Disclaimer: No soy Meyer :)
Por fin pude terminar esto, ahora sólo me faltan tres mas, que voy a hacer en cuanto todo se tranquilice un poco más (porque es hoy y ayer y la pc no la toco hasta el 21, creo)
Vale, es para el reto de LOL, de parejas Retorcidas, ojalá que sirva :) Y muchas gracias por leer.
if the sun refused to shine
I would still be loving you.
When mountains crumble to the sea
There will still be you and me.
Si el sol dejara de brillar, te seguiría queriendo
Cuando las montañas se deshagan en el mar, aún seguiremos tú y yo
Thank you-Led Zeppelin
Empiezan empujándose con razones y sin ellas, sus afilados colmillos brillando a la luz del día mientras se lanzan gruñidos que suenan a desafío, a reto y a palabrería. Sus cuerpos arremeten entre sí, los pelajes gris y colorado se vuelven una maraña de cabello, un revolcón de testarudez. Se muestran los dientes y siguen su camino, ese paseo sin dirección y sin final.
Corretean por la reserva como si fuese de ellos, aunque en parte lo es, viene con el paquete de deambular por allí desde que aprendieron a gatear. Sus patas provocan el crujir de la hojarasca, el viento les azota el rostro y las olas de la Push refulgen en sus oídos. Aúllan como si la luna estuviese en su apogeo, cuando más bien es cerca del mediodía y le han dicho a Leah que sólo iban por allí a inspeccionar un rato.
A inspeccionar, claro. Juegan a quién corre más rápido, compiten a quién comete más trampas, un hocico molesto por aquí, una garra afilada por allá, un intento de cerrar el paso al otro trazando el circuito alrededor de arroyos y árboles caídos.
Al fin y al cabo (o al cabo por el fin) llegan a un terreno del todo y la nada, recuerdos de una fogata extinta y una charla pasajera. Sus respiraciones son dificultosas, jadean estruendosamente, pero no pueden parar de sonreírse y gruñirse como lo que son, críos.
Seth bosteza abiertamente abriendo su quijada y se hecha sobre el pasto, cierra sus ojos de forma perezosa mientras le advierte a Jake -Me jodes y te reviento la cara. ¿Capisci? -
El susodicho niega con la cabeza y le mira burlón. -Como si pudieras, enclenque- Le reta, tirando las orejas hacia atrás y luciendo una mirada desafiante.
Ambas orbes chocan en un interludio de momentos y hay algo en el aire que lo reduce todo a nada o, en realidad, provoca más bien que casi todo importe nada.
Todos los sucesos son como una especie de película que se remonta a épocas pasadas, porque hay algo en esa persecución del uno por el otro, de esos gruñidos aireados, de esas mordidas "inintencionadas" que se siente extrañamente bien, familiar. Es como si ambos fuesen la continuación de algo, el cierre de un ciclo o su propia secuela. Hay algo demasiado confortable y cómodo en la fricción entre sus cuerpos, en el aroma del otro invadiendo las fosas nasales como un veneno, como una droga.
Y es y parece tan jodidamente correcto que tampoco se preguntan mucho, sólo se dejan llevar. Se dejan ser entre melodías de un pasado del que nadie habló, pero todos sabían de su verdad en el mundo.
Ellos suenan a esas viejas canciones de Led Zeppelin en el estéreo del auto en medio de la carretera, o en un concierto en el Paris Theatre un primero de abril.
