alumna.
