Era el último año para Harry y sus amigos, Hogwarts ya había sido totalmente reconstruida después de la gran batalla que había consumido a casi todo el edificio, nuevos y viejos alumnos entraban al edificio emocionado por ver a los nuevos y antiguos compañeros.
Harry desde hace un tiempo había terminado su relación con Ginny Weasley, pero ella sin poder aceptarlo seguía buscándolo por todos lados para pedirle otra oportunidad, pero el joven león siempre se le negaba.
Harry se había dado cuenta que desde hace muchos años amaba a nada más y nada menos que a Draco Malfoy, pero porque sus sentimientos salían ahora cuando todo había terminado, tal vez porque por fin podía pensar todo claramente; por fin podía pensar en todo lo ocurrido como en sus sentimientos, en si mismo y cuando lo hiso se dio cuenta de lo que le hacía falta en ese momento y eso era nada más que Draco Malfoy.
Cuando la presentación de los nuevos alumnos termino Harry no pudo evitar buscar con la mirada al dragón en la mesa de los Slytherin, pero no lo hallaba por ningún lado y eso lo perturbaba un poco, le habían dicho que el dragón había sido perdonado y que podía volver a la escuela, su sorpresa fue enorme cuando la puerta del comedor se abrió dejando ver a un Draco Malfoy en condiciones deplorables.
El corazón de Harry dio un vuelco y lo primero que lo invadió fue la ira; quien se había atrevido a golpear a la persona que más amaba en el mundo, no le quitaba la mirada de encima, lo observaba atentamente viendo como este tomaba unas cuantas cosas para comer sin siquiera sentarse en la mesa, pero antes de que el joven Dragón se pudiera retirar unos cuantos alumnos le empezaron a lanzar comida al dragón manchándolo casi por completo.
Hermione observo como su amigo oprimía sus puños con furia, tuvo que poner su mano sobre las del para calmarlo un poco sin lograr el resultado esperado, ella sabía muy bien porque el león se comportaba así, él se lo había confesado y por una extraña razón no le molesto solo sabía que debía apoyarlo ante todo por eso eran amigos, para apoyarse.
Harry ya no podía contenerse más, así que con un solo movimiento levanto su varita he hizo que la comida le explotara en la cara a todos los de la mesa, aprovechando la confusión corrió hacia el rubio, lo agarró del brazo y salieron los dos del comedor sin ser vistos por nadie.
Cuando decidió que estaban lo bastante lejos para que nadie los viera, se detuvo sin mirar al dragón, este le observaba confundido y lentamente este se soltaba del agarre que el castaño.
— ¿porque hiciste eso?, ¿acaso me quiere humillar más?-— Draco bastante molesto miro por primera vez al león a los ojos, sonrojándose al verlo tan cerca de él.
—claro que no, ¿quién crees que soy?, además lo hice para ayudarte — dijo bastante confiado el león, haciendo contacto visual con el dragón logrando notar como el rubio se sonrojaba cuando sus ojos se topaban.
Mantenían sus miradas mientras guardaban silencio, Draco al no poder aguantar los fuertes latidos que su corazón le daban, este observo hacia otra dirección.
—Fue lindo tu detalle de explotarle la comida en la cara a mitad del colegio —dijo con su típica sonrisa de superioridad que lo hacía ver tan Malfoy.
— ¿Cómo sabes que fui yo?—pregunto el castaño sintiéndose orgulloso por haberle sacado esa sonrisa socarrona a Draco.
—me crees idiota si tú eres el gran y poderoso Harry Potter el que venció al innombrable, además eres el único con agallas además de mi para hacerlo — el dragón decía cada palabra como si eso fuera un hermoso caramelo o eso Harry era lo que creía ya que no podía evitar ver esos labios del rubio tan finos, tan suaves a la vista, aun no entendía como es que no se lanzaba a ellos a probarlos un poco.
—enserio piensas eso de mi — pudo decir más tranquilo y logrando pensar en algo más que los labios del dragón que estaba al frente a él, pero aun así no podía evitar acercarse lentamente a este para casi poder tocarlo.
Draco notaba como el castaño se acercaba perfectamente, como lo miraba, la forma en que lo observaba era la de un maldito depredador que deseaba comerse a su presa y eso no le agradaba mucho, pero por una extraña razón no sentía peligro, solo sentía como sus estomago daba vueltas, lo sentía tan lleno de hadas y dragones que no sabía que pensar o decir.
Harry estaba mucho más cerca, casi tocándolo, aunque en realidad lo abrazaba delicadamente para ver si él quería huir o separarse, sus miraban volvieron a unirse, observando que estos eran tan puros y maravillosos, donde ahora solo estaban ellos dos.
El joven dragón ya no podía negarlo más, cerro sus finos ojos lentamente para luego sentir como el león unía sus labios en un delicado beso el cual después siguió, era todo tan delicado, tan suave tan delicioso todo era perfecto en ese momento.
Harry se separó lentamente para ver al joven que tenía sujeto de la cintura, observando el rostro totalmente sonrojado del joven Dragón.
— te amo. Dijo finalmente el león, observando como el hurón abría sus ojos.
Draco al escuchar eso sintió como todo cobraba sentido, todo era aclarado en su mente y corazón, lo único que se le ocurrió en ese minuto fue tomar del cuello de la camisa de Harry y besarlo nuevamente siendo correspondido solo necesitaba eso, solo necesitaba a l león, a nadie más que a Harry.
— Yo también te amo. Fue lo último que dijo antes de volver a fundirse en un nuevo beso.
