Sostenía al pequeño entre sus brazos, con las lágrimas aun saliendo y sus hipidos siendo escuchados por su antiguo amor el cual le miraba tristemente.
—Wade...
—No — grito — Él es mío, No te lo puedes llevar, incluso siendo tú no puedes llevártelo.
La muerte le miro en silencio, observando como a ese hombre que amaba en secreto se desmoronaba al perder al chico que se lo había robado, pero lo había hecho feliz de una manera increíble.
La muerte le miro por unos breves minutos antes de acercarse lentamente y sin tocarlo arrancarle esa pequeña luz del cuerpo inerte.
El mercenario abrazo aún más el cuerpo al ver aquello, notando como esa luz tomaba la forma de su amado, se le acercaba y con una sonrisa se acercaba y le susurraba, para luego sentir solo un leve beso en su mejilla del cual juro sentir calidez de aquel espíritu frente a él.
Todo un día paso antes de que los vengadores encontraran ambos cuerpos; el de Peter siendo abrazado por un Wade, el cual se había disparado en la cabeza pero sin lograr que esta se curara.
