'Sup bitches? Nah... ¿Cómo andan? ¿Bien? Les traje un fic nuevito y recién salido del horno... mmm, ¡huele a chocolate!
Tardé en escribir ésta parte, sólo una horita, así que quiero reviews positivos.
Espero lo disfruten, lo escribí en honor a saruina99.
Espero que te guste, amiga.
Renuncia:
Las tortugas no me pertenecen, sino a Kevin Eastman, Peter Laird, Nickelodeon, Mirage y cada maraca que hace de este dibujito, el primero de mis preferidos.
Los OCs usados acá, sólo uno me pertenece; los demás pertenecen a nina14j y saruina99, utilizados con autorización de ambas.
No tengo nada más que decir, así que... ¡Leamos!
Prólogo
Corriendo con toda la fuerza que sus piernas le permitían, se alejaba lo más que podía de su hogar. Estaba asustado, confundido... sentía dolor en su cuerpo. A medida que cada músculo se movía, sentía más dolor, pero sólo lo ignoraba. No sabía por qué corría en primer lugar, sólo lo hacía. Dio un par de vueltas por los túneles de la alcantarilla, sus pies salpicando el agua con cada paso. Luego de unos minutos, se detuvo para recuperar el aliento y sentarse contra una pared de los túneles. Tratando de recapacitar lo que anteriormente le ocurrió, se llevó las manos a la cabeza. Pero, al hacerlo, se dio cuenta de algo que lo aterró.
Esas no eran sus manos.
Eran anormalmente grandes, más oscuras y escamosas que su común piel y tenía unas afiladas uñas amarillas, saliendole de cada uno de sus dedos.
Miró sus nuevas manos, sintiendo cómo su corazón le latía fuertemente, como si lo tuviera en su garganta, mientras respiraba agitadamente. Aterrado, se acercó al charco de agua más claro y cercano que pudo y vio su rostro ahí. O, al menos, eso esperaba encontrar.
Su corazón dio otro brinco al ver que su rostro, ya no era el mismo de antes. Su cabeza era de mayor tamaño, la mandíbula le sobresalía ligeramente de la cara, tenía anormales colmillos que daban la impresión de, en lugar de ser una tortuga, en realidad fuera algo más. Parecía que fuera un cocodrilo. Parecía un monstruo.
Se miró a sí mismo como pudo en la oscuridad de la cloaca. Vio que sus piernas eran más grandes y largas, sus pies, al igual que sus manos, mostraban esas aterradoras uñas amarillas y afiladas, su plastrón ya no era tan recto como antes, sino que ahora estaba más blando y salido, como si hubiera comido 7 pizzas en 5 minutos.
También consiguió notar, mirando detrás en su espalda, a como sus articulaciones le permitían girar su cuello, que su caparazón ya no era el mismo, sino que era más ancho, sobresalido y puntiagudo.
Al volver a ver su reflejo en el agua, se aterró al ver que sus ojos empezaban a cambiar. Del antiguo color que antes tenían, pasaban a ser completamente rojos, todo los globos oculares, hasta dominar las pupilas.
Parecía una pesadilla. Él deseaba que lo fuera.
"Esto no está pasando... " se dijo a sí mismo en su mente "... no puede estar pasando... "
Siguiendo sin comprender lo que le ocurría, trató de recordar qué había pasado como para que se transformara en aquella horripilante figura.
Lo único que recordaba, era un dolor punzante en su cabeza, como si alguien le hubiera abierto el cráneo e incrustara alfileres y agujas dentro de su cerebro. Luego su última misión con sus hermanos y hermana, queriendo sabotear el último plan de Baxter Mosca, relacionado con extraños insectos de tamaño anormal y mutaciones exorbitantes; recordó que también estuvo, por accidente, en contacto con una especie de araña de enorme tamaño.
Al momento de recordarlo, lo entendió.
La araña con la que había estado en contacto le causó todo esto. Ahora sabía lo que debía hacer. Pero, ¿qué dirían sus hermanos al verlo así? ¿Lo atacarían? ¿O lo tratarían de ayudar?. Demasiadas dudas que ahora no tenía tiempo para responder.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por las voces de su familia, haciendo "eco" por la alcantarilla. No era cualquier cosa la que ellos gritaban. Gritaban su nombre. Lo estaban llamando.
Otra vez aterrado, retomó su carrera en contra de su familia. Si tenía miedo con ver su propia imagen, su familia seguramente lo tomaría peor.
"¡Vamos chicos!" oyó a uno de sus hermanos. "¡Por aquí!" oyó una voz femenina. "¡Vengan, se fue por acá!" otro de sus hermanos varones.
Continuó su corrida, hasta que ya no había salida. Encontró una zona de la alcantarilla bloqueada con tablones de madera. De un momento a otro, su vista comenzó a nublarse y su cabeza a doler intensamente, a tal grado de tomarla en sus brazos con fuerza.
Los pasos de sus hermanos salpicando el agua intensificaron su volumen, para luego detenerse en frente suyo. Al parar, el sonido del agua chocando contra sus pies, fue cambiado por los impresionantes jadeos y resuellos de sus hermanos.
"-¡Es él! ¡Ahí está! -" oyó la inconfundible voz de su hermano menor, para después oír sus pasos acercándose.
"-¡Alto! ¡No podemos asustarlo! -" ahora oía la dulce voz de su hermana menor, quien detuvo los pasos de su hermano.
"-Tengan cuidado. Mantengan su equipo listo, no podemos hacer que se asuste. -" escuchó la voz de su hermano mayor.
De un momento a otro, sintió que empezaba a perder su conciencia; sentía las venas palpitar en su cuello, la sangre recorrer por su torrente sanguíneo y su cuerpo temblar del descontrol. Al rítmico palpitar de las venas de su frente, su bandana ninja no resistió estar en su cabeza por más tiempo, hasta el punto de rasgarse y terminar como un montón de arapos sobre el agua.
Sintió la mente en blanco y recobrar la claridad de su vista, a tal grado de no controlarse hasta intentar atacar a uno de sus hermanos, quien evadió el ataque con habilidad.
Rugió, provocando otro "eco" en la oscuridad del drenaje. De un momento a otro, comenzó a lanzar golpes con las manos hacia sus hermanos, quienes uno por uno, chocaban en contra de la pared hasta quedar inmovilizados.
Alzó su mano alto, revelando las nuevas garras que le habían aparecido en los dedos. Parecían ser las manos de Slash, pero más afiladas y gruesas, listas para atacar a su hermanita.
En un rincón apartado de su mente, no quería lastimarla, pero no lo podía controlar. El lado animal que ahora vivía en él había tomado el control de su mente ahora y no había nada que pudiera hacer para evitarlo.
Arrinconó a su hermanita en una punta del túnel, hasta quedar acorralada. Ella empezó a suplicarle con los ojos cristalinos e incesantes jadeos de terror que se detuviera, pero él no parecía recibir la señal. Cuando tuvo su ataque listo, empezó a bajar rápidamente su mano, a modo de querer dejarle un rasguño, pero se detuvo en seco. Algo lo había detenido. Encontró la causa de esto en su brazo derecho, a solo centímetros de su hermana menor, con un dardo tranquilizante lleno de un líquido celeste y espeso en la ampolla transparente de este, clavado en el bícep.
Con furia, dirigió su vista hacia los otros tres, quienes ya se encontraban de vuelta en pie, viendo a su hermano más grande con un arma de dardos en las manos, los otros dos con el mismo equipo. Soltando un gruñido de furia, empezó a correr hacia ellos para atacarlos, mientras ellos le disparaban más y más tranquilizantes. Se clavaban en sus muslos, brazos, pecho, hasta donde la puntería les llegaban para dar en el blanco. A cada paso que daba, sentía el espeso líquido entrar a sus sistema e instalarse ahí.
Ellos por su lado, no estaban felices de tener que hacerle esto. Pero no tenían opción. Si querían llevar a su hermano de vuelta a casa, este era el mejor camino que encontraron para conseguirlo. De no hacerlo, algo malo podría pasarle... o a alguien más.
Luego de recibir varios otros pinchazos en el cuerpo, como al vigésimo primer dardo que le clavaron, su vista se volvió a nublar, hasta sentir un mareo en su cabeza. Su paso disminuyó, su respiración se niveló, para luego caer de rodillas al suelo. Unos segundos más tarde, ya estaba en la posición "cuerpo a tierra" del ejército. Sus ojos empezaron a cerrarse lentamente, hasta caer en un sueño profundo, no sin antes ver los restos rasgados de su vieja bandana color púrpura del otro lado del túnel y la voz reconfortante de su hermano más grande diciéndole:
"-Lo siento, Donnie... " -sintió cómo éste le acariciaba el hombro- "... lo siento mucho... " -siendo lo último que oyó hasta caer inconsiente.
