EI! Como ya os dije aquí está mi regalo de Navidad ^_^

Traducción de un fanfic de tres capítulos.

ESTE FANFIC NO LO HE ESCRITO YO, TAN SOLO LO HE TRADUCIDO DEL INGLÉS. ASÍ QUE LAS EXPRESIONES Y EL VOCABULARIO QUE SE UTILIZAN EN ESTE FANFIC NO SON MÍAS, YO TAN SOLO TRADUZCO.

¿Empezamos el primero?

Este está en Hiei's POV (Hiei's point of vision), narrado desde el punto de vista de Hiei.

Venga, espero que os guste!!

**********************************************************************

LÁGRIMAS NO DERRAMADAS

(Unshed tears)

Autora: oOKeairaOo

(CONFUSED1413@aol.com)

**********************************************************************

Bostecé y me di la vuelta, alargando el brazo, soñoliento, para envolver a Kurama con mi brazo y me encontré una cama vacía.

Me incorporé rápidamente, entrecerrando los ojos por la temprana luz filtrándose por la ventana de la habitación de Kurama. Estaba solo en la habitación.

Suspirando, me recosté en la cama, esperando volverme a dormir, pero sabiendo que era imposible. Había ese sentimiento otra vez. Esa profunda tristeza y temor a lo inevitable.

Kurama seguía adelante. Era obvio y él lo estaba dejando bastante claro por el modo en que había estado actuando últimamente.

Desde luego, lo sabía desde el principio que con el tiempo él se cansaría de mí. Es imposible para cualquier criatura mantener la atención de un youko por mucho tiempo y yo sabía que no iba a ser diferente, a pesar de las muchas declaraciones de amor de Kurama. Pero en fin, había esperado que eso no pasaría tan pronto.

No podía culpar al zorro. Después de todo, estaba en la naturaleza de un youko ser inquieto. Kurama no podía evitar lo que era y él se había quedado conmigo mucho más tiempo de lo que nunca había estado con cualquiera de sus otros amantes. Más probablemente por algún persistente sentido de lealtad.

Aun así, saber todo esto no lo haría un poco más fácil cuando Kurama finalmente se admitiese a sí mismo y a mí que se había acabado. A pesar del hecho de que él en verdad no me amaba, yo era absolutamente consciente del hecho que yo estaba enamorado de él. Me destruiría cuando perdiese a Kurama y no había nada que yo pudiese hacer sobre ello.

Y cuando me dejase, si de alguna manera lograra sobrevivir a eso, ¿entonces qué? ¿Vuelta al modo en que siempre había vivido mi vida? No estaba seguro de que pudiera llevar esa vida más, no después del destello de paraíso que Kurama me había dado.

Pero sólo fue un destello. Nunca podría tener eso. No para siempre, al menos. Exactamente como todos los demás en mi vida, Kurama me abandonaría. Y dolería más que cualquiera de las otras veces, porque de algún modo yo le había dejado entrar.

Había construido mis muros tan altos y ahora estaba atrapado. Kurama logró entrar, pero yo no podía escaparme y cuando el youko escapase yo sería abandonado con nada más que el dolor. Solo otra vez.

Lamenté no poder llorar. Por mí, por él. Por la parte de mí que perdería cuando él se marchara. Pero no podría. Ni siquiera podía recordar un momento en el que alguna vez hubiese llorado. Quise que las lágrimas vinieran, dejar que corriesen por mi cara, para dejar que todo el dolor y toda la debilidad manase fuera de mí con ellas.

Después de todo, no se me permite ser débil. No puedo permitirme ser débil. Cuando lo hago, cosas malas pasan. La gente por la que me preocupo muere o hago cosas estúpidas, como dejar que un zorro demonio pase por debajo de mi piel. En mi corazón.

El corazón que pensé que estaba hace tiempo muerto.

Y aún así las lágrimas no vendrían. Me pareció como si de algún modo mi propio cuerpo me traicionase. Forzándome a estar solo con el dolor. ¿Por qué no había sido capaz de llorar nunca? ¿Tan frío era mi corazón?

Toda mi vida había sentido como si una parte de mí faltase. De algún modo, había nacido sin alma, o tal vez la había perdido en algún lugar en mi oscura vida. Y ahora...

Kurama era mi alma.

Sin él, ¿qué sería yo? ¿Cómo era vivir sin un alma? Ya no podía recordarlo.

La peor parte era, incluso después de que Kurama rompiese las cosas, yo no tendría corazón para marcharme, desaparecer en las sombras como debería. Me quedaría con él, en la luz, para protegerle. Me obligaría a mí mismo a verlo cada día, sabiendo que él no me amó y que la luz, con el tiempo, me cegaría, cuando ya no le tuviese para protegerme de ella.

Las criaturas como yo no pertenecen a la luz. Las criaturas como yo no pertenecen con Kurama. Sabía desde el principio que él era demasiado bueno para mí. Yo era el Niño Prohibido, condenado en el momento en que nací. ¿En qué estaba pensando cuando me rendí a las insinuaciones de Kurama?

Esa era una pregunta estúpida. Sabía lo que había pensado.

Alguien me quiere.

Sólo pensarlo había resultado totalmente ajeno a mí. Había vivido una vida solitaria durante unos cientos de años. Nadie alguna vez me había querido. Sólo sabiendo eso por alguna razón, Kurama lo hizo. Que una criatura tan hermosa pudiera quererme, había sido suficiente para permitir que se acercara a mí.

Ese fue mi error, porque sabía muy bien que Kurama no era capaz de amar. Claro, él se preocupaba por la gente, por mí, por su madre, por el resto del Reikai Tantei. Pero no podía amar. Su naturaleza de youko era demasiado fuerte.

Para un youko la vida es un juego y las demás personas son sólo juguetes con los que jugar. Como un niño, ellos podían encariñarse con cierto juguete, podía llegar a preocuparse por él. Pero a pesar de eso, sólo era parte del juego. Podían sentir tristeza cuando unos de sus juguetes se perdiese o se rompiese, pero la tristeza pasaba cuando encontraban algo nuevo con lo que jugar.

Yo era sólo otro de los juguetes de Kurama, uno de muchos, y él poco a poco empezaba a cansarse de mí. Pronto, él querría algo nuevo y yo sería desechado con cualquier excusa.

Y a pesar de todo esto no podía odiarlo. No era su culpa, en realidad. Él lo había intentado, podía decirse que no le gustaba la idea de herirme. Era la razón por la que se había quedado conmigo mucho más del que acostumbraba, normalmente hubiera ido a por alguien más. Pero él no podía resistirse a su verdadera naturaleza para siempre y su resolución se estaba debilitando.

Él no sabía que yo le amaba. Y yo no se lo diría. Esa debilidad era mi propia carga que debía soportar y rechazaba permitir que me compadeciera. La compasión era una cosa que yo no admitiría. Preferiría que él me odiase a que me compadeciera.

Brevemente consideré la muerte como una huida. Mi katana todavía estaba apoyada al lado de la ventana de Kurama. Vivir ya no importaba más, porque yo nunca había estado realmente vivo hasta que encontré a Kurama. Él me enseñó cómo vivir, me devolvió mi alma. Sin él, estaría muerto otra vez, sin alma.

Sería tan fácil simplemente terminarlo. Acabar con todo el dolor. Mi vida entera no había sido nada más que dolor. ¿Por qué había vivido con él tanto tiempo cuando había una huida tan fácil, simplemente esperando que la tomase?

Pero podía verle, la mirada en la cara del zorro cuando se diera cuenta de lo que yo había hecho. A pesar del hecho de que él no me amaba, él todavía se preocupaba por mí y eso le causaría dolor. Herirle sería la última cosa que haría.

No, no tomaría la salida fácil. Nunca sería tan débil. Mi final vendría en la batalla, luchando hasta mi último aliento.

Después de todo, no se me permite ser débil. Yo resistiría, como siempre había hecho. Solo.

Me quedaría con Kurama, le vería con otros amantes, le vería seguir con su vida mientras yo me quedaba quieto, muerto por dentro, pero contento sabiendo que él estaba vivo. Que estaba a salvo, y que yo, aunque sólo por poco tiempo, tuve un alma. Que no había pasado toda mi vida en la oscuridad.

Vigilaría desde las sombras, para que él pudiese vivir en la luz.

**********************************************************************

T__T Qué triste!! Anda que también... qué cosas se me ocurren traducir a mí en Navidad! Pero me encanta ^^ últimamente me gustan mucho los fics angst. ¿Y a vosotr@s os ha gustado?

Pues nada, el miércoles ya estará el segundo capítulo ^^

Y muchas gracias a tod@s por los reviews de la otra traducción!