LIBRO 5. LA ORDEN DEL FÉNIX (Nuestra Versión)
No nos pertenecen los personajes no inventados por nosotras ni el universo de J.K. Rowling.
Las letras cursivas pertenecen al relato de Kailen y las demás a las de Clarissa.
Esta es la quinta parte de la historia, es recomendado leer antes las demás partes.
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Espero la historia sea de su agrado =)
Todos los reviews son bienvenidos
Atte. Saphira Kailen
Cap.1
En cuanto llegamos a casa de Henry él habló con su mamá sobre la visita de Clary y Nick pero no obtuvimos alguna respuesta concreta. Tal como había esperado una semana después ya tenía la primera carta de Nick y Abie quería enterarse de todo. Cierto día la mamá de Henry decidió tener una plática conmigo y el papá de él con él, fue incómodo pero fue como si mi mamá platicase conmigo. Me quedé con los Teshbock una semana, Dante y Jim estaban un poco cambiados y nos llevamos mejor, el día que volví a casa de Henry me llevé una gran sorpresa.
Violette y yo tuvimos que separar a los gatitos, pero sabíamos que se verían al regresar en septiembre. Mi madre fue quien me recogió en la estación y cuando llegamos a nuestra casa, Litza nos esperaba en la puerta del jardín. Se llevó un par de arañazos por la curiosidad de Ely, pero terminaron llevándose muy bien, Litza la cuidaba como si fuera su hija. Nick cumplió con lo dicho y cuando llegaron a castillo, se despidió de todos y viajó de regreso a Londres. En cuanto estuvo instalado en el Caldero Chorreante, le escribió a Kailen diciéndole que estaba de regreso y que esperaba verla pronto. Un día apareció por la chimenea y me dijo que prepara mis cosas porque en unas horas iríamos a casa de Henry.
Henry se había puesto de acuerdo con su mamá y en vez de avisar a Clary le avisó a Nick para así sorprenderla a ella también. Llegaron a casa de mi amigo un par de días antes de mi regreso. Entré a la casa como si fuese cualquier día sin nada en especial pero me llamó la atención que había un gatito extra jugando, lo reconocí al instante, era Áyax, casi grité.
Sorprendida por su noticia, me ayudó a arreglar mis cosas en un par de horas y nos fuimos a casa de Henry. Dejé a Ely con Litza porque no querían separarse. Llegamos por la chimenea y saludamos a toda la familia. Nos ayudaron a instalarnos y cuando Kailen regresó, estábamos jugando Ajedrez Mágico. Nick fue tras Áyax, lo agarró y al levantar la mirada, ella estaba ahí. Sonrió.- Hola Kailen.
Sonreí, dejé mi maleta en el suelo y fui a abrazarlo.-Hola -reí, esperaba no encontrar a nadie cuando llegara, Henry me había dicho que irían a inscribir a Abie al curso de verano.
También la abrazó y sonrió más. Escuché que algo caía y fui a asomarme. Me reí.- Bien, los enamorados ya se reunieron de nuevo -le quité a Áyax y regresé a la habitación.
- Me alegra verte -susurró y no la soltó.
Henry detuvo por un brazo a Abie y la hizo sentarse de nuevo frente al tablero. -¡Quiero ver! - protestó y él le negó.
-Y a mí -lo abracé un poco más fuerte sin dejar de sonreír.
- ¿Por qué no dejas que los vea? -dije entre risas y me senté de nuevo. Nick sonrió y la soltó un poco.
- Pero ya estoy de regreso, así que... disfrutemos las vacaciones, ¿no?
-Porque entonces les arruinará el momento y tendré una Kailen berrinchuda y una hermana alborotada -rió y Abie estuvo a nada de protestar pero solo sonrió maliciosamente, salió del cuarto, se escondió donde pudiera ver.
-Sí -sonreí más, no supe qué más decir o hacer simplemente estaba feliz.
Meneé la cabeza y me reí.- Déjala, no le des lata a Abie -la vi salir y me reí más.- Ya sabremos lidiar con Kailen después.
Nick la despeinó.- ¿Y qué tal tu semana con tu otra familia?
- Deberíamos hacer apuestas con ellos dos -rió, acomodó las piezas de ajedrez para un juego nuevo.
-Algo fastidiosa en ciertas ocasiones… pero Dante y Jim me mantuvieron entretenida. Me compraron muchos dulces entre los dos, tantos que aún traigo.
- ¿Qué tipo de apuestas? -subí los pies al sillón y miré el tablero.
- Hablando de dulces... -sacó su varita, la agitó y una bolsita bajó de las escaleras. Se lo dio.- Chocolates suizos, hice una pequeña parada antes de regresar.
- Quién se cansará primero de que no son algo, ahí apostaría por Kailen, quién da el primer paso a lo que siga, ahí no estoy seguro, si terminarán o seguirán mucho tiempo, cuánto tardarían en casarse si no han terminado y cosas así. Empiezas -miró el tablero esperando a que ella moviera.
Vi los chocolates y sonreí más.-Gracias -los abrí, comí uno, estaban deliciosos, tomé otro y se lo acerqué a la boca.
Lo miré con una ceja levantada.- ¿No estás pensando demasiado lejos? -miré el tablero e hice mi primer movimiento.
- Que bueno que te gusten... -miró el chocolate y abrió la boca para morderlo.
Rió y movió una de sus piezas.- Me basé en cosas que ya ha estado pensando y fantaseando Kailen.
Le di el chocolate y comí otro, entonces me di cuenta de que no estábamos ahí solos, si él estaba ahí Clary debía estar también y si ella estaba Henry también.
- ¿En serio? -me volví a reír y moví.- No puedo creerlo... pero tampoco debería sorprenderme al saber lo que piensa.
Masticó el chocolate y sonrió.- Sí, son ricos.
-Pregúntale a Abie qué tanto platican, por ella es que me enteró -rió y movió otra pieza. Sonreí y asentí, comí otro.
-¿Está Clary aquí?
- Le preguntaré... -hice otro movimiento.- Pero creo que Nick dará el primer paso.
- La traje desde su casa -asintió y sonrió.
-Kailen ya está ansiosa pero le da pena -movió.- Quiere esperar a que él dé el siguiente paso pero está ansiosa.
-Genial -pensé en ir a saludarla pero comí otro chocolate y me le quedé viendo.
- Tal vez no tenga que esperar tanto -destruyó una de mis piezas e hice un movimiento cualquiera mientras reía, se me había ocurrido una idea tonta.
- ¿Pasa algo? -también la miró.
-¿Qué te dio risa? -sonrió y destruyó otra pieza suya. Negué, no iba a decirle todo lo que estaba pasando por mi mente, sonreí y lo abracé de nuevo.
- Nada, una tontería -me agarré el abdomen y moví otra pieza. A Nick le tomó por sorpresa que lo abrazara, pero no le importó la razón y también la abrazó sonriendo.
-Anda, dime -movió otra pieza y la miró con curiosidad. No me moví de ahí, me gustaba tenerlo cerca. Abie salió de su escondite y silenciosamente se dirigió a su cuarto.
- Es sólo que... -solté una última risita y moví.- Bueno, si Kailen está ansiosa, Nick lo está más... ¡Por Merlín! Tiene 19 años, ¿entiendes, no? -ahora me iba a avergonzar de lo que había pensado. Nick tampoco se movió y le acarició el cabello.
Henry rió.- Kailen es muy pequeña para él -movió. Suspiré feliz y reí para mí misma. Abie volvió con su cámara, tomó una foto y volvió con mis amigos.
-Son muy melosos, creo -dijo tras sentarse a lado de Clary.
- Casi tiene 15, no es muy pequeña -hice un movimiento y destruí una de sus piezas. Miré a Abie.- Alguien estuvo espiando...
Nick la escuchó suspirar y sonrió. Tampoco quería separarse de ella, pero no podían quedarse todo el tiempo parados ahí.- ¿Y si vamos a que guardes tus cosas y nos sentamos con los chicos?
-Es pequeña -movió.
-Un poco, tengo fotos -rió.- Podría vendérselas a Kailen.
No quería separarme pero era inevitable, asentí y agarré mi maleta.
- Deberías cambiar tu concepto de pequeña -me reí de él y moví.- Es buena idea, Abie. Estoy casi segura de que Kailen te pagaría bien... hasta Nick lo haría.
- Vamos entonces -tomó la maleta y caminó junto a ella.
Henry frunció el ceño, movió.
- Sacaré copia y se las venderé a los dos -dijo con una sonrisa. Descubrí que compartiría habitación con Clary y Henry con Nick, iba a ser divertido, dejamos la maleta sobre mi cama.
-¿Ya viste mis plantas? -sonreí mientras me acercaba a la ventana donde las tenía.
- Me parece bien -miré a Henry y me reí mientras movía.- ¿Tu hermano es así también en vacaciones? -le pregunté a Abie.
- Les eché un pequeño vistazo, pero Clary me dijo que esperara a que tú llegaras -sonrió.
Abie asintió.- Es latoso -rió y Henry la vio feo, movió una pieza y destruyó una de Clary.
-Podrías haberlas visto sin problema... ¡ah sí! - me agaché y saqué una caja de debajo de la cama, busque entré un montón de frascos el correcto y se lo mostré.-Brilla en la oscuridad -dentro de él había la baba que había obtenido mi planta, había logrado modificar la baba por separado, aunque aún no la planta completamente.
- Sí, bastante latoso... y ahora se desquita con mis piezas de ajedrez -sonreí y moví otra pieza. Escuché un ruido en la ventana y miré.- Mathie trae algo...
- Es genial... -miró el frasco con curiosidad y sonrió.
-No soy latoso -se estiró y movió.-Abie ábrele la ventana -la despeinó, ella le dio un manotazo y fue a abrir.
-Y este ya dio uvas y son de colores -se las mostré, -pero no me animo a probarlas ni nada.
- ¿Ves? Es fastidioso que despeines a las personas -Mathie entró y dejó caer un paquete sobre mis piernas. Sonreí.- Es de Violette.
- ¿En serio? -le arrancó una uva y se la metió a la boca.
-Dile que venga a jugar -dijo Abie, no la conocía más que de vista pero mientras más hubiera con quienes platicar ella estaba encantada. Henry simplemente se limitó a verlas.
-¡Espera!- me asustó que la comiera, aún no sabía qué propiedades tenía, si era rica o no, si era venenosa o no.
Miré a Mathie.- Debes estar cansado, vete a cazar algo -salió rápido por la ventana y abrí el pequeño paquete.- No creo que pueda venir, parece que sigue en África... Guau, a esta niña nada se le pasa.
- ¿Qué? -la masticó e hizo un gesto.- Está ligeramente ácida...
-¿Por qué lo dices? -dijo Abie, curiosa asomándose para ver qué había dentro del paquete. Henry rió al verla curiosa.
-No sé si sea buena idea que la comas...-le dije aún preocupada.
- Pásaselo a tu hermano, por favor -le di un sobre a Abie y desdoblé la carta.- Hablando de fotografías... los sobres contienen las que nos tomó hace poco...
- Tengo una cama apartada en San Mungo, no te preocupes -la terminó de comer y le sonrió.
Henry le quitó a Abie el sobre antes de que lo abriera ella, lo abrió y miró las fotos, rió. -Me gustan.
-¿Cómo no me voy a preocupar? ¿Y si tienen efectos secundarios? ¿Y si te mando a San Mungo? -me le quedé viendo como si en cualquier momento fuese a ocurrir algo malo.
- Ahorita las veo... -seguí leyendo la carta y me reí.- Esta niña...
- Tranquila, pequeña Kailen -la despeinó.- No me va a pasar nada.
-¿Qué dice? -preguntó Henry mientras veía las fotos y evitaba que su hermana las viera.
-Está bien... pero si te sientes raro o algo dime -sonreí un poco.
- ¿Quieres verlas, Abie? -sonreí y le pasé mi sobre.- Dice que se la está pasando muy bien, que está coleccionando plantas que pueden servirme para las pociones...
- Sí, yo te digo -hizo otra mueca.- Pienso que aún les falta madurar...
-Gracias -sonrió y abrió el sobre, vio las fotos y rió.
-Me parece bien, podrías hacer nuevas pociones -sonrió y luego miró a Abie.
-Se ven tan lindos los dos juntos -rió, agarró la foto donde ambos se estaban mirando.- Sobretodo en esta.
- Es que como son de colores y cambian de color no sé cuándo están maduras -lo miré aún atenta.
- Supongo... -levanté la mirada y vi la foto que Abie decía. Me reí y seguí leyendo.- Quería matar a tu hermano en ese momento.
- Entiendo... -miró las uvas.- ¿De qué color era la que comí?
-¿Por qué?... espera un momento ¿Por qué estabas en la enfermería? ¿Y todas esas vendas? -lo miró con el ceño fruncido, él se encogió de hombros y ella le dio un zape.- ¡Si te pasa algo deberías decirnos! -Henry bufó y guardó las fotos en el cajón de su escritorio.
-Naranja con azul -vi que no pasaba nada así que me sentí más tranquila, miré las uvas y pensé si debería comer una.
- Dale otro zape de mi parte, se lo merece -sonreí y guardé la carta.- Debiste decirles, Henry...
- Quiero probar otra, ¿cuál crees que puede estar madura? -observó más de cerca las uvas.
Abie se lo dio, Henry frunció el ceño y se sobó.- No quería preocuparlos.- También las observé de más cerca y entonces me di cuenta de algo que había dejado pasar desapercibido, las uvas más chicas cambiaban de color constantemente, las más grandes cambiaban poco. Vi una que era azul y ya no cambiaba, la arranqué y mordí la mitad.
- Ay, Stuart -puse la carta con los sobres de Kailen y Nick.- Por lo que fuera, tenías que decirles. Si hubiera sabido, les habría dicho yo misma.
- ¿Qué tal? -preguntó mi primo mirándola.
-La próxima avísanos, por favor -le dijo Abie sin dejar de ver feo a Henry, él le mostró la lengua.
-Papá ya sabe lo que estoy haciendo, sabía que algo así podría pasar así que daba igual.
-Agridulce -le ofrecí la otra mitad de la uva.
Asentí.- Espero que no haya próxima vez -meneé la cabeza y me levanté.- Eres un insensato de todas maneras.
- Veamos -y se comió la otra mitad, asintió.- Sabe mejor que la otra.
-Sí, sí, lo sé -se estiró. Asentí con una sonrisa.
-Tal vez luego vengan mejor, más dulces -busqué otra que se viera igual pero venían puras uvas chiquitas.
- Pues se te olvida muy seguido -le puse una mano sobre la cabeza a Abie.- Es un hermano muy malo, ¿verdad?
- Seguramente... pero parece que sí les falta crecer -sonrió y la miró.- ¿Te queda chocolate? Me dejaron un mal sabor de boca.
Se cruzó de brazos y asintió, Henry la miró con una ceja alzada.- Conste, soy un mal hermano, ya no te voy a consentir.
-Es una broma hermanote -lo abrazó y él rió. Reí y le di un chocolate, agarré otro yo, me acordé que solo habíamos ido a dejar mi maleta, agarré otro chocolate, tomé su mano y salí del cuarto.
Sonreí al verlos abrazados, aunque me trajo un recuerdo triste. Me recargué en la pared con los brazos cruzados.- Cuando hagas tonterías, no olvides que tienes una hermana, Stuart -lo miré con algo de seriedad. Nick mordió el chocolate y la siguió sonriendo.
Henry entendió lo que estaba pensando y asintió.- No lo olvidaré -Abie no entendió. Entré al cuarto donde estaban.
-¡Hola! -exclamé feliz de verlos, sin soltar a Nick ni un segundo.
- Eso espero... -vi entrar a Nick y a Kailen. Me reí y regresé a mi asiento para darles sus sobres.- Volvieron felices... -Nick estaba sonriente y no dijo nada.
Reí y tomé mi sobre.- ¿Qué son? -me senté junto a Henry.
-¿Por qué no avisaste que ya venías en camino? -me preguntó mientras me despeinaba.
-Porque no me dejaron llamar, tenían que ir a otro lado así que me trajeron -lo abrí y chequé las fotos, sonreí.
Nick también sonrió cuando abrió el sobre.- Violette nos mandó un juego de fotos a cada uno. Y les manda saludos también -recordé que Abie tenía mi sobre, la miré con una sonrisa.- ¿Me pasas las fotos, por favor?
-¡Ah sí! -se lo dio.
-Vi es buena tomando fotos, me encanta que se muevan las imágenes -las devolví con cuidado al sobre.
- Gracias -me puse a ver las fotos y sonreí.- Sí, las toma bien -Nick asintió.
En la tarde llegó la mamá de Henry, me contaron que ya llevaban ahí unos días y que pasarían el par de semanas que habíamos pensado originalmente. Nick y Henry compartían cuarto, Clary y yo también y Abie tenía para ella sola su habitación. Abie entró pronto a los cursos de verano así que teníamos todo el tiempo para nosotros cuatro, salíamos a pasear, a jugar en el parque, a jugar con los amigos de la colina, fuimos al cine, e incluso a un parque de diversiones y todo en tan solo una semana. Clary y Henry parecían estarse llevando cada vez mejor y Nick y yo aprovechábamos todo el tiempo que teníamos.
Los días que estuvimos ahí fueron muy divertidos, sobre todo cuando fuimos al parque de diversiones, los juegos me dieron algo de miedo al principio pero se me fue quitando. Era genial explorar ese mundo con los tres, estar juntos me hacía muy feliz. Supuse que a ellos también.
Una tarde mientras jugábamos videojuegos los cuatro y Abie ayudaba en la cocina a su mamá alguien tocó a la puerta. Henry abrió y se oyeron risas, su medio hermano estaba de visita.
-¡Papá! ¡Jack vino a cenar! - el papá de Henry inmediatamente fue a saludarlo, también su mamá y Abie. Lo vi con curiosidad y noté que debía parecerse a su mamá porque no se parecía en nada a la familia Daimon que conocía.
Nick y yo asomamos la cabeza al pasillo con curiosidad.- Es el que trabaja en Azkaban, ¿no? -le pregunté a Kailen en voz baja.
Asentí, Henry nos llamó para presentarnos y antes de decir nada su hermano habló. - Ella ha de ser Kailen, la niña despeinada de la que te quejas -reí.- Él es Nícolas, del que te quejas también - mi amigo hizo una mueca como de fastidiado- y ella debe ser Clarissa, la chica de quien tanto hablas -Henry se sonrojó y reí.- Mucho gusto, soy Jack Jones -se me hizo extraño su apellido, miré a Henry.
-Su mamá le puso su apellido.
Me sonrojé un poco y Nick se rió de mí. Le di un pequeño golpe en la espalda y sonreí. Tranquila, Clarissa, habla de todos, tú no eres especial...
- Mucho gusto, Jack -dijo mi primo con una sonrisa.
Terminó de saludarnos a todos bien y fue a hablar con su papá, en la cena platicó un poco de lo que ha hecho en Azkaban y que estaba divorciándose. Henry rió por la similitud con su papá. Durante la cena me pregunté si él podría meterme a Azkaban a hacer una visita.
Parecía que Jack era una persona agradable e interesante. Nick y yo le pusimos mucha atención cuando habló sobre su trabajo en Azkaban y cuando mencionó su divorcio, pensé que era de familia y que Henry terminaría haciendo lo mismo con su primera esposa. Quise reír y mi primo sólo se me quedó viendo, pero negué con la cabeza, sin saber que él había pensado algo parecido.
Tras la cena logré platicar con calma con Jack, esa noche se quedaría en el cuarto de Abie y ella con nosotras. Le platiqué de mi familia, Henry ya le había contado algunas cosas, pero no me animé a pedirle que me ayudara a conocer a Mulciber.
Estuvimos atentos a lo que Kailen estaba platicando, recordé que alguna vez quisimos ir a Azkaban y parecía que mi primo también lo recordaba, porque no le quitaba la vista de encima a ella y tenía fruncido un poco el ceño, pero sin decir nada.
Henry sabía qué quería hacer yo pero no me animaba. -Escuché que las visitas a Azkaban son raras -dijo, él tenía curiosidad de ir. Jack nos platicó sobre cómo se hacen las visitas, él ya había dirigido visitas un par de veces.
-¿Quieres conocer a tu padre, Kailen? -sonrió de la misma manera que Henry hacía cuando se me adelantaba a algo, me encogí de hombros sin estar segura.
- No sé Kailen, pero yo sí quiero ir -dije metiéndome en la plática. Nick me miró por un momento de manera amenazadora pero fingí no verlo.
-Pues... quiero conocer a mi padre como cualquier chica que no lo conoce quiere -la diferencia con esas chicas es que yo quería conocerlo para reconocer su rostro por si algún día tenía la oportunidad de enfrentarlo.
-Veré que puedo hacer- dijo Jack.-Pero recuerden que no es como ir de excursión -asentí con una sonrisa.
Yo también asentí a pesar de la mirada de Nick que pasaba de ella a mí y viceversa. Si lográbamos ir, seguro que él también estaría ahí.
-Lo veré y les aviso en un par de días ¿les parece?- asentí, ahora me había dado curiosidad.
-Gracias, Jack.
-De nada -sonrió.- Bueno, los dejo, me iré a dormir -despeinó con ambas manos a Henry y se fue.
Lo vi irse y suspiré.- Escúpelo, Alessandro.
- No voy a decir nada...
- Te mueres por decir que es mala idea, que estamos locas... -me recargué en el asiento y se cruzó de brazos.
-Estaremos bien -le sonreí.- y de estar locas lo estamos -reí, Henry negó.
-¿No ves que el señor Nícolas está preocupado por ti? -rió, ya quería que fuéramos.
- Precisamente su locura es la que me preocupa -frunció el ceño.- Ambas me preocupan...
- Pero Kailen más -me reí y me miró amenazante de nuevo. Sonreí.
Henry me dijo algo mentalmente y le hice caso, me cambié de lugar y abracé a Nick.- No haré locuras allá, me comportaré según las reglas que me digan. Solo quiero conocer su rostro actual -se me hacía raro pero ahora Henry de vez en cuando me daba ideas que me ayudaran con Nick pero de igual forma yo le daba ideas respecto a Clary.
Me reí cuando Nick la abrazó también.- Tu yo Slytherin también quiere ir, Nícolas, así que deja de fastidiar.
- Iré con ustedes -dijo ya más calmado. Asentí.
-Será interesante -sonreí y me acurruqué en él. Estaba de cierta forma emocionada pero también de cierta forma asustada.
-Sí, interesante-dijo Henry con una sonrisa.
- Supongo... -dijo Nick todavía no muy convencido. Suspiré y me estiré.
- Ya me voy a dormir -me levanté.- Antes de que empieces de nuevo...
-Creo que yo también, mañana me toca llevar a Abie al curso -se levantó.- No te duermas tarde -me dijo y le enseñé la lengua
- ¿Por qué tienes que decirle a todo el mundo lo que tiene que hacer? -bostecé.- Pueden dormirse cuando quieran -Nick rió y me fui a las escaleras.
- Gracias, prima -dijo sin dejar de reír.
-Luego está Kailen desvelada y a veces se pone de malas -le dijo Henry mientras caminaba a su lado.
- Pues dejemos que Nícolas la aguante... o la amarramos a uno de los árboles del jardín -me reí.
Henry rió.- Ya una vez traté de amarrarla al árbol, así que se la dejamos a tu primo.
- ¿En serio ya lo intentaste? -lo miré y me reí más.- Eres un hermano mal, Stuart.
-Ella tuvo la culpa -rió.-No soy un mal hermano.
- ¿Intentar amarrar a tu hermana no es un compartimiento inapropiado, característico de un mal hermano? -me reí y vi a Shasta pasar. Me acordé de algo.- Ah... tengo un regalito para ti, Shasta.
-No, solo de un hermano latoso -sonrió. Shasta se detuvo, la vio y maulló.
- Demasiado latoso -me metí a mi habitación para buscar entre mis cosas.- Según yo... aquí la tenía... ¡Ah! -sonreí y se la enseñé a Shasta.- Querías jugar con ella, ¿no? Destrózala, si quieres -era la pelota que Gabor me había regalado y se la lancé.
Henry rió al ver qué le había dado, Shasta corrió tras ella, la tomó entre sus dientes y corrió a buscar a los demás gatos. - Me pregunto qué habrá pasado cuando dejó de ser conejo -rió.
Me encogí de hombros.- Nick huyó antes de saberlo -me senté en la cama.- Supongo que debe estar, o estuvo, muy enojado...
-Sí, supongo -rió.- Siempre que recuerde eso me va a dar risa.
Sonreí y meneé la cabeza.- Eres un tonto. Ya vete a dormir, sólo falta que tú estés de mal humor mañana también...
-No me pondré de mal humor -le acomodó un mechón de cabello y sonrió.- Buenas noches, princesa Clarissa -Henry había evitado decirle así por los comentarios que haría Abie cuando lo escuchara, pero cuando podía se lo decía.
- Buenas noches, niño latoso -me reí y me callé. Bajé la voz.- Ya, anda, Abie seguro está dormida y nosotros haciendo ruido.
-Está bien, hasta mañana -sonrió, se oyó una risita.
-¿No le vas a dar beso de buenas noches a tu princesa? -dijo Abie desde abajo de las sábanas, Henry había pensado que ya estaba dormida.
-Sí, tal vez lo haga -besó la mejilla de Clary, sonrió.- Buenas noches a las dos -caminó sonriente a su cuarto, Abie comenzó a reír.
