Disclaimer: esta historia pertenece a BloodyMarryMe que me dio su permiso para que la traduzca :D.
One Piece no nos pertenece, ni a mí ni a la autora de este fic; el OC es de ella (Bloody…)
CAPITULO 1:
"Capitán, ¿que estamos haciendo aquí? ¿No estará pensando en comprar uno de ellos?" Un oso polar que habla llamado Bepo pregunto a su capitán mientras se dirigían a la casa de subasta. En estos momentos se encontraban en el Archipiélago de Saobody para reabastecerse y prepararse para su viaje al Nuevo Mundo. El capitán de los piratas del corazón, Trafalgar Law, solo sonrió al comentario de su primer oficial, pero no dijo nada. ¿Capitán? El oso pregunto devuelta mientras llegaban a Grove 1.
Al ver que la curiosidad de Bepo continuaba, Law decidió responder, "solo estoy interesado en el espectáculo. Además… puede haber alguien interesante allí… uno nunca sabe". Una sonrisa malvada creció en su cara. Quería reclutar un espadachín, alguien como Ronronoa Zoro, que también es uno de los once supernovas, aunque Law dudaba que iba a encontrar a alguien así en una casa de subasta. Pero de nuevo… la vida puede estar llena de sorpresas.
~…~
Miyako suspiró mientras se sentaba en el frio piso de piedra. Podía escuchar gemidos y llantos de la gente a su alrededor. Todos estaban nerviosos, no, aterrorizados mientras se sentaban con tristeza en la oscuridad. Justo ahora se encontraba en un cuarto atrás de una casa de subastas, esperando a que empezara y desafortunadamente ella era uno de los premios. Suspiró de nuevo pensando en cómo término así mientras tiraba del incómodo y apretado collar que rodeaba su cuello. Las esposas en sus muñecas sonaron mientras lo hacía, "No haría eso si fuera tu" dijo un hombre al lado de ella. Tenía una expresión sombría, como un hombre que espera ser llevado. Se dio vuelta a mirarlo pero se mantuvo en silencio "si tratas de sacártelo, vas a activar la bomba. Y no hay manera de que una niña como tu pueda sobrevivir a semejante explosión".
Miyako se mantuvo en silencio observándolo mientras él hablaba, pero su rostro no mostraba molestia o temor por su vida. Ella no se veía preocupada por si el collar estaba ahí o no. Más bien parecía aburrida. "Hn, aun si dices eso… está demasiado apretado y me pica el cuello" ella dijo, y mostro un poco de molestia hacia el collar alrededor de su cuello.
"je, no pareces muy preocupada. ¿No tienes miedo de que te vendan como esclavo?"
Miyako miro otra vez al hombre y se encogió de hombros "incluso si estuviera temblando de miedo no cambiaría nada. Aunque no es como si quisiera ser una esclava, pero en este momento no hay nada que pueda hacer al respecto. Supongo que solo tengo que encontrar la manera de escapar más tarde".
"je, eres rara niña" El hombre le sonrió a ella pero su sonrisa aun parecía sombría porque nunca llego a sus ojos cansados.
"No soy una niña..." murmuro Miyako un poco molesta porque la forma en que le hablo.
Los pensamientos de Miyako fueron interrumpidos por un fuerte grito y algunas voces que resonaban en el cuarto oscuro de la casa de subastas. La sirena gritaba mientras se sacudía salvajemente, pero todos sabían que no serviría de nada. Miyako se llevo una gran sorpresa cuando de repente un estallido de haki dejo a todos los guardias que estaban alrededor de la sirena, inconscientes. Miyako rastreo la presencia hacia un hombre sentado silenciosamente en la oscuridad. No podía verle la cara pero, el poder ese haki le decía que no era solo un viejo ordinario. El hombre, sin embargo, permaneció inmóvil y en silencio mientras la sirena era capturada de nuevo, y le colocaban un collar en su cuello. La pobre chica finalmente se rindió y dejo de luchar, ahora se encontraba sollozando y llorando silenciosamente en su celda. Miyako suspiró al verla. Deseaba poder ayudarla, realmente deseaba ayudar a todas esas personas que se encontraban allí pero este momento no podía ayudarse ni a ella misma. Era muy arriesgado tratar de hacer algo con tantos guardias alrededor, y la bomba en su collar no ayudaba mucho. Miyako decidió que escaparía una vez que le sacaran eso, pero antes de que eso pasara, ella se veía forzada a estar allí en silencio y obedecer. Apretó los dientes ante la idea.
~…..~
"¡Y ahora damas y caballeros! ¡Gracias por esperar! ¡Soy su humilde anfitrión Disco-san! ¡Que comience la función!" el hombre grito con emoción y todos comenzaron a aplaudir. A Miyako le daban ganas de vomitar con solo escucharlo *pensar que todavía existen personas tan desagrables* ella suspiro. La subasta comenzó y el hombre que se encontraba a su lado camino hacia el escenario. De repente se escucharon gritos y voces, y el hombre fue llevado a rastras de vuelta a las celdas.
"¿qué paso?" uno de los guardias pregunto a toda prisa.
"se mordió la lengua" exclamo uno de los que trabajaba en la casa de subastas.
Cuando el otro respondió, el primero hizo una cara de disgusto antes de ordenarle al hombre "rápido, deshazte de esa basura"
La mirada de Miyako se suavizo al ver el cuerpo sin vida siendo arrastrado fuera de la habitación. La escena solo puso más nervioso y asustados a los otros esclavos. Los susurros aterrados se escuchaban de todas partes en la oscuridad. Miyako nunca estuvo realmente en pánico. No le gustaba la situación pero todo lo que podía hacer ahora era esperar el momento justo para poner en marcha su plan de escape. No tomo mucho tiempo antes de que su número fuera llamado y dos matones la arrastraran hacia el escenario. La luz brillante la cegó y tuvo que cubrirse los ojos hasta que pudo acostumbrarse. Estaba sorprendida por la cantidad de personas que había allí, pero otra parte de ella se sentía molesta por ello. Sin embargo su rostro permaneció calmado y tranquilo mientras decidía apretar los dientes y seguir adelante manteniendo su orgullo y dignidad intactos. Entonces Disco empezó a presentarla y de repente su orgullo y dignidad sufrieron un gran golpe "Desde el país Wano, en el Nuevo mundo, aquí viene Miya-chan!" ante el apodo Miyako lo observo con incredulidad y disgusto mientras lo murmuraba devuelta. *¿Miya-chan? ¿Es en serio?*
~….~
Law estaba reclinado en su asiento, muriendo de aburrimiento. Pensó que al menos harían un espectáculo mejor, pero esto era simplemente triste. Lo más entretenido que paso fue aquel tipo mordiéndose la lengua y dando a los nobles y al resto en la sala de subasta una gran sorpresa. *y ninguno de los esclavos eran interesantes* pensó decepcionado; estaba a punto de levantarse e irse con su tripulación cuando otra persona subió al escenario. Esta vez era una mujer joven, vestida con un kimono. Tenía unos extraños, ardientes ojos dorados y un largo pelo azul oscuro. Por sus rasgos y su apariencia, era obvio que no era de por aquí, sino de un país lejano. De todas formas, lo que más llamo la atención de Law no fue su apariencia sino su actitud. Ella se veía completamente en calma como si no tuviera preocupaciones en al mundo. De hecho, ahora que la miraba bien, se veía casi aburrida. Eso hizo que se quedara en su asiento y que una sonrisa apareciera en su rostro. "Esto puede ser interesante…"
"Esta adorable chica tiene 19 años. Tiene una excelente habilidad con la espada, pelea con destreza y su inteligencia no es mala tampoco. Les garantizamos que una partida de ajedrez o shogi nunca será aburrida con ella. Y por encima de todo, es una belleza" Disco termino con una sonrisa y un guiño hacia la audiencia. Miyako vio a alguno de los nobles en la multitud sonriendo también. Sentía asco al ver sus rostros, a pesar de esto su rostro siguió en calma pero con una ligera irritación en su mirada. Por más que no le gustara tener que darles información sobre ella misma, como la de que sabía manejar la espada, pero ellos la amenazaron con romperles los dedos si no lo hacía, y eso era algo que como espadachín no podía permitir. Sin que se dieran cuenta, dieron en el blanco. Así la samurái tubo que decirles, aumentando las posibilidades de ser vendida, aunque no le gustara.
"Empezaremos la oferta con 800.000 belis. ¿Tenemos 800,000?" Disco pregunto y vio que alguien alzo la mano: "800.000" "900.000" alguien gritaba. "950.000" otro le siguió.
Miyako observaba con más interés ahora, por supuesto ella sentía curiosidad por la persona que iba a comprarla. La persona de la cual dependía que su plan de escape funcionara. Si un tenryuubito la compra, Miyako sabe que va a ser casi imposible escapar, pero ya decidió hacerlo sin importar quien la comprara. Ahora todo depende de qué tipo de plan iba a idear dependiendo del resultado de esta situación.
"1.050.000 de belis" alguien grito, y todo miraron en la dirección en donde se escuchó la voz. Incluso Miyako, pero era difícil de ver desde donde se encontraba ya que la persona se encontraba muy atrás y las luces de los reflectores estaban brillando sobre sus ojos. De todas formas podía escuchar los murmullos alrededor y algunas personas parecían nerviosas, especialmente los que ofertaron por ella minutos antes. O la cantidad era demasiada para ellos o era alguien a quien no querían llevar la contra.
*¿Un Tenryuubito?* Miyako pensó, aun así logro mantener la calma. Solo había un ligero tic en su ojo que duro medio segundo, pero los latidos de su corazón se aceleraron.
"1.050.000 a la una! A las dos! VENDIDA, por 1050.000 belis al señor Trafalgar Law!" Disco grito e hizo un gesto para que los guardias se la llevaran. Miyako tenía que admitir que se sentía aliviada de que no fuera un tenryuubito pero, de todas formas no reconocía el nombre del que pronto va a ser (pero no por mucho tiempo, si ella puede evitarlo) dueño.
No podía realmente relajarse todavía, fue llevada al cuarto de atrás y se sentó en una de las jaulas, ahora lo más aburrido era esperar a que termine la subasta. A la otra chica se la llevaron adentro de una gran pecera y cubierta con una tela como si fuera un regalo sorpresa. Otro recordatorio de lo que estas personas pensaban de la subasta, como si fuera un gran espectáculo del que todos pueden disfrutar. Por un momento Miyako pensó en lo mucho que iba a disfrutar cortarlos con su katana. Eso le recordó el espacio vacío en su cintura donde usualmente estaba su katana. *Tengo que recuperarla de algún modo. Supongo que el que me compro recibirá todas mis cosas, asique debería estar bien, solo las tengo que robar antes de que escape.*
~…..~
"Capitán, ¿Que está pensando?" Bepo casi enloqueció después de que se llevaron a la chica. Law solo sonrió y cruzo sus piernas mientras seguía viendo la subasta. De alguna manera sentía que alguien lo observaba, y brusco, se dio vuelta y vio al capitán Kid dándole una mirada extraña. Law levanto una ceja como diciendo: *¿Qué? ¿También la querías?*
Kid lo miraba como si quisiera descubrir lo que estaba planeando, al igual que Bepo. Pero el no mostro la sorpresa en su rostro como en el caso de Bepo. Law volvió a mirar al escenario y decidió ignorar a Kid otra vez.
"Sé que usted quería un espadachín para la tripulación, capitán, ¿pero está seguro sobre esto? Ella es una mujer, no digo que sea mala suerte tener una mujer abordo… y si ella fue capturada ¿cómo puede ser lo suficientemente fuerte para el nuevo mundo?" el ataque de preguntas de Bepo continuo hasta que el oso termino en un suspiro.
Law solo sonrió mas, en realidad no estaba prestando atención al oso todavía perplejo y a sus numerosas preguntas. "creo que lo vamos a saber muy pronto".
