N/A: Hola! Para todos los que leen Enamorado de mi tutora, no se preocupen! No voy a abandonar esa historia, solamente se me ocurrio esta y bueno, si los primeros capitulos tienen exito o si me divierto mucho escribiendola voy a continuar ambos fics al mismo tiempo.
Los que me conocen ya saben que Tayuya es mi personaje preferido, por lo tanto aca les traigo una historia donde ella es la principal.
Mi nombre es Tayuya, tengo diecinueve años y estudio música en la universidad de Konoha. Estoy en mi primer año pero ya llevo un mes acá y hoy llegué a la conclusión de que ser yo es una mierda. No crean que soy una de esas adolescentes dramáticas que tratan de ir por la vida dando pena. Yo odio que la gente me tenga pena, si alguien siente pena por mi yo voy y le rompo todos los dientes hasta que el hijo de puta sienta pena por sí mismo. Yo veo las cosas como la mayoría de la gente no lo hace: con realismo.
No todo de mi es malo, eso sí, soy excelente músico y cuando me lo propongo soy muy inteligente. Digo cuando me lo propongo porque no tengo tiempo para andar perdiéndolo memorizando libros enormes y aburridos o todas las palabras del diccionario o las tablas. A mí me gusta el arte, expresarme libremente, así como cuando hablo. No me gusta que me restrinjan, a mi me gusta expresar todo lo que pasa por mi cabeza y cuando algo no me gusta lo digo, sin restricciones. La mayoría de las cosas no me gustan, pero eso ya es otro tema.
Pero hoy llegué a la conclusión de que ya me aburrí de ser yo. Primero que nada, o que todo (¿Por qué mierda no se deciden cual es la correcta?) a pesar de que llevo un puto mes en esta universidad todavía no tengo amigos. Para ser músicos, al igual que yo, mis compañeros son todos unos mariquitas. Resulta que los llamas cabeza con mierda una vez y de pronto todos te odian. Bueno, esos idiotas no valen la pena ser mencionados porque esta historia es sobre mí. Pero resulta que al parecer no todos ellos me odiaban después de todo. Hoy me dijeron que yo le gustaba a un chico de mi clase.
No me malinterpreten, yo no soy el tipo de chica que anda todo el día pensando en chicos y como gustarles y como mierda se ve mejor mi culo, pero como a toda chica de diecinueve años con baja autoestima en esa área, también me interesa ¿Y a quien no? Supongo que es normal. Así que bueno, lo acepto, me gusta sentirme gustada aunque mi vida no gire alrededor de ello y hoy cuando me dijeron que alguien gustaba de mi me sentí bien. Pensé: "Por fin alguien se da cuenta de que no todo está en tener tetas grandes y la cara pintada como una puerta". Me imaginé que este chico se había fijado en mí por mi personalidad y no mi apariencia. Y probablemente lo hizo, pero cuando me dijeron quien era ese chico me dejó de importar.
Resulta que le gusto al tipo más desagradable de toda la ciudad. Se trata de un gordo horripilante con olor a axila que se la pasa comiendo todo el día y además no es lo suficientemente inteligente como para decir una frase de más de dos palabras. Y no es que lo discrimine por ser gordo, aunque siempre uso esa característica cuando quiero insultarlo, tampoco es porque no sea inteligente, siempre he dicho que cuando me guste un chico él va a ser menos inteligente que yo, porque yo quiero ser la inteligente de la relación. Lo que me molesta de él es su olor ¿Acaso nadie le presento la ducha al hijo de puta? ¿Nunca le enseñaron a usar un jabón? Hay días en que su olor a transpiración pasa desapercibido porque el olor a nachos y queso que tiene son tan o más fuertes. El pendejo de mierda da asco.
Quizás esté siendo dura con Jirobo, pero así lo veo yo y como les dije un momento atrás, me importa una mierda. Yo hablo libremente. Pero el mayor problema es que si él se fijó en mí tal vez signifique que yo soy el tipo de chica para ese hombre. Quizás él es el tipo de chico que está a mi altura y querer algo mejor está totalmente fuera de mi alcance. Quizás el karma sea real y tratar mal a la gente tenga malas consecuencias. Esperemos que eso no.
Y no es que esté pidiendo a un chico como Draco Malfoy. No el Draco Malfoy de Harry Potter, el Draco Malfoy de esta universidad. Mejor les explico: el primer día de clases, cuando llegué a la universidad, me crucé con un chico que seguramente ya va en los últimos años de quien sabe qué carrera, pero resulta que el hijo de puta estaba bueno. No sé nada de él además de que su pelo me recuerda al de Malfoy y de ahí viene el nombre… y que tiene unos brazos muy fuertes y el tórax perfecto y unos abdominales sin un gramo de grasa… bueno eso lo sé porque después de esa vez me lo encontré un par de veces más y resulta que en varias ocasiones tenía la camisa desabrochada. Si, ya sé lo que están pensando, pero cada vez que lo veo no puedo evitar quedar mirándolo como una tarada. Si ustedes lo vieran pensarían lo mismo que yo a menos que les gusten los gordos con olor a chizitos.
Pero como les dije, no espero un hombre así. Seguro él ya tiene una novia que conoció en el campo de juego porque él es deportista y ella es la porrista principal o algo así. O se conocieron haciendo trabajo voluntario porque seguramente él es una excelente persona que en su tiempo libre ayuda a los necesitados. Además debe tener becas por deportes o buenas notas y seguramente está estudiando algo como medicina porque su ambición es salvar personas, más específicamente niños. Sin mencionar que seguro es el favorito de todos los profesores debido a su excelente conducta. Ya saben, todo lo contrario a mí.
Yo simplemente buscaba un chico promedio, que no rompa su silla cada vez que se sienta y que no huela a mierda. Supongo que es mucho pedir.
-¡Tayuya, adivina quien está afuera! ¡Malfoy!
¡Dios! Esa es mi compañera de cuarto. No sé en que estaba yo pensado cuando le dije que me parecía remotamente lindo un chico al que ni siquiera conozco. Ahora ella arma un escándalo cada vez que nos cruzamos con él. Siempre me dice cosas como "¡Tayuya, mira quien va allá!" o "¡Tayuya! ¿Lo viste? ¡Estoy segura que te estaba mirando!" o "¡Tayuya, prométeme que seré tu madrina cuando se casen!" Ella es otra de las razones por las que es una mierda ser yo.
Ino está estudiando algo como diseño o maquillaje o una mezcla de las dos, la verdad es que no lo sé porque el noventa por ciento de las veces que ella habla yo cierro mis oídos. También está en primer año pero ya se convirtió en la chica más linda y deseada por todos. No se imaginan la cantidad de veces que han llegado babosos arrastrándose a nuestra puerta rogándole por una cita. La cantidad de cartas que le han dejado diciéndole que es tan hermosa como una flor o la infinidad de mandriles acercándose a mí para que yo les arregle una salida. Hijos de puta.
Pero después de todo y dejando de lado sus infinitas conversaciones de cómo el purpura combina mejor con sus ojos y su pelo que otros colores (viviendo un mes con ella es imposible no escuchar algunas cosas) no está tan mal. A veces trata de alentarme a arreglarme más para que los chicos se fijen en mí. Claro, como eso es justamente lo que yo quiero: ¡más gordos con olor a sudor afuera de mi puerta! Y en muchas ocasiones me ha dicho que ella me considera linda, si no fuera porque me visto como un hombre, uso un gorro todos los días y trato a la gente como si los considerara parásitos. Una vez hasta me dijo que le daba risa mi forma de hablar. A mí me da risa mi forma de hablar y siempre he pensado que todos deberían pensar como yo ¿Qué acaso las perras no tienen sentido del humor? Por lo menos Ino tiene algo. Así que supongo que dentro de todo no está mal.
Yo la miro y entorno los ojos.
-¿Y que se supone que debo hacer con eso? – le pregunto, dirigiéndole una mirada cargada de apatía, típica de mi.
-Sal, anda a dejar algo a, no sé, a la biblioteca, y sedúcelo con tu forma de caminar. – me responde ella, caminando de un lado de la habitación al otro como si fuera una modelo.
-¡No seas ridícula! - le digo, justo cuando mi ojo capta un objeto brillante y recuerdo que tengo que devolverle la armónica que le pedí prestada a un compañero. Le dije que iría antes de las cuatro y ya son las cuatro y diez. Mierda. – Tengo que salir – le digo a Ino.
-¿Vas a usar mi técnica? – me pregunta ella, con tono insinuador.
-¡No! Tengo que ir a dejar esto – le explico y agarro la armónica para salir de la habitación.
Cuando salgo me llevo la grata y al mismo tiempo desagradable sorpresa de que Malfoy está afuera de mi puerta, justo en frente mío, apoyado sobre la pared, descansando su pierna izquierda en esta y con sus manos tranquilamente dentro de sus bolsillos. No me imagino que pueda estar mirando o que mierda esté haciendo ahí. Me quedo paralizada por un par de segundos como todas las putas veces que lo veo. Para variar su camisa esta desabrochada y muestra su perfecto pecho. No tengo ni la más remota idea de por qué mierda no me he movido todavía, solamente sé que mis ojos están pegados en sus facciones que por la puta que lo parió son tan masculinas. Ya sé que dije que probablemente sea el chico perfecto, el hijo ideal, el yerno que toda madre desea y de verdad lo creo, pero la forma en que peina su pelo, cuidadosamente hacia atrás, le da un aspecto de mafioso que lo hace aun más interesante.
Seguramente lo estuve mirando por mucho rato porque en un momento él alza su mirada y sus ojos se encuentran con los míos, por su puesto en el mismo segundo en el que esto ocurre yo giro mi mirada hacia cualquier otro lugar. Seguramente eso le hará creer que no lo estaba mirando a él (nótese el sarcasmo) ¡Que estúpida soy! Es obvio que ya se dio cuenta de que lo estaba comiendo con la mirada y en este momento está sintiendo pena por mí, y yo que odio eso. Mejor me voy. Este es realmente el mejor momento para sentir que mis rodillas se debilitan.
Me alejo de mi pasillo caminando torpemente y pensando en cómo me miró y encuentro sólo una palabra para describirlo:
¡Imbécil!
Cuando llego a la habitación de Kidomaru le entrego su armónica y él me devuelve los platillos que yo le había prestado. Casi se me había olvidado por completo que él los tenía y eso que los necesito para mi clase de percusión a las ocho. Ahora que lo pienso bien, compartir la habitación conmigo no debe ser muy agradable tampoco. La mayoría de mis tareas son tocar algún instrumento. Pobre Ino… bah, que se joda.
Este pensamiento me entretiene por un momento así que voy caminando tranquilamente hacia mi habitación, un poco distraída la verdad, cuando alguien choca con mi hombro y me hace tirar al piso los platillos que iba cargando.
-¡Ten cuidado cabeza con mierda! – le grito yo cuando ya es muy tarde. Es una suerte que los platillos hicieron un ruido tremendo porque resulta que el cabeza con mierda que acaba de chocar conmigo fue Malfoy.
-¡Puta madre! – exclama él pero levanta los platillos y me los da. Sin decir una palabra mas sigue con su camino como si nada hubiera pasado.
"Puta madre" repito en mi cabeza y sonrió sin quererlo. Parece que algo en común tenemos después de todo.
Espero que les haya gustado el primer capitulo de diez! Dudas, quejas, cumplidos ya saben que hacer :D
